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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Medellín

¿De qué hablaron los alcaldes de Cartagena, Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla con John McNamara, ‘Bernie’ Moreno y Rubén Gallego?

En el Palacio de La Aduana, sede de la Alcaldía de Cartagena, se llevó a cabo un importante encuentro entre una delegación del Gobierno de Estados Unidos y los alcaldes de las principales ciudades de Colombia, con el objetivo de fortalecer la cooperación bilateral y avanzar en iniciativas conjuntas en seguridad, inversión y desarrollo urbano sostenible.

La comitiva estadounidense fue encabezada por el embajador John McNamara, el senador republicano por Ohio, Bernardo ‘Bernie’ Moreno, y el senador demócrata Rubén Gallego. En representación de Colombia, acompañaron al anfitrión, el alcalde de Cartagena Dumek Turbay, sus homólogos Federico Gutiérrez (Medellín), Carlos Fernando Galán (Bogotá), Alejandro Eder (Cali), y Ana María Aljure, delegada de la Alcaldía de Barranquilla.

 

Durante la reunión, las partes acordaron establecer canales directos de comunicación entre legisladores estadounidenses y autoridades locales colombianas, con el propósito de impulsar una agenda conjunta en áreas clave como inversión extranjera, seguridad hemisférica, turismo sostenible, innovación tecnológica y diplomacia económica.

«Nos honra profundamente recibir esta visita de alto nivel. Cartagena, como ciudad puerto estratégica para el Caribe, enfrenta grandes desafíos en materia de seguridad, y es clave contar con el respaldo de aliados históricos como Estados Unidos», expresó el alcalde Dumek Turbay.

Turbay subrayó que, si bien la ubicación geográfica de Cartagena le otorga ventajas logísticas, también la expone a ser blanco del crimen organizado y el narcotráfico, razón por la cual solicitó el respaldo del gobierno estadounidense para implementar estrategias conjuntas que refuercen la seguridad local y regional.

Por su parte, el senador Bernie Moreno destacó el papel protagónico de los gobiernos locales en el fortalecimiento de la democracia en Colombia:

«Creemos que el futuro democrático del país estará liderado por sus alcaldes. Queremos ser no solo los principales socios comerciales de Colombia, sino también aliados estratégicos de sus regiones. Este compromiso es inquebrantable», aseguró.

El senador demócrata Rubén Gallego, en la misma línea, reiteró el respaldo de Estados Unidos a los mandatarios locales para impulsar el desarrollo económico y garantizar la seguridad ciudadana.

Los alcaldes Gutiérrez, Galán y Eder coincidieron en la necesidad de articular un bloque regional que fomente relaciones sólidas con Estados Unidos y fortalezca la autonomía territorial frente a desafíos comunes como la inseguridad, el desempleo y la migración.

«Este encuentro nos demuestra que no estamos solos. Es momento de dejar de lado divisiones ideológicas y construir alianzas reales con quienes creen en la democracia y el progreso», afirmó el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez.

Juanes celebró su cumpleaños en la tarima del Superconcierto de la Feria de las Flores en Medellín

Una vez más Juanes puso a vibrar el estadio Atanasio Girardot de Medellín con un superconcierto de la Feria de las Flores en donde estuvo acompañado por Juan Luis Guerra.

La lluvia no detuvo las emociones de los ciudadanos que tenían las ganas de disfrutar de las canciones y la presentación del artista paisa que ha recorrido la mayoría de países del mundo dejando con sus letras esperanzas de amor y reconciliación.

 

Los encargados de abrir el espectáculo fueron Sofía Crombie, de Medellín Music Lab. La seguieron Nacho Acero, Juan Duque y Miguel Bueno. También participó Victor Manuelle quien rindió homenaje a Frankie Ruiz.

Las emociones no se hicieron esperar cuando se anunció la salida del merenguero y rey de la bachata, Juan Luis Guerra. Por supuesto, los gritos no pararon cuando se vio en el escenario a Juanes con su guitarra interpretando éxitos como Mala Gente; Volverte a ver y Nada Valgo sin tu amor.

La sorpresa llegó cuando su esposa, Karen Martínez, apareció en la tarima con una torta de cumpleaños para Juanes, quien cumplía 53 años.

Fico está convirtiendo a Medellín en una capital del crimen

Mientras Federico Gutiérrez pasa su tiempo como alcalde entre viajes y campaña, Medellín vive una crisis de violencia para la cual la alcaldía no tiene respuesta. Según el informe de Corpades, los homicidios pasaron de 159 en el periodo enero–julio de 2024 a 185 en ese mismo lapso de 2025, un incremento del 16.4% que no responde a ajustes en el conteo, sino al deterioro de la convivencia ciudadana y al auge de la violencia de género.

En primer lugar, el repunte de homicidios en Medellín no obedece a enfrentamientos entre estructuras criminales transnacionales —como quisieran mostrar los discursos oficiales—, sino a choques de intolerancia y agresiones de carácter íntimo. El informe de Corpades evidencia que los casos atribuidos a riñas e intolerancia social superan ya a los ligados a grupos armados, acumulando 46 muertes por convivencia y 11 por violencia de género hasta el 11 de julio de 2025 .

 

Este fenómeno revela la incapacidad de la Alcaldía para implementar políticas de prevención y mediación comunitaria: no bastan operativos reactivos ni retóricas sobre mano dura con el crimen si no hay educación ciudadana, comités de paz barriales ni atención oportuna a la violencia intrafamiliar. Las muertes en Medellín están causando la intolerancia, pero para Federico Gutiérrez la tarea principal de un alcalde es liderar la oposición contra el Gobierno Nacional en vez de garantizar la convivencia en la ciudad.

En segundo lugar, la flamante sede de Interpol en Medellín —celebrada por el alcalde como un triunfo personal— desnuda cómo la ciudad se ha convertido en imán de criminales internacionales. En apenas siete meses, al menos 18 fugitivos con notificación roja han sido capturados en el Valle de Aburrá, un promedio de más de dos por mes. Lo más alarmante: entre ellos figuran abusadores sexuales buscados por Paraguay, Estados Unidos y México, como José Antonio Fandiño Hidalgo e Iván Lozano, señalados de coacción sexual, violación de menores y pornografía infantil. Cada detención de un depredador debería haber sido una alerta para reforzar controles migratorios y redes de protección a víctimas; en cambio, la gestión de Fico se jacta de resultados ajenos mientras Bogotá asume los costos políticos de esta omisión.

No es casualidad que, en medio de esta crisis de convivencia y del estigma de “ciudad refugio” para el crimen, la Alcaldía no exponga un plan integral de seguridad ciudadana. Fico ha preferido atacar de forma diaria al Presidente como excusa ante la opinión pública. Sin embargo, nadie dialoga con un abusador sexual para proteger a un barrio. La falta de dotación de Casas de Justicia, la escasa inversión en campañas de resolución pacífica de conflictos y la ausencia de rutas claras de atención a mujeres víctimas ilustran un descuido prácticamente deliberado.

Es hora de exigir a la Alcaldía un giro radical: que deje de vender espejismos de seguridad y diseñe, con el respaldo del Gobierno Nacional, políticas de convivencia, prevención de la violencia de género y control migratorio inteligente. Medellín no necesita más banderas decorativas ni selfies con agencias internacionales; necesita comedores escolares que eduquen en tolerancia, protocolos de atención a víctimas de abuso y una estrategia unificada de “Paz Urbana” que no se quede en los titulares. Si el alcalde Gutiérrez no asume este reto, quién pagará las víctimas será la ciudadanía.

Alejandro Toro

El turismo rural que se mueve alrededor de Medellín con la Feria de las Flores

Con la llegada de agosto, Medellín se llena de color, tradición y turistas. La Feria de las Flores, uno de los eventos culturales más importantes de Colombia, se celebra del 1 al 10 de este mes, atrayendo a más de 60.000 viajeros internacionales, según cifras de la Alcaldía. Sin embargo, el impacto del evento trasciende las calles de la capital paisa: pueblos cercanos como Santa Elena, Guatapé y Jardín reportan un aumento significativo en la demanda turística, evidenciando una tendencia creciente hacia el turismo rural y cultural.

De acuerdo con un informe reciente de la plataforma de actividades turísticas Civitatis, la búsqueda de experiencias fuera de Medellín ha crecido un 27 % durante esta temporada. “Los viajeros internacionales ya no se conforman con los destinos tradicionales. Buscan experiencias auténticas que los conecten con la historia, la cultura y la vida cotidiana de los lugares que visitan. Antioquia tiene una oferta inigualable en este sentido”, afirma María Carolina Padilla, country manager de Civitatis.

 

Santa Elena: el corazón de la tradición silletera

Aunque el tradicional desfile de silleteros recorre las principales vías de Medellín, es en Santa Elena donde realmente florece esta manifestación cultural. Declarada patrimonio cultural inmaterial de Colombia en 2003, la tradición silletera se mantiene viva gracias al trabajo de familias campesinas que durante la Feria abren sus fincas para compartir esta herencia.

En este corregimiento, los visitantes pueden participar en un tour exclusivo de temporada que les permite seleccionar entre más de 25 variedades de flores y aprender a armar una silleta con artesanos locales. Más allá de una experiencia manual, se trata de un espacio de encuentro intergeneracional donde la tradición se transmite con orgullo y emoción.

Guatapé: entre sabores, colores y naturaleza

Guatapé, uno de los destinos más visitados de Antioquia durante todo el año, incrementa su atractivo durante la Feria. El tour más solicitado combina visitas a pueblos como Marinilla, El Peñol y el Alto del Chocho, donde los viajeros degustan productos locales como el fiambre antioqueño, fresas frescas, pan bobo con chocolate y tomate de árbol con panela.

La experiencia culmina en Guatapé con un recorrido por su vibrante centro histórico y una visita a la Piedra del Peñol, ícono natural del oriente antioqueño. A bordo de un paseo en barco por la represa, los visitantes disfrutan no solo del paisaje, sino también de una conexión directa con las comunidades rurales que dan vida a la región.

Jardín: arquitectura, café y tradición

Otro de los grandes beneficiados por la Feria de las Flores es Jardín, considerado uno de los pueblos más hermosos de Colombia. El recorrido hacia este destino parte de Medellín y atraviesa municipios como Hispania y Andes, zonas rodeadas de fincas cafeteras que reflejan la esencia agrícola de Antioquia.

En Jardín, los turistas caminan por calles adoquinadas bordeadas de casas coloridas, visitan la Basílica de la Inmaculada Concepción, la tradicional Casa de los Dulces y el famoso café Macanas. La jornada concluye con un almuerzo típico antioqueño, un cierre ideal para una experiencia que mezcla historia, sabor y hospitalidad local.

Un llamado a vivir la cultura desde lo cotidiano

La Feria de las Flores se consolida no solo como una celebración de ciudad, sino como una plataforma que impulsa el turismo rural y cultural en Antioquia. Santa Elena, Guatapé y Jardín son solo algunos ejemplos de cómo las tradiciones, la gastronomía y los paisajes de la región conquistan a un público que busca más que entretenimiento: busca conexión y sentido.

Mientras Fico pasea, en Medellín no hay cómo pagar los arriendos

En la última década, Medellín ha experimentado un alza imparable en los cánones de arrendamiento, un crecimiento masivo de las rentas temporales y una avalancha de compras de vivienda por parte de inversionistas extranjeros. Este fenómeno de gentrificación no es un mero cambio urbano: es un éxodo silencioso que amenaza el derecho a una vivienda digna de miles de familias y pone en jaque la identidad y la diversidad social de la ciudad.

En el 2024 el precio del metro cuadrado en Bogotá tuvo un crecimiento del 5%. En Medellín, de acuerdo a Camacol, el precio del metro cuadrado aumentó en un 9% en los estratos altos y, más preocupante aún, entre el 12% y el 16% para los estratos medios y bajos. ¿Qué significa? Que las familias de menos recursos, que son las que más mueven el mercado de arriendos, tuvieron que pagar un 15% más de arriendo cuando de acuerdo a la ley el precio del arriendo debe estar atado al de la inflación, que fue del 5.2%. En el barrio Bolivariana, en Laureles, los arriendos aumentaron en el 2023 en un 81%. Familias pagando casi el doble de un año a otro sólo por el hecho de vivir en un sitio

 

Simultáneamente, el mercado de rentas temporales se ha convertido en un motor de especulación. Medellín figura hoy entre las ciudades latinoamericanas con mayor densidad de anuncios en plataformas como Airbnb, con más de 19.000 propiedades disponibles para alquiler vacacional y un volumen de reseñas que supera el medio millón. El aumento de casi 5.000 nuevos anuncios solo entre 2023 y 2024 reduce drásticamente el parque de vivienda destinada a arrendamientos tradicionales, presionando aún más los precios y beneficiando a grandes inversionistas que desplazan a las familias locales.

A este desequilibrio se suma la ola de compras de vivienda por parte de extranjeros. En 2024, aproximadamente una de cada cuatro transacciones de inmuebles en Medellín correspondió a compradores no residentes, procedentes principalmente de Estados Unidos, España y Chile. Detrás de esta tendencia no hay turistas ocasionales, sino inversionistas que ven en la ciudad un mercado emergente de alta rentabilidad, transformando las viviendas en activos financieros antes que en hogares. El resultado es una oferta permanente de vivienda cada vez más reducida y costosa para quienes viven y trabajan aquí.

Medellín está invivible. Lo peor, la alcaldía de Federico Gutiérrez parece no tener ningún interés en garantizar el derecho a una vivienda digna para la gente de la ciudad. El déficit de vivienda de la ciudad tiene a 233.000 familias necesitando de manera un buen lugar para vivir, pero mientras que en Bogotá se vendieron 18.601 viviendas VIS en el 2024, en Medellín apenas fueron 1.118, por debajo de otras capitales como Cali, Barranquilla y Cartagena.

La respuesta de Fico: un Plan de Desarrollo Distrital con una meta irrisoria en materia de vivienda en comparación con el tamaño de la problemática. Apenas 4.000 subsidios para adquisición de vivienda cuando se estima que son 37.000 familias las que están necesitando un nuevo lugar para vivir, y una inversión de apenas $351.880 en el cuatrienio para el componente de vivienda, inferior a los $405.673 que destinó la alcaldía de Daniel Quintero para el mismo ítem.

La inacción del gobierno local no solo profundiza la brecha entre quienes viven de la ciudad y quienes lucran con ella, sino que contradice la visión de una Medellín inclusiva y solidaria. El derecho a la vivienda digna debe prevalecer sobre la lógica del lucro especulativo. El Gobierno Nacional, a través de sus programas de vivienda digna y de incentivo a la producción de vivienda social, ha demostrado su compromiso con las familias colombianas; sin embargo, esas políticas requieren del apoyo y la articulación del nivel municipal para surtir efecto en el territorio.

Medellín no puede resignarse a ser un ejemplo de desigualdad espacial. Es momento de que la Alcaldía asuma con voluntad política la misión de articular un plan de vivienda integral: priorizar proyectos de construcción de vivienda VIS, movilizar recursos para mejora de vivienda existente, y regular la valorización del suelo mediante gravámenes a la especulación. Solo así se garantizará que el derecho a la vivienda digna deje de ser una estadística y se convierta en una realidad para todos los medellinenses.

Alejandro Toro

Judicializados tres presuntos integrantes de una red de tráfico de migrantes en Medellín

Tres personas señaladas de integrar una red criminal dedicada al tráfico de migrantes fueron judicializadas en las últimas horas por la Fiscalía General de la Nación. Según las autoridades, los detenidos estarían vinculados a una estructura transnacional que, desde octubre de 2024, se encargaba de movilizar ilegalmente personas desde Medellín hacia Centroamérica y Norteamérica, utilizando el archipiélago de San Andrés y Providencia como punto de tránsito clave en la ruta migratoria.

Los procesados fueron identificados como Jamer Antonio Álvarez Sierra, Maythee Kiara Gordon Restrepo y Karina del Carmen Marsiglia Zambrano, quienes enfrentan serios cargos por su presunta participación en una organización dedicada al tráfico ilícito de personas. Un fiscal adscrito a la Delegada contra la Criminalidad Organizada les imputó los delitos de tráfico de migrantes, secuestro simple, cohecho por dar u ofrecer, circulación y uso de efecto oficial de sello falsificado, y concierto para delinquir.

 

Un entramado criminal con base en Medellín

De acuerdo con la investigación, liderada por la Fiscalía en coordinación con la Policía Judicial, Jamer Antonio Álvarez Sierra sería el cabecilla de la estructura y el principal responsable de coordinar la logística del tráfico de migrantes.

El ente acusador señaló que este hombre habría ofrecido dádivas a funcionarios públicos para facilitar la evasión de controles migratorios. Asimismo, mantenía comunicación permanente con otros miembros de la red para advertir sobre posibles operativos de las autoridades.

El rol del archipiélago en la operación

El archipiélago de San Andrés y Providencia fue utilizado como un punto de tránsito estratégico para los migrantes. Desde allí, las personas eran trasladadas en vuelos y rutas terrestres hacia países de Centroamérica como Nicaragua, Honduras y México, con destino final a Estados Unidos y Canadá, según las autoridades.

Karina del Carmen Marsiglia Zambrano, una de las tres judicializadas, sería la encargada de garantizar la estadía temporal de los migrantes en la isla. Se le atribuye la gestión del alojamiento, alimentación y demás necesidades logísticas mientras se coordinaban el tralado hacia otros países.

Marsiglia Zambrano aceptó los cargos imputados por la Fiscalía durante las audiencias preliminares, lo que podría influir en una eventual rebaja de pena en caso de colaboración eficaz con las autoridades.

Modificación de tiquetes y encierros forzados

Otro de los componentes clave de la organización era la manipulación de tiquetes aéreos. Según los investigadores, Maythee Kiara Gordon Restrepo, quien usaba el alias de Luisa González, se encargaba de comprar y modificar boletos de viaje para los migrantes. Esto tenía como fin evitar que las autoridades detectaran patrones sospechosos en los itinerarios y reforzar la apariencia de viajes turísticos o personales.

Además, Gordon Restrepo ordenaba la retención de las víctimas en alojamientos cerrados, donde permanecían bajo vigilancia y encerradas con candado mientras se realizaban los traslados. También se le atribuye la responsabilidad de coordinar la distribución de alimentos para estas personas durante su estadía forzada.

Medidas judiciales y próxima etapa del proceso

Pese a que Marsiglia Zambrano aceptó los cargos, Álvarez Sierra y Gordon Restrepo no lo hicieron, por lo que enfrentan un juicio en el que la Fiscalía buscará probar su participación en esta red transnacional.

A los tres implicados les fue impuesta medida de aseguramiento privativa de la libertad, por lo que permanecerán detenidos mientras avanza el proceso judicial. El ente acusador indicó que continúa la búsqueda de más integrantes de esta estructura, tanto en Colombia como en otros países, y no se descarta la cooperación internacional en la investigación.

La Fiscalía reiteró que este tipo de organizaciones criminales ponen en riesgo la vida y la integridad de los migrantes, al exponerlos a condiciones precarias, encierros forzados y rutas ilegales controladas por redes delictivas.

Con esta nueva imputación, las autoridades buscan frenar el crecimiento de estructuras ilegales que se lucran del tráfico de seres humanos, un delito que sigue en aumento en varias regiones del país y que ha sido catalogado como una forma moderna de esclavitud.

Cárcel para el sujeto que amenazó al alcalde de Medellín Federico Gutiérrez

Un juzgado de conocimiento de Bogotá condenó a Andrés José Piñarate Galindo a 6 años de prisión por el delito de amenazas contra el actual alcalde de Medellín (Antioquia), Federico Gutiérrez Zuluaga, a través de un mensaje enviado a una de sus redes sociales.

La sentencia fue proferida por hechos ocurridos el 10 de agosto de 2022, cuando el Gutiérrez Zuluaga recibió un mensaje en una de sus redes sociales que tenía como objetivo infundir temor y manifestar la intención de atentar contra la vida del líder político, que en ese momento era candidato presidencial.

 

Las pruebas presentadas por los investigadores de la Fiscalía probaron que fue Piñarate Galindo fue la persona que envió los mensajes amenazantes.

En la decisión, se dispuso la captura del condenado cuando esta sentencia quede en firme y se negó la suspensión condicional de la ejecución de la pena y la prisión domiciliaria. Además, se impuso una multa de 30 salarios mínimos legales mensuales vigentes y la prohibición de ejercer derechos y funciones públicas durante el mismo período de la condena principal.

Escondían 4.9 toneladas de marihuana en medio de un cargamento de cebolla

La Dirección de Tránsito y Transporte de la Policía Nacional incautó más de 4.902 kilogramos de marihuana, ocultos estratégicamente entre un cargamento de cebollas, en un operativo realizado en la vía Mediacanoa – La Virginia, jurisdicción del municipio de Bolívar.

La operación, permitió la captura de un sujeto quien conducía un vehículo tipo tractocamión, que cubría la ruta Mondomo – Medellín.

 

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Durante el registro, los uniformados detectaron la droga escondida en medio de costales de cebolla, bajo una compleja modalidad de ocultamiento.

El coronel Germán Gómez, director encargado de la Dirección de Tránsito y Transporte de la Policía Nacional, expresó:

“Descubrir esta cantidad de droga camuflada entre productos de la canasta básica demuestra hasta dónde llegan las mafias para burlar los controles. Este operativo, que evita que más de cuatro toneladas de marihuana lleguen a las calles, reafirma nuestro compromiso con la seguridad vial y la lucha frontal contra el narcotráfico. Invitamos a la ciudadanía a denunciar y a mantenerse vigilantes frente a cualquier irregularidad”

Este cargamento se encuentra valorado en un valor estimado de más de 5.000 millones de pesos en el mercado nacional.

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Claudia Carrasquilla, la “súper fiscal” que presuntamente fabricó montajes judiciales

En Colombia, hay personajes que se han hecho célebres no por lo que construyen, sino por lo que arrasan. Funcionarios que, escudados en un discurso de legalidad, han convertido el poder judicial en arma política, trampolín electoral, escudo para sus aliados y látigo para sus adversarios. Entre ellos, una figura que resuena con particularidad, es Claudia Carrasquilla, la ex fiscal que pasó de los estrados judiciales a enfrentar acusaciones en su contra. 

Hoy es concejal de Medellín por el Centro Democrático, pero por años fue la fiscal de confianza del entonces fiscal Néstor Humberto Martínez, con quien llegó a los más altos cargos de la Fiscalía General de la Nación. Catalogada como una mujer implacable contra el crimen organizado, como la cara dura del Estado frente a las mafias, pero tras esa imagen férrea se escondía una práctica que hoy estremece; la construcción de presuntos montajes judiciales, la manipulación de testigos y la fabricación de procesos judiciales.

 

Carrasquilla llegó a ser directora de Fiscalías contra el Crimen Organizado gracias a la confianza del entonces fiscal Néstor Humberto Martínez, quien la impulsó también a lanzarse al Senado por Cambio Radical. Luego de fracasar en su intento electoral, buscó ser ternada como fiscal general durante el gobierno de Iván Duque. Tampoco lo logró. Pero la ambición no se detuvo, se convirtió en aliada de Federico Gutiérrez y hoy hace parte de las filas del Centro Democrático en el Concejo de Medellín.

Pero el pasado no perdona, y mucho menos cuando hay vidas afectadas. Carrasquilla acaba de ser acusada formalmente por la Fiscalía por los delitos de falsedad ideológica en documento público y fraude procesal. ¿El motivo? Un caso judicial fabricado contra 14 policías en 2015, a quienes se les atribuyeron delitos sin pruebas suficientes, con testimonios dudosos, interceptaciones que no existieron y documentos manipulados. Al menos uno de los policías, William Molina Torres, estuvo cuatro meses preso injustamente, antes de que saliera a la luz la realidad, pues los cargos eran insostenibles, y lo que había detrás era un montaje.

Todo indica que lo que se presentó en su momento como un gran golpe contra una red criminal, presuntamente era un falso positivo judicial, uno de los más vergonzosos que se hayan registrado en los últimos años. En lugar de perseguir a los verdaderos delincuentes, se optó por llenar titulares, inflar estadísticas y mostrar resultados a cualquier precio, incluso si eso implicaba destruir la vida de servidores públicos inocente a través del abuso de poder.

Ahora, durante su tiempo como fiscal en Medellín, Carrasquilla fue denunciada por haber liderado un entramado de falsos testigos para fabricar procesos penales, según múltiples testimonios, se habría conformado un cartel de testigos dirigidos desde su despacho, con el objetivo de construir casos, obtener capturas y demostrar eficiencia ante los medios, mientras en realidad se manipulaba la verdad y se usaba el aparato judicial como herramienta de ascenso político. Muchas de esas capturas hoy están bajo revisión, pero la pregunta es clara: ¿cuántos inocentes pasaron por la cárcel para que ella pudiera aparecer en una rueda de prensa?

A pesar de este prontuario, Carrasquilla se ha convertido en una de las principales voceras de la supuesta “seguridad” en Medellín. Habla con autoridad, acusa sin pruebas, insulta a sus contradictores, y denuncia al presidente Gustavo Petro por delitos que hoy le son imputados a ella misma. En una reciente declaración, afirmó que los pactos de paz urbanos impulsados por el Gobierno eran “pactos de impunidad”, mientras carga sobre sus hombros una acusación por haber fabricado procesos judiciales falsos. ¿Con qué autoridad moral lo hace?

Este caso no puede pasar desapercibido, lo que revela el caso de Claudia Carrasquilla no es solo la caída de una funcionaria, sino el colapso de una idea de justicia que ha sido usada como herramienta de prestigio y venganza. Mientras no se depuren las instituciones y se ponga freno a quienes convierten la ley en un arma de conveniencia política, seguirán prosperando los falsos héroes y multiplicándose las víctimas silenciosas del poder. Colombia no necesita más implacables sin verdad, necesita garantías, memoria y justicia real, el cambio es imperativo.

Alejandro Toro

El otro crimen por el que alias ‘El Costeño’ tendrá que responder

La Fiscalía General de la Nación presentó ante un juez de control de garantías a Elder José Arteaga Hernández, alias El Costeño, como presunto responsable de participar en el crimen de un ciudadano mexicano ocurrido el 30 de junio de 2024 en Medellín (Antioquia).

La víctima, un comerciante de productos tecnológicos de 54 años, fue atacada con arma de fuego cuando se encontraba en un establecimiento comercial del barrio El Poblado. Según el dictamen del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, el hombre recibió ocho heridas que le ocasionaron la muerte.

 

Alias El Costeño habría participado en la coordinación del homicidio del ciudadano extranjero en compañía de otras personas.

Las labores investigativas evidenciaron que un día antes de los hechos Arteaga Hernández se habría desplazado desde Bogotá a la capital antioqueña para coordinar las acciones previas al crimen.

En ese sentido, un fiscal de la Seccional Medellín imputó al procesado los delitos de homicidio agravado y fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones. Los cargos no fueron aceptados.

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Arteaga Hernández se encuentra judicializado por su posible participación en el atentado contra el senador y precandidato presidencial, Miguel Uribe Turbay, perpetrado el pasado 7 de junio en la localidad de Engativá en Bogotá.

Esteban Restrepo dice que en Medellín hay una campaña de persecución en su contra

El actual secretario privado de Ecopetrol, Esteban Restrepo, y exsecretario de Gobierno de Medellín durante la alcaldía de Daniel Quintero, denunció en las últimas horas una presunta campaña de persecución política, judicial y laboral en su contra, que —según él— también afecta a personas cercanas a su entorno.

En un video publicado en las redes sociales, Restrepo asegura que algunos sectores de la política en Medellín han lanzado mensajes y noticias tendenciosas que atentan contra la honra de las personas cercanas a su círculo íntimo.

 

“Han arremetido contra nuestras familias, amigos y conocidos. Les cobran el hecho de no seguir a Fico ni al gobernador de Antioquia, ni hacer parte de esa cofradía de políticos que se creen los dueños de Medellín”, dijo.

Esteban Restrepo afirma en el video que a través de un derecho de petición preguntó a la Fiscalía si existe algún proceso de investigación en su contra, como lo asegura un reciente artículo en el diario El Colombiano, y que en la respuesta del ente investigador se lee que los únicos procesos en su contra tienen que ver con una supuesta injuria, demanda que fue instaurada por el expresidente, Álvaro Uribe.

La respuesta fue muy clara: tengo dos procesos activos, ambos por injuria […] Y no tengo más procesos, y mucho menos aquellos en los que se inventan todos los días”, puntualiza.

¿Qué pasó en la reunión de Fico con el clan Villamizar?

En pasados días se conoció la imagen del alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez abrazando a William Villamizar, gobernador de Norte de Santander y figura central de uno de los clanes políticos más cuestionados del país. Lejos de ser una coincidencia o un simple gesto de cortesía institucional, la foto parece ser una declaración política, un presunto retrato nítido de las alianzas que algunos intentan maquillar pero que delatan el regreso del viejo país, el de los clanes, las maquinarias y los pactos que sostienen el poder a punta de favores.

William Villamizar no es cualquier figura pública, es conocido por ser el jefe del Clan Villamizar, una poderosa maquinaria política de Norte de Santander, con tres periodos como gobernador a cuestas (2008–2011, 2016–2019 y 2024–2027), todos bajo la sombra de investigaciones por corrupción. Su nombre ha estado vinculado a múltiples escándalos de malversación de recursos públicos, contratos amañados y clientelismo regional. Su poder no se debe a una gestión impecable, sino a la habilidad de repartir puestos, controlar presupuestos y consolidar redes de favores que garantizan votos a punta de burocracia.

 

Pero el prontuario del clan no termina ahí. Vale la pena recordar a el exsenador Aliro Villamizar, pieza clave del infame «carrusel de las notarías«. Un esquema de corrupción con sello uribista, mediante el cual se entregaban notarías a congresistas como pago por votar a favor de la reforma constitucional que permitió la reelección de Álvaro Uribe Vélez. No era política, era chantaje institucionalizado, era la democracia convertida en trueque, en moneda de cambio.

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Y como si esto fuera poco, la Fiscalía General de la Nación ha anunciado recientemente la imposición de medidas cautelares con fines de extinción de dominio sobre siete bienes que habrían sido adquiridos mediante actos de corrupción en Norte de Santander. A esto se suma una investigación aún más delicada, la presunta participación del actual gobernador William Villamizar en el asesinato de un periodista y veedor ciudadano. No estamos hablando de rumores, sino de indicios graves que configuran una alerta roja para cualquier líder político responsable.

Entonces, ¿qué hace el alcalde de Medellín sonriendo al lado de este personaje? ¿Qué mensaje transmite con esa imagen? Podría no tratarse de un simple desliz, sino presuntamente de una muestra de coherencia política. Porque, aunque ha intentado presentarse como un “político independiente” ajeno a las viejas prácticas, lo cierto es que sus campañas han estado al parecer respaldadas por las estructuras más tradicionales de la política colombiana. Detrás de su discurso anticorrupción podrían esconderse alianzas con sectores económicos poderosos, partidos cuestionados y clanes regionales que han hecho del poder un negocio de familia.

Ahora, no se trata solo de conjeturas. Esa misma lógica de alianzas cuestionables ya ha sido señalada en el pasado. El 24 de junio del presente año, alias “Douglas” declaró en RTVC Noticias que, junto a alias “Pesebre”, habrían apoyado políticamente a Federico Gutiérrez en su elección a la Alcaldía en 2016. Según sus propias palabras, ese respaldo incluyó reuniones clandestinas en el sótano de La Alpujarra y el nombramiento de Gustavo Villegas como secretario de Seguridad por solicitud directa de cabecillas criminales. Esa fotografía, entonces, no solo incomoda, podría confirmar un patrón, un presunto estilo de hacer política basado en alianzas con estructuras que este país debería erradicar, no perpetuar.

No podemos permitir que los pactos con estructuras criminales sigan marcando el rumbo de nuestra democracia. Colombia no necesita más pactos silenciosos con el nepotismo, el clientelismo y la corrupción disfrazada de institucionalidad, necesita ruptura y coherencia. No podemos seguir tolerando que quienes prometen renovación terminen arrodillados ante las mismas estructuras familiares y mafiosas que han capturado el Estado por décadas.

Alejandro Toro

La protesta en Medellín por acto público de Petro junto a un grupo de criminales

Cientos de ciudadanos en Medellín se dieron cita en la plazoleta de la Alpujarra para sentar su voz de protesta por el acto público del presidente de la república, Gustavo Petro, junto a reconocidos criminales que purgan pena en la capital antioqueña.

El acto de protesta fue convocado por políticos antioqueños del partido uribista, Centro Democrático y por Creemos, movimiento fundado por el actual alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez. Estuvieron presentes Sebastián López, presidente del Concejo de Medellín y miembro del CD; también participaron, Claudia Carrasquilla, Andrés Rodríguez y Luis Guillermo Vélez.

 

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En medio de las protestas se escuchó el acostumbrado grito «fuera Petro» e inconformidades porque según lo dijeron algunos manifestantes: «con este acto en tarima se puso en peligro a la ciudad».

Los criminales con los que el presidente Gustavo Petro compartió tarima en Medellín fueron los siguientes: José Leonardo Muñoz Martínez, alias Douglas; Juan Carlos Mesa Vallejo, alias Tom; Freyner Alfonso Ramírez García, alias Carlos Pesebre; Jorge de Jesús Vallejo Alarcón, alias Vallejo; Dayron Alberto Muñoz Torres, alias El Indio; Wálter Alonso Román Jiménez, alias El Tigre o Ramón Chaqueta; Juan Camilo Rendón Castro, alias El Saya; Alber Antonio Henao Acevedo, alias Albert y Juan Fernando Álvarez, alias Juan 23.

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Condenan a dos sujetos por crímenes a miembros de la comunidad LGBTIQ+ en Medellín

Daniel González Cano y Yoimar Blandón Córdoba fueron declarados responsables del delito de homicidio agravado y deberán cumplir una sentencia de 16 años y 8 meses de prisión por el crimen del docente universitario y líder de la comunidad LGBTIQ+, Mateo Jaramillo Naranjo, perpetrado el pasado 17 de enero en Medellín (Antioquia).

Estas dos personas llegaron al apartamento de la víctima, en el sector de Laureles, la amarraron de pies y manos, golpearon en varias partes del cuerpo y asfixiaron. El cuerpo fue encontrado un día después con
múltiples hematomas y lesiones en las extremidades, cara y cuello.

 

González Cano y Blandón Córdoba habrían escapado del lugar de los hechos con el celular, documentos y tarjetas bancarias del profesor, las cuales fueron utilizadas para hacer varias transacciones.

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Diego Alexander Becerra Rave fue condenado a 12 años de prisión por causarle la muerte a la activista
LGBTIQ+ Karis Saldarriaga, el 20 de octubre de 2024, en un inmueble de Caldas (Antioquia).

En la investigación se estableció que este hombre fue al lugar de residencia de la víctima y, luego de departir durante varios minutos, discutió con ella y la atacó con un arma blanca. Los vecinos del sector se comunicaron con la Policía Nacional y reportaron exceso de ruido y gritos en el inmueble. Al llegar al lugar, los uniformados encontraron el cuerpo de la líder.

¿La paz de Federico Gutiérrez fue darle las llaves de la Alpujarra a los combos?

En política hay líneas que no se deben cruzar. Pero hay otras, incluso más peligrosas, que se borran en medio del doble discurso. El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, ha sido uno de los más férreos críticos del presidente Gustavo Petro por su política de paz total, particularmente en lo que respecta a los procesos de diálogo urbano con estructuras criminales. Ha señalado al Gobierno Nacional de dialogar con delincuentes, de legitimar combos y de rendirse ante el crimen.

Sin embargo, esta misma semana, los testimonios de dos de los exjefes criminales más poderosos del Valle de Aburrá, alias “Pesebre” y alias “Douglas”, revelaron una realidad que muchos en Medellín conocen pero que pocos se atreven a decir en voz alta: que durante la campaña para su primera alcaldía y el posterior gobierno local de Federico Gutiérrez, se habrían hecho pactos de gobernabilidad con bandas criminales, y lo más alarmante: que estos jefes delincuenciales entraban a la Alcaldía en camionetas oficiales.

 

Las declaraciones fueron entregadas al canal público Señal Colombia y han causado conmoción nacional. No solo por lo que implican en términos de responsabilidad ética y política, sino por el contexto en que se producen: cuando el mismo alcalde que habría facilitado el ingreso de estos jefes criminales al poder local, hoy posa como el gran enemigo de los diálogos con grupos armados.

Y entonces cabe la pregunta: ¿quién está legitimando a los combos? ¿Quién está negociando con estructuras criminales?

Porque más allá del escándalo mediático, hay un asunto de legalidad y legitimidad institucional. La ley es clara: la única autoridad con facultades para llevar a cabo procesos de paz o sometimiento con estructuras armadas ilegales es el presidente de la República. Lo que hizo el presidente Petro al plantear una política de paz total con enfoque urbano fue, nos guste o no, dentro del marco legal y en diálogo con instituciones del Estado.

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Lo que habría hecho Federico Gutiérrez, en cambio, fue sin facultades, sin controles, sin claridad, sin justicia ni garantías para las víctimas. Pactos por debajo de la mesa, con actores ilegales, para sostener una supuesta “paz urbana” que solo maquilló las cifras de homicidio mientras consolidaba el poder territorial de las bandas en las comunas.

Hoy, quienes respaldamos al Gobierno del presidente Gustavo Petro, lo hacemos también desde una convicción ética: los procesos de paz deben darse dentro del marco institucional, con enfoque restaurativo y con el compromiso de romper las cadenas del crimen que han golpeado históricamente a nuestros territorios. No se

trata de impunidad ni de claudicación, como pretende hacerlo ver la oposición, sino de una apuesta audaz por transformar las causas estructurales de la violencia.

Pero esa apuesta se ve entorpecida por el cinismo. Porque el actual alcalde de Medellín no puede exigir lo que él mismo no estuvo dispuesto a cumplir. No puede indignarse por los diálogos de paz cuando habría hecho acuerdos informales, sin transparencia, y utilizando los recursos públicos del municipio.

Lo que hizo Federico Gutiérrez debe ser investigado, para que las autoridades judiciales determinen si incurrió en delitos al negociar con estructuras criminales sin tener la competencia constitucional para ello. Hago un llamado urgente a la Fiscalía General de la Nación, a la Procuraduría y a la Contraloría para que actúen con diligencia y profundidad frente a estos hechos.

La seguridad no se construye con pactos oscuros. Se construye con instituciones fuertes, con justicia social y con voluntad política. Federico Gutiérrez no puede seguir construyendo su carrera presidencial a costa de ocultar su pasado. Medellín merece un debate sincero, sin hipocresías.

Alejandro Toro