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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Opinión

¿Está en riesgo la seguridad de Colombia?

Durante las últimas dos décadas, la seguridad y la defensa nacional de Colombia han vivido profundas transformaciones, influidas en gran medida por las políticas de cada gobierno. Inicialmente, la intervención de Estados Unidos a través del Plan Colombia resultó crucial a inicios de los años 2000, permitiendo el fortalecimiento de las Fuerzas Militares y de la Policía en la lucha contra el narcotráfico y los grupos insurgentes. Estos grupos, durante años, dominaron amplias zonas del país, y se financiaron mediante la producción y exportación de cocaína, así como a través de extorsión y secuestro. Con el apoyo estadounidense en términos de entrenamiento, tecnología y recursos, Colombia logró recuperar la seguridad, especialmente bajo el mandato de Álvaro Uribe Vélez, quien impulsó una política que redujo sustancialmente la actividad de organizaciones como las FARC-EP, debilitándolas militarmente y forzándolas a negociar.

Gracias a esto, fue posible para los colombianos transitar por sus carreteras con una sensación de seguridad que no se había vivido en décadas, logrando, gracias al esfuerzo de las Fuerzas Militares, liberar grandes extensiones del territorio nacional que antes estaban dominadas por el terror de los grupos armados. La recuperación de espacios seguros fue clave para que el país experimentara un claro resurgimiento económico y turístico. Este cambio fue evidente principalmente en áreas rurales históricamente marginadas, donde la presencia militar representó una garantía de paz y orden.

 

Sin embargo, los gobiernos posteriores deshicieron gran parte de estos avances. La administración de Juan Manuel Santos entabló diálogos de paz que culminaron en la integración de estos grupos a la vida política, sin haber respondido plenamente por sus crímenes. Esto generó divisiones en la sociedad colombiana, afectando la reputación de las Fuerzas Militares, que pasaron de ser vistas como heroicas y defensoras de la nación a ser instituciones cuestionadas.

Dicha situación empeoró con la llegada a la presidencia, en 2022, del exguerrillero del M-19, Gustavo Petro. Lo cual representó para algunos un claro golpe al legado de las fuerzas de seguridad del país. Ese gobierno ha sido percibido como adverso a las Fuerzas Militares, y en varios actos protocolarios se han evidenciado desplantes hacia la institución. Acciones que han encendido las alarmas sobre una posible estrategia para debilitar la estructura de defensa del país, generando que la violencia persista y que los grupos criminales se fortalezcan. Así, surge la interrogante de si la seguridad nacional podría estar en riesgo debido a la falta de respaldo estatal hacia sus fuerzas armadas.

Colombia parece estar en un momento en el que el fortalecimiento de políticas de seguridad coherentes y estables resulta ser la clave para evitar nuevos ciclos de violencia y pérdida de autoridad. La influencia de Estados Unidos sigue siendo esencial para la estabilidad regional, pues la seguridad de Colombia tiene un impacto directo en los intereses de Norteamérica y en la lucha conjunta contra el narcotráfico y el crimen organizado. Para enfrentar estos desafíos, es fundamental desarrollar una estrategia que aprenda de las lecciones del pasado y dote a las Fuerzas Militares de los recursos necesarios para adaptarse a un entorno político cambiante. Sin estos ajustes, el país podría afrontar un futuro incierto y vulnerable en términos de seguridad y defensa nacional.

Edison Carvajal

Descentralización responsable

Para quienes creemos profundamente en la descentralización, el acto legislativo que aumenta el porcentaje de recursos para las regiones es positivo, la falta de detalles es lo que preocupa. Gustavo Bolívar, con quien esta columna muchas veces no esta de acuerdo, hizo una reflexión acertada en entrevista con El Tiempo: “primero tendríamos que haberles entregado competencias a los municipios y después decidir el impacto. Se está haciendo al revés.” Mientras se anuncian recortes del 50% para la entidad de superación de la pobreza, se promueve la repartición de casi $45 billones sin claridad sobre su destino. Esto podría tener consecuencias como una nueva mega reforma tributaria o la no aplicación de la reforma. Sin duda, será útil para las campañas de los ministros de Petro cuando aspiren a la presidencia, el problema nos queda a los demás.

La reforma al SGP busca aumentar las transferencias a las entidades territoriales que hoy son cerca del 25% de los ingresos corrientes de la nación, estimados en $280 billones para el próximo año, a una regla definida del 39.5%, un 7.0% por debajo de la fórmula de la Constitución del 91. Hasta ahí bien, la crítica de muchos es que se aprueba un monto para que después en una ley estatutaria se defina su distribución. Dado que la reforma se presenta como fiscalmente neutra, es decir, que solo se trata de un ejercicio contable, en el que un gasto de la Nación se convierte en gasto de las entidades territoriales, en la práctica nada cambia. También literalmente se le prohibiría al gobierno nacional concurrir con inversión en salud, educación y saneamiento básico.

 

Filosóficamente, uno creería que en Antioquia conocen mejor los problemas del departamento que en una oficina de Bogotá. Sin embargo, esta afirmación debe evaluarse con resultados: si una entidad territorial demuestra mejoras en su desempeño, debería tener más descentralización, de lo contrario el gobierno nacional debe ejercer mayores controles. Esto es especialmente verdad, en una constitución municipalista, como es la colombiana, en la que los departamentos podrían solucionar falencias en los entornos de desarrollo de alcaldia. Igualmente, estos podrían ayudar a materializar economías de escala en costos administrativos beneficios para las alcaldías.

Ahora bien, mientras los recortes en el 2025 al presupuesto podrían alcanzar los $30 billones, comprometer un nuevo gasto por razones filosóficas, no parece sabio. Cerca del 80% del presupuesto de Colombia es inflexible (deuda, salarios o vigencias futuras que deben pagarse), por lo menos, es poco probable que lo entiendan las familias que van a perder su Renta Ciudadana y el bono de adulto mayor. Muchos con escepticismo, creen que al transferir estos recursos se generará un hueco fiscal que requerirá mayores impuestos.

Ponerse de acuerdo en repartir recursos no es fácil, décadas después, varias leyes contempladas en la Constitución no han sido aprobadas. La implementación de este Acto Legislativo, sin claridad en el gasto, podría vulnerar la regla fiscal. Ya el Min Hacienda envió un concepto negativo al proyecto y ahora se afirma que el proyecto no tiene costo. Es un debate interesante, ojalá los ministros que lo promuevan no lo dejen tirado en búsqueda de aspiraciones presidenciales. 

Simón Gaviria Muñoz

Al otro lado

Trump gana. Trump arrasa en Estados Unidos porque la gente está cansada de vivir una inflación asfixiante. Cansada de que los encasillen en celdas de género, color, inclinación sexual… Cansados de que se nieguen constantemente las verdades biológicas más elementales y que los sentimientos se apoderen del discurso y hayan eliminado al sentido común. Y aunque no lo crean, los estadounidenses están cansados de salvar al mundo, y poner miles de millones de dólares en esa causa.

Kamala y el partido demócrata pierden. Fiasco total, batacazo en taquilla, como si de una peli de Disney se tratara. Nadie entona el mea culpa, ni un “siento haberos decepcionado”. Las feministas, esas que votaron por la casilla de mujer, se han puesto en huelga de sexo y se han afeado- aún más si cabe- cortando la melena, que consideran estética de patriarcado. Madurez social en estado puro. Esas son las Demócratas estadounidenses de hoy. Unas pobres pringadas.

 

Hablo con mis amigas al otro lado del océano, entienden que el personaje chirría pero que su discurso es coherente. Ha sabido convencer hablando de problemas reales, dando alternativas y proponiendo soluciones a la inflación, combatiendo la sinrazón que la izquierda woke ha impuesto a través de las empresas que los apoyan; grandes grupos de comunicación, artistas, actores de Hollywood, productoras…  Y ha unificado a todos; bajo el paraguas de ciudadanos iguales, de pleno derecho, sin etiquetas de minorías.

A medida que avanzan las semanas la imagen que de Trump tenemos va cambiando  y aquel al que acusan de misógino ha nombrado por primera vez en la historia estadounidense a una mujer como Jefa de Gabinete, Susie Wiles ( 67 años) incansable, trabajadora, inteligente y discreta… o eso dicen de ella.  El nazi, el de extrema derecha enemigo de los inmigrantes – cuyo voto precisamente ha captado- ha nombrado como Secretario de Estado a Marco Rubio, hijo de inmigrantes cubanos, senador republicano y primer hispanoamericano en llegar tan alto. Trump, hombre de empresa, parece que se está rodeando de gente eficiente, preparada y menos ideologizada que los meros políticos. Sorprende que un hombre tan poderoso proponga a dos hombres de innovación tecnológica, Elon Musk y Vivek Ramaswamypara analizar todo aquello que sobra en la estructura gubernamental y reducir los gastos. ¡Ojalá a este lado del océano copiaran estas iniciativas!

Comer el coco

Mientras, Europa se echa las manos a la cabeza y menosprecia las elecciones estadounidenses y las analiza con temor, porque quizá le toque dar la talla en defensa de sus fronteras y no todos los países de la Unión entienden por igual el precio de la paz. Además, mientras aquí nos empeñamos en seguir legislando y viviendo en esta cuasitiranía de las minorías, en Estados Unidos por fin han sabido ver lo que les une y han dado carpetazo a las diferencias.

En Alemania esta victoria suena a horror y la gente llora. Los estados de WhatsApp de mis conocidos muestran un crespón negro, los niños vuelven del colegio señalados por sus amigos; alegrarse de que no ganen los demócratas no es ser pro Trump, pero no entienden. Lo woke también infecta las escuelas europeas. Trump es el mal menor, el loco al que hay que aguantar, aunque más locura sea creer los dictados del partido demócrata y sus afines mediáticos.

Aquí, la gente de a pie es incapaz de entender que demócratas y republicanos nada tienen que ver en gestión económica, territorial y política con el concepto de política que se tiene en el mundo germano. Que allí son todos más o menos liberales, que los que deportan a ilegales -las mayores deportaciones se hicieron en tiempos de Obama y Biden- también son los que defienden políticas de puertas abiertas. Que la seguridad social no existe, pero tampoco Alemania es un país tan social y ejemplar como ellos creen, hay mucho que mejorar, ya saben, no es el paraíso de los años 60. No comprenden el trasfondo, como tampoco entienden otras tantas cosas y se tragan cualquier discurso porque en general la prensa europea bebe de las mismas fuentes que critica a Trump.

Efecto mariposa

Y en la misma semana en la que gana este rubio anaranjado se levanta un terremoto que hace tambalearse al gobierno germano, tanto se remueve que cae y ya están anunciadas para febrero las elecciones generales.

El Bundestag ve venir lo que se viene: aumento de aranceles a los productos alemanes en su principal mercado exterior EEUU (160 mil millones al año )  y un virus de gasto descomunal;  que no da resultados, y una crisis social; que polariza a la sociedad no sólo en materia de inmigración también en los conflictos bélicos actuales, la crisis de gobierno está servida.

La disyuntiva está en preparar el mercado para ser competitivo o ayudar a las empresas frente a la avalancha de despidos subvencionando una vez más el tejido empresarial. El ministro de finanzas-de clara tendencia liberal – renuncia a subir el techo de deuda, aboga por bajar impuestos, por reforzar el mercado para que sea competitivo, pues Alemania va perdiendo cuota en el exterior; sus coches ya no son tan deseados, ni son sinónimo de lujo, ni de buen auto fiable y duradero.

En el gobierno, tan Frankenstein como el español, hay quien prefiere aumentar la deuda, y al ministro … lo echan. Como consecuencia el gobierno cae y como en este país aún queda algo de decencia política el presidente anuncia disolución y elecciones.

Este soplo de realidad deja al descubierto que Alemania es cada vez menos competitiva, más cara de mantener y necesita reformas profundas. Ha dejado de ser motor y ha pasado a ser remolque. Necesita un gobierno fuerte, sin colores que lo debiliten, que ponga en marcha políticas que fortalezcan el mercado, que pongan a los alemanes, y a los que llegan, a trabajar y producir para un país al que le queda poco de vieja gloria y se va pareciendo cada día más a la viejita de pelo morado y enjoyada que camina desnortada en una Europa que le sigue la corriente pensando que tiene dinero y lo que le queda es solo el reflejo de un pasado que fue mucho mejor.

Almudena González

Y Vicky salió del clóset

Estaba cantado. Vicky Dávila, más temprano que tarde saldría del clóset. No sabemos si su candidatura presidencial fue concebida desde que el Grupo Gilinsky le entregó la Revista Semana para que la convirtiera en su instrumento propagandístico y en una suerte de Fox colombiano, pasquín digital e impreso de lo que Stafanony denomina “la derecha alternativa”; o si más bien se fue emocionando para mutar de avezada a periodista a activista política poseída por un sarampión retardado, que quienes hemos batallado en la lucha política, gozamos y padecemos a temprana edad.

La candidatura de Vicky arrancó hace rato. Quizás desde el mismo 7 de agosto del 2022, día de la posesión de Gustavo Petro, luego de su frustrada y descarada intervención en favor, primero de Fico Gutiérrez y luego de Rodolfo Hernandez. El primer tramo de su campaña que termina con su “renuncia” a Semana, ha sido una intensa campaña publicitaria que alimentó una narrativa a punta de fake News o postverdades que con portadas, titulares, columnas, crónicas y noticias no dejó títere con cabeza en el bando ideológico contrario, en los posibles competidores en el centro político y hasta en la derecha uribista. Ahora inicia un segundo tramo, seguramente en solitario. Todo indica que no concurrirá a ninguna consulta, que se desmarcará de los partidos de la derecha ideológicamente dura -cambio radical y centro democrático- y de la derecha tradicional y clientelista -Liberal, Conservador y la U-, para construirse y venderse como la outsider de la contienda. Querrá ser la Milei, la Bolsonaro, la Bukele o la Trump, con rostro de mujer.

 

Pero a Vicky le quedará difícil ocultar la verdadera naturaleza de lo que es y representa. Tiene vínculos familiares directos con el Clan Gnecco, uno de los más truculentos y judicialmente emproblemados clanes de la política caribeña y colombiana. Un Clan, cuyo jefe fundador Lucas Gnecco, su suegro, falleció condenado por la justicia por graves delitos a cuyo funeral Vicky asistió de luto cerrado. Un Clan, que gobierna el Cesar a punta de clientelismo, corrupción y captura de rentas ilegales y que tiene relaciones familiares estrechas con el impresentable Kiko Gómez en La Guajira. Para que no quede duda de los entramados políticos a los que acudirá para representarlos, Vicky arrancó su primera gira nacional en Medellín de la mano de Fico Gutiérrez, fiel expresión de la truculenta política paisa, quien sin sonrojarse se entarimó con la candidata sin despojarse de su investidura de Alcalde. Y no hay duda que esta Vicky candidata es una hechura de Gabriel Gilisnky y su grupo empresarial familiar que busca la captura del Estado para multiplicar, sin limites legales y sin reatos éticos, la prosperidad de sus negocios y riquezas.

Esta muy bien que Vicky saltara a la política electoral de frente. Así haya dicho lo contrario meses atrás. Francamente le estaba haciendo daño por igual al periodismo y a la democracia. Al periodismo porque su agenda política y sus intereses electorales, distorsionaban y socavaban el rigor de ella y el medio que dirigía, tan necesario en un oficio llamado a informar verazmente y a construir opinión pública. Y a la democracia porque emboscada en un medio y en un oficio, desequilibraba la sana competencia política destruyendo malévolamente opositores y contradictores, sin que estos puedan controvertir en igualdad de condiciones. Ahora Vicky, aun si sigue tendiendo Semana a su servicio, tendrá que untarse del barro electoral en circunstancias menos desiguales para sus competidores.

Vicky desenclosetada mueve el tablero electoral en la derecha. Ya los partidos liberal, conservador y la U anuncian una consulta para elegir un candidato anti Petro, Vargas Lleras pretende enviar al olvido el coscorrón que le dañó la aspiración anterior, y el Centro democrático busca sortear las trampas de Uribe Turbay para escoger su carta presidencial. Además de la ideología y de los negocios, la ambición que los une no es derrotar a Petro, es desterrar para siempre la alternancia política izquierda/derecha que por fin llegó a nuestra democracia con Petro en el poder presidencial, para que nadie distinto a su exclusivo club oligárquico, alguien que huela a pueblo y que sienta y sueñe en consecuencia, repita o vuelva a la Casa de Nariño.

Antonio Sanguino

Dos fracasos

En su último artículo en El Tiempo (Nov.09.24), el exministro de Ambiente, Manuel Rodríguez Becerra, uno de los colombianos que más conocen de asuntos ambientales, se preguntó “¿Dos convenciones, dos fracasos?”, refiriéndose a las COP sobre estos temas, las 28 realizadas sobre cambio climático desde 1990 y las 16, sobre biodiversidad, desde 1993, incluida la última en Cali.

Allí explica lo lejos que se está de alcanzar las dos metas fijadas y concluye: “En síntesis, estos dos tratados internacionales han tenido muy poco éxito, para decir lo menos”.

 

En el caso de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), que generan el cambio climático, 32 años después de la primera COP en París, la concentración de dichos gases, lejos de haber disminuido según su propósito, ha aumentado en el muy alto 18,5 por ciento, haciendo inalcanzable no sobrepasar un incremento de la temperatura de la tierra en 1,5 grados centígrados en relación con la era preindustrial, hace más de 200 años.

Sobre la COP16, fue evidente el éxito de Cali y de los caleños en lo que tuvo que ver con la organización del evento y con interesar a los colombianos en su realización. Pero en cuanto a las conclusiones –que les correspondía sacar a los delegados de los países en sus reuniones privadas–, dice Manuel Rodríguez, “no hubo ningún avance. Más que preocupante”. Porque desde 1992 van 420 millones de hectáreas deforestadas y en los últimos 54 las poblaciones de fauna silvestre han disminuido en 73 por ciento.

Y explicó que los países desarrollados no dejan de emitir GEI en grande ni han cumplido con su compromiso en la Convención de Cambio Climático de respaldar con recursos suficientes a los países subdesarrollados para que puedan alcanzar las metas de mitigación y adaptación a dicho cambio, aportes que han sido 15 veces inferiores a lo prometido (!), incumplimiento que no se va a reversar con lo que se decida en la COP29 de cambio climático que se realiza en Azerbaiyán entre el 11 y el 22 de este mes.

Cómo contrastan estas verdades con la charlatanería de Gustavo Petro, quien jamás ha mencionado la importancia de que Colombia se centre en adaptarse y mitigar los efectos de un cambio climático que no se detiene a escala global, dadas sus las notables dificultades para lograrlo y el desinterés de los países que lo generan en mayores proporciones.

Pero Petro sí insiste en que centremos nuestros esfuerzos en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, de las que solo aportamos el 0,6 por ciento del total del mundo y, entre ellas, apenas el 0,2 por ciento son de gas carbónico originado por la combustión de combustibles fósiles.

Que Gustavo Petro y Susana Muhamad digan cuáles son sus metas en mitigación y adaptación del país al cambio climático, lo de verdad urgente, porque en esto es posible avanzar –si el gobierno trabaja a su favor, como es obvio– y dejan su falaz y perniciosa demagogia sobre la transición energética en Colombia.

Que además cesen su maltrato a la producción de combustibles fósiles y a Ecopetrol con sus decisiones –entre ellas sostener a Ricardo Roa– y su retórica falaz, posición que no tiene ningún gobierno de país productor de petróleo del mundo. ¡Ninguno!

Jorge Enrique Robledo

Foro legislativo internacional: una oportunidad clave para regular la en seguridad y defensa

La inteligencia artificial (IA) es una de las tecnologías más revolucionarias de nuestra época, con aplicaciones transformadoras en todos los sectores, incluyendo la seguridad y la defensa. Sin embargo, junto con sus avances vienen retos y dilemas éticos que no podemos ignorar. La Comisión Segunda de la Cámara de Representantes se ha dado a la tarea de abrir un espacio de debate y aprendizaje para abordar estos desafíos en el Foro Legislativo Internacional “Paz y Seguridad en la Era de la Inteligencia Artificial”, que se realizará los días 28 y 29 de noviembre en el Congreso de la República. Este foro, que contará con la participación de renombrados expertos, será un evento de referencia para todos aquellos interesados en la gobernanza responsable de esta tecnología emergente.

Uno de los principales ponentes será el eurodiputado Ibán García del Blanco, una voz destacada en Europa en temas de IA y regulación. García del Blanco ha abogado por un marco ético y legislativo que logre un equilibrio entre la innovación y la protección de los derechos fundamentales, y su experiencia en el Parlamento Europeo lo convierte en una fuente inestimable de conocimientos. En un momento en que la Unión Europea avanza con su Ley de Inteligencia Artificial, su presencia en el foro es una oportunidad única para conocer de primera mano cómo el viejo continente está abordando estos temas y cómo podemos aprender de estas políticas en América Latina.

 

Otro ponente de alto perfil será Alexander Torrenegra, empresario y pionero en el uso de tecnología avanzada en la industria. Torrenegra, conocido por su visión disruptiva en el ámbito de la innovación tecnológica, aportará una perspectiva del sector privado y expondrá cómo la IA puede utilizarse de manera segura y responsable en escenarios de defensa. Su experiencia como emprendedor y su enfoque en la creación de tecnologías éticas brindarán una perspectiva crucial para comprender el impacto de la IA en la defensa desde una perspectiva de desarrollo empresarial.

El foro abordará temas de gran relevancia: desde la ciberseguridad y la ética en la inteligencia artificial hasta la prevención de posibles abusos en su uso. ¿Cómo podemos garantizar que el uso de IA en la seguridad nacional respete los derechos humanos? ¿Qué tipo de regulaciones deberían establecerse para evitar el uso indebido de tecnologías que pueden comprometer nuestra seguridad personal y colectiva? ¿Cómo podemos impulsar el uso de la IA para que sea una herramienta en pro de la seguridad humana y la paz en los territorios? Estas son preguntas urgentes que demandan respuestas de todos los sectores.

Este evento no solo ofrece la oportunidad de escuchar a figuras de talla mundial, sino también de contribuir al diseño de un marco normativo para el uso de IA en Colombia y Latinoamérica en materia de defensa. La invitación es clara: legisladores, académicos, empresarios y ciudadanos interesados en el futuro de la tecnología y la seguridad están llamados a participar en este foro y a trabajar juntos para moldear un futuro seguro, ético y responsable.

La IA seguirá avanzando, pero depende de nosotros guiar su rumbo.

Alejandro Toro

Alerta roja por inminente desbordamiento del río Ranchería

Han transcurridos 14 años desde que se inauguró la Presa de El Cercado en el sur de La guajira, primera fase del Proyecto multipropósito del Río Ranchería y desde entonces allí permanecen embalsadas 180 millones de metros cúbicos de agua, sin que se avance en la segunda fase que contempla dos distritos de riego, el de El Ranchería y el de San Juan cesar, para irrigar 18.000 hectáreas, una pequeña central hidroeléctrica, con capacidad de 20 MW y el abastecimiento de agua potable para 8 de los 15 municipios del Departamento. Hemos sido reiterativoS al demandar de los sucesivos gobiernos la ejecución de esta segunda fase, para que este proyecto deje de ser el más escandaloso y costoso elefante blanco en el país. Allí están enterrados $637.369.4 millones!

En febrero 26 de este año llamamos la atención de la Agencia de desarrollo rural (ADR) y del Presidente Gustavo Petro, al enterarnos de que el contrato con la firma OR Construcciones Ingenierías S.A.S para administrar, tener el control técnico, la operación y el mantenimiento de la infraestructura de la presa de El Cercado con el fin de garantizar la preservación y mantenimiento de los costosos equipos allí instalados, en condiciones de seguridad, había terminado el 15 de diciembre del año pasado y no se había renovado. Y ello, a pesar del requerimiento al respecto por parte del Director ejecutivo de CORPOGUAJIRA Samuel Lanao.

 

Manifesté, entonces, mi preocupación por el hecho de que “desde entonces las instalaciones y la presa de El Cercado misma están al garete, sin quien las administre, opere y mantenga, poniéndolas en alto riesgo de una contingencia. Cabe advertir que allí están instalados equipos y accesorios críticos que ameritan una operación especializada para garantizar su normal funcionamiento, entre ellos, a guisa de ejemplo, las válvulas de fondo Howell Bunguer, las cuales requieren maniobras constantes con el fin de garantizar su normal funcionamiento y conjurar oportunamente fallas que puedan comprometer

su operatividad. Lo propio puede decirse con respecto al funcionamiento de la planta eléctrica que proporciona el fluido eléctrico que requieren”.

Advertimos, además, que “la presa de El Cercado y el agua allí embalsada tienen una dinámica hidráulica propia que requiere un estricto control y vigilancia con el fin de monitorear la corriente del río, cumplir a cabalidad el ´caudal ecológico´ exigido por CORPOGUAJIRA, así como con el suministro de agua cruda a los acueductos de Fonseca, Barrancas y Distracción. Cabe preguntarse hasta cuándo se va a prolongar esta situación de imprevisión e improvisación, rayana en la irresponsabilidad, que pone en alto riesgo la integridad de la Represa del Río Ranchería, hoy a la deriva, que compromete de paso su carácter multipropósito, que sólo se podrá materializar mediante la ejecución de la segunda fase de este proyecto aún inconcluso”3.

En esas estamos ahora cuando debido a las altas precipitaciones el nivel de llenado del embalse pasó de 79.81% el 1 de noviembre al 98.28% el 12 de noviembre, lo que representa un aumento inusitado en tan corto tiempo. Ello llevó a la Dirección departamental de Gestión del riesgo y a la Agencia de desarrollo rural (ADR) a advertir a las poblaciones ubicadas aguas abajo en el área de influencia del embalse sobre el riesgo potencial, que a nuestro juicio es inminente, de inundaciones y avalanchas.

Afirma la ADR en un comunicado que la “operación de válvulas de descarga, así como el funcionamiento del vertedero de excesos, mitigan los efectos que puedan presentarse ante la ocurrencia de crecientes súbitas aguas arriba de la presa. No obstante, la alerta continúa, ya que el embalse se encuentra en el 100% de su capacidad”4. Pero, cabe preguntarse cómo va a hacer para afrontar esta contingencia si a la fecha aún sigue sin contratarse la administración, mantenimiento y operación de la presa de El Cercado, por pura dejadez y negligencia. Estamos en las manos de Dios!

Amylkar Acosta

Contracultura y violencia simbólica en Colombia

En los últimos meses, hemos visto y escuchado varios hechos en Colombia que parecieran no tener relación alguna, sin embargo, pero que en el fondo refleja una preocupante tendencia cultural que obstaculiza la reconciliación, los valores democráticos y la convivencia pacífica en nuestro país. Me refiero a las declaraciones del congresista Miguel Polo en contra de las atribuladas madres de Soacha, la controversia generada por la canción +57 y la venta indiscriminada de juguetes bélicos. Juntos, estos hechos revelan patrón que perpetúa una contracultura violenta, que no solo divide a la sociedad sino que también obstaculiza el proceso de construcción de una paz estable.

Las Madres de Soacha son un simbólico de la lucha por la verdad, justicia y la reparación en Colombia. Posterior a los denominados falsos positivos, sus voces salieron al escenario público y con ellas años de demanda del esclarecimiento de los asesinatos de sus hijos a manos de las fuerzas militares. Estas valiente mujeres han sido blanco de ataques verbales por parte de voceros de diferentes sectores y últimamente por parte del congresista Miguel Polo Polo, quien destruyó una simbología artística instalada en la plaza Núñez.

 

Estas declaraciones son más que un simple ataque verbal; representan una agresión directa que busca silenciar y deslegitimar a quienes, desde la resistencia pacífica, exigen justicia. Este tipo de discursos no solo revictimiza a las Madres de Soacha, sino que también envía un mensaje peligroso a la sociedad. Quienes defienden los derechos humanos pueden ser atacados públicamente sin consecuencias, en un país donde la violencia ha sido una constante histórica. Es innegable que este tipo de acciones normalizan las violencias y la polarización.

Por otro lado, la polémica reciente desatada en torno a la canción +57 ejemplifican cómo los contenidos culturales pueden promover valores contrarios a la convivencia pacífica y al respeto por los derechos humanos. Aunque el reguetón ha sido tradicionalmente criticado por su lenguaje y mensajes, esta canción va un paso más allá al utilizar letras que glorifican la violencia, el narcotráfico y la misoginia. El hecho de que este tipo de música sea popular entre los jóvenes refleja una crisis de valores en nuestra sociedad, donde la vida del «matón», del “todo vale” y el «narcotraficante» es vista como una aspiración legítima.

Si bien el arte y la música son manifestaciones válidas de creatividad, no se debe pasar por alto su influencia en la formación de valores, particularmente entre los y las jóvenes. La amplia difusión de contenidos que trivializan la violencia e insensibilizan ante la anomia y la ilegalidad afianzan más estos comportamientos, obstruyendo los esfuerzos  por construir una cultura de paz y respeto en el país.

La venta de juguetes bélicos en Colombia es un tema que ha pasado desapercibido durante años, a pesar de existir la Ley 18 desde 1990, que prohíbe la fabricación, importación, distribución, venta y uso de juguetes bélicos en todo el Territorio Nacional. Armas de juguetes, granadas y pistolas plásticas se venden libremente en las tiendas y se promocionan como regalos «divertidos» para los niños. Sin embargo, a pesar de que muchos los tuvimos en nuestra infancia, estos juguetes no son inocentes, inculcan en los más pequeños la idea de que la violencia es un juego, una forma aceptable de resolver conflictos y alcanzar objetivos.

Si queremos avanzar hacia una sociedad más pacífica, es imperativo cuestionar el tipo de valores que se están transmitiendo desde la infancia. Permitir que los niños se diviertan simulando actos de violencia no solo desensibiliza frente a la realidad de un país que ha sufrido las consecuencias de la violencia armada, sino que también perpetúa culturas patriarcales y la mentalidad de «el fin justifica los medios».

La violencia no se manifiesta únicamente en el uso de armas o la agresión física; también se expresa a través de discursos, símbolos y prácticas culturales que promueven el desprecio por la vida, la justicia y los derechos de los demás. Cuando las voces de quienes defienden la paz son acalladas, cuando la música glorifica la ilegalidad y cuando los niños son educados para jugar a la guerra, estamos alimentando un ciclo de violencia que se torna difícil de romper.

Colombia tiene la oportunidad histórica de construir una sociedad más justa y en paz, pero para lograrlo, debemos desterrar la violencia de nuestras prácticas cotidianas, discursos y símbolos culturales. Este cambio no se logrará únicamente a través de políticas públicas, sino que requiere un esfuerzo conjunto de la sociedad civil, los medios de comunicación, el sistema educativo y la familia.

No podemos permitir que la contracultura que celebre la violencia siga ganando terreno. Es hora de dar un paso firme hacia la reconciliación, y esto solo será posible si empezamos a transformar nuestra cultura desde la raíz. La paz no se decreta; se teje día a día con acciones concretas, con palabras que sanan y con una educación que fomente el respeto por la vida.

Luis Emil Sanabria

Gestores, pero de guerra

Nunca nos dijeron que la “Paz Total” constituiría un sinnúmero de privilegios para quienes han delinquido en el país y se han caracterizado por infundir terror a sus anchas por las regiones de Colombia.

Esta semana causó indignación la designación de 18 exparamilitares de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, como “gestores de paz”, mediante la resolución 453 de 2024. Sus prontuarios recogen homicidios, masacres, abuso sexual de menores de edad, torturas, secuestros, desapariciones forzadas, reclutamiento, narcotráfico y la lista de delitos puede ser interminable.

 

Esta decisión del presidente de la República, Gustavo Petro, pone nuevamente en evidencia que quienes delinquen tienen privilegios y están amparados bajo un gobierno que se autodenomina del cambio. Lo anterior, representa un pésimo mensaje para la sociedad colombiana. Lejos de generar un consenso frente a la búsqueda de soluciones a la violencia enquistada por décadas, revive profundas heridas y muchas dudas sobre la búsqueda de verdad, justicia y reparación.

Todos los mensajes que envía este gobierno son de impunidad, acrecentando la inconformidad ciudadana frente a un jefe de Estado que deja de lado a las víctimas y se hace el de la vista gorda justificando lo injustificable. Petro no puede seguir lavándole la imagen a cuanto delincuente existe en Colombia.

Estos criminales, premiados como regalo anticipado de navidad, han incumplido en el pasado a Justicia y Paz y se han burlado vilmente de las víctimas, por lo tanto, no es posible creer que ahora la historia será diferente, pues ellos solamente han sido gestores, pero de guerra.

Sin embargo, según Petro, no se trata de beneficios jurídicos y quien acepta ser “gestor de paz” está dispuesto a resarcir a las víctimas, una fantasía que solo es posible creer en su imaginario. Aquí lo que hay detrás es una complacencia con los bandidos y una camuflada intención de permitir que cada día ganen más terreno para sus actividades ilícitas. Colombia ya suma la vergonzosa cifra de 253 mil hectáreas de área sembrada de coca, solo por dar un ejemplo.

Petro también se equivoca al creer que nombrando a estos exparamilitares como “gestores de paz”, se sentarán a dialogar de forma transparente. Sumado a esto, no hay claridades para la sociedad colombiana sobre el papel que estos delincuentes desempeñarán. ¿Se tratará de un compromiso de campaña adquirido bajo el llamado Pacto de la Picota?

Entre tanto, el gobierno que cree tener superioridad moral, será cuestionado precisamente por eso. Por un lado, se escandalizan con canciones como +57, que valga la claridad también rechazo, pero no se ruborizan en lo más mínimo con el nombramiento de delincuentes en cargos inventados para su complacencia. Francamente, no se entienden las constantes concesiones hacia violadores de los derechos humanos que tienen procesos judiciales. Lo de Petro, definitivamente, es impresentable.

Andrés Barrios Bernal

Un régimen laboral del Siglo XX

“Colombia es un país rico donde insistimos en vivir como pobres”. Esta frase, que escuché recientemente, resume con claridad la paradoja de nuestras políticas laborales. Hoy, cuando más de 39 millones de colombianos están en edad de trabajar, 14 millones no participan en el mercado laboral, mientras otros 2,8 millones buscan empleo sin éxito. A esta cifra, se suman los más de 12 millones de trabajadores informales, obligados a sobrevivir con malabares, en lugar de contribuir plenamente al desarrollo de sus familias y del país.

En medio de esta realidad, el gobierno presenta una reforma laboral que, aunque promete avances, encarece y complica la creación de empleo formal. En lugar de solucionar el problema de la informalidad, lo agrava, promoviendo la lucha de clases y una hegemonía sindical politizada que amenaza con perpetuar la división social.

 

Por si fuera poco, desde la oposición se impulsa el Proyecto de Ley 459 de la Cámara, que busca modificar el código procesal del trabajo. Este proyecto, aprobado casi en silencio, limita las garantías de defensa para los trabajadores y reduce el alcance de las organizaciones sindicales.

El resultado de estas iniciativas es desolador: los trabajadores pierden al ser empujados a la informalidad y despojados de sus derechos de asociación y negociación; los empleadores pierden al enfrentar relaciones laborales conflictivas que limitan la generación de valor económico, social y ambiental. Y, sobre todo, pierde Colombia, atrapada en un paradigma obsoleto de confrontación social, en lugar de avanzar hacia la cooperación y el desarrollo sostenible.

Es urgente que el Congreso de la República actúe con responsabilidad, hundiendo estas propuestas y abriendo el camino para un régimen laboral digno del siglo XXI. Un régimen que responda a los retos de la cuarta revolución industrial, y que, mediante un compromiso sincero, ponga fin a la horrible noche de inequidad, para dar paso a una aurora de bienestar que podamos legar a las generaciones futuras.

Alejandro Ospina

¿Por qué sigo haciendo esto?

¿Por qué sigo empeñado en luchar contra la crisis climática? Esa es la pregunta que me hago después de hablar de este tema con varios de mis amigos. Entiendo de dónde vienen, considerando los sesgos de negatividad y confirmación (como mencioné la semana pasada), pero estas preguntas me llevan a un lugar incómodo: reflexionar sobre por qué hago lo que hago, sin perder el sentido de mis acciones. Aquí van algunas razones:

Es científico y probado, no es una mentira de la agenda 2030

 

El cambio climático está demostrado por el aumento sostenido de la temperatura global (1.2 °C desde finales del siglo XIX), el deshielo de glaciares y polos, y cambios en los patrones de precipitación. Los modelos climáticos muestran que, sin el aumento de gases de efecto invernadero producido por el hombre, estas variaciones extremas no ocurrirían con la misma magnitud.

Los efectos incluyen el calentamiento de los océanos, lo que altera las corrientes marinas y provoca la pérdida de biodiversidad; cambios en el ciclo del agua que causan sequías e inundaciones extremas; y la acidificación de los océanos, que perjudica a los corales y a las especies marinas que dependen del calcio.

Estos son algunos impactos específicos:

Olas de calor más frecuentes e intensas: En 2023, gran parte de Europa sufrió una ola de calor sin precedentes, con temperaturas superiores a los 40 °C en muchas áreas, lo que puso en peligro la salud de millones de personas y afectó la infraestructura (El País).

Huracanes y tifones más intensos: Un ejemplo reciente es el huracán Ian (2022), que devastó partes de Florida y el Caribe, causando daños masivos e inundaciones costeras severas. Estos fenómenos también están aumentando en frecuencia en el Pacífico (El País).

Inundaciones y precipitaciones extremas: En países como Alemania y Bélgica, las lluvias torrenciales de 2021 provocaron inundaciones históricas, con pérdidas humanas y daños en infraestructura por miles de millones de euros. Este tipo de eventos se intensifica por la mayor capacidad de la atmósfera para retener humedad debido al calentamiento global (Expansión).

Sequías prolongadas: En América del Sur, la sequía ha afectado la cuenca del río Paraná en Brasil, Paraguay y Argentina, impactando tanto la agricultura como la generación de energía hidroeléctrica. Esto también ocurre en zonas de África y América del Norte, donde las sequías se prolongan y agravan por el aumento de temperaturas y la reducción de lluvia (Expansión).

No es ideal, es costoso

Aunque en mis conversaciones casi siempre me hacen parecer un idealista, “hippie” o incluso comunista (a lo cual hago caso omiso para evitar herir susceptibilidades), creo que soy más pragmático que muchos de los que me estigmatizan. Aquí van algunos costos de la crisis climática:

En Argentina, la sequía y las temperaturas extremas han comprometido la producción de cultivos clave como la soja y el maíz, reduciendo las expectativas de cosechas y generando una posible pérdida de más de 20 mil millones de dólares para la economía agrícola. (El País)

Ecuador está enfrentando la peor sequía en seis décadas, con impactos económicos significativos y graves desafíos energéticos debido a la escasez de agua. Esta crisis ha obligado al país a implementar cortes eléctricos de hasta 14 horas en algunas áreas, afectando la industria, las pequeñas empresas y el bienestar general de la población. Además, se proyecta que la economía de Ecuador crezca solo un 0.3 % en 2024 y un 1.2 % en 2025, una previsión que el FMI califica como optimista dado el contexto actual de sequía y crisis energética. (Expansión)

La temporada de lluvias torrenciales y tormentas DANA en 2024 ha dejado daños significativos en varias regiones de España, especialmente en la Comunidad Valenciana y el sureste del país. Las primeras estimaciones sugieren que las pérdidas totales podrían superar los 10,000 millones de euros debido a los daños a infraestructuras, viviendas, comercios y tierras agrícolas, afectando especialmente los cultivos de cítricos y otros sectores como el transporte y la logística. Además, alrededor de 4,500 comercios en Valencia se han visto perjudicados por las inundaciones, y se espera que el costo final sea elevado para el sector asegurador. (El País)

El cambio climático podría reducir el PIB mundial hasta en un 18 % para 2050 si las temperaturas siguen aumentando, afectando sectores como la agricultura, el turismo y la infraestructura. Las pérdidas económicas derivadas de desastres naturales y la adaptación a nuevas condiciones climáticas serán enormes. (El País)

Costos domésticos

Siguiendo con mi enfoque económico, no solo son costos para los países. Si algunos de ustedes creen que lo que paga el Estado no afecta el bolsillo de cada uno, les aseguro que sí. En Estados Unidos, el impacto económico del cambio climático en una familia promedio puede ser significativo, aumentando los costos en diversas áreas esenciales del hogar. Estos aumentos se manifiestan tanto como gastos directos como en costos indirectos debido a interrupciones en infraestructura, vivienda y sistemas energéticos:

Costos de propiedad y seguros: Los desastres climáticos como inundaciones, huracanes e incendios forestales pueden dañar propiedades, lo cual eleva las primas de seguros para el hogar en un 10-20 % anual. Las familias también afrontan gastos de reparación o reconstrucción tras eventos extremos (CFR Education).

Gastos de energía y servicios públicos: La mayor demanda de calefacción y refrigeración, sumada a la inestabilidad de las redes eléctricas por olas de calor o tormentas, incrementa los costos energéticos. En EE.UU., la interrupción de la red durante eventos extremos, como la congelación de Texas en 2021, generó pérdidas multimillonarias, aumentando las tarifas de servicios públicos debido a la presión sobre la infraestructura (CFR Education).

Alimentos y agua: Las interrupciones agrícolas debido a eventos extremos incrementan los precios de los alimentos; las pérdidas globales de cultivos por olas de calor provocan un aumento del 5-10 % en el costo de los comestibles. Además, las sequías reducen la disponibilidad de agua, obligando a muchas familias a gastar más en agua embotellada o en sistemas de conservación (CFR Education).

Salud y seguridad: Las altas temperaturas y la contaminación aumentan problemas de salud, generando gastos médicos adicionales. Las familias en zonas con riesgos climáticos frecuentes suelen enfrentar costos relacionados con problemas respiratorios, deshidratación o golpes de calor, especialmente en niños y adultos mayores (CFR Education).

Pérdidas laborales y de productividad: Los trabajadores al aire libre y las empresas dependientes de cadenas de suministro sensibles al clima enfrentan interrupciones, lo que reduce los ingresos del hogar. Por ejemplo, el calor extremo cuesta a la economía mundial miles de millones anuales en productividad laboral perdida (CFR Education).

Estos son los costos en el país del Tío Sam. En nuestra América Latina, la proporción y el monto cambian, pero los rubros se mantendrán.

Las consecuencias de la crisis climática están siendo devastadoras

No es necesario esperar al 2100 para vivir las consecuencias, ya las estamos viviendo.

Aquí algunos ejemplos:

Fenómenos climáticos extremos más frecuentes e intensos: El calentamiento exacerbado aumenta la frecuencia de olas de calor, sequías, tormentas e inundaciones. Estos eventos afectan la agricultura, destruyen infraestructuras y ponen en riesgo la vida humana. Por ejemplo, las olas de calor más intensas ya están causando muertes y problemas de salud en todo el mundo (El País).

Subida del nivel del mar y pérdida de territorios costeros: El deshielo de glaciares y polos contribuye a un aumento del nivel del mar que podría llegar a más de un metro en las próximas décadas si no se controla. Esto amenazaría ciudades costeras como Miami y Bangkok y desplazaría a millones de personas (El País).

Escasez de agua y alimentos: Cambios en los patrones de lluvia y mayores temperaturas afectarían el suministro de agua y la producción de alimentos, sobre todo en regiones vulnerables. Esto podría desencadenar crisis alimentarias y conflictos por los recursos naturales en zonas como África subsahariana y Asia Central (Expansión).

Pérdida de biodiversidad: La alteración de los ecosistemas lleva a la extinción de especies. Los arrecifes de coral, los bosques tropicales y otros hábitats están en riesgo por el calentamiento y la acidificación de los océanos, lo que afecta a millones de especies que dependen de estos ecosistemas (El País).

Problemas de salud pública: El aumento de enfermedades relacionadas con el clima, como infecciones transmitidas por mosquitos (dengue, malaria) y problemas respiratorios agravados por incendios forestales y contaminación, se verán amplificados. Además, las olas de calor extremo pueden provocar golpes de calor y exacerbar problemas cardíacos y respiratorios.

En el futuro, serán aún peores.

Lo anterior, sumado a mi aversión al cinismo de expresiones como: «es lo que hay», «ya no hay nada que hacer» o «así funciona el mundo», hace que todos los días me levante a luchar, ya sea desde este artículo, desde mi trabajo o separando los residuos en casa.

Obviamente, no soy un ingenuo, y reconozco que mi impacto es absolutamente ínfimo en comparación con la responsabilidad que los gobiernos y las empresas deben asumir si realmente queremos cambiar el rumbo del planeta. Es crucial que los grandes tomadores de decisiones comprendan que, si seguimos así, no habrá un planeta para ellos, ni para nosotros, ni para las generaciones futuras.

John Stuart Mill:

«El hombre no está dispuesto a cambiar, a pesar de ver que el mundo se está desmoronando

Juan Camilo Clavijo

Galán: El improvisador

Contrario a la narrativa de una administración técnica y basada en la evidencia que pregona en el show mediático el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, lo que estamos viviendo los bogotanos es una gestión marcada por la improvisación, la falta de coordinación y una peligrosa superficialidad en la toma de decisiones. La capital enfrenta hoy una serie de crisis que, lejos de resolverse, se agravan por la incapacidad de articular respuestas claras y efectivas.

La crisis del agua en Bogotá es uno de los temas que ha dejado ver la improvisación de Galán y su equipo, mostrando una administración que parece más interesada en gestionar percepciones que en asumir responsabilidades. Las constantes interrupciones en el servicio y la falta de planificación para garantizar el suministro en las zonas más vulnerables revelan una gestión que opera al margen de las verdaderas necesidades de la ciudadanía. Más preocupante aún es la falta de coordinación con el Gobierno Nacional, una relación que debería ser estratégica para abordar temas estructurales como el abastecimiento de agua y la modernización de la infraestructura hídrica. Galán ha preferido politizar con afanes electorales la relación con el Gobierno Nacional, usándolo como excusa, culpándolo de los problemas de su administración en lugar de construir soluciones conjuntas.

 

Durante la campaña, Galán prometió enfrentar la inseguridad sin excusas ni retrovisores. Sin embargo, el panorama actual es desolador: los índices de inseguridad aumentan, y las medidas anunciadas no parecen ser más que reacciones desesperadas a la presión mediática. En vez de implementar estrategias integrales, se han priorizado operativos aislados que, aunque generan titulares, no abordan las raíces del problema. Peor aún, esta administración ha tratado de complacer a todos los sectores en temas de seguridad, buscando no incomodar a nadie. Esto ha resultado en políticas fragmentadas, sin la contundencia necesaria para enfrentar las amenazas que afectan diariamente a los ciudadanos.

Especialmente preocupante es la crisis de seguridad que enfrentan las mujeres en Bogotá. El aumento alarmante de los feminicidios que ya suman más de 47 víctimas y la falta de acciones contundentes por parte de la administración demuestran un vacío en la protección de los derechos de las mujeres. Los esfuerzos para implementar políticas de género han sido mínimos, y los refugios o programas de apoyo para víctimas de violencia son insuficientes. Galán parece ignorar que la seguridad para las mujeres no es un tema secundario, sino una prioridad urgente que requiere una respuesta contundente.

El plan de desarrollo de Galán también evidencia una falta de visión de largo plazo para Bogotá. Su apuesta por mantener el modelo de TransMilenio como eje del sistema de transporte masivo perpetúa los problemas de congestión, contaminación y desigualdad en la movilidad. Mientras las grandes capitales avanzan hacia sistemas de transporte limpios, multimodales y sostenibles, Bogotá no encuentra el rumbo sobre la integración de la bicicleta al SITP como aportante a la solución y por el contrario sigue anclada a un modelo obsoleto. Además, la propuesta de urbanizar áreas clave como la reserva Thomas van der Hammen demuestra una visión cortoplacista que prioriza la expansión descontrolada sobre la preservación ambiental. Esta política no solo pone en riesgo un ecosistema vital para la ciudad, sino que también perpetúa un modelo de desarrollo urbano desordenado, en el que el negocio inmobiliario tiene más peso que el bienestar de los ciudadanos y la sostenibilidad del territorio.

Galán también ha demostrado un afán preocupante por quedar bien con todos. Este estilo complaciente puede ser útil en campaña, pero es desastroso cuando se trata de gobernar. En su búsqueda por agradar, evita tomar decisiones firmes, lo que ha generado un desgobierno evidente en áreas clave como el transporte público, la movilidad sostenible y la gestión ambiental. Bogotá necesita un liderazgo que actúe con firmeza y claridad, que priorice las necesidades de la gente sobre los intereses políticos y que se comprometa verdaderamente con el desarrollo de la ciudad. Las improvisaciones y las excusas no son suficientes para enfrentar los desafíos de una ciudad que clama por soluciones reales.

La gran pregunta que debemos hacernos como bogotanos es: ¿hasta cuándo la improvisación y las excusas serán el sello de esta administración? La ciudad no puede seguir soportando una gestión que prioriza el discurso sobre la acción. El tiempo de las promesas quedó atrás; ahora es el momento de exigir resultados.

Quena Ribadeneira

Donald John Trump

The Pennsylvania Gazette publicaría el 09 de mayo de 1754 una viñeta cuya autoría fue atribuida a Benjamin Franklin (1706-1790), compuesta por una serpiente cascabel dividida en ocho partes (representaba la organización administrativa de las 13 colonias británicas que darían lugar a los Estados Unidos de América) acompañada de la frase “Join, or die” (Únete, o muere) que, a la postre constituyó un símbolo de la lucha política de los colonos para declarar el 04 de julio de 1776 su independencia del Imperio Británico, y se convertiría en estandarte primigenio de la unión norteamericana.

La viñeta de Franklin sigue vigente, el reciente triunfo electoral de Donald John Trump (1946), viento fresco para el ciudadano promedio, llega en tiempos de desunión, no en vano, ganó en los condados profundos que muchas veces no aparecen en los reportes noticiosos de los mass media. Trump representa para muchos, lo que no desearían para sí y sus hijos, pero también, para otros millares de personas representa la recuperación de la Familia, la Tradición y la Seguridad, perdidas durante los últimos decenios. Hacer a Estados Unidos grande otra vez, es su consigna, los estadounidenses lo merecen. Trump tiene un grande reto, unir las porciones de la serpiente cascabel que el progresismo refulgente de las grandes universidades y Think tanks han fraccionado y llevado a la decadencia societaria con relativización de valores.

 

Estados Unidos tiene la última oportunidad para retomar la otrora grandeza y el respeto de la comunidad internacional. Trump está a la altura de Putin, Jinping, Erdogan y Netanyahu, no sólo por su colosal físico, también por su particular forma de abordar el mundo. El viejo empresario transformado en político de oficio es el único que puede recuperar Occidente. Si Yo fuese estadounidense, probablemente estaría feliz por su triunfo, no porque Trump sea un mago; Trump tiene el talante para devolver la grandeza a Estados Unidos y recuperar su liderazgo; Putin y Jinping lo ven como un homólogo para dialogar, conciliar y poner fin a los conflictos internacionales.

Trump enfrentará grandes retos: En el escenario doméstico, unir a los estadounidenses, catapultar la industria en tiempos de inteligencia artificial, dialogar y cohesionar a los estados progresistas del norte con los estados conservadores del sur, aunado a eliminar la exclusión y la pobreza que se han vuelto habituales en las grandes ciudades. Otro reto de Trump, no por ello menos importante, la restauración moral de la sociedad estadounidense frente a la cultura woke que tanto daño ha hecho a la identidad americana. Cada vez es menor el respeto por la vida, la precarización del sentido de lo estético y lo sublime. La vulgaridad es la regla.

En el concierto internacional, la seguridad y las relaciones exteriores serán torales para los Estados Unidos, apoyo incondicional a Israel con Michael Dale Huckabee (1955) y exopolítica. La nominación de Marco Antonio Rubio (1971) como secretario de Estado es una bocanada renovadora que, tiene en el político de ancestros hispanoamericanos una de las promesas del Partido Republicano, futuro presidenciable. Otro acierto, Peter Brian Hegseth (1980) como secretario de Defensa, aunado al pragmatismo de Elon Reeve Musk (1971) como asesor honorario del Departamento de Eficiencia Gubernamental. Trump es muy inteligente, sabe bien que es un hombre mayor y así garantiza el recambio generacional.

Para verdades el tiempo, en cuatro años se sabrá qué tan bueno o qué tan malo fue el segundo mandato de Trump ¡Ojalá sea muy bueno! El Trump de hace ocho años, de shows y fakenews, se transformó en un hombre que hoy suma experiencia en el poder y conoce el amargo sabor de la derrota. Por el bien de todos, estadounidenses y no estadounidenses, que El Eterno le dé la sabiduría para decidir por lo correcto para el bienestar de su gente, y de paso, si le es posible, para el de toda la humanidad.

: León Sandoval Ferreira

 -57 y + 1257

La canción que resuena este fin de semana alude a una «chica», a los «shorts», a la «tanguita amarilla», al «bombón», al «perreo», al «bluyineo», y a situaciones de fiesta que en esencia ocultan un trasfondo preocupante. Se trata de una joven que, a tan solo 14 años, entra a la discoteca y se enfrenta al consumo de sustancias y la cosificación de un mundo donde “eso” es la norma. Este tipo de letras además de reflejar la cultura popular es irónicamente utilizada por los medios de comunicación para “captar audiencias”, alimentando un ciclo de explotación y superficialidad.

Es la discusión planteada para ganar audiencia. Y como hordas salvajes se lanzan al ataque, luego de haber promocionado las muñecas de la mafia, Pablo Escobar y disfrutar el reggaeton.

 

El reggaetón ha sido objeto de críticas por su tratamiento de la imagen y el cuerpo de la mujer, presentándolos como objetos de consumo. Las letras sexistas y las poses exhibidas son herramientas de marketing que perpetúan estereotipos dañinos. La juventud, al consumir y compartir este contenido en redes sociales, se convierte en cómplice de una cultura que minimiza el riesgo que enfrentan las mujeres, especialmente las más jóvenes.

Es fundamental abordar la Ley 1257, que busca prevenir la violencia contra la mujer y proteger sus derechos. Sin embargo, a pesar de su existencia, la implementación de estas normativas enfrenta grandes desafíos. A menudo, el enfoque recae en la mujer víctima, quien, en ocasiones, puede ser vista como culpable, lo que la coloca en una situación muy vulnerable. Este contexto exige una reflexión profunda sobre la percepción de la mujer en nuestra sociedad.

La Ley 1257 no solo establece medidas para la protección de las mujeres, sino que también busca crear un entorno libre de violencia y discriminación. Sin embargo, a pesar del marco legislativo, el machismo y el patriarcado siguen arraigados en nuestra cultura. Las canciones que promueven la cosificación y el desprecio hacia las mujeres prevalecen, opacando los esfuerzos por construir un futuro más equitativo.

Recordemos que hace 20 años cantábamos «Muévete ya, muévete ya, muévete por tus derechos y tus derechos se moverán gracias al ingenio de Raquel Sofía Amaya, muévete por tus derechos», un llamado a la acción que aún resuena. Necesitamos que esos mensajes inspiren a los artistas a crear letras que promuevan el respeto y la dignidad de las mujeres. Nuestros derechos son derechos humanos, y merecemos un trato digno.

La violencia contra las mujeres abarca diversas formas: física, psicológica, sexual, económica y patrimonial. Cada una de ellas se entrelaza, causando un daño profundo y duradero. Denunciar el acoso sexual es esencial, y es fundamental que se reconozca que el respeto es un derecho, no un privilegio. Las mujeres no somos trofeos ni objetos de deseo, y nuestros cuerpos son sagrados.

El Estado tiene la responsabilidad de implementar medidas de protección para todas las mujeres, especialmente aquellas que han sido víctimas de violencia. No puede ser un privilegio recibir atención psicológica o asistencia jurídica; estas son necesidades básicas que deben garantizarse.

Hoy, con firmeza y determinación, hacemos un llamado a los artistas para que reconsideren el impacto de sus letras. Queremos construir un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y completamente libres, inspirándonos en figuras como Rosa Luxemburgo.

Existen 184 proyectos de ley en el Congreso que buscan asegurar una vida digna para las mujeres. No permitamos que sean solo palabras vacías. Exigimos justicia y nos queremos vivas. No más violencia, no más silencio. La Ley 1257 debe ser una realidad palpable en la vida de cada mujer.

Marcela Clavijo

Duras lecciones desde Valencia

Siempre han existido los fenómenos climatológicos como las Depresiones Aisladas en Niveles Altos -DANA- en la región de Valencia, España. El que acaba de pasar en octubre fue muy grande y la probabilidad que se vuelva a presentar es mayor que en años anteriores, debido a los cambios de comportamiento del clima, que cada vez son más evidentes.

¿Qué es una DANA? La DANA que ha azotado el este de la península Ibérica es una bolsa de aire frío a mucha altura, que al chocar con el aire caliente y húmedo del Mediterráneo genera lluvias torrenciales. “En el argot meteorológico este episodio se conoce como un tren convectivo, una situación en la que tormentas muy intensas se regeneran continuamente en la misma zona, lo que deja en esa área cantidades desorbitadas de precipitaciones”, explica el portavoz de Aemet (EL PAÍS, 2024). Este fenómeno es la amenaza. Aunque también hay habitantes que piensan en conspiraciones.

 

Los desastres naturales no existen. Para explicarlo volvamos a las diferencias entre riesgo, amenaza y vulnerabilidad. La amenaza es la ocurrencia de un fenómeno como la DANA, la vulnerabilidad es la falta de características de los asentamientos humanos para que no se vean afectados por la amenaza, y el riesgo es la combinación de los dos. Con la misma amenaza, pero sin asentamientos en el recorrido de la creciente, riada o avalancha que genera, no hay vulnerabilidad de nadie, y por supuesto, no hay riesgo de desastre para humanos. En forma conceptual, el desastre no es natural porque sucede cuando los humanos nos situamos en lugares que pueden ser afectados por ese tipo de eventos naturales, conocidos, pero no predecibles totalmente, y nos hacemos vulnerables ante su ocurrencia; tal combinación se traduce en lo que calificamos como desastre.

Después del desastre que produjeron las dos riadas de 1957, en Valencia se construyó el Plan Sur, que desviaba el río Turia para proteger el centro de la ciudad, y evacuar hacia el sur los posibles eventos comparables, cuya medida indicativa se estableció en 3700 m3/segundo (casi dos veces el caudal del río Cauca), para lo cual, el canal de desvío se diseñó para 5000 m3/segundo (hay quienes dicen que ambos datos no estaban bien calculados, uno por defecto y el otro por exceso).

En el 2014, un informe advertía que “Los registros históricos y arqueológicos, así como las estadísticas, nos alertan de que tarde o temprano la meteorología volverá a repetir, o incluso empeorar, una situación como la que Valencia experimentó en 1957 y el cauce del Turia tendrá que soportar ingentes caudales. Situación en la que sin duda influirán los fenómenos asociados al cambio climático.   A la vista de los datos expuestos en el presente estudio informativo, existen riesgos de que dicha situación meteorológica pueda derivar en una inundación catastrófica para Valencia. El Plan Sur está incompleto pues, por ejemplo, incluso actuaciones proyectadas y presupuestadas como la presa de Vilamarxant o el recrecimiento del Nuevo Cauce no han sido ejecutadas a día de hoy. Deducimos que el cauce actual es insuficiente para una riada como la del 57”. (Actualización del Plan Sur de Valencia, 2014). Este informe premonitorio fue escrito hace 10 años.

Para la época del desastre del 57, la zona al oeste de la l’Albufera (laguna costera y parque natural ubicado a unos 10 km al sur de la ciudad de Valencia) era dedicada a las actividades campesinas. Hoy, la urbanización es una realidad, cubriendo de calles y edificaciones lo que una vez fue campo abierto, lo que agrava la condición para toda la zona por la impermeabilización del suelo con la cual la escorrentía (lluvia que se convierte en corriente de agua) es mayor.

“El expresidente del Gobierno José María Aznar ha reivindicado este lunes el Plan Hidrológico Nacional (PHN) que aprobó su Gobierno y que incluía obras e inversiones en el sur de Valencia, como en el barranco del Poyo, y ha criticado que el PSOE lo derogara a partir de 2004 al llegar a Moncloa” (Sport45, 2024). El barranco del Poyo fue el mayor causante de la tragedia.

Los barrancos (caños o arroyos con cauces profundos que han labrado las mismas aguas torrenciales, pero que en otras estaciones permanecen secos), se llenan de materiales que ayudan a crear pequeñas presas que cuando se deshacen causan avenidas, que sumadas todas, forman las impresionantes riadas que se han registrado y que causaron tantos daños.

También se ha hablado que el desmantelamiento de presas en desuso es parte del problema porque servían de amortiguamiento, precisamente en las crecidas de los ríos. Pero “no hay evidencia de que se hayan demolido grandes presas o embalses en la región de Valencia que pudieran haber mitigado las inundaciones de octubre de 2024. Las infraestructuras eliminadas en la cuenca del Júcar, la más afectada por las inundaciones, fueron principalmente azudes y pequeñas presas en desuso, no grandes embalses. Estas 28 estructuras se demolieron por motivos de seguridad y para restaurar ecosistemas, y su ausencia no influyó significativamente en la magnitud de las inundaciones recientes” (MalditoClima, 2024). “Por el contrario, la presa de Forata desempeñó un papel crucial al retener 37.000 millones de litros de agua durante las lluvias torrenciales, evitando que la situación en la ciudad de Valencia fuera aún más grave. Expertos señalan que, sin esta infraestructura, el impacto de las inundaciones habría sido mucho mayor”. (Antena3, 2024). Además de las presas, “los desvíos de cauces junto con otras soluciones de ingeniería y arquitectura han hecho que zonas como la ciudad de Valencia hayan evitado la catástrofe tras el paso de la peor DANA en el último siglo”.

Por otro lado, el criticado desmantelamiento de la Unidad de Emergencias Valenciana como uno de los primeros actos al posesionarse el presidente derechista de la Generalitat, que había sido creada tan solo 4 meses antes por su antecesor socialista, ofrece otra pista para entender que los políticos estaban más atentos a su refriega ideológica que en prevenir y atender los riesgos de la tierra donde han llegado a ser responsables por todo lo que allí pase (El País, 2024).

A continuación, un esbozo del mapa de posibles causas simultáneas que operan sobre un sistema nada simple.

1. Cambio Climático y Fenómenos Meteorológicos Extremos: las lluvias torrenciales y las DANAs son fenómenos que, aunque han ocurrido históricamente en el Mediterráneo, se han intensificado en frecuencia e intensidad debido al cambio climático.

2. Vulnerabilidad de la Infraestructura: muchas de las infraestructuras en Valencia, como drenajes, puentes y carreteras, fueron diseñadas antes de que se tuviera en cuenta la posibilidad de lluvias tan intensas y frecuentes. Esto implica que no sean suficientes para manejar estos volúmenes de agua, agravando el impacto de las inundaciones. Y la expansión de construcciones en zonas propensas a inundaciones, como las bien conocidas allí llanuras de inundación, zonas ribereñas y áreas bajas, ya sea por falta de regulaciones o por incumplimiento de éstas, aumenta la exposición al riesgo de la población.

3. Deficiencias en la Planificación Urbana y Gestión Territorial: el crecimiento urbano desordenado y la proliferación de superficies impermeables (construcciones, carreteras, pavimentación) aumentan el riesgo de inundación, ya que el agua de lluvia no puede filtrarse de manera natural en el suelo. Y por otro lado, la deforestación y pérdida de vegetación puesto que la urbanización ha llevado a una reducción de áreas naturales y vegetación, que son esenciales para la absorción de agua; al no contar con suficientes zonas de retención natural de agua, las ciudades quedan desprotegidas y aumentan las posibilidades de inundación.

4. Gestión y Respuesta a Desastres: la magnitud de la tragedia sugiere que quizás los protocolos de emergencia y respuesta no estaban suficientemente preparados para enfrentar un desastre de estas características. Y además, las autoridades pueden haber reaccionado de manera tardía o insuficiente debido a una planificación deficiente y a la falta de recursos adecuados. Y la falta de inversión en infraestructura de mitigación como canales de desagüe más grandes, sistemas de retención de agua y sistemas de alerta temprana, que podrían haber reducido significativamente el impacto de las lluvias; puede haber sido por restricciones presupuestarias como por la priorización de otras obras de menor urgencia.

La tragedia de Valencia es resultado de la confluencia de factores naturales, agravados por la acción humana y una insuficiente adaptación al cambio climático. Para evitar futuras catástrofes de esta magnitud, es urgente que las autoridades implementen una serie de reformas integrales: invertir en infraestructura de adaptación climática, controlar la expansión urbana en zonas de riesgo, y fortalecer la gestión de emergencia.

Que nos sirva de espejo esta tragedia para reflexionar sobre el estado de la gestión de estos riesgos en nuestro país, que es altamente expuesto: lo más probable es que tengamos muchas más falencias en todo sentido que los españoles, que son del primer mundo. En el gobierno de la vida, hay que priorizar la vida. La UNGRD con el Fondo de Adaptación, deberían tener mucho trabajo en prevención y consecuentemente menos en atención de desastres. Pero ya se vinieron las lluvias torrenciales…

Referencias recomendadas:

Actualización del Plan Sur de Valencia, Estudio informativo acerca de los riesgos de que Valencia experimente una nueva inundación catastrófica. ATENEO MERCANTIL DE VALENCIA – Grupo de Análisis “Impulso a Valencia” – 2014. (Actualización del Plan Sur de Valencia, 2014).

Una excelente referencia para entender de la tragedia y de todos los temas relacionados con gestión de riesgo de desastres es el blog del profesor Víctor Yepes, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, PhD, catedrático de la Universidad Politécnica de Valencia. https://victoryepes.blogs.upv.es/

Rafael Fonseca Zarate