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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: La Guajira

Muerte de niños por desnutrición en La Guajira: Nueva discusión en Twitter entre Miguel Uribe y Petro

El presidente de la República, Gustavo Petro durante su discurso en la Guajira aseguró que en lo que va de su gobierno han muerto únicamente 20 niños en este departamento por desnutrición.

Ante estas palabras, el senador del Centro Democrático, Miguel Uribe Turbay, recordó al primer mandatario que el último boletín epidemiológico dice que la cifra de niños muertos por desnutrición en la Guajira es de 33 y 119 en todo el país.

El congresista de oposición considera este hecho bastante grave y pide acciones inmediatas. 

Regaño de Petro al ICBF

El Presidente Petro hizo un llamado al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) para cambiar totalmente la política pública de atención a las familias y a la primera infancia.

Según el Jefe de Estado, esta entidad desconoce el concepto de familia que tiene el pueblo wayú, por ejemplo, y también la importancia del agua. Por tanto, el cambio debe partir desde allí.

“¿Cuál es el programa del ICBF para lograr que la Guajira tenga agua potable? El ICBF no tiene ni uno, no ha pensado en eso. Imagínese: el Bienestar Familiar y no ha pensado que la familia necesita agua. Claro, se puede crear, se puede articular, pueden ayudar instituciones estatales que sepan más del agua, pero de partida estamos funcionando mal, porque estamos intentando que un modelo muy cachaco y miserablista de atención a los niños, no se adapte a las condiciones culturales del pueblo wayú, si no al revés, a ver cómo se encajona el pueblo wayú en lo que han ideado en Bogotá, y resulta que eso no es posible”, puntualizó.

De otro lado, el primer mandatario propuso  al pueblo guajiro permitir que la Nación asuma el mantenimiento de la infraestructura del agua en el departamento, una de las falencias regionales por las cuales mueren niños y niñas por falta del vital líquido.

“Esto no está funcionando. Y si volvemos y metemos un billete, y no se hace el mantenimiento, en tres años la mitad de lo que hagamos ya no está sirviendo. Entonces, hay que hacer un acuerdo que, en mi opinión, conociendo un poco el territorio, es que la Nación asuma el mantenimiento”, declaró.

Insistió en que, si se habla de un sistema de agua para la región, tener claridad en cuanto a los datos sobre la misma infraestructura y sobre la gestión de los recursos es fundamental.

“Un sistema es saber dónde está la infraestructura y cuánto cuesta el mantenimiento de cada pozo. Y el costo de reposición de la maquinaria, porque tiene vida útil que se acaba. Y si no se está guardando esa plata, porque nadie la pone, ahí hay un problema. Esos datos no los tenemos, esos datos hay que hacerlos”, agregó.

Preguntó cuánto cuesta mensualmente el mantenimiento de los 565 puntos del agua en La Guajira y quién debe administrar dichos recursos, que provienen del llamado Sistema General de Participación (SGP).

“¿Cómo se hace para que desde el Sistema General de Participación se gire una plata, digamos a un comité para que guarde la plata? Podría guardarla el municipio y cada vez que haya la necesidad del mantenimiento se pueda distribuir; pero eso no lo están haciendo los municipios de La Guajira”, añadió.

El Presidente Petro también reiteró la importancia del departamento en la generación de riqueza a través de su enorme potencial en la generación de energía solar y eólica e invitó al sector privado y a las comunidades, como a las autoridades regionales, a trabajar en el desarrollo de esta iniciativa.

Hidrogeno, el Futuro

Colombia es rico en todo tipo de energía: genera el 70% de su electricidad con hidroeléctricas, es el productor 20 del mundo en petróleo, el 6 en materia de carbón y está lleno de sol, viento y biomasa. Sin embargo, este potencial de generación eléctrica se frena por limitantes de exportación y la creciente complejidad del entorno de permisos.

El hidrógeno, que parecía ser una fuente energética de ciencia ficción, está a décadas de ser parte de la matriz energética y puede ser la llave para destrabar el potencial de energía del país. El hidrógeno no solo es una solución sostenible, además, brinda confiabilidad al sistema eléctrico, que para Colombia es el futuro.

En esencia, la producción de hidrógeno es un proceso que consiste en utilizar energía para romper átomos y aislar el hidrogeno. Si fuera, por ejemplo, agua (H20) se utilizaría la electrólisis para separar el hidrógeno del oxígeno. Una convención es el uso de colores para distinguir entre métodos de producción: verde, se produce con energías renovables; azul, se genera con gas natural, pero con captura del CO2; gris, surge con gas o metano, sin ninguna restricción; negro, con carbón; morado, con energía nuclear y el blanco ocurre naturalmente. Hoy, de las 87 millones de toneladas producidas en 2020, el 95% se producen con hidrocarburos y tan solo el 4% con renovables. Dado la nueva conciencia ambiental, el potencial del verde y azul es inmenso.

En paralelo, la posibilidad de generar electricidad en Colombia para exportar a otros países está limitada, lo hacemos con éxito al Ecuador, pero inclusive esa interconexión da redundancia en momentos de escasez. El Amazonas limita la conexión con Perú y Brasil, el temor de garantía de pago frena buenas iniciativas con Venezuela y, el Darién bloquea la interconexión con Centro América. Limitaciones de exportación, retos de licenciamiento ambiental o de consulta previa, restringen el mercado doméstico aún más.

La potencia de renovables que es La Guajira, con un potencial de más de 8 mil MW, languidece frente a 42 consultas previas requeridas para construir una línea de transmisión. Igual es el caso de la excelente cuenca hídrica del sur del país, pero que tampoco es posible interconectar con el sistema nacional. Si dependemos del sistema eléctrico, estos proyectos están a décadas de desarrollar su potencial, el hidrogeno hace viable estos proyectos.

La oportunidad es generar hidrógeno colombiano para transformarlo en Amonia (NH3) o Metanol (CH3OH), los cuales pueden ser fácilmente exportados. El mercado global de hidrógeno vale US$135 mil millones, pero cada vez exige más que sea verde o azul. En Colombia sobra el viento, el sol y el agua para producirlo. Con avances tecnológicos de captura carbón esto le podría dar una segunda vida a la industria del carbón térmico. Nuestro mercado natural es el este de EEUU, aunque puede haber oportunidades en Asia.

Se le ha hecho tarde al Congreso y al Min Minas para presentarle al país una ley marco de hidrógeno. Si bien es verdad que existe una ley de renovables, esta tenía otras tecnologías en mente. Deben existir incentivos, una entidad responsable para su regulación y otra para su promoción. Ojalá no se muera en la falta de claridad regulatoria y tramitología eterna que está liquidando a otros proyectos de renovables, se requiere una señal clara.

 

 

Incautan 800 mil cajetillas de cigarrillos de contrabando

La operación “TABACUM”, liderada por investigadores de la Policía Fiscal y Aduanera, permitió la incautación de 883.500 cajetillas de cigarrillos por un valor comercial de $1.516 millones de pesos. Logrando establecer que estos presuntos delincuentes comercializaban un 10% de esta mercancía en la ciudad de Bogotá D.C., y el 90% restante era transportado hacia el departamento de Nariño.

Esta organización criminal transportaba desde el departamento de la Guajira y Puertos del Caribe cigarrillos, mediante vía terrestre por el Consorcio de Transporte hacia la ciudad de Bogotá en vehículos con sistema termo King (refrigerados). Estas personas intentaron burlar el control de las autoridades simulando el transporte de alimentos. Los investigadores establecieron que estos delincuentes escoltaban los carros para dar aviso de la presencia de la Policía Nacional.

Los investigadores identificaron un parqueadero de 6.160 MT2 en la ciudad de Bogotá, que era utilizado por los delincuentes para reuniones, cargue y descargue de la mercancía de contrabando. Este inmueble fue afectado con medida cautelar de Extinción de Dominio.

En la Operación, a través de 15 diligencias de registro y allanamiento, se logró la captura simultanea de 10 personas por orden judicial en las ciudades de Bogotá, Cartagena e Ipiales, por los delitos de Contrabando, Favorecimiento del Contrabando y Concierto para Delinquir.

¡Eureka!

Buenas Noticias

El yacimiento Uchuva – 1, ubicado a 32 kilómetros de la Costa, es un importante hallazgo y su anuncio es una muy buena noticia para el país, en momentos en los

que debido a la declinación de los campos de La Guajira y del pie de monte llanero sus reservas probadas han caído hasta los 3.1 TPC, que solo le alcanzan para 8 años. Este anuncio se viene a sumar al del descubrimiento de otro yacimiento tan importante como ese, el de ORCA – 1 en 2014, primer descubrimiento en aguas profundas en el Caribe colombiano a 674 metros de profundidad. Otro descubrimiento que antecede al de Uchuva 1 es el de Kronos – 1 en el año 2015, esta vez a 1.584 metros de tabla de agua. Todos ellos están ubicados en el Bloque Tayrona costa afuera (offshore), compartido por los departamentos de La guajira y el Magdalena, confirmando que el mismo constituye lo que se denomina una gran Provincia gasifera, de enorme prospectividad.

Se estima que la magnitud de las reservas de Uchuva – 1 es equivalente al actual volumen de reservas probadas, es decir que ampliaría el horizonte del coeficiente reservas/producción (R/P) otros 8 años más. Su localización es estratégica, porque está a solo 80 kilómetros de las dos Plataformas de Chuchupa, lo cual permitirá utilizar sus facilidades para poder extraer el gas y conectarse con la misma y así empalmar con el gasoducto Ballenas – Barrancabermeja y Ballenas – Cartagena para su transporte hasta los centros de consumo.

Son socios de este proyecto ECOPETROL con el 55.6% y PETROBRAS, líder mundial de la inversión offshore, con el 44.4%, siendo este último operador del mismo, poniendo a su servicio su muy amplia experiencia en la explotación de este tipo de yacimientos enclavados en aguas profundas y metaprofundas.

Las buenas noticias de las cuales ha sido portador el Presidente de ECOPETROL Felipe Bayón no terminan con el anuncio del descubrimiento de Uchuva – 1. A este siguió la confirmación de la extensión del descubrimiento que tuvo lugar en 2017 denominado Gorgon – 1, localizado a 70 kilómetros del Departamento de Córdoba.

Gracias al pozo exploratorio y delimitador se comprobó la presencia de gas en el área, configurándose otra provincia gasífera costa afuera con la que no se contaba. Este campo es operado por ECOPETROL en asocio con la petrolera angloholandesa Shell como operadora.

En medio de estos anuncios ha pasado por desapercibido otro no menos importante. Se trata del María Conchita, ubicado a sólo 14 kilómetros de la plataformas de Chuchupa, a cargo de N G Energy, las primeras perforaciones tuvieron lugar en 2018. En este caso, a diferencia de los demás ya se ha podido establecer la magnitud del yacimiento. Se estiman sus reservas en 5.08 billones de pies cúbicos y una capacidad de producción de 16 MMPCD. Las entregas de esta se viene dando utilizando como punto de conexión con el Transporte Nacional de Gas de Colombia (SNTE) las facilidades del gasoducto de la compañía Transportadora de Gas Internacional (TGI) que opera el Grupo Energía Bogotá (GEB).

La historia se repite

Una vez más, en momentos en los que Colombia más necesita del gas natural, por sus precarias reservas y por estar llamado a ser el combustible – puente de la Transición Energética, la región Caribe y La Guajira en particular le dan la mano. Por eso esperamos que Colombia sea recíproca y nos tienda la mano para salir de la crisis económica y social que nos agobia.

Aquí hagamos una digresión para destacar que el gas natural vehicular (GNV) reduce en un 99% las emisiones de material particulado (PM2.5) y los óxidos de azufre y en un 30% las emisiones de CO2, en comparación con la gasolina y el diésel-motor. Y en comparación con el uso del carbón, especialmente para la generación de energía, sus emisiones son menores entre un 50% y 60%. Según reciente Informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE), “el 98% del gas que se consume hoy tiene una intensidad de emisiones de ciclo de vida más baja que el carbón cuando se usa para energía o calor. Entre el 2008 y 2018 el cambio de carbón a gas alrededor de 500 millones de toneladas de CO2”.

El caso de EEUU es un ejemplo patético: sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) han disminuido el 13% con respecto al 2007, al igual que en España, y la explicación primordial estriba en la sustitución del carbón por el uso del gas natural de los ciclos combinados en las centrales térmicas de generación impulsada por el ex presidente Barack Obama. En el año 2019, particularmente las emisiones de CO2 se redujeron en una proporción del 15%.

Ello llevó a la Comisión Europea, liderada por Ursula von der Leyen, el pasado 2 de febrero, mucho antes de la invasión rusa a Ucrania a incluir y considerar al gas natural como actor “clave en la Transición Energética y lucha contra el cambio climático”. Según ella, esta decisión permitirá “abandonar más rápidamente actividades más contaminantes, como la generación de energía a partir del carbón; a favor de un futuro climáticamente neutro y basado de forma preponderante en fuentes renovables”, enfatizó.

El gas, “gracias a unas virtudes que le colocan en una situación relativa mejor que el carbón o el crudo, se sitúa como la fuente de energía más adecuada en la costosa transición hacia el mercado dominado por las renovables. Hasta cierto punto – sobre todo el GNL – garantiza la independencia energética y exhibe flexibilidad operativa para transformarse en electricidad. Los próximos quince años serán del gas”. Por algo el gas ha sido considerado el príncipe de los energéticos, llamado a ocupar el lugar del petróleo cuando este, que sigue siendo el rey, sea destronado.

La historia se repite, en la década del 70, cuando Colombia perdió la autosuficiencia petrolera y durante 10 años (1975-1985) tuvo que importar el crudo para cargar sus refinerías, se acababa de descubrir el mayor yacimiento de gas natural libre en La guajira (Ballena, Chuchupa y Riohacha), lo cual le permitió hacer más llevadera la crisis desatada, sustituyendo el consumo de fuel Oil en sus plantas de generación de energía por gas natural, así como la gasolina-motor en los vehículos por gas natural, amén del masivo uso del gas natural. Hoy, gracias a estos anuncios, 10.5 millones de usuarios del gas en el país pueden respirar más tranquilos, puesto que de esta manera se espanta el fantasma de las importaciones para cubrir su déficit.

Valga decir que estos últimos descubrimientos, más el de Purple Ángel, en el Golfo de Morrosquillo, en 2017, se dan en momentos en los que, debido a la invasión de Rusia a Ucrania y las sanciones impuestas por los países Aliados, encabezados por Estados Unidos y la Unión Europea (UE) y la decisión de Putin de cortarle el suministro de gas a la UE, que depende en un 40% del mismo, ha elevado ostensiblemente su precio, pasando de US $3.2 el millón de BTU a más de US $5.

Estos descubrimientos refuerzan mi propuesta de montar en La Guajira una planta bidireccional, que permita la licuefacción de gas para exportarlo cuando tengamos excedentes y/o regasificarlo en la eventualidad de que tengamos que importarlo para cubrir un déficit temporal. Ello, en lugar de insistir, como lo hizo la administración Duque, en el embeleco en el que persiste el actual gobierno de montar una planta regasificadora en Buenaventura solo para importarlo, con lo cual, de paso, se estaría desalentando y desincentivando la exploración y explotación del potencial de gas con el que contamos. Huelga decir que, debido a la actual coyuntura internacional la cotización del gas natural en los mercados internacionales está pegada al techo, superando los US $8 el MMBTU.

Estos hallazgos ponen de manifiesto que los hidrocarburos sólo se encuentran si se buscan y la inconveniencia de detener la actividad exploratoria a sabiendas de que las reservas con las que se cuenta son muy precarias. En cuanto al gas natural se refiere las reservas probadas con las que cuenta el país, 3.16 TPC, sólo garantizan la autosuficiencia por los próximos 8 años.

El peligro de la autocomplacencia

Hay que recibir con beneficio de inventario el anuncio a través de los medios sobre el incremento de dichas reservas, las cuales, según la ANH pasaron de 2.9 TPC en 2020 a 3.1 TPC en 2021, incrementándose en 224 GPC netos, el 6.6%. Si a esta cifra se le adiciona la producción reportada por la ANH el año anterior de 395 GPC, el total del aumento de las reservas fue aún mayor, de 619 GPC, para un incremento del 21% (¡!).

Pero, la real realidad es que al desagregar este último registro, al igual que ocurrió también con las mayores reservas reportadas de petróleo, sólo 80 GPC corresponden a la incorporación de nuevas reservas por cuenta de descubrimientos o hallazgos. 211 GPC se deben a “reclasificaciones” de reservas contingentes a probadas, 202 GPC a “revisiones técnicas”, 62 GPC a “recobro mejorado” y 55 GPC al aumento de precios. Y de contera desde el 2012 los mayores campos de gas, las de La Guajira y las del pie de monte llanero, han estado en franca declinación. La euforia que despiertan las albricias, entonces, no nos pueden llevar a la autocomplacencia y a bajar la guardia, pues el fantasma de la importación de hidrocarburos (petróleo y gas natural) nos sigue rondando.

En este sentido también tenemos buenas noticias. Me refiero al paso que acaba de darse, después de una larga espera, de la interconexión de las dos grandes redes de gasoductos con las que cuenta el país (el que opera PROMIGAS y el que opera el GEB) integrando en un solo mercado, que estaba segmentado, las reservas y la producción de gas del Caribe colombiano con las del interior del país. Ello permitirá hacia el futuro que el transporte del gas se pueda dar en ambos sentidos según las necesidades y la demanda regional y así no estar expuestos a la paradoja de acusar déficit de suministro en uno de los mercados concomitantemente con excedentes de producción en el otro por no contar con la infraestructura que permitiera el flujo de gas en ambos sentidos.

Primer caso de Viruela Símica en La Guajira

El secretario de Salud de La Guajira, Armando Pulido, confirmó que un hombre de 35 años presenta el primer caso de la viruela del mono en este departamento. El individio se encuentra cumpliendo su proceso de aislamiento.

«Hemos recibido por parte de Instituto Nacional de Salud la confirmación de este primer caso de la viruela del mono en el departamento de La Guajira y en estos momentos se encuentra aislado y lo tenemos en estricta vigilancia», dijo el funcionario.

Las autoridades en el municipio de Albania ejecutaron un cerco epidemiológico para evitar una propagación de la enfermedad en la zona y realizan además un seguimiento a las personas que tuvieron contacto con esta persona en las últimas semanas.

La Alcaldía de Albania explicó que la persona afectada con la viruela del mono recientemente había llegado procedente de la ciudad de Bogotá, donde indagan con quién tuvo contacto.

Operativo contra falsificadores de moneda extranjera en La Guajira

Imagen de referencia/Cortesía

Las investigaciones de  la Fiscalía General de la Nación contra la falsificación y comercialización de moneda nacional y extrajera permitieron identificar y judicializar a tres presuntos articuladores de una red dedicada a esta actividad criminal, en zona de frontera con Venezuela.

Unidades del CTI de la Fiscalía detectaron en Maicao (La Guajira), un inmueble en el que funcionaba un centro ilegal de elaboración a gran escala de dólares y pesos colombianos. En el lugar fueron encontrados una imprenta industrial, impresoras, tintas, una máquina tarjetera, negativos y plantillas para fabricar billetes de diferentes denominaciones. Adicionalmente, fueron hallados 476.670 dólares falsos; cerca de 5 millones de pesos y 530 láminas listas para ser impresas.

Las divisas extranjeras falsificadas, al parecer, eran enviadas en encomiendas o a través de los denominados ‘correos humanos’ a Venezuela y Panamá. En estos países diversos enlaces de la organización delictiva las ingresaban al sistema financiero. De otra parte, los pesos colombianos eran distribuidos en tiendas de barrio, pequeños supermercados, en el transporte público y entre prestamistas informales.

Uno de los capturados es José Alfonso Díaz Aguilar, presunto cabecilla de la estructura delincuencial, encargado de contactar a los enlaces que movían las divisas. Además, se estableció que habría adquirido en varias oportunidades bolívares para darles apariencia de legalidad y utilizarlos en transacciones financieras. Otro detenido es Greyser Deivis Socarrás Rivera, quien tendría a su cargo la impresión de los billetes y su modificación para que parecieran auténticos. Asimismo, está Marco Tulio Pérez Charris, supuesto responsable de ‘maquillar’ los billetes, acudiendo a tinturas y técnicas artesanales para resaltar logos, símbolos y sellos de seguridad.

Una fiscal de la Dirección Especializada contra las Organizaciones Criminales imputó a estos tres hombres los delitos de falsificación de moneda nacional o extranjera, tráfico de moneda falsificada y concierto para delinquir. Los procesados  deberán cumplir medida de aseguramiento en centro carcelario, mientras que Pérez Charris permanecerá privado de la libertad en su lugar de residencia. No aceptaron cargos

«Fuerza Pública defenderá la transición energética»: Mindefensa

El Ministro de Defensa, Diego Molano, advirtió que la Fuerza Pública ya diseñó la estrategia de defensa para la transición energética de Colombia.

«Desde el departamento de La Guajira, las Fuerzas Militares y de Policía ya pusieron en ejecución el Plan de Seguridad y Protección a la transición energética. Se ha diseñado un ejercicio para proteger durante los próximos 30 años los parques eólicos y solares», advirtió el Ministro Diego Molano.

Según las autoridades, esta estrategia anunciada por el Gobierno Nacional cuenta con tres frentes de trabajo.

El primero de ellos tiene que ver con la custodia y protección a las vías por dónde se trasladarán los materiales e insumos para la construcción de los parques eólicos y solares que entrarán en operación durante los próximos años.

El segundo frente de trabajo se refiere al trabajo coordinado y articulado para que durante el tiempo de construcción de dichos proyectos de infraestructura crítica, se den las garantías de seguridad tanto para la comunidad cómo para el personal que labora con las compañías encargadas de esta transición energética del país.

Y en tercer lugar, se encuentra el frente de trabajo encargado de la construcción e implementación de nuevas y futuras capacidades de comunicación y vigilancia remota, a fin de realizar un seguimiento de seguridad en toda la extensión de La Guajira y su área fronteriza con el vecino país.

El Mayor General, Gerardo Melo Barrera, Comandante de la Primera División del Ejército Nacional, aseguró que actualmente el área de influencia de las empresas que están construyendo los primeros proyectos para la transición energética del país, ya cuentan con el acompañamiento en seguridad brindado por 3 batallones, los cuales cumplen con tareas relacionadas con él control de frontera, el control extensa de área y la protección de activos estratégicos de la Nación.

Los dispositivos y las capacidades con las que cuenta la Fuerza Pública están al servicio de la ruta que emprendió Colombia con el propósito de convertirse en un país carbono-neutral para el año 2050, protegiendo así la biodiversidad y la naturaleza.

Se espera que con la llegada de esta inversión para la generación de energías renovables no convencionales a esta zona del país, a futuro se construyan más bases militares y comandos de policía en la Alta Guajira, a fin de facilitar la protección y seguridad de la infraestructura que mejorará la matriz energética del país.

Los proyectos de generación de energía eólica y solar que se vienen construyendo en La Guajira, son de interés nacional y de carácter estratégico para el Gobierno, porque gracias a ellos se estima la reducción de 9 millones de toneladas de CO2, con una producción posible de 3.131 megavatios, representada en el 12l% de la energía en la matriz de generación nacional.

Hambre y sed, el doloroso panorama en la olvidada Guajira colombiana

Bajo el inclemente sol de La Guajira mueren cada año decenas niños por desnutrición, a pesar de que una sentencia de la Corte Constitucional colombiana obligó a las instituciones a garantizar el agua, la alimentación y la salud al pueblo indígena wayuu, que sufre las peores consecuencias de la pobreza.

Numerosos políticos han hecho campaña en La Guajira durante el actual periodo electoral, pero los pobladores denuncian que cuando sean elegidos se olvidarán de ellos.

«Una tiene que seguir adelante, por sus otros niños. Hay que ser fuerte. Yo soy fuerte», dice la wayúu Sonia Epieyú, mientras vela a su hijo de apenas nueve meses de edad sobre las vías del tren que conduce a la mina de carbón El Cerrejón.

El pequeño murió en un hospital de la capital regional, Riohacha, después de haber sido trasladado desde su comunidad rural de origen, conocida como Toolomana, tras sufrir numerosos vómitos. Sus familiares aseguran que estaba desnutrido.

«Cuando los funcionarios llegaban a la comunidad me lo pesaban, y me daban la tallita. Nada más. Me ofrecieron una receta de una fórmula (de vitaminas, alimenticia) pero no me la quisieron dar en la tienda porque me dijeron que quien tiene que hacer el documento es la nutricionista», denuncia Sonia.

El pequeño ataúd blanco al que todos miran da cuenta de la tragedia que se vive en La Guajira. No es un caso aislado. En lo que va de año han fallecido 21 niños menores de cinco años por desnutrición o causas asociadas a esta, según el Instituto Nacional de Salud (INS).

El flagelo tampoco es nuevo. Al menos 118 niños murieron por las mismas dolencias en 2018, 84 en 2019, 65 en 2020 y una veintena el año pasado, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).

Son las consecuencias de la miseria en una región donde el 63 por ciento de los habitantes sufre pobreza monetaria y el 52 por ciento multidimensional.

El valor del agua

La mayoría del departamento, situado en el extremo norte colombiano –y sudamericano– tiene un clima semidesértico, con muy escasas precipitaciones que impiden el acceso al agua potable, garantizado para apenas el 20 por ciento de la población, una posibilidad casi nula en las zonas alejadas de centros urbanos de la media y la alta Guajira.

En las comunidades más lejanas, llamadas rancherías, construidas en zonas muy áridas y compuestas por apenas unas casas construidas con caña atada, tienen que recurrir a pozos rudimentarios, de los que brota líquido a menudo salado, o a pequeños embalses artesanales, llamados jagüeyes, que recogen agua de lluvia. El líquido acaba embarrado y, en muchas ocasiones, no es apto para el consumo, teniendo el potencial de generar enfermedades.

El agua en La Guajira es el bien más preciado, pero también puede matar.

Miles de personas recorren cada día decenas de kilómetros para obtener el preciado líquido de esos lugares, situados en lugares estratégicos entre las comunidades. Otros han recurrido a ingenios que tampoco garantizan el acceso a agua apta para el consumo.

Es el caso de la ranchería Sibalú, situada a unos 40 minutos de Uribia, considerada la «capital indígena de Colombia» y donde el 92 por ciento de la población vive en pobreza multidimensional.

Allí los pobladores han construido un pozo profundo de anillos y recogen el agua, almacenada a unos 20 metros de profundidad, dándole vueltas a una manivela. Es una solución de urgencia, ya que el agua que emana del ingenio tampoco está purificada, y puede ser contaminada con cualquier objeto u animal que caiga dentro y quede atrapado o muera.

Ni siquiera ese pozo evita que la tragedia llegue también a Sibalú, un conjunto de unas cinco casas, dos de caña y tres de cemento vivo erigidas sobre la tierra, en pleno epicentro semidesértico.

Tras el alambre de espino que protege de los animales el pequeño cementerio de la ranchería está la tumba del pequeño Fabián. Murió en abril, también por causas asociadas a la desnutrición.

«Estaba muy delgado»

«Aquí no hay empleo. Eso nos deja débiles. No tenemos fuerzas, y de ahí se desencadenan otras necesidades, como la alimentación. El niño no tenía una estabilidad o fuente de ingreso que lo favoreciera», dice junto a la sepultura Mónica Epineyú, su abuela.

Tumbada en una hamaca, colgada dentro de una de las casas de concreto, de dimensiones más reducidas que las celdas de muchas prisiones, se encuentra Mónica, la madre del pequeño.

«Estaba muy delgado», dice entre lágrimas, mientras otra de las mujeres de la comunidad explica las necesidades que tienen. «El poco dinero que uno consigue es para ellos, para los niños, y es muy poquito. No para que tengan buenas defensas. No hay fruta. No hay vitaminas. No hay agua limpia, porque el agua del pozo no está dulce», lamenta.

El problema de la falta de agua obliga también a las familias a desviar dinero para ese menester, evitando el gasto en mejores alimentos.

La comunidad de Sibalú se dedica al pastoreo de unas pocas cabras, y también a la artesanía, pero los pagos son muy pobres. «Nosotras cobramos 15.000 pesos (unos 3,5 euros) por crear unos bolsos que tardamos días en coser, y los hilos son muy caros», lamenta la madre de Fabián.

La Corte Constitucional colombiana emitió en 2017 una sentencia con 210 órdenes dirigidas a 25 instituciones con el objetivo de paliar la situación de pobreza de la Guajira, tras recibir informes que recogían la muerte de 4.770 niños por causas relacionadas con la desnutrición en la década anterior. Los pobladores aseguran que el cumplimiento de esa sentencia es lento e insuficiente.

Una de las soluciones ha sido la contratación de camiones de agua, que no llegan a buena parte de las rancherías por el mal estado de las vías, la mayoría no asfaltadas, y también por la corrupción. Al menos 374 niños han fallecido por causas evitables desde 2017.

La pobreza profunda en Uribia afecta también a comunidades cercanas al núcleo urbano, exacerbada en los últimos años por la masiva llegada de migrantes procedentes de Venezuela.

Los wayúu son un pueblo binacional, y muchos cruzaron la frontera tras el inicio de la crisis política, social y económica en el país vecino.

Al menos 13.500 personas pueblan ‘Aeropuerto’, un barrio de invasión creado sobre una antigua pista para aviones. La necesidad es palpable nada más pisar el lugar.

María Jusayú vive con sus dos hijos en una diminuta cabaña fabricada con caña y otros elementos encontrados en la calle. Su hija más pequeña sufre una evidente y diagnosticada desnutrición.

«Vino una nutricionista y me dijo que no tenía el peso adecuado de una niña de un año. Pesa seis kilos y debería pesar entre diez y catorce. Me han dejado un compuesto de vitaminas», expresa la progenitora.

«Ella come lo que yo pueda conseguirle. No la alimento adecuadamente. No le doy purés, muy de vez en cuando. Si nosotros comemos arroz, una vez al día, yo le hago arroz. Come lo que hay», lamenta María.

La mala praxis de parte de los elementos de la Administración asola también a La Guajira. El departamento ha tenido doce gobernadores en la última década. La mayoría han sido destituidos por casos de corrupción que, en ocasiones, están relacionados con los fondos destinados a la infancia.

Inhabilitan por 10 años a Oneida Pinto

La Procuraduría sancionó con destitución e inhabilidad a la exgobernadora, Oneida Pinto, por el contrato adjudicado a dedo para implementar nuevas tecnologías en el departamento de la Guajira.

El contrato firmado por  $20.453.932.366, fue adjudicado a la Fundación Empresarial de Nuevas Tecnologías de la Información de Colombia (Funtics).

El Ministerio Público evidenció que dicho contrato no contó con los principios de transparencia y responsabilidad de la contratación estatal.

En su momento, el órgano de control, a través de su Delegada para la Vigilancia Preventiva de la Función Pública, advirtió en un informe de cinco  puntos que podrían presentarse irregularidades en este proceso licitatorio adelantado por la Gobernación de La Guajira; sin embargo, a pesar de ello el proceso siguió su curso.

La conducta de la exgobernadora fue calificada de forma definitiva como falta disciplinaria gravísima a título de culpa gravísima.

El fallo cobija también a la exsecretaria de Educación, Bely Gneco; al exdirector Operativo, Gilbert José Meza Cerchar, y al profesional universitario de la administración departamental, para la época de los hechos, Gerardo Cujia Mendoza, sancionados con destitución e inhabilidad general por el término de nueve años.

Interceptan lancha con cocaína

La Armada de Colombia, logró la interdicción de una embarcación tipo “Go Fast” con 299 kilogramos de clorhidrato de cocaína que eran transportados por dos sujetos.

Durante la operación se hizo seguimiento detallado a una embarcación sospechosa que habría salido de las costas de La Guajira, transportando sustancias estupefacientes.

Con el despliegue de una Unidad de Reacción Rápida de la Estación de Guardacostas Primaria de Santa Marta, se logró la interdicción de la lancha a 48 millas náuticas al noroeste de Puerto Bolívar, La Guajira, con dos sujetos de nacionalidad colombiana, quienes transportaban 12 costales con 300 paquetes rectangulares con presunta sustancia ilícita. Al momento de realizar las Pruebas de Identificación Preliminar Homologadas arrojó positivo para clorhidrato de cocaína con un peso neto de 299,71 kilogramos.

Así mismo, durante la operación se incautaron 378 galones de combustible.

El alijo que al parecer tenía como destino las costas de República Dominicana, alcanzaría un costo en el mercado ilegal internacional de más de diez millones de dólares, por lo cual gracias a este resultado se dejarán de comercializar aproximadamente 750 mil dosis en las calles del mundo.