Ir al contenido principal

Horarios de atención

De lunes a viernes:
8:00 AM – 5:00 PM

Whatsapp: (+57) 317 599 0862
Teléfono: (+57) 313 7845820
Email: [email protected]

Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: organizaciones

Ley de agentes extranjeros, un instrumento político en la mira

Las leyes sobre agentes extranjeros, normativas utilizadas generalmente como herramienta política para limitar las actividades de organizaciones que cuentan con redes transnacionales, han pasado esta semana a estar en el punto de mira a raíz del proyecto de ley presentado ante el Parlamento de Georgia y que ha llevado a miles de personas a protestar en lo que muchos han calificado como un Euromaidán a la georgiana.

Lo que empezó con una reyerta entre diputados ha acabado por encender el debate político a nivel nacional, donde la oposición ha mostrado un rechazo contundente a una medida que, según han defendido, se asemeja a la legislación utilizada por Rusia para acallar voces disidentes y frenar el trabajo de organizaciones y medios independientes.

 

A pesar de que el Gobierno ha tratado de defender su proyecto, los diputados han tenido que ceder finalmente ante la fuerte oposición en las calles y revertir un proceso parlamentario que, tal y como alertaban algunos actores internacionales, podía sacar a Georgia de su camino hacia la Unión Europea. Sin embargo, son más de una decena los países y regiones del mundo que sí cuentan con este tipo de legislaciones.

RUSIA

La ley de agentes extranjeros de Rusia, duramente criticada por la comunidad internacional durante años por vulnerar las libertades fundamentales de los ciudadanos, ha sido ampliada paulatinamente hasta socavar las actividades y operaciones de miembros de la sociedad civil.

La ley, adoptada en 2012, permite reconocer como «agente extranjero» a cualquier organización sin fines de lucro que haya recibido dinero del exterior y esté realizando, desde el punto de vista de las autoridades, actividades políticas.

Con esta normativa, se prohíbe a los llamados «agentes extranjeros» ejercer la docencia en escuelas y universidades públicas, realizar actividades educativas con menores y o recibir financiación estatal, entre otras cuestiones.

Asimismo, tampoco podrán trabajar en el servicio estatal o municipal, ser miembros de comisiones electorales, ni actuar como organizadores de eventos públicos, además de quedar exentos de invertir en empresas estratégicas en Rusia y hacer donaciones a los fondos electorales de candidatos y partidos políticos.

Esta designación ha sido duramente criticada dado que estigmatiza el trabajo de este tipo de organizaciones y vulnera el trabajo efectivo de la sociedad civil con el objetivo, según voces críticas, de disuadir a los ciudadanos de buscar la ayuda de activistas de Derechos Humanos, entre otros aspectos.

EEUU

No obstante, fue Estados Unidos el primer país en aprobar este tipo de legislación, que se remonta a 1938 y buscaba hacer frente, entonces, a la propaganda del régimen nazi en Alemania. Posteriormente, la conocida como Ley de Registro de Agentes Extranjeros (FARA, por sus siglas en inglés) fue enmendada en los años 60 para englobar a grupos de poder y empresas que promocionaban intereses de gobiernos extranjeros.

Las definiciones incluidas en la ley han sido tildadas en numerosas ocasiones de «amplias» y «vagas», según un informe de la Federación Internacional por los Derechos Humanos (FIDH).

Esto permite al Gobierno del país norteamericano aplicar la medida a mayor número de organizaciones, lo que supone un riesgo para la sociedad civil, tal y como han denunciado defensores de Derechos Humanos que insisten, además, en que la redacción del texto socava la eficacia real de la legislación en cuestión.

La ley adquirió una mayor relevancia tras las elecciones presidenciales de 2016, cuando se convirtió en mayor medida en una herramienta para responder a la influencia extranjera en la política.

AUSTRALIA Y CANADÁ

Países como Australia y Canadá cuentan con leyes similares, basadas precisamente en la FARA. En el caso australiano, la normativa obliga a antiguos miembros del Gobierno a registrar «cualquier actividad que realicen en nombre de entidades extranjeras».

La canadiense, por su parte, establece la obligatoriedad de especificar y detallar las identidades y los pagos realizados por clientes extranjeros y establece multas de hasta 200.000 dólares y penas de hasta dos años de prisión en caso vulnerarla.

NICARAGUA

En Nicaragua, la ley obliga a todo aquel ciudadano que trabaje para «gobiernos, empresas, fundaciones u organizaciones extranjeras» a registrarse en el Ministerio del Interior, informar mensualmente de sus ingresos y gastos y avisar previamente en qué se gastarán los fondos extranjeros.

El texto, que recoge sanciones en caso de incumplimiento, puntualiza que estos ciudadanos no podrán «financiar o promover la financiación de cualquier tipo de organización, movimiento, partido político, coalición o alianza política o asociación» que se involucre en la política interna de Nicaragua.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, trató de sacar adelante en 2021 una legislación paralela, si bien la medida se estancó un año después en medio de acusaciones y advertencias a las que se sumó Naciones Unidas, que señalaba que el proyecto incluía restricciones aún más severas que las nicaragüenses porque buscaba gravar un impuesto del 40 por ciento a todas las transferencias procedentes del exterior.

VENEZUELA

La legislación venezolana tampoco se queda atrás: tras su aprobación en 2021, exige la inscripción de todas las personas físicas o jurídicas de carácter no financiero y pone en el punto de mira a las ONG, a las que somete a seguimiento y supervisión.

Enmarcada en la política de seguridad nacional, se suma a otras medidas destinadas a poner trabas al trabajo de organizaciones de defensa de los Derechos Humanos e incluye, según voces críticas, restricciones a la libertad de expresión.

EL PARADIGMA EUROPEO

En Europa, la medida ha pasado inadvertida a pesar de que países como Hungría, Bulgaria y Ucrania han aprobado en los últimos cinco años legislaciones que limitan las donaciones procedentes del exterior.

Así, las organizaciones que reciban más de 24.000 euros de donaciones extranjeras en Hungría deberán volver a registrarse como organizaciones «que reciben financiación extranjera», y sus sitios web y publicaciones deberán llevar esta etiqueta.

La normativa ucraniana, que se remonta a 2018, permite registrar organizaciones como «agentes que actúan bajo la influencia de un Estado agresor», mientras que la búlgara obliga a declarar ante Hacienda y en el plazo de una semana la obtención de subvenciones procedentes del extranjero que superen los 500 euros, aproximadamente.

El caso de Osetia del Sur es llamativo: la región separatista georgiana ha seguido la estela de la legislación rusa. Los diputados aprobaron la medida en 2014 para incluir las actividades de organizaciones que reciben financiación desde el exterior.

En este sentido, y tras meses de debate entre varias ONG que se oponían claramente a la terminología del texto, Osetia del Sur dio el visto bueno a una normativa que, si bien sustituyó el término «agente» por «socio», permite supervisar las labores de las organizaciones y les exige presentar documentación adicional.

ASIA Y ORIENTE PRÓXIMO

La ley, que prevalece también en Kirguistán, cuenta también con su versión israelí, donde se exige que las organizaciones financiadas en su mayoría desde fuera del país sean declaradas «extranjeras».

Esto incluye también las cuantías procedentes de la Unión Europea, Naciones Unidas y fundaciones gubernamentales, entre otras.

Denuncian los riesgos que sufren las mujeres en Ucrania

La ONG Amnistía Internacional (AI) ha denunciado este miércoles los «graves riesgos» a los que se enfrentan las mujeres en Ucrania tras un año de invasión por parte de Rusia y ha señalado que son ellas quienes «sufren las peores consecuencias de la brutalidad de la guerra».

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, la organización ha alertado de los «efectos perjudiciales en la salud mental, física, sexual y reproductiva de las mujeres» y ha expresado así su «preocupación» por el nivel de violencia sexual y de género que se ejerce contra ellas en el marco del conflicto.

 

En este sentido, ha recalzado en un comunicado la importancia de que las mujeres desempeñen un «papel proactivo» en los procesos de toma de decisiones dado que sufren una «carga adicional de responsabilidades en zonas de guerra».

«Las mujeres están permanentemente en primera línea del conflicto, como militares y combatientes, médicas y enfermeras, voluntarias, activistas por la paz, cuidadoras de sus comunidades y familias, desplazadas internas, refugiadas y, con demasiada frecuencia, víctimas y supervivientes», ha afirmado la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard.

Asimismo, ha afirmado que la invasión de Ucrania «no es una excepción» y ha advertido de que las mujeres «corren mayor peligro de sufrir violencia sexual y de género, así como problemas graves de salud». «Están obligadas a tomar decisiones de vida o muerte por sus familias y, al mismo tiempo, suelen ser excluidas de los procesos de toma de decisiones».

La ONG ha instado a la comunidad internacional a apoyar y mostrar solidaridad con las mujeres que están sufriendo violaciones de Derechos Humanos en plena guerra. «Los perpetradores de violaciones del Derecho Internacional deben ser obligados a rendir cuentas», indica el documento, que denuncia la comisión de crímenes de guerra sobre el terreno.

Amnistía ha lamentado que, en la mayoría de los casos, las mujeres «siguen teniendo la responsabilidad de cuidar de sus hijos y otros miembros de la familia, algo que resulta desproporcionado».

«Los hombres (de la familia) han ido a la guerra, las mujeres se han quedado solas, muchas con hijos de corta edad a su cargo, sin ningún ingreso. No hay ayuda, ni material ni económica. Volví a la zona de peligro con mis hijos. Tal vez hice mal. Pero tenía que cuidar de mis hijos y de mis padres ancianos… Es mi obligación. No tienen quien los cuide excepto yo. No tengo elección», ha explicado Tamara, una mujer que viven en la provincia de Donetsk, en la zona ocupada por las tropas rusas en el este de Ucrania.

CRÍMENES DE GUERRA

La organización ha indicado que la invasión está teniendo efectos perjudiciales en la salud mental, física, sexual y reproductiva de las mujeres y ha advertido de que «los ataques constantes de Rusia contra infraestructuras civiles críticas constituyen crímenes de guerra que han mermado gravemente las posibilidades de acceso a asistencia médica para quienes viven en Ucrania».

Asimismo, los limitados suministros y altos precios de los artículos para la menstruación necesarios para mujeres y niñas las obligan a elegir entre alimentos y productos sanitarios.

Yulia, cuya vivienda fue destruida por los ataques aéreos rusos, ha contado a Amnistía que había conseguido artículos de higiene íntima para ella y su hija en un centro de apoyo a personas internamente desplazadas.

Por otra parte, la violencia de género se ha incrementado y agravado para quienes viven en las zonas más afectadas por los ataques, donde «predomina una falta de seguridad, la ausencia o merma del Estado de Derecho, el carácter generalizado de la impunidad para los perpetradores y la falta de confianza en las autoridades de ocupación, así como el estigma que conlleva revelar experiencias de violencia sexual y de género».

«El abuso sexual es un grave problema para las mujeres. Yo recibí formación y nos dijeron que había casos en que los niños y niñas, tras la evacuación, mostraban señales de haber sufrido abuso sexual», ha relatado Maryna, trabajadora humanitaria en la zona.

Maryna ha explicado que cuando realizaba labores con personas desplazadas a nivel interno presenció varios aumentos de la violencia doméstica. «Había 60 personas viviendo en un gimnasio. Yo ya había trabajado con este tipo de casos, pero incluso sin tener mi experiencia (estas señales de violencia) pueden verse a simple vista. Vi muchas allí», ha dicho.

TOMA DE DECISIONES

El documento ahonda en la importancia de que las mujeres puedan participar «proactivamente» en los procesos de toma de decisiones en todos los niveles para garantizar que las leyes, políticas y prácticas reflejan y satisfacen sus perspectivas y necesidades específicas.

«Cuando la invasión entra en su segundo año, niños y niñas están pasando su periodo educativo en medio de una invasión brutal, mientras que las mujeres deben enfrentarse a un viaje difícil y peligroso hacia un lugar seguro y al mismo tiempo asumir una carga adicional de cuidados», ha puntualizado la organización, que pide a la comunidad internacional esforzarse para «garantizar una participación significativa en los procesos de toma de decisiones».

Esto incluye, según ha explicado la ONG, «deliberaciones internacionales sobre apoyo económico, reparaciones e iniciativas de reconstrucción, provisión de ayuda humanitaria y acceso a la justicia para víctimas y supervivientes de la guerra de Rusia«.

«Sólo a través de la inclusión de las mujeres en todos los niveles podemos garantizar que las necesidades de las mujeres son priorizadas y cubiertas de manera sostenida, y que se respetan y protegen los derechos de las mujeres», ha zanjado.

Se cierra otra organización en Nicaragua

Imagen de @IAmCaritas 

El Gobierno nicaragüense ha procedido a cerrar las ramas de la ONG católica Cáritas en Nicaragua, sumándose así a la lista de cientos de organizaciones no gubernamentales cerradas en los últimos meses y marcando una nueva brecha entre el Gobierno y la Iglesia Católica.

 

El Ministerio de Gobernación ha cancelado la personalidad jurídica de Cáritas Nicaragua y Cáritas Jinotega, a través de la «disolución voluntaria» acordada por sus propios miembros, según informa ‘La Prensa’.

Este martes también se ha cancelado la personalidad jurídica de dos universidades católicas nicaragüenses, la Universidad Cristiana Autónoma de Nicaragua (UCAN) y la Universidad Juan Pablo II, ambas operando como asociaciones y acusadas de incumplir una controvertida ley que limita la actividad de las ONG en Nicaragua y que ya ha servido como instrumento para el cierre de cientos de organizaciones.

Este tipo de medidas ha aumentado a raíz de las protestas opositoras de 2018 y del proceso electoral de 2020, cuando decenas de disidentes fueron encarcelados. La semana pasada un grupo de expertos de Naciones Unidas acusó a Ortega y a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, de perpetrar abusos equiparables a crímenes contra la humanidad.

Es uno más de los roces entre la Iglesia Católica y el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, que anteriormente exigió «democracia en el seno de la Iglesia católica», calificándola de «mafia organizada», después de que el Papa Francisco criticara la reciente condena de 26 años de cárcel contra el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez.

«Son una mafia, miren los crímenes que han cometido, cuántos crímenes han cometido», aseveró Ortega, ironizando sobre el respeto que le puede tener a los obispos que ha conocido en Nicaragua ya que, según él, «eran somocistas», seguidores del dictador nicaragüense Anatasio Somoza.