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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Juntas de Acción Comunal

Caminos comunitarios para la paz

A los ancianos del campo y a los jóvenes de la ciudad los separan cientos de kilómetros de malas carreteras y siglos de desarrollo.

Eric Hobsbawm, Historia del Siglo XX

 

El pasado 3 de abril en sesión ordinaria de la Comisión Sexta se citóa Debate de Control Político al director de Invías y al ministro de Transporte para presentar un informe detallado sobre el avance del programa caminos para la paz total. Desde nuestra curul ayudamos a postular tramos identificados las JAC en municipios de Chocó y Antioquia. La mayor dificultad para los organismos comunales es tener al día su papelería legal. En la idea de poder ayudar en esta gestión hemos desarrollado espacios de capacitación y de socialización de la Ley 2166 de organismos comunales (https://pedrobaracutao.com/cartilla-jac/).

Este programa aunque va lento es una apuesta decidida por implementar el punto 1 del Acuerdo Final (Reforma Rural Integral) y el Plan Nacional de Vías Terciarias que contiene este Acuerdo. En este sentido el PND construyó el programa “Caminos comunitarios para la paz total”, a través del cual se busca el mejoramiento de las vías terciarias de la Colombia rural con el apoyo de las JAC. Hace un año se realizaron las convocatorias para que las JAC identificaran las vías: hay 23 mil tramos identificados y seleccionados para la ejecución. En el 2023 se ejecutaron 234 mil millones de pesos y ya hay firmados 1035 convenios (2 ya se terminaron, hay 9 en proceso de cierre para redondear 11 tramos).

Es una ejecución todavía muy incipiente, pero es comprensible en un modelo que por primera vez vincula decididamente a las JAC. Al momento hay 6100 tramos pendientes de documentación. Este año se van a suscribir 450 convenios más, para un total de 1485 convenios suscritos con las JAC, algo histórico en un país lleno de carteles de contratación y viciado de centralismo. Una dificultad ha aflorado en todo este proceso y es que las JAC carecen de capacitación en temas legales y de gestión, para esto se han realizado 400 reuniones de capacitación a las JAC.

En el caso de Antioquia, el municipio de Frontino ya cuenta con un convenio firmado para intervenir tramos críticos de vías terciarias. Se interviene con placa huella dichos tramos, a los tramos intermedios o en mejor estado se les hace un arreglo superficial y también se intervienen las alcantarillas que permiten drenar este tipo de vías. Sabemos de las dificultades que ha tenido este gobierno en temas de ejecución presupuestal, pero no es por falta de voluntad política sino por trabas al interior del mismo Estado cooptado durante más de 200 años de vida republicana por élites reaccionarias al cambio, fundada justamente en “una de las divisiones agrarias más desiguales del mundo. A comienzos del siglo XXI, el uno por ciento de los terratenientes posee más de la mitad de la tierra cultivable del país” (https://insightcrime.org/es/investigaciones/elites-crimen-organizado-colombia-introduccion/).

Sin embargo, trabajamos diariamente para que el gobierno del cambio llegue a los territorios más olvidados, por eso hemos realizado más de 18 Audiencias Públicas en el territorio nacional, este año 2 en el Urabá antioqueño que busca por fin superar la violencia y la desigualdad estructural que ha padecido, y donde el presidente en el marco del “gobierno con el pueblo” anunció la implementación de una “reforma agraria femenina”. Y es que allí el liderazgo de las mujeres rurales, étnicas y campesinas, es una realidad en el marco del posacuerdo y la esperanza del Urabá como remanso de paz.

El Ministerio de Transporte se comprometió a entregar un informe mensual sobre la ejecución de los convenios para las vías terciarias, tramo a tramo. Por ahora no se abren convocatorias para postular más tramos, sino que se van a generar estrategias de apoyo a las JAC que ya se postularon. Es un desafío intervenir los 23 mil tramos postulados, pero con un ejercicio de gestión, organización y voluntad política se podrá sacar adelante esta apuesta de transformación en la ruralidad, lo cual está consignado también en el Pacto Bicentenario y los Pactos Territoriales que representan la ruta de trabajo conjunta y articulada entre Nación y territorio para los próximos cuatro años en Colombia.

Pedro Baracutao

Las Juntas de Acción Comunal en acción

Los partidos, movimientos y candidatos a elección popular de las variadas líneas ideológicas están aceitando sus maquinarias locales y regionales para acaparar las elecciones de octubre en las que se elegirán, ediles, concejales, alcaldes, diputados y gobernadores. Una tarea en la que sin lugar a dudas las Juntas de Acción Comunal (JAC) jugarán un papel trascendental a la hora de orientar entre sus comunidades votos por determinado aspirante y una estrategia para seguir consolidando el proyecto político del Pacto Histórico.

Siendo honestos con los lectores y a juicio personal, el nombre o sigla de las comunales produce recordación o impactos ad portas de elecciones, especialmente locales o regionales, o en su defecto, como se les viene calentando el oído, por parte del Presidente, Gustavo Petro, al ofrecerles en sus discursos el estatus de contratistas con el Estado. “Vamos con toda al contrato público con la misma comunidad. No solo ollas comunitarias o vías terciarias, también comunidades energéticas y comunidades de conectividad”.

 

El primer mandatario criollo, como buen político profesional sabe la poderosa influencia de los líderes en sus comunidades barriales, locales y regionales, por lo que su apuesta de respaldar sin miedo a estos influyentes micro-poderes es un papel trascendental captando miles de votos en las elecciones de octubre, para seguir consolidando su proyecto evidenciado en cámaras altas y bajas del Congreso. Una jugada estratégica, que de ser consolidada, le puede generar grandes réditos de posicionamiento al Presidente y una fuerte reputación como Partido a su Pacto Histórico.

No obstante, la literal tarea ‘sucia’ de organizar, convocar y reunir a cientos de vecinos políticos o apolíticos en salones comunales, que en su gran mayoría se encuentran en condiciones bastante precarias y sin un mantenimiento acorde a los servicios que presta para recibir o agasajar a un candidato, se convierte en una acción electoral clientelista (…instrumento de dominio de clase. Al repartir bienes escasos de un Estado pobre, se convierte en fuente de poder para los partidos que obran como intermediarios entre el Estado y la población a cambio de apoyo electoral…) con precedentes históricos en el sistema electoral porque el organizador limosnea desde los refrigerios hasta una mejora de infraestructura en su cuadra, barrio o localidad, que es efectiva a largo plazo, si gana el aspirante, con plata del propio colombiano que paga impuestos.

Decía @DianaSaray, periodista de @CaracolRadio en una de las emisiones matutinas, palabras más, palabras menos que: ´a duras penas las salones comunales logran recursos para merecer una pintada´, referencia nada desproporcionada a la realidad de la gran mayoría de estas locaciones en el territorio nacional, pero teniendo en cuenta que existen, contado con los dedos de la mano, algunas con grandes éxitos en todos los frentes. Con este agite y desproporcionado calendario electoral es necesario, a la hora de hacer cuentas, la calidad y no la cantidad de JAC y sus verdaderos éxitos comunales alejados de las artimañas politiqueras, que a decir verdad, aumentan ese descontento por la generación de una verdadera cultura política de base.

Es legal que los líderes comunales reciban y expongan ante sus gentes a esos figurines de todas las ideas políticas en aras de un ejercicio democrático. Es decir, se hace necesario porque la gente debe mirar, oír y palpar a los que tienen buenas y negras intensiones. Las Juntas de Acción Comunal debe ser un trampolín diáfano para crear verdaderos seres comunitarios entregados por las urgentes necesidades de miles de comunidades, que en esencia, necesitan una mejor calidad de vida en los más mínimos hábitos de vida.

Seamos sinceros, las JAC se convirtieron en un fortín electoral aprovechado por los ediles, los concejales, los alcaldes, los diputados, los gobernadores y hasta los propios presidentes. Es una cadena clientelista que puede ser frenada en primera cuando el propio líder comunal le dé un freno en seco a la clase politiquera tradicional y a la que se huele dónde puede encontrar unos ‘voiticos’ a cambio de refrigerio barato.

Edgar Martínez Méndez Es Asesor, Estratega, Periodista, Reportero, Redactor Y Especialista En Diversas Formas De Comunicar. @EdgarMMDircom

La importancia de la Ley Comunal en la construcción de paz territorial

La ley 2166 de 2022 deroga la Ley 743 de 2002 y desarrolla el artículo 38 de la Constitución Política de Colombia en lo referente a los Organismos de Acción Comunal. También deroga varios artículos de los decretos reglamentarios 2350 de 2002 y 890 de 2003 y la ley 1989. Es clave que le atribuye como objetivo a la organización comunal apoyar la implementación de los acuerdos de paz.

En lo sustancial de esta ley encontramos la ampliación del objeto normativo de las Juntas de Acción Comunal. La ampliación del objeto normativo consiste en que las Juntas deberán promover, facilitar, estructurar y fortalecer la organización democrática y participativa. También establece un marco jurídico más amplio para las relaciones con el Estado y con los particulares. Otro elemento importante del objeto es que con esta ley se prevén los lineamientos generales para la formulación, implementación, evaluación y seguimiento de la política pública comunal.

 

Esta ley le agrega al concepto de acción comunal nuevas características recordando que es una expresión multiétnica y multicultural que defiende la convivencia pacífica, la reconciliación, la construcción de paz, la defensa del ambiente, los derechos humanos de la comunidad y la sociedad civil en general.

Con esta nueva norma avanzamos hacia la construcción de una política pública en la que se consignen programas, proyectos y recursos, lo que podría significar un mayor compromiso y eficacia por parte del Estado y otros actores para el fortalecimiento de la acción comunal.

Esta ley se acopla muy bien con los Planes Nacionales para la Reforma Rural Integral que buscan superar la pobreza extrema y la desigualdad estructural: infraestructura y adecuación de tierras, infraestructura eléctrica y de conectividad, vivienda y agua potable, salud rural, educación rural y plan de vías terciarias. Se acopla en el sentido de poder vincular de manera directa a las comunidades en el desarrollo integral de sus territorios, con la posibilidad incluso de contratar obras con el Estado.

La necesaria reglamentación de la ley

El gobierno nacional se ha pronunciado manifestando la importancia de los organismos de acción comunal pero la reglamentación de ley comunal continúa siendo una deuda importante para el avance de estas organizaciones.

A pesar de los avances que contempla dicha ley, es una norma con una densidad de 108 artículos, varios de ellos requieren reglamentación con una temporalidad muy específica, contemplada en su propio articulado. De esa reglamentación depende gran parte de la efectividad y real implementación de la norma.

Algunos de los temas sujetos a reglamentación y demás aspectos a desarrollar con detalle y claridad son:

–  Normas generales sobre el funcionamiento de los organismos de acción comunal, con base en los principios generales contenidos en esta ley.

– El plazo dentro del cual los organismos de acción comunal adecuarán sus estatutos a las disposiciones legales.

– Empresas o proyectos rentables comunales.

– Creación del Banco de Proyectos y Base de Datos comunitarios dentro del Sistema de Información Comunal.

– Promover programas de vivienda por autogestión en coordinación con el Ministerio de Vivienda, el Banco Agrario y las demás entidades con funciones similares en el nivel nacional y territorial, particularmente las consagradas en la Ley 546 de 1999, y demás actividades especiales de las organizaciones de acción comunal.

– Conformación de alianzas entre Organizaciones de Acción Comunal, con el propósito de aunar esfuerzos para las regiones.

– En la constitución de los organismos de acción comunal deberá garantizarse la participación de mujeres y jóvenes, así como de las comunidades étnicas asentadas y o con presencia en el territorio de jurisdicción o área de influencia del respectivo organismo, así como personas en situación de discapacidad.

– Los Art 24 y 25 abren la posibilidad de implementar la cátedra comunal a través de la cátedra de democracia y legitima las prácticas y pasantías profesionales, hechas en la organización comunal. Faculta a las universidades o instituciones de educación superior para que hagan convenios interadministrativos con los organismos comunales. Estimula la relación con las instituciones educativas para la creación de la figura de los comunalitos.

– Programa de restauración ecológica. Dentro del año siguiente a la entrada en vigencia de la presente ley, se creará el Programa de Restauración Ecológica a cargo del Ministerio del Interior y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, quienes podrán suscribir convenios de cooperación con los organismos de acción comunal con el apoyo de las autoridades ambientales competentes, con el objetivo de mejorar la gestión ambiental en todo el territorio nacional.

En todos estos aspectos a reglamentar, más otros referentes a aspectos contables, al sistema de información comunal, a la juventud y a la educación, está la aplicación eficaz de una norma dirigida a transformar el territorio desde abajo, desde las bases comunales, en una apuesta de democratización profunda del desarrollo y del ordenamiento territorial, tal como está consagrado en el Acuerdo de Paz para la construcción de una paz estable y duradera.

Pedro Baracutao

Representante a la Cámara

Vías terciarias, Juntas de Acción Comunal: el camino a la solución o al desastre.

Los anuncios de la campaña sobre las vías terciarias van haciéndose realidad en el Gobierno. Gran noticia para el país por su carácter multipropósito: redención del campo por facilitar su competitividad e impactar positivamente en la seguridad alimentaria y en la exportación de productos del campo cuyos mercados mundiales estarán permanentemente en ascenso, una fuerte herramienta de paz y de integración y una dura talanquera contra el narcotráfico y la guerra que genera.

Este “qué” tiene que ser un propósito nacional; solo la miopía o intereses oscuros de los Gobiernos anteriores no le dieron la prioridad que requería. Ahora que el Gobierno tiene la buena intención de buscar la solución tenemos que estar cuidando el “cómo” lograr todos esos beneficios para los actores directos y para todo el país: el solo hecho de tener cómo sacar una cosecha de yuca y que pueda competir dentro de la economía campesina contra la coca (que no necesita la misma logística: se puede transportar un kilo de pasta de coca sin vías regionales, aún a pie. Ver referencias (1) y (5)), representaría un cambio de proporciones enormes para la historia nacional. Pero tenemos un riesgo que nos podría llevar a un desastre, mucho peor de lo actual.

 

La fórmula para mejorar y ampliar el inventario de vías terciarias, veredales, vecinales o regionales, como se les quiera identificar, está ya muy desarrollada en nuestra propia Colombia y nada menos que en departamento del Cauca, quizás el de mayor conflicto. Y lo más paradójico es que hoy en día se exporta permanentemente esa experiencia a través de los organismos multilaterales que sí han sabido aprovecharla y la llevan a otros países en donde han avanzado lo que nosotros no hemos podido. Es increíble esto. Ver referencias (1), (3) y (4). Hay experiencias en el Invías, incluso con Cooperativas de Trabajo Asociado, que al parecer van funcionando bien desde tiempo atrás. Faltan implementar mejores soluciones de pavimento que la llamada “placa-huella” que resulta muy costosa frente a las más de 240 patentes de productos y tecnologías que existen en EE. UU (sin contar las que haya en otros lugares del mundo). Esto es importantísimo porque el atraso que tenemos es monumental y así mismo la inversión requerida. Tendríamos del orden de 325,000 kilómetros de vías en el campo colombiano. Solo unos 15,000 kilómetros estarían en buen estado. Ver referencias (3) y (4).

Los anuncios sobre la idea de que las Juntas de Acción Comunal -JAcs- puedan ser contratistas del Estado, causan preocupación porque de ser verdad muy posiblemente se enturbiaría el resultado, tanto desde el lo técnico como desde lo político.

Desde lo técnico es inconcebible que se vaya a preparar el camino para que las vías terciarias no tengan ingeniería; esto asegura, de una vez, que en el mediano plazo obtendremos un fracaso, tanto funcional en las mismas vías como ambiental. Si los profesionales de las disciplinas que deben intervenir, ingenieros civiles, de vías y transporte, ambiental y de proyectos, realizando labores de diseño, dirección técnica, construcción en los casos de vías nuevas, interventoría, control, enseñanza y capacitación entre otras, no van a ser parte del desarrollo de esta infraestructura, deberíamos entonces preguntarnos ¿por qué en el mundo sí se necesitan y en nuestro país no? Algo no cuadra. Desde luego, como en la mayéutica socrática, sabemos la respuesta: el resultado no sería bueno, pronto esas carreteras tendrán una disponibilidad bajísima por derrumbes y destrucción por agua lluvia principalmente además de causar unas heridas irremediables al medio ambiente por deforestación y erosión, sin contar que seguramente serán mucho más caras porque serán pensadas para pasar por las fincas de los más influyentes en las localidades y no siguiendo el bien general, y no contarán con formas nuevas de pavimentar mejores y menos caras. Sería un error absurdo.

Desde lo político no es menor el impacto negativo posible. Las JACs deberían ser en su esencia organismos participativos buscando el bien común local. Pero en nuestro medio pueden ser presa fácil de las ambiciones personales y eso se conecta automáticamente con los políticos que ofrecen facilitar las adjudicaciones de partidas para los caminos que se propongan a cambio de votos y de corrupción. Y los políticos saben perfectamente cómo hacerlo: de hecho, las vías han sido la caja preferida con la que los políticos se llevan los recursos públicos a sus bolsillos y al de los electores inescrupulosos que les venden su voto, y así logran reelegirse una y otra vez. Un verdadero atentado contra la democracia pero que lamentablemente vivimos cada vez que hay elecciones.

Los políticos siempre piensan en reelegirse una y otra vez: ¿por qué no lo harían los de este Gobierno? El resultado sería pocas y malas vías terciarias, echando al traste todos los beneficios citados y generando una enorme corrupción llevada hasta las entrañas mismas de nuestra ruralidad. Esa, en la que se quejan de que no les llega el Estado. Con este funesto resultado, sí les habría llegado y con su característica más pronunciada: la corrupción generalizada.

Para escribir estas líneas conté con un valioso panel de ingenieros expertos con quienes discutimos detalladamente la integralidad del tema después de lo cual logré obtener estas conclusiones.  Estuvo Otoniel Fernández, el mencionado experto internacional aprovechado en otros países de la mano del BID, la CAF y el Banco Mundial, pero desperdiciado aquí, donde más lo necesitamos porque es en Colombia donde tenemos el problema asfixiante del narcotráfico; sus aportes en el conocimiento exacto de lo que pueden o no pueden hacer las JACs y cómo tener éxito involucrando plenamente a las comunidades campesinas en su desarrollo: todo está ya inventado, todo está ya probado, todo ha sido exitoso. Conté también con el conocimiento en contratación de los ingenieros Rodrigo Fernandez, muy conocido por sus trinos en contra de corrupción en las licitaciones, Jorge Enrique Montoya e Ivan Rodriguez, quienes adicionalmente llevan años estudiando las vías terciarias.

Gran parte de la paz total pasa por las vías campesinas. El Gobierno Petro tiene una enorme oportunidad de pasar a la historia por dejar un gran legado o por generar un desastre. Hay que lograr mantener las vías actuales y hacer muchísimas más. Implica un esfuerzo descomunal pero también así de grande sería el éxito. Hagamos la contratación correctamente, con la técnica necesaria y una gran participación campesina. Que todos ganemos en el país. Y ese gran legado le propiciaría más éxitos dentro de una creciente democracia. El camino contrario sería un desastre para el país, para la democracia y una herida profunda en la Colombia profunda. Cuidado.

 

Artículos antecedentes que ayudan a comprender todo el tema tratado:

(1) A pico y pala las vías terciarias para la paz, la prosperidad y ahora para la post pandemia, ConfidencialColombia, 2020

(2) La pequeña y mediana ingeniería está muriendo por la endemia de la corrupción en la contratación estatal, ConfidencialColombia, 2021

(3) Los caminos de la vereda campesina, de la paz y la prosperidad, a pico y pala (1/2), ConfidencialColombia, 2022

(4) Los caminos de la vereda campesina, de la paz y la prosperidad, a pico y pala, ConfidencialColombia, 2022

(5) Agricultores pequeños: productividad similar, pero no así su competitividad, ConfidencialColombia, 2022