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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Oscar Sevillano

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Dialoguen y paren las marchas y contramarchas

Espero que tanto Gobierno como oposición paren la competencia por ver quien saca más gente a la calle, quien grita más duro y quien insulta más fuerte, y se sienten a dialogar con el fin de lograr acuerdos que eviten que la economía y desarrollo de país se estanquen por cuenta de esta especie de ‘Patria boba’ en la que ha caído.

Por supuesto que se requieren reformas que permitan mejorar la atención en salud, que genere mayor número de empleos en condiciones dignas y por supuesto una que garantice el derecho a la pensión.

Esto lo sabe la oposición y lo sabe también el Gobierno, el problema es que mientras desde la Casa de Nariño sigan pensando que el legislativo tiene la obligación de servir de notario y aprobar todo cuanto se le ocurra al presidente sin cambiar ni una sola coma a sus proyectos, estos difícilmente tendrán buen final en el Congreso de la República.

Por otro lado, se equivoca la oposición creyendo que, incendiando los ánimos, aprovechando los errores del Gobierno Nacional, va a intimidar al Ejecutivo, porque si en algo se ha caracterizado Gustavo Petro durante su vida política es en ser reactivo.

Ha llegado el momento en que ambos sectores (Gobierno y Oposición) dialoguen y establezcan acuerdos y que el presidente Gustavo Petro, entienda que para sacar adelante la economía del país se requiere trabajar de la mano del sector privado, que en últimas es quien debe generar el mayor número de empleos y para esto se deben crear condiciones favorables en la política laboral y en los mercados nacionales e internacionales para que las empresas puedan crecer en sus ventas de  sus productos o servicios.

Este panorama de marchas y contramarchas no le sirve al país, no le sirve al Congreso de la República y por supuesto tampoco le sirve al presidente de la república porque los proyectos de reformas se debaten y se discuten en el legislativo no en las calles ni en la Plaza de Bolívar, y este debate requiere de argumentos no de insultos ni de arengas.

En este próximo semestre, el presidente Gustavo Petro tiene la oportunidad de corregir el rumbo y generar un clima de paz total en lo político, porque si no existe ni un mínimo de entendimiento en lo político, como dicen popularmente: “apague y vámonos”.

@sevillanoscar   

 

La desgracia de las campañas presidenciales

Está visto que en Colombia las campañas presidenciales se han convertido en una verdadera desgracia, porque está demostrado que sin importar la candidatura por la cual se vote, tras bambalinas habrá algún tema oscuro por debajo de la mesa que en algún momento saldrá a la luz pública.

La duda que dejó el excongresista Armando Benedetti, al insinuar que la campaña ‘Petro Presidente’ habría recibido 15 mil millones de pesos que al parecer, no quedaron registrados en la contabilidad, puso una vez más la lupa sobre la manera en cómo se están financiando las campañas presidenciales.

No es la primera vez que sucede, ya vimos como las campañas de Juan Manuel Santos y Óscar Iván Zuluaga quedaron estigmatizadas por los dineros de Odebrecht en 2014. La campaña de Iván Duque fue señalada de haber recibido en 2018, financiación del Ñeñe Hernández, un narcotraficante de la Costa Caribe. En 2002, Enilce López Romero, capturada por lavado de activos, aportó dineros a la campaña de Álvaro Uribe, hecho reconocido por el mismo expresidente, y por supuesto no se puede olvidar el ingreso de dineros del narcotráfico a la campaña de Ernesto Samper en 1994.

Todo lo anterior deja claro que no importa quien sea el candidato, en todo caso siempre existirá el riesgo de que algo turbio se pueda mover por debajo de la mesa para conseguir el fin de llevar a determinada persona al poder nacional.

Pero además es claro que también, quien aspire a la presidencia debe saber rodearse y rechazar a todo aquel que más adelante pueda generarle algún dolor de cabeza.

Me cuesta creer que Gustavo Petro no sepa o no conozca los alcances de un personaje como Armando Benedetti, acostumbrado a hacer lo que se le da la gana y sin pedir permiso a nadie.

No puede ser que el primer mandatario, que de bobo no tiene un pelo, no haya calculado a lo que se sometía recibiendo en su círculo a este excongresista que ahora amenaza con convertirse en una especie de Yidis Medina, a quien el Gobierno Uribe no le cumplió todo lo prometido para que cambiara su voto y permitiera la aprobación del articulito que abrió paso a la reelección presidencial, y ella, -llena de rabia acudió a la venganza- confesando sus culpas, llevándose por delante a todo el que pudo.

Más allá de investigar si hubo o no hubo dineros extraños o manejos por debajo de la mesa en la campaña presidencial de Gustavo Petro, es necesario que el Estado en su conjunto se una y trabaje en la idea de evitar actuaciones fraudulentas en las organizaciones de quienes aspiren a la Presidencia de la República, porque no puede que cada cuatro años el país se vea inmerso en escándalos por la misma causa.

@sevillanoscar

 

Laura en su laberinto

Verdaderas horas de infierno debe estar viviendo la secretaria privada del Palacio de Nariño, Laura Sarabia, por cuenta de las declaraciones entregadas por su exempleada a la Revista Semana en donde cuenta lo ocurrido, luego de que su exjefa descubrió un supuesto robo de un dinero de su propiedad.

Puede ser que el robo haya ocurrido, eso no lo dudo, la pregunta es, ¿era necesario someter a la parte más débil de la cadena a una prueba de polígrafo?, de manera irregular además porque la exniñera no trabajaba para la Presidencia de la República. Estaba contratada de manera privada por Laura Sarabia por tanto, sí alguna sospecha tenía sobre la señora, el caso debió dejarse en manos de la Fiscalía General de la Nación, sin meter las manos en el asunto aprovechando el poder que otorga un cargo como el de la secretaria privada de la Presidencia de la República.

Aunque Sarabia lo niegue, es claro que aquí hubo un abuso de poder porque primero, no se puede ingresar a una persona por el sótano de Palacio de Nariño con el claro fin de someterla a una prueba de polígrafo para un asunto que nada tiene que ver con la Presidencia de la República, y si así lo fuese, debía hacerse con orden expresa de la Fiscalía General de la Nación en el marco del proceso judicial y no por recomendación de alguien o lo que es peor, porque a una persona cercana a la funcionaria se le ocurrió.

La verdad es que luego de conocerse este delicado asunto en el que una persona de origen humilde fue sometida durante cuatro horas a una tortura psicológica, a uno le queda la duda de sí es la primer vez que en el Palacio de Nariño se procede de esta manera y, sí el presidente de la república estaba enterado de lo que ocurría a su alrededor o si por el contrario, «todo fue a sus espaldas».

Laura Sarabia podrá dar cualquier explicación para tratar de justificar este procedimiento, pero lo cierto es que es injustificable utilizar las instalaciones del palacio presidencial para ejecutar una prueba de polígrafo para un tema que no es de carácter público sino privado, en un gobierno que se precia de ser defensor de los derechos humanos y vocero de la clase humilde, dejando además la duda de si las locaciones del Palacio de Nariño son una especie de centro de interrogatorio al mejor estilo fascista.

El asunto no es de poca monta, y Sarabia deberá responder no solo a la opinión pública sino además a los órganos de control en el caso de que encuentren mérito para abrir investigación sobre el caso.

 

De nada sirve un cese a fuego con el ELN

Si se llegase a pactar un cese al fuego bilateral entre el Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional, este no ayudaría a reducir la conflictividad que se vive en los diferentes territorios del país donde se vive la confrontación armada con mayor intensidad porque los demás actores ilegales no entran en ese trato.

Que el Ejército y la Policía no se enfrente con el ELN no significa de ninguna manera que esta guerrilla dejará de enfrentarse con el Clan del Golfo, ni con las disidencias de las Farc ni mucho menos con el Estado Mayor Central de las Farc.

Por lo anterior, el gobierno de Gustavo Petro debe insistir dentro del marco de la Paz Total de buscar un cese al fuego de carácter multilateral para que baje la conflictividad en regiones como el Catatumbo, el departamento del Cauca, etc.

Además, debe también crear un ambiente favorable hacia la paz total y para esto es necesario que acuda a la sociedad civil, a la academia y a la opinión pública para convencer al país que se requiere desactivar todos los factores de violencia armada alimentada por el narcotráfico, la minería ilegal, el contrabando, etc., y que esto solo será posible si y solo si se trabaja en este sentido.

El presidente Gustavo Petro debe aceptar que hasta el momento ha actuado torpemente, y que no ha dado prioridad a asuntos como de la Paz Total por querer jugar con el efecto regadera, disparando a todo lo que puede sin lograr mayor efecto más allá de unas cuantas notas en la prensa.

Que tampoco ha sabido conducir el proceso de paz ni demostrarle al ELN que como jefe de Estado tiene la sartén por el mango, y que puede darle golpes contundentes haciendo uso de las capacidades de la Fuerza Pública y de la Policía, y que no es haciendo concesiones de manera generosa, como va a ablandar a una guerrilla complicada, ciega y testaruda conducida por personas que se quedaron viviendo en los años 70.

La idea de buscar una paz multilateral en Colombia no es mala, y sería lo mejor para todos los colombianos, incluso para aquellos políticos que necesitan de la guerra para conseguir votos porque solo así podrán visitar cualquier territorio del país sin miedo a que su integridad se vea afectada por la acción de algún actor violento.

El tema, es que por buena que sea esta idea, no es fácil de lograr, que requiere de paciencia, inteligencia y apoyo de la sociedad civil.

En lugar de buscar el apoyo popular a unas reformas que no se aprueban en la plaza pública sino en el Congreso de la República, Petro debe buscar el respaldo de la gente en todo el país a temas como la paz total, porque de nada vale firmar un acuerdo con un grupo armado ilegal, cuando los otros factores de violencia en los territorios quedan activos.

 

 

Francia Márquez, compórtese como la vicepresidenta del país

Los colombianos esperamos que muy pronto Francia Márquez entienda que ya no es la empleada de servicio doméstico en una casa de familia pudiente sino la vicepresidenta de todo un país y la mujer más importante en todo el territorio nacional.

Que por tanto debe adoptar un buen comportamiento y expresarse en los términos adecuados dejando el odio y el resentimiento social que parece no querer abandonar aun con el cargo que hoy ostenta y que le obliga a mantener unas buenas relaciones con todos y con todas.

No le queda nada bien a una vicepresidenta de la república hablar de manera desafiante cuando se le cuestiona por utilizar un helicóptero de las Fuerzas Militares para sus paseos a la zona de Dapa para visitar a su familia porque, aunque sea vicepresidenta está bajo la vigilancia y escrutinio de todos los colombianos, incluso de los que no votaron por ella.

Al parecer nadie le ha dicho a la vicepresidenta que al ocupar un cargo en la función pública debe dar explicaciones a todos los colombianos por todo lo que haga en ejercicio de su cargo y por cada recurso público que utilice.

Artículo relacionado: Francia Márquez seguirá paseando en helicóptero, ¿y de malas?

En este sentido, la doctora Francia Márquez no puede enojarse porque se le piden las explicaciones por el uso de un artefacto para fines que no tienen nada que ver con las funciones que cumple y que además por el ruido que hace se convierte en un factor de contaminación auditiva para quienes habitan el territorio que suele visitar de viernes a domingo.

La desgracia de todo funcionario público es que debe explicar y rendir cuentas y si la vicepresidenta no está dispuesta a que se le pregunte y se le pida cuentas, lo mejor que puede hacer es renunciar a su cargo y dedicarse a actividades de tipo privado.

No le luce a la señora Márquez responder en una entrevista a la Revista Semana con la frase “de malas”. Nada de eso señora vicepresidenta, porque si usted no lo sabe, quienes la llevan a usted hasta Dapa son unos soldados del Ejército que están bajo la órbita de la Procuraduría, quien les puede investigar disciplinariamente y sancionarlos por utilizar un helicóptero de las Fuerzas Militares para llevarla a pasear, ¿Qué les va a responder si esto llegase a pasear?, ¿Qué de malas?

Por supuesto que usted puede visitar a su familia y por supuesto que el Estado debe brindarle las garantías de seguridad que usted necesita pero ojo no es con base en extravagancia ni exponiendo a quienes cumplen con esta a función a una investigación de los órganos de control como se debe exigir el cumplimiento de este derecho.

Pero lo más importante, señora vicepresidenta, es totalmente válido el reclamo que hacen los colombianos y usted como funcionaria pública que es, está en la obligación de dar las explicaciones que se le exigen porque los helicópteros de las fuerzas militares no están para llevarla de paseo a Dapa.

@sevillanoscar

 

Alejandro Gaviria

Una pregunta llegó a mi cabeza luego de que se conoció la noticia de la salida de Alejandro Gaviria del gabinete ministerial del presidente de la república, Gustavo Petro, ¿Qué hacía el ministro de Educación en los temas de salud?

Alejandro Gaviria estuvo al frente de la cartera de Educación, pero extrañamente hasta el momento no se ve o no se conocen los resultados de su gestión al frente de este ministerio, ni siquiera se le vio haciendo alguna declaración pública sobre este asunto.

No quiero entrar a descalificar a la persona de Alejandro Gaviria porque se de ante mano que es una un personaje con la suficiente inteligencia y capacidad para trabajar y sacar adelante las metas que se le impongan, y es precisamente por esto que se me hace supremamente extraño que su paso por este ministerio se haya dado sin pena ni gloria.

No entiendo porque Gaviria estaba dedicado a los temas de salud si su misión se supone que estaba en corregir las fallas que existen y que evitan que Colombia tenga un cubrimiento total en educación básica para niños y jóvenes, y por supuesto, procurar para que se ampliaran los cupos en las universidades públicas del país y para que se construyan más y mejores centros académicos de formación superior, técnica y tecnológica en todos los departamentos del país.

Nada de esto se vio y sí se lo empezó a planear, tampoco se lo divulgó ni se lo puso en el debate público como era lo lógico.

He visto a muchos y muchas bastante preocupados y conmovidos por la salida de Alejandro Gaviria del gabinete, que muy posiblemente pudo ser injusta, pero a ninguno he visto preguntándose el por qué un ministro de Educación tiene que meterse en los temas de salud.

Es como si a la ministra de Agricultura, Cecilia López, valiéndose de que sabe y conoce sobre los temas de presupuesto público, administración e impuestos, se le diera por hablar de lo que hace o deja de hacer el ministro de Hacienda.

Es indudable que el exministro conoce de los asuntos relacionados de la salud porque estuvo al frente de esta cartera en el gobierno de Juan Manuel Santos, y claro que sus aportes pudieron ser valiosos. El problema es que cualquier opinión que se tuviera en torno al proyecto de reforma a la salud debió hacerse al interior del equipo de ministros y no hacia fuera, y mucho menos en los micrófonos de los medios de comunicación.

No dudo que Alejandro Gaviria debió sentirse maltratado y por supuesto que mi mayor solidaridad, más no por esto voy a dejar de preguntar por su gestión como ministro de Educación, que insisto no la vi por ninguna parte, en cambio si vi a un ministro de Educación dedicado a hablar sobre la reforma a la salud.

 

 

 

 

Se busca personerías jurídicas para nuevos partidos

Empieza la campaña política para alcaldías, gobernaciones, concejos, asambleas y juntas administradoras locales y con estas arranca también la afanosa búsqueda de avales y apoyos políticos para presentar las candidaturas que competirán por estos cargos.

Si estas se hicieran por los movimientos que existen, no habría ningún problema porque quedaría muy claro que los aspirantes se someterían a las reglas de la democracia electoral, cosa que no sucede porque durante los meses preelectorales comienza la feria de solicitudes de personerías jurídicas de nuevos movimientos, muchos de estos de corte personal que no responden a ningún pensamiento o ideología sino a interés particulares.

Por supuesto no se le puede pedir ni solicitar al Consejo Nacional Electoral que le ponga freno a este asunto porque es claro que no lo hará. Todos sabemos que este órgano de control no actúa precisamente como lo que es, porque por la naturaleza de quienes conforman la sala plena, vive arrodillado a los partidos políticos a quienes se supone vigila.

Hoy existen más de 25 partidos a nivel nacional que otorgan avales, y existen más de 15 que esperan se les otorgue personería jurídica. A esto hay que sumarle que las campañas son locales y que muchos de los aspirantes competirán a través de movimientos significativos respaldados por las firmas de los ciudadanos de los municipios, ciudades o departamentos en disputa, lo que por supuesto hará que el número sobrepase los cincuenta movimientos políticos.

No creo que una democracia seria y que se respete se pueda ejercer con más de 50 partidos o movimientos que no responden a ningún pensamiento o al querer de un grupo de ciudadanos sino a intereses personales que en la mayoría de casos corresponde a los que tiene o representa la persona que los encabeza.

No es extraño entonces que personas que tengan cierto reconocimiento político decidan entonces no seguir actuando al interior de su partido de origen porque esto les obligaría en primer lugar a hacer la cola para que se avale su aspiración o la de sus candidatos y en segundo lugar a someterse a las reglas o las imposiciones del director de turno.

Por lo anterior, aunque parezca más engorroso salir a pedir la firma de los ciudadanos e inyectar plata de sus bolsillos, para un político es más sonoro crear su propio movimiento que no solo le significará el mantener su clientela electoral sino además el ingreso de los recursos por la reposición de votos que obtenga el candidato de donde el partido logra una buena tajada.

También es claro que al tener su propio movimiento, el dueño de la casa hará y dirá lo que se le de la gana sin tener que pedirle permiso a nadie.

Como vemos, la razón por la que en estos momentos los funcionarios del Consejo Nacional Electoral se encuentran en una carrera contra reloj por las solicitudes de personerías jurídicas, que no son pocas, no es precisamente porque se busque una mejor y mayor democracia.

¿Cuántos ciudadanos se han bajado de TransMilenio?

El problema de los colados en TransMilenio se podrá solucionar solo el día que el Distrito asuma el tema con el rigor necesario, entendiendo que para exigirle a la ciudadanía comportarse adecuadamente pagando el valor del pasaje, debe adecuar medidas que garanticen al usuario su seguridad e integridad.

No se puede desconocer ni justificar el mal comportamiento ciudadano al interior del sistema donde no solo se evade el pago sino además se le utiliza para trasladar objetos pesados, pedir limosna, etc. El tema es que tampoco se puede negar que el Distrito desde mucho tiempo atrás le ha dejado al abandono, lo que indudablemente ha derivado en que muchos usuarios se bajen del sistema y utilicen otra modalidad de transporte.

Según TransMilenio, se estima que el 29 % de los pasajeros evitan pagar el pasaje, generando una pérdida semanal que va entre los 8.000 a 10.000 millones de pesos. Yo me pregunto, si estos montos de estas supuestas pérdidas económicas no estarán relacionados con el hecho de que muchos ciudadanos para cuidar de su integridad han preferido no utilizarlo, pasándose a la bicicleta, la moto, patineta, carro particular, etc.

También me pregunto por la veracidad de las supuestas pérdidas económicas porque es claro que ninguna empresa aguanta un desangre financiero semanal de estos montos sea pública o privada.

Está bien que el Distrito trabaje en la adecuación de la infraestructura de las estaciones para evitar que el usuario evada el costo del pasaje porque esta situación se salió de control, y no basta con colocar un guardia de seguridad al lado de los torniquetes porque muchas veces se llega en manada cosa de que al celador o celadora le queda bastante complicado contener al infractor.

En este sentido, puede que la instalación de torniquetes piso a techo funcione, pero ojo señores del Distrito, esto no se puede quedar ahí porque la Administración no puede dejar la impresión de que su interés por que el ciudadano cancele los $2950 que cuesta el pasaje está por encima de las condiciones que garanticen la integridad y seguridad del usuario.

Hoy por hoy el sistema TransMilenio no les garantiza a los ciudadanos ni su seguridad ni el cuidado de su integridad. La prueba es que los usuarios deben someterse a los tocamientos indebidos por parte de algún morboso que aprovechando del tumulto hace de las suyas; el robo de sus celulares y billeteras bajo la modalidad del cosquilleo, y lo que es peor, que algún delincuente con arma en mano les intimide para hurtarles sus pertenencias con el riesgo de asesinarles.

Con situaciones como estas, es claro que más de un ciudadano se va a decidir por bajarse de los articulados para subirse a una moto, bicicleta, patineta, taxi, transporte a través de plataforma o hacer un esfuerzo económico y comprarse un carro.

Sí son ciertas las grandes pérdidas económicas en la empresa TransMilenio, que nos digan entonces que relación tienen los colados y además cuantas personas han dejado de usar el sistema y nos cuenten también cuales pueden ser estos motivos.

 

 

 

Cálmese alcaldesa, serénese

El discurso de la alcaldesa Claudia López el pasado lunes 16 de enero cuando se dirigió a los bogotanos que esperaban una explicación sobre el escándalo que rodea a la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (UAESP) se me hizo muy similar a lo que decía el expresidente Álvaro Uribe cuando la justicia abría investigación a alguno de sus allegados por vínculos con el paramilitarismo.

De manera muy enérgica la mandataria de Bogotá tildó de delincuente a Sergio Vanegas, el empresario que en entrevista para la Revista Cambio aseguró que entregaron sobornos a funcionarios de la UAESP, entre ellos a quien ocupaba el cargo de directora, es decir, Luz Amanda Camacho.

En su intervención, Claudia López reiteró además que la Administración Distrital fue la primera en instaurar las demandas respectiva ante la Fiscalía y los organismos de control.

Lo primero que debo decir, es que aquí nadie está preguntado el nombre del primero que acudió a la Fiscalía, la Procuraduría y la Contraloría para pedir las debidas investigaciones. Eso es lo de menos, aquí lo que se necesita es una pronta respuesta a los hechos que rodearon la firma de los contratos para la operación de los cementerios en Bogotá, y que se diga quienes fueron los empresarios que pagaron sobornos y cuales son los nombres y cargos de los funcionarios de la UAESP que los recibieron.

Sí los resultados de las investigaciones de la Fiscalía y de los organismos de control determinan que en la UAESP se configuró un soborno, es claro que hubo dos partes: el que lo ofreció y el que lo recibió. Sorprende que la alcaldesa Claudia López solo se haya referido a los primeros en su discurso y se haya olvidado que puede haber una segunda parte, y que muy posiblemente tiene que ver con funcionarios de su administración.

Nota relacionada: La respuesta de Claudia López al escándalo que enfrenta la UAESP

Lo anterior, también me recordó al expresidente, Álvaro Uribe Vélez, cuando en su función de primer mandatario hablaba de la Yidispolítica, refiriéndose a Yidis Medina como una “bandida”, olvidando que había otros bandidos, y que estos eran parte de su equipo de Gobierno.

Dijo además la alcaldesa que el señor Vanegas era un delincuente, no se si con el ánimo de decir o insinuar que, según ella, siendo quien es, no se le puede creer. Lo mismo hacía Uribe cuando algún exmiembro de las autodefensas confesaba que tuvo tratos con algún político miembro de la coalición del expresidente o que hacia parte de su equipo de Gobierno y ya vimos lo que sucedió después: Jorge Noguera, Salvador Arana, Álvaro Araujo, Mario Uribe, y demás, fueron condenados por sus relaciones con el paramilitarismo.

En lo que tiene que ver con la delicada afirmación de Vanegas, donde dice que se utilizaron los hornos de los cementerios para cremar de manera clandestina los cuerpos de personas desaparecidas en medio de la protesta social, lo que hay que hacer, es pedirle a la Fiscalía que investigue si es cierto o no, y dejar que los resultados de este trabajo hablen. Este asunto no se puede ni se debe menospreciar.

La alcaldesa Claudia López debe entender que esto no es ningún ataque hacia ella, nadie ha dicho que sea corrupta o que tenga que ver con hechos oscuros que pudieron suceder alrededor de la contratación de una entidad del Distrito. Lo que sí se ha dicho, es que se debe investigar y juzgar a los culpables si los hay, no importa si son empresarios o funcionarios públicos.

Puede que la señora Luz Amanda no se haya prestado para ningún tipo de soborno y que Vanegas esté mintiendo, pero no por eso vamos a desconocer que por ser la persona que estaba al frente de una entidad, le cabe una responsabilidad por lo que sucedió con un contrato que ella debía revisar con ojo de lupa para evitar alguna irregularidad. Si esto sucedió, es claro que hubo un tema de ineficiencia que permitió que se llegara a este punto.

Aquí el tema del “principio de la buena fe” no puede servir de excusa para justificar la ineptitud de algunos funcionarios públicos.  Si la señora Luz Amanda falló en su gestión, le cabe una responsabilidad que en este caso es política.

Es mejor que la alcaldesa Claudia López se tome unos vasitos con agua y se calme y deje que sea la justicia la que determine quien es culpable y quien no, y sobre todo, que ésta aclare si hubo o no hubo desaparecidos en Bogotá en medio del estallido social, hecho que es independiente al ocurrido el 9 de septiembre, cuando se presentaron ataques a los CAI, tras el asesinato del ciudadano Javier Ordóñez a manos de varios agentes de la Policía al interior del CAI de Villa Liz.

Oscar Sevillano

 

 

 

 

La embarradota de Petro

Es bastante extraño que una persona como el presidente de la república, Gustavo Petro, que hizo parte del conflicto armado y que participó en un proceso de paz no sepa o no entienda que, en unas conversaciones de paz, especialmente en un proceso de acercamiento con organizaciones al margen de la ley como el Clan del Golfo y las disidencias de las Farc y además, con una guerrilla tan compleja como el ELN, la prudencia es la mejor amistad que se puede tener.

Nada bien quedó el primer mandatario, luego de que se supo que el tal cese al fuego bilateral no existía y que todo correspondió más a los deseos de Petro que a la realidad.

Era de esperarse; una cosa como esa requiere de unos pasos previos, el primero de estos, las conversaciones que permitan establecer un acuerdo en este sentido; la segunda, la expedición de unos protocolos en donde todo quede claro  y luego si, vamos con el anuncio que, por supuesto debe ser de ambas partes y no de una sola y mucho menos, vía Twitter.

Nota relacionada: Gobierno acepta que no había cese al fuego bilateral con el ELN e invita a la guerrilla a una tregua

Petro debe saber y ser consciente de que la paz hoy está en sus manos y que debe ser muy cauteloso y medir cada paso que dé; que no puede estar lanzando globos al aire a ver quien los agarra porque quien paga los platos los rotos son las poblaciones y comunidades que habitan en los territorios donde se vive con mayor intensidad el conflicto armado.

También debe saber que en un tema como lo es un cese al fuego bilateral, las Fuerzas Militares y la Policía no pueden ser convidados de piedra y que en este asunto también debe estar la fiscalía general de la Nación y, además, buena parte de los mandatarios locales de los territorios que más se han visto afectados por la presencia de los grupos irregulares.

Esto es un trabajo que se hace en equipo, algo que Petro pocas veces hace pero que si quiere llegar a buen fin, tendrá no solo que entenderlo sino además hacerlo porque de seguir así, lo único que va a lograr es cansar a los miembros de su gabinete que ponen la cara al país cada vez que la embarra.

Un proceso de paz es algo muy serio y delicado como para estar improvisando. Si la Presidencia aun estuviese en manos de Iván Duque, -no sería para nada extraño una situación como la que hoy vive el país por cuenta de esta embarradota-, pero de una persona que conoce el Estado, ha recorrido los territorios e hizo parte de un proceso de paz, sorprende.

 

 

 

 

 

Tranquilos señores uribistas

He notado cierto nerviosismo en el Centro Democrático, producto de la paranoia que les hace pensar o creer que el presidente Gustavo Petro tiene la intención de perpetuarse en el poder.

Los comentarios en Twitter que uno les lee, parecen escritos si con la intención de hacernos creer que el primer mandatario tiene ganas de cambiar la Constitución para quedarse en el poder indefinidamente como lo pretendía hacer cierto expresidente.

Si señor hablo de Álvaro Uribe Vélez, a quien la Corte Constitucional tuvo que frenarle sus intenciones de perpetuarse en el poder de manera indefinida como era su pretensión.  No me cabe la menor duda, que si no hubiese sido por ese fallo que le fue adverso al líder del Centro Democrático, esto sería una dictadura, pero de derecha.

Y fue por culpa del cambio en el articulito que permitió la primera reelección de Uribe que se alcanzaron a romper algunos temas relacionados con el equilibrio de pesos y contrapesos en el sistema constitucional de nuestro país y que terminaron de profundizarse cuando Juan Manuel Santos siguió el mismo ejemplo.

Gracias a Dios Santos reflexionó y permitió que se prohibiera la reelección presidencial, de modo que el uribismo que ahora es oposición no tiene por qué temer que el país regrese a este escenario porque tendría que darse una modificación en la Carta Magna, pero esta vez preguntado al constituyente primario si así lo quiere o desea.

No hay razón entonces para pretender sembrar pánico en el pueblo colombiano tratando de dejar la impresión de que se estaría configurando un escenario de reelección indefinida que abriría la puerta para una dictadura de izquierda como ocurre en Venezuela o Nicaragua.

Ya es hora de que el Centro Democrático ejerza una oposición seria, de argumentos, donde haya espacio para el debate de ideas y no para las mentiras y la posverdad.

Si en verdad desean ser alternativa de poder deben pensar que hasta el momento no lo han hecho bien y que más bien están desperdiciando un escenario que les puede servir para demostrar que en nuestro país, se puede ejercer la política de manera inteligente.

 

La desigualdad según Polo Polo

Colombia es un país donde las personas que habitan en barrios de estratos 1, 2 y 3 deben dar una lucha titánica para sacar adelante a sus familias y no permitir que se acuesten sin por lo menos comer una vez al día. Aun así, hay muchos que deben pasar horas enteras sin probar un pedazo de pan.

Esta realidad se vive en todas partes del país, incluyendo ciudades como Bogotá donde a pesar de la lucha que han dado las últimas administraciones para acabar con las muertes de menores de 5 años por desnutrición, aun se presentan.

desnutrición by Confidencial Colombia on Scribd

Esto sucede por la desigualdad en la que vivimos, y es la causa por la cual, según las cifras del Instituto Nacional de Salud, a julio de 2022 un total de 137 niños murieron por desnutrición en Colombia. De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, para la misma fecha, los departamentos en los que se encontraron mayores casos de desnutrición aguda fueron: Vichada (75); Guaviare (60); La Guajira (58); Guainía (53); Bogotá (41).

Lo anterior, solo en lo que tiene que ver con menores de edad que han muerto o que padecen problemas de salud por desnutrición. También se han presentado casos de suicidio porque no se cuenta con los recursos necesarios para sobrevivir ni para sostener un círculo familiar; encontramos además el llamado ‘Préstamo Gota a Gota’ al que muchos colombianos han tenido que acudir para darle de comer a sus hijos, que termina por convertirse en una pesadilla. Por este fenómeno muchos han tenido que huir de sus lugares de vivienda; otros se han quitado la vida y por supuesto, se han visto casos de quienes no pueden pagar la deuda y les han asesinado.

Todo lo anterior, lo traigo a la memoria para demostrar que por temas de desigualdad se han perdido vidas y que por tanto resulta infame y miserable que alguien que ostenta la dignidad de congresista como Miguel Polo Polo, se atreva a negarlo y lo peor del caso es que sea incapaz de reconocer el error y pedir disculpas a esos millones de colombianos que con toda su razón pudieron sentirse ofendidos.

Nota relacionada: “De desigualdad nadie se ha muerto”, dice Polo Polo

Que no se esté de acuerdo con la idea de crear un Ministerio Para la Igualdad no le da ningún derecho al representante Polo Polo de negar la realidad de los colombianos que deben luchar todos los días para conseguir el pan con que comer. Yo tampoco comparto la iniciativa, pero no porque desconozca que hay personas en nuestro país que padecen hambre sino porque considero que la igualdad es un principio que debe estar en todas las políticas públicas que trabaja el Estado en su conjunto y no debe ni puede ser un tema exclusivo de una entidad en particular.

Cada vez que escucho hablar al representante Polo Polo en la Cámara de Representantes, me pregunto cómo es que sí hubo un buen número de aspirantes a las curules afro, con la capacidad intelectual para dejar por lo alto a los afrodescendientes, por qué tenían que escoger justamente al que menos inteligencia ha demostrado tener. Será que aquí se aplica el dicho que dice que, ¿quién mucho escoge con lo peor se queda?

¿Será que el sueldo de congresista que ahora gana Polo Polo, ha hecho que se olvide de la realidad de esa Colombia profundo de donde el mismo proviene? ¿Será entonces que le cabe el viejo y reconocido refrán que a la letra dice que quien nunca ha vista a Dios cuando lo ve se asusta?

No sé qué tan honrados puedan sentirse en el Centro Democrático con un personaje como Miguel Polo Polo, que suele pronunciar frases sin ninguna coherencia y con bajo nivel de análisis y profundidad, pero de lo que sí puedo estar seguro es que, sí los uribistas quieren mantener su vocación de poder, no es con el discurso de este representante como van a recuperar el cariño de los votantes.

 

 

¿Jugando con el metro?

Desde el día en que se volvió a hablar de un sistema metro para Bogotá, no faltó los que se opusieran a esa idea, el primer de ellos, Enrique Peñalosa, quien para ese momento se disputaba la posibilidad de regresar a la alcaldía de la capital del país.

La idea de soñar con un metro fue de Samuel Moreno Rojas, aunque suene difícil de creer, y su gran opositor fue el exalcalde Peñalosa quien prometía llegar a una segunda alcaldía de Bogotá con más buses de TransMilenio en su maletín.

En adelante comenzaría el debate por donde debería ir el trazado de la primera línea y en ese tema se fue la Administración de Samuel Moreno, quien salió por la puerta de atrás por cuenta de los escándalos de corrupción que caracterizaron su alcaldía.

Llegó entonces Gustavo Petro, a quien hay que reconocerle la seriedad con la que trabajó los estudios, con la modalidad de metro subterráneo, la misma que cambiaría Enrique Peñalosa a su regreso al Palacio de Lievano por uno elevado.

Valga decir que Peñalosa no retornó a la Alcaldía de Bogotá con el convencimiento de darle continuidad al proyecto, porque en medio de la campaña electoral de 2015 cambió de opinión llevado por la presión mediática de una ciudadanía que ya empezaba a hastiarse de viajar incómoda en los buses articulados.

El reelegido alcalde Peñalosa dijo entonces sí al metro, pero no como lo pensó Gustavo Petro, su más enconado rival. Por supuesto, al cambiar el modelo, retrasó los tiempos de ejecución del proyecto y a pesar de que su entonces secretario de Gobierno, Miguel Uribe Turbay, hoy senador del Centro Democrático, aseguraba que para el 2022 ya estaría rodando la primera línea, era claro que este no se cumpliría, y el tiempo dio la razón a quienes lo dudaron, porque hoy, cuando está a punto de finalizar el 2022, la construcción está muy lejos de terminarse.

Cuando el turno para gobernar a Bogotá le corresponde a la actual alcaldesa, Claudia López, se da continuidad al modelo heredado por Enrique Peñalosa como un gesto de responsabilidad con la ciudad que ya había invertido mucho dinero en estudios de una cosa y la otra y en planes que no se habían llevado a la realidad.

Hoy, cuando por fin se ha avanzado en algo así sea mínimo para lo que es la magnitud de esta obra, aparece Gustavo Petro, esta vez como presidente de la república, pidiendo una revisión de los estudios y sugiriendo que el tramo que corresponde a la Avenida Caracas se haga bajo la modalidad de metro subterráneo, sin tener en cuenta que cualquier modificación no solo retrasa la obra, sino que además incrementa el valor que se debe invertir.

Es curioso que sea precisamente el Gobierno que prometió austeridad en el gasto, se muestre en disposición de aumentar la inversión para cumplir un capricho del primer mandatario. La pregunta del millón no es de donde saldrán los recursos sino a que sector se le quitarán, ¿al de seguridad y defensa de pronto?

Llama la atención además que el presidente pida revisar posibles cambios en el proyecto sin tener en cuenta que el contrato firmado no es con la Nación sino con el Distrito a través de la Empresa Metro de Bogotá, lo que obliga a contar con el Distrito para cualquier modificación o sugerencia que se quiera hacer.

Es posible que la construcción de la primera línea del metro no sufra ninguna modificación, pero aun así vale la pena preguntarse si es por lo menos responsable con la ciudad que se continúe en un debate,  de si el metro es elevado o subterráneo, cuando Bogotá necesita soluciones en la movilidad que no dan espera.

No es ni serio ni responsable que se someta a la capital del país a que continúe en medio de la incertidumbre de si puede o no puede desarrollar un sistema de transporte urbano multimodal por cuenta de los caprichos personales de quienes de una u otra forma tienen la capacidad de decisión en su futuro.

 

 

 

 

¿Hasta cuándo con Iván Márquez?

Entiendo las razones para que el Gobierno Nacional se empeñe en lograr que todos los territorios del país vivan tranquilos sin miedo a la presencia de grupos armados al margen de la ley, pero lo que si no comprendo ni comprenderé jamás es que se sacrifique la justicia que debe operar en casos como el de alias Iván Márquez.

Este asunto no es ni siquiera comparable con el de los paramilitares que se desmovilizaron con la Ley de Justicia y Paz y se regresaron a la ilegalidad porque al fin de cuentas este fue un proceso demasiado débil y poco garantista tanto para victimarios como las mismas víctimas, muy diferente a lo que se pacto en la Habana con las extintas Farc, del cual hizo parte el mismo Iván Márquez.

Valga recordar además que no es la primera vez que Márquez incumple unos acuerdos, lo hizo también cuando se dieron los diálogos en el gobierno de Belisario Betancourt cuando abandonó la curul en el Congreso de la República, fruto de los acuerdos políticos que le dieron vida al partido político, Unión Patriótica, para internarse en la selva y empuñar las armas.

Para desgracia del país, Márquez o Luciano Marín como es su nombre de pila, incumplió de nuevo, muy a pesar de la confianza que le brindó Colombia recibiéndole tanto a el como al resto de exguerrilleros de las Farc, a la vida sin armas.

En el momento en que menos se lo esperaba, incumplió los acuerdos y por segunda vez retornó a la ilegalidad, demostrando y dejando muy claro que, para él, es mejor y más cómodo estar en la ilegalidad y todo lo que le rodea.

Muy claro dicen los Acuerdos firmados entre el Estado colombiano y las Farc en el Teatro Colón, que quien los incumpla perderá todos los beneficios que otorga la justicia transicional y deberá someterse a la justicia ordinaria y no habrá lugar para más procesos que no sea un sometimiento. Más claro no canta un gallo.

Es ahí donde uno entiende porque el empeño del Gobierno Nacional y de algunos miembros de su bancada en el Congreso por establecer unos diálogos a la medida de Iván Márquez.

¿se habrán dado a la tarea de pensar en el mensaje que se le envía al ELN con este tipo de actuaciones? ¿Cómo entonces obligar a a esta guerrilla a cumplir estrictamente con lo que se pacte cuando se es laxo con quienes ya incumplieron acuerdos en el pasado?

Por supuesto que todos queremos vivir tranquilos, especialmente quienes le dijimos Si a la paz con las Farc, pero, señores del Gobierno no crean que la paciencia de los colombianos es infinita y que estarán dispuestos a soportar abusos en nombre de la paz.

Cuidado señores del Gobierno Nacional porque podrían estar jugando con candela.

Se acerca el momento de la decisión

La decisión de cambio en el manejo que se le ha venido dando al Estado colombiano o de continuidad del sistema,  comenzará el próximo domingo 29 de mayo, cuando los colombianos elijan las dos personas que se han de disputar la Presidencia de la República en la segunda vuelta electoral.

La última encuesta de Invamer publicada por el diario El Espectador, Caracol Noticia y Bluradio, revela que una buena parte de los colombianos podrían apostar para que la segunda vuelta la disputen el ingeniero Rodolfo Hernández y el candidato del Pacto Histórico, Gustavo Petro, con lo cual quedaría enterrada cualquier posibilidad de continuidad del uribismo en el poder.

Puede sonar extraño pero no sería raro que un candidato que no tiene maquinarias políticas ni grandes sumas de dinero a su favor, sea quien le dispute la Casa de Nariño al aspirante de izquierda, porque sí algo se está demostrando en esta campaña presidencial, que valga decirlo, comenzó hace mucho, es que la gente está cansada de los partidos políticos tradicionales, lo mismo que de los expresidentes que se resisten a dejar el poder y, de los congresistas que intoxican y polarizan el ambiente.

De darse una segunda vuelta entre Gustavo Petro y el ingeniero Hernández, se reafirma que más de la mitad de los colombianos no solo quieren a Duque y al uribismo lejos de la Casa de Nariño sino además un giro en las políticas públicas que se trazan, no a favor del más necesitado sino del que más recursos y privilegios tiene.

Es claro que la derecha luchará hasta el último minuto para no dejarse sacar del poder y para esto recurrirá a todo lo que tenga en sus manos, no importan los métodos.

Nada de raro  tendría entonces que el petrovideo del que tanto se ha hablado y que menciona Ramiro Bejarano en su última columna en el diario El Espectador, exista y, se encuentre en manos de los rivales de Gustavo Petro, quienes podrían estar a la espera del momento oportuno para revelarlo a través de un tercero  y acabar moralmente con el candidato del Pacto Histórico.

Y no sería extraño también que ahora la agarren también contra Rodolfo Hernández, al fin de cuentas está demostrado que la guerra sucia hace parte de la política en Colombia y a esto han jugado tanto la derecha como la misma izquierda. No olvidemos que en la pasada campaña a la Alcaldía de Bogotá, el ahora honorable senador electo, Ariel Ávila, divulgó una investigación llena de datos falsos contra Carlos Fernando Galán, quien para ese momento era el más fuerte contendor de Claudia López.

Qué tan cierto es la alerta de un posible cambio de fecha en las elecciones, no lo veo posible, porque eso lo dicta la ley, el problema es que conociendo la manera de proceder del Gobierno actual, quien ha demostrado que con tal de salirse con las suyas poco le importan las normas, no sería extraño que sucediera.

La hora de la decisión se acerca y está podría marcar un nuevo rumbo para nuestro país porque se viene incubando desde el primer estallido social que obligó por primer vez a que un presidente de la república, escuchara el sonido de la cacerola.