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Etiqueta: Paz total

Juan Manuel Santos señala al excomisionado Danilo Rueda de cohesionar al Estado Mayor

El expresidente Juan Manuel Santos lanzó fuertes críticas a la paz total del gobierno de Gustavo Petro, señándole de haber fortalecido a las disidencias de las extintas Farc.

Santos dijo que estos grupos estaban dispersos sin ninguna cohesión y reveló que fue el entonces comisionado, Danilo Rueda, el encargado de llevarlos en helicóptero al Yarí y ponerles nombre y bautizarlos.

 

Lo anterior según el expresidente, ocurrió en el año 2023 y fue allí donde se les bautizó como Estado Mayor Conjunto de las FARC.

“El comisionado de paz de este Gobierno, el primero (Danilo Rueda), con helicópteros del Estado fue recogiendo los voceros de los diferentes grupos criminales que se hacían llamar disidencias (…) Los llevaron en abril del 2023 al Yarí y ahí les dieron el reconocimiento de Estado Mayor Conjunto de las Farc”, reveló.

Juan Manuel Santos recordó al Gobierno Nacional que un proceso de paz lo primero que requiere es conocer, al contrario; qué tanta fuerza tiene; qué ofrece; qué marco jurídico se va a utilizar y además, trazar líneas rojas.

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La paz más allá de la fuerza

Es habitual en el análisis del conflicto colombiano recurrir a dicotomías simplistas entre violencia y paz, fuerza y justicia, buenos y malos. Desde diferentes orillas se plantea que la violencia actual es resultado de la falta de decisión de paz de los actores armados ilegales que creen que pueden seguir disfrutando de su discurso y del accionar violento; de grupos criminales que se benefician de las economías ilegales nacionales y trasnacionales; o un fenómeno propio del postconflicto, omitiendo, ya sea por cansancio o por convicciones ideológicas, que en el país persisten causas estructurales que retroalimentan las violencias.

La idea de que la paz total es posible si aplicamos la receta de fuerza militar y justicia, omite una variable fundamental que siempre se ha reclamado y es la participación efectiva y directa de las comunidades locales y de la sociedad en general para decidir sobre su presente y su futuro. La experiencia histórica enseña que los acuerdos impuestos o mediados sin la plena participación comunitaria rara vez logran sostenibilidad. Se requiere, más que oportunidades, la consolidación de una gobernanza local efectiva, empoderada y democrática, soportada sobre la emergencia de una sociedad que rechaza la violencia y la ilegalidad, capaz de romper ciclos históricos de exclusión, desigualdad y abandono institucional.

 

Resulta cuestionable la afirmación de que las estrategias de los grupos residuales o disidencias, así como del ELN se pueden romper y desmantelar de forma definitiva a través exclusivamente de la fuerza militar, ignorando la complejidad estructural de los conflictos armados. La dinámica cambiante de la confrontación en Colombia ha demostrado que derrotas militares o tácticas rara vez conducen a la desaparición absoluta de grupos armados ilegales o del fenómeno criminal. Las estructuras delincuenciales y sus cabecillas se reinventan constantemente ante vacíos de gobernabilidad, corrupción, debilidad social e institucional y oportunidades económicas ilícitas persistentes.

En este punto es pertinente contrastar estas reflexiones con la estrategia de Zonas Estratégicas de Intervención Integral (ZEII) implementada por el gobierno de Duque. Esta política se presentó como una intervención integral del Estado en territorios priorizados por su alta conflictividad, presencia de cultivos de uso ilícitos y economías ilegales. Sin embargo, en la práctica, dicha estrategia reproducía una visión del territorio, en donde la acción militar y la erradicación forzada ocupaban el centro de la estrategia. La participación ciudadana fue limitada, y los procesos de desarrollo territorial quedaron subordinados a la agenda de seguridad nacional.

Lo anterior contradice la necesidad, señalada por múltiples estudios y experiencias internacionales, de priorizar el desarrollo humano y la reconstrucción del tejido social en zonas históricamente marginadas. El control militar, por sí solo, no resuelve los problemas de legitimidad estatal ni genera confianza entre las comunidades, especialmente cuando el Estado ha sido históricamente percibido como ausente o represivo. Si bien es válida la necesidad de enfrentar con contundencia las economías ilegales y fortalecer la justicia, es esencial desarrollar iniciativas y estrategias sostenibles de inclusión económica y social, de reparación efectiva a las víctimas, educativas, culturales y de reconciliación que promuevan una cultura de paz; estrategias urgentes y coordinadas, arraigadas en el goce pleno de los derechos humanos, la convivencia pacífica, la democracia participativa, la justicia restaurativa y la inclusión política y social.

Muchas comunidades siguen demandando un Estado distinto, más garante que vigilante, más promotor de derechos que represor de ilegalidades. Cualquier intento de paz que priorice fundamentalmente el uso de la fuerza termina replicando las causas del conflicto. La paz auténtica no será solo el resultado de acciones punitivas o coercitivas, sino el fruto de una visión holística comprometida con transformar las condiciones estructurales que originan y reproducen las violencias.

Luis Emil Sanabria D

Gobierno pone fin al cese al fuego con la disidencia de Calarcá

El presidente Gustavo Petro no concedió prórroga al cese al fuego bilateral con las disidencias de las Farc conocidas como el Estado Mayor de los Bloques, lideradas por Andrey Avendaño y alias ‘Calarcá’.

A pesar de no continuar con el cese al fuego, el gobierno dejó claro que las conversaciones de paz con el grupo armado continúan en aras de lograr un desarme de esta estructura.

 

“La decisión de no prorrogar el cese al fuego bilateral NO implica la suspensión o el fin de la Mesa de Diálogos de Paz, NO afecta los reconocimientos como miembros representantes del EMBF para este proceso, ni las correspondientes suspensiones de órdenes de captura”, explica el documento de la Oficina del Consejero Comisionado.

Con la finalización del cese, ambas partes cuentan ahora con un plazo de 72 horas para reubicarse y adoptar sus propias medidas de seguridad. De esta manera la Policía y las fuerzas militares podrán desarrollar operaciones de orden público sin ninguna restricción.

La negativa a la prórroga podría reactivar enfrentamientos en regiones donde el grupo mantiene fuerte presencia, como el Cauca, Putumayo, Meta y Nariño o agravar la crisis humanitaria que ya viven zonas como el Catatumbo o Caquetá.

¿Por qué Iván Cepeda defiende la creación de un movimiento por la paz?

Durante el reciente Congreso por las Paz celebrado el pasado 5 de abril en donde participaron miembros del Ejército Liberación Nacional (ELN) y miembros del equipo negociador, surgió la idea de crear un movimiento por la paz, tendría eco en los oídos del senador Iván Cepeda.

Desde ese momento el senador Cepeda ha dicho en reiteradas ocasiones que esta idea surge de las comunidades y las asociaciones que desde los territorios exigen al Gobierno Nacional y a los armados ilegales concretar hechos de paz.

 

“Es una idea de tiempo atrás, no porque no haya uno que trabaje ya por la paz, sino para que se encargue de coordinar y articular los esfuerzos que se hagan para concretar una paz duradera”, dijo Cepeda.

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Dijo además que el objetivo principal es el de reactivar las mesas de diálogo con el ELN, que actualmente se encuentran suspendidas, y avanzar en la implementación del acuerdo de paz firmado con las Farc durante el gobierno de Juan Manuel Santos.

En el evento participaron la jefa de la Delegación de Paz del Gobierno con el ELN, Vera Grabe; el senador Iván Cepeda; el expresidente Ernesto Samper; Monseñor Héctor Fabio Henao de la Conferencia Episcopal colombiana; y Carlos Ruiz Massieu, Representante Especial del secretario general de la ONU en Colombia

¿Se cae otro proceso de paz en el Gobierno Petro?

Foto: Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada (ACSN) en una fotografía de sus redes sociales.

Las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (ACSN) han informado de la suspensión provisional de las negociaciones de paz con el Gobierno colombiano después de los intensos combates ocurridos entre miembros del grupo y efectivos del Ejército colombiano.

 

El grupo ha publicado un comunicado denunciando «la pérdida de la confianza construida en los acuerdos establecidos en los diálogos sociales» tras los contactos coordinados por la Oficina de la Consejería de Paz.

En particular denuncian un ataque de la Primera División del Ejército Nacional contra miembros del grupo en la sierra del municipio de Ciénaga (Magdalena) en el que murieron tres de ellos y otros resultaron heridos. Además se incautó material de guerra e intendencia.

«Fueron atacados con artillería pesada, mortero, ametralladora punto 50 y apoyo de aeronaves. Los ataques dejaron la pérdida de tres colombianos que, por convicción, hacían parte de nuestra preservación del mandato de nuestras comunidades, que no es otro que proteger y garantizar el orden en la Sierra Nevada», denuncia el comunicado.

«Estando nuestras unidades en una zona rural apartada, sin estar realizando ninguna actividad confrontancional y, mucho menos, que afectara a la población civil con fines genocidas. Es claro que, de acuerdo al número de municiones disparadas, estábamos frente a un plan genocida dirigido por el enemigo del territorio», ha reprochado la organización.

Pide así «que el Ejército Nacional respete la voluntad de paz, se respete el mandato popular entregado al presidente de la República, que es la búsqueda de la paz».

Las Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada, han afirmado estar desilusionadas con el proceso de paz, por considerar que han sido traicionados luego de los acuerdos establecidos con el gobierno nacional y que no ha cumplido.

«Exigimos suspender órdenes de capturas, instalación de la mesa de diálogos y presencia de las organizaciones como MAPP-OEA, ONU, iglesia católica y la Defensoría del Pueblo para retomar cualquier conversación», han planteado.

El exministro de Petro, Álvaro Leyva, califica la paz total como «un fracaso»

El excanciller del Gobierno del presidente, Gustavo Petro, Álvaro Leyva Durán, desde su cuenta de X lanzó una fuerte crítica a la Paz Total, a la que tildó como «un fracaso».

Leyva Durán describió la experiencia vivida recientemente en un viaje a la región del Catatumbo donde según el, le pidieron el favor de llevar el mensaje al presidente Gustavo Petro de no seguir enviando «mariposas amarillas» a la población de este territorio.

 

-“Doctor, dígales a las autoridades de la capital, a Petro, a quien seguro usted conoce, que no nos siga mandando mariposas amarillas que acá de eso no se come. A Gabo, eso no le debe estar gustando”-, dice el exministro en su cuenta de X.

Finaliza su trino anunciando de lo que hablará en los próximos días y asegurando que la paz total es un fracaso.

«¿Los héroes del Catatumbo?, los personeros municipales. La semana que viene me referiré con detalle, a lo recientemente por mí vivido en esta sufrida tierra de Colombia y al fracaso de la política de paz del presidente Petro».

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Aureliano y su ministro militar: ¿La Paz Total o el total Macondo?

Macondo está en cuidados intensivos y la seguridad nacional en manos de Aureliano, seudónimo de combate adoptado por el presidente Gustavo Petro en el M-19, quien en el último acto de política colombiana, nos presenta una “jugada maestra”: designar a un militar como Ministro de Defensa. El mismo que, según los puristas del petrismo, representa todo lo que está mal en el mundo: el “poder duro”, la mano dura, la militarización de la política. Pero, claro, cuando la realidad supera la ficción, hasta el más idealista termina abrazando al enemigo.

Resulta que la “Paz Total”, esa joya de la corona del gobierno Petro se convierte en algo inverosímil, mientras el presidente soñaba con desarmar a todos los grupos narcoterroristas con abrazos y diálogos, estos últimos aprovecharon la tregua para fortalecerse. ¿Cómo? Pues con lo de siempre: narcotráfico, minería ilegal y contrabando. Mientras tanto, la fuerza pública, fiel a su compromiso con el cese al fuego, se quedó mirando cómo el país fue tomado por asalto. Y así, de Tumbo en Tumbo (Catatumbo, Cauca-Tumbo, Chocó-Tumbo, Arauca-Tumbo, y próximamente Nariño-Tumbo, Caquetá-Tumbo, Meta-Tumbo, y la lista sigue) llegamos a este punto: más de 50.000 desplazados, atentados terroristas y un paro armado en el Chocó que se puede viralizar por todo el país, lo que quizá provocará múltiples declaratorias de conmoción interior para legislar por decreto y balconear nuevos discursos macondianos pre-electorales.

 

Entonces, ¿qué hace el Sr. presidente? Pues lo que cualquier líder pragmático haría: cambia al ministro de Defensa. Pero no cualquier cambio, no. Petro, en un giro digno de Gabriel García Márquez, decide poner a un militar en el cargo. Sí, el mismo tipo de persona que, según su discurso, encarna todo lo que hay que evitar. El general (r) Pedro Sánchez, de la aviación, llega con una misión clara: limpiar el desorden que dejó la “Paz Total”. Y aquí es donde la ironía alcanza niveles épicos. El gobierno que prometió desmilitarizar la política ahora recurre a un militar para salvar su estrategia de seguridad.

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Aunque no nos debe sorprender, después de todo, este es el mismo presidente que, en su primer consejo de ministros televisado, nos permitió ver a su exministro de Defensa civil admitir que no pudo articular ni siquiera una operación para recuperar El Plateado (Cauca). Y ahora tenemos a un militar al mando, con la triple promesa de fortalecer la inteligencia y contra inteligencia, aumentar recursos tácticos, recuperar el territorio para transitar a economías legales aplicando el “poder duro”. Es decir, todo lo que el petrismo criticaba del uribismo: mano dura y corazón grande.

El exministro de Defensa Rafael Pardo Rueda, quien en 1991 fue el primer civil en la cartera de Defensa, calificó con toda la razón del mundo, que esta designación es un “retroceso” el romper la tradición civilista del cargo, lo que podría politizar a las Fuerzas Militares. Pero claro, en un país donde la realidad supera la ficción ¿qué es un retroceso más o uno menos?. Lo importante es que el nuevo ministro se enfoque en la estrategia y no en los detalles operativos, porque, como bien dice Pardo, militarizar la política sería un error. Aunque, viendo cómo va la cosa, parece que ese barco ya zarpó.

En resumen, la “Paz Total” de Petro se ha convertido en un espejismo, un sueño altruista que chocó con la dura realidad del conflicto colombiano. Y ahora, con un militar al mando del Ministerio de Defensa, el gobierno parece estar enviando un mensaje claro: “Lo intentamos, pero la cosa se nos salió de control”. ¿Ironía? ¿Sarcasmo? No, simplemente política colombiana. Mientras tanto, Macondo sigue en cuidados intensivos, esperando que alguien, militar o civil, le devuelva la cordura. Pero, con Aureliano al mando, no parece que vayamos a terminar esta novela aún o mejor, tendremos que cambiar de lectura y pasar al general en su laberinto.

Luis Fernando Ulloa

Disidencia continuará en la mesa de diálogos aun con la captura de alias ‘Araña’

El comandante de la Coordinadora Nacional Bolivariana, Walter Mendoza, a través de un video divulgado en redes sociales confirmó que el grupo ilegal continuará en la mesa de diálogos con el Gobierno Nacional, a pesar de la captura de Andrés Rojas, alias ‘Araña’.

Las declaraciones se hicieron en el marco de la crisis por la que atraviesan los diálogos de paz con este grupo ilegal, tras la detención y posible extradición de alias Araña, un hecho que califican como «traición» por parte del Gobierno Nacional.

 

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Mendoza pidió al presidente de la república, Gustavo Petro, «respeto» por la confianza en el proceso de diálogos que se realiza con la Coordinadora Nacional Bolivariana, solicitando además al primer mandatario hacer lo necesario para la inmediata liberación de Rojas.

“La mesa de diálogo (…) debe continuar en los territorios y de cara a las comunidades”, enfatizó Mendoza al final del video.

Sigue la polémica por la captura de Alias Araña

No se detiene la controversia por la captura de Giovanny Andrés Rojas, alias Araña, integrante de que ahora se llama Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano del Pueblo, que antes era la Segunda Marquetalia”, en cumplimiento de una circular roja de Interpol.

De acuerdo con la Fiscalía General de la Nación, alias Araña, es requerido por una Corte del Distrito Sur de California (Estados Unidos) por cargos relacionados con tráfico de estupefacientes, incluso estando sentado en la mesa de negociaciones de paz con el Gobierno de Gustavo Petro.

 

El Comisionado de Paz, Otty Patiño no solo mostró su disgusto con la captura, sino que además defendió las actividades ilícitas que ejercía el capturado.

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Fue un ataque premeditado, pensando, con el fin de afectar profundamente el proceso de paz con lo que ahora se llama Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano del Pueblo, que antes era la Segunda Marquetalia”, dijo Patiño en diálogo con Noticias Caracol.

Frente a las actividades ilegales que ejercía Rojas desde la estructura armada ilegal, Patiño expresó lo siguiente: “todas las estructuras armadas viven de la ilegalidad, todas. Viven de negocios ilegales y uno de ellos es el tema del narcotráfico. No estamos ciegos, lo sabemos desde hace rato”.

Advirtió que la suspensión definitiva de asuntos relacionados con el narcotráfico aun no se han tratado en la mesa de negociaciones.

«Si en un acuerdo decimos ‘suspensión total de los negocios ilegales’ y si lo aceptan y no se cumple, esa conversación no vale la pena que se haga. (Pero) a ese punto no hemos llegado”, agregó.

Diálogos con el Clan del Golfo, más retos que certezas

La formalización de los diálogos con el grupo armado ilegal Clan del Golfo, que se hace llamar Ejército Gaitanista de Colombia, representa un pilar importante en la búsqueda de la paz y la estabilidad en Colombia. Este paso, aunque polémico, seguramente se fundamenta en la necesidad de abordar las causas estructurales del conflicto y de reducir la violencia que por décadas ha afectado a comunidades enteras.

Desde su consolidación como una de las organizaciones criminales más poderosas de Colombia, el Clan del Golfo ha sido responsable de múltiples violaciones a los derechos humanos, como asesinatos selectivos, reclutamiento de menores, desplazamiento forzado, confinamiento, extorsión, minería ilegal, trata de personas, narcotráfico. Su impacto en la seguridad nacional ha sido devastador, pues ha logrado infiltrar y construir alianzas con estructuras estatales y de gobierno, llegando a ampliar sus operaciones a nivel internacional. Por ello, cualquier intento de desarticulación de su estructura debe ir más allá de estrategias exclusivamente militares y considerar el diálogo como un mecanismo legítimo.

 

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El establecimiento de estas nuevas negociaciones responde a la urgencia de reducir la violencia en territorios donde el estado es débil o inexistente. En zonas de departamentos como Antioquia, Chocó y Córdoba, este grupo ha impuesto su ley mediante la intimidación y el terror, generando desplazamientos masivos y afectando gravemente la vida de comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas. La formalización del diálogo abre la posibilidad de establecer acuerdos que permitan desescalar el conflicto, proteger a las comunidades y su reinserción a la vida civil.

El diálogo y la negociación con esta organización no solamente debe busca desactivar la confrontación armada, sino también sentar las bases para una transformación de los territorios afectados por su presencia y dominio. Esto incluye la implementación de políticas de desarrollo rural, acceso a oportunidades laborales, programas de sustitución de economías ilícitas, fortalecimiento de la democracia participativa y de la institucionalidad. El Estado Social de Derecho debe emerger y fortalecerse en los territorios afectados, para salirle al paso al surgimiento de nuevas expresiones armadas.

A pesar de los beneficios potenciales, el proceso de diálogo con el Clan del Golfo seguramente enfrentará múltiples retos. Uno de los principales, puede ser el tema de si existe o no unidad de mano en la organización y la existencia o no de facciones internas con intereses divergentes. Asimismo, existen sectores de la sociedad que consideran que negociar con grupos de carácter narcotraficante podría sentar un precedente peligroso y debilitar la lucha contra el crimen organizado.

Sin embargo, la experiencia ha demostrado que la vía exclusivamente militar no ha logrado desmantelar la estructura del Clan del Golfo ni erradicar la violencia en los territorios bajo su influencia. Un enfoque integral, que combine la acción judicial con mecanismos de diálogo directo, la instalación de procesos  de participación que incluya a las comunidades afectadas y un programa ambicioso de implementación de los acuerdos, puede ser más efectivo en la construcción de una paz duradera.

La paz en Colombia no se logrará únicamente con operativos militares, la salida negociada es un elemento imprescindible que debe ir de la mano con soluciones políticas, sociales y económicas que ataquen las raíces del conflicto y permitan construir un país más justo y equitativo.

Luis Emil Sanabria D.

«Ese cuento de la paz total tiene que acabarse»: Héctor Olimpo Espinosa (Podcast)

El exgobernador de Sucre y exviceministro del Interior, Héctor Olimpo Espinosa, en el Podcast ‘La Lupa Confidencial’ confirma su deseo de competir por la Presidencia de la República con el aval del Partido Liberal, y da a conocer lo que sería sus propuestas para llegar al primer cargo del país.

 

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El espejismo de la Paz Total

Un espejismo es una ilusión óptica, una imagen sin verdadera realidad y esa es la mejor forma para describir la Paz Total. Esa política que prometió el gobierno de Gustavo Petro tras llegar a la presidencia de la República, rápidamente se desvaneció en medio de una realidad de violencia que quisieron combatir con discursos bonitos, incluso diciendo que el ELN se acabaría en tres meses.

La “ambiciosa” política con la que supuestamente se resolverían los problemas de orden público en el país, solo logró contribuir al agravamiento de la situación. En el caso concreto del Catatumbo, que padece días dramáticos y desoladores, históricamente, ha sido una zona disputada por diversos actores armados a los cuales en este gobierno se les permitió fortalecerse. La anterior, es la razón por la cual actualmente ese lugar se ha convertido en epicentro de una crisis sin precedentes que deja más de 40 mil desplazados.

 

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Lo cierto es que, mientras Petro ha insistido durante todo su mandato en dialogar con grupos criminales bajo la bandera de una paz negociada, las personas que viven en esta región del oriente del país son las que han tenido que poner el pellejo y sufrir por el incremento de homicidios, desplazamientos forzados y confinamientos impuestos tanto por las disidencias de las FARC, como por el ELN y cuanto grupo residual de la zona.

En lugar de reducir la violencia, los ceses bilaterales ordenados por el gobierno, llevaron a la reconfiguración de estos grupos terroristas, consolidando sus economías ilícitas, llevándolos a tener control territorial en esa zona y expandiendo su influencia incluso a Venezuela, donde existe un régimen corrupto y criminal liderado por Nicolás Maduro y seguido por Diosdado Cabello. Una tiranía, que como sabemos, el petrismo se negó a condenar.

Según informes de las Naciones Unidas, en 2023 el Catatumbo superaba las 54 mil hectáreas de cultivos de hoja de coca, convirtiéndose en uno de los enclaves cocaleros más grandes de Colombia, superando la producción de departamentos como Nariño y Putumayo. En definitiva, Petro cedió a las exigencias de los grupos armados, legitimándolos como interlocutores, mientras estos aprovechaban para fortalecerse y andar a sus anchas.

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Lo anterior, no solo ha desmoralizado a las fuerzas armadas, encargadas de velar y garantizar la seguridad en cada rincón de Colombia, sino que también ha minado la confianza de los ciudadanos en el Estado Social de derecho. Y, aunque Petro vocifere y critique el enfoque de mano dura de gobiernos anteriores, sabe perfectamente que es necesario el despliegue militar en zonas críticas, que hoy en día aumentaron debido a su responsabilidad y por culpa de su complacencia con criminales.

En este contexto, no se puede ignorar que tenemos un presidente que, mientras predica la justicia social, abandona a miles de colombianos en regiones periféricas y prefiere irse a Haití con gran parte de su gabinete para supuestamente estrechar y fortalecer relaciones. En el entretanto, Catatumbo, como tantas otras zonas, sigue siendo un territorio donde el Estado es apenas una sombra y la paz es un lujo distante.

Aquí se necesita justicia, autoridad y un compromiso real con la seguridad de todos los colombianos, pero no es a punta de Paz Total o, mejor dicho, impunidad total. Debemos estar alertas al decreto de conmoción interior emitido en días recientes por Petro. Infortunadamente, en Colombia tenemos un gobierno corrupto y mentiroso, que podría aprovecharse del caos generado por ellos mismos, para sacar réditos e imponer su fracasado modelo.

Andrés Barrios Bernal

Gustavo Petro suspende los diálogos con el ELN, sin cancelarlos

El presidente Gustavo Petro anunció la suspensión de la mesa de diálogos entre el Gobierno Nacional y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) luego de conocer el balance que arrojan la ola de violencia desatada en la región del Catatumbo durante las últimas 48 horas.

«Se suspende el proceso de dialogo con este grupo, el ELN no tiene ninguna voluntad de paz#, escribió el primer mandatario en su cuenta de X.

 

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Los enfrentamientos entre el ELN con otros grupos armados y con la misma Fuerza Pública en el Catatumbo durante las últimas horas ha provocado el desplazamiento masivo de decenas de familias que habitan en la región, y 34 muertos, según los informes de la Gobernación del Santander.

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Los enfrentamientos armados con el ELN se han concentrado especialmente en zona rural de los municipios de Teorama, Convención, Tibú y La Gabarra.

Los paragestores de paz

Puede ser un cabezazo. O derivar en una equivocación. En todo caso, el Presidente Gustavo Petro ha asumido el riesgo en declarar “gestores de paz” a 18 exjefes paramilitares, varios de ellos extraditados a EEUU en el año 2003 por el entonces Presidente Álvaro Uribe Vélez. En la Resolución 453 del 12 de noviembre del 2024, el Gobierno busca con los Exparas cerrar la desmovilización de sus antiguos grupos que quedó en vilo por su extradición, al tiempo que estos “contribuyan con su conocimiento y experiencia al desarrollo de actividades de construcción de paz y garantías de no repetición, estructuración de procesos de paz y estrategias de acercamiento con actores armados ilegales”.

El invento semántico de “gestor de paz” se lo debemos al propio Uribe Vélez y su entonces Comisionado de Paz, el prófugo ternurólogo Luis Carlos Restrepo. Esta figura surgió en el 2009, para hacer creer que existía un interés de paz en el Gobierno Uribe, mientras se desplegaba la estrategia de guerra de “Seguridad Democrática”. Los más conocidos “gestores de paz” de aquel entonces fueron los exguerrilleros de las FARC alias “Karina” y “Ovidio Saldaña”, así como los voceros insurgentes Rodrigo Granda y “Francisco Galán”. Ahora, la figura de “gestor de paz” es uno de los instrumentos que la Ley de Paz Total le entrega al Presidente de la Republica para superar las violencias por la vía de las negociaciones de paz.

 

En esta ocasión resulta audaz y plausible que el Presidente Petro busque cerrar de una vez por todas el fenómeno paramilitar, cerrando una reincorporación interrumpida hace mas de 20 años, pero haciendo honor a los derechos de las victimas de estas bandas a la verdad, la justicia, la reparación y la garantía de no repetición. Recordemos que la extradición de estos jefes paramilitares ordenada por Uribe, priorizó el delito del narcotráfico y la justicia gringa por encima de los graves crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad por los que debían responder en los tribunales de justicia y paz creados como mecanismo de justicia transicional por el Congreso de la República a instancias de las negociaciones entre el Gobierno y las AUC.

Lo que genera muchos interrogantes jurídicos y políticos en esta sui generis decisión de Petro, es que se habilite a estos “paragestores de paz” capacidades para facilitar nuevos escenarios de negociación con expresiones criminales pos paramilitares, a no ser que se reconozca un actual vínculo entre unos y otros. En el caso de Salvatore Mancuso, la Corte Suprema de Justicia acaba de hacer serias advertencias sobre las implicaciones jurídicas de ello, que podría poner en tela de juicio la seguridad jurídica de este propósito de la paz total. Y en todo caso, esta por demostrarse la capacidad de persuasión que sobre bandas criminales remanentes del viejo paramilitarismo puedan tener estos nuevo “paragestores”.

Y la preocupación mas sentida por sectores de sus victimas es la condición de “gestor de paz” otorgada a jefes paramilitares que han preferido la cárcel a contar la verdad y reparar a quienes sufrieron por sus crímenes. Se preguntan por los incentivos que ahora tendrían personajes como “Jorge 40”, “Macaco” o “Hernán Giraldo” para que entreguen verdad y reparación, cuando han sido expulsados de Justicia y Paz o no han sido admitidos en la Jurisdicción Especial para la Paz por su reiterada negativa a ello.

Sortear exitosamente estas dos preocupaciones desde el gobierno garantizan que los “paragestores de paz” sean un audaz cabezazo para la paz de todos.

Antonio Sanguino

“Al ELN no se le ha ofrecido ni se le ha otorgado nada”: Iván Cepeda

El senador del Polo Democrático y negociador del Gobierno en la mesa de diálogos con el ELN dice en entrevista para Confidencial Colombia, que al grupo guerrillero no se le ha ofrecido ni se le ha otorgado nada, más allá de la posibilidad de construir de un diálogo social con los diferentes sectores del país.

Al proceso de paz con el ELN se le ha dado un voto de confianza ¿No cree usted que ya han sido demasiada las oportunidades?

 

Iván Cepeda: El Estado colombiano libra con el Ejército de Liberación Nacional una guerra de más de 60 años y para construir una solución de ese conflicto se requiere ante todo una construcción paciente. Uno entiende que hay un cansancio en el país y una exigencia para que se avance, pero a los que estamos en el papel de negociadores nos corresponde tener la paciencia de la construcción, sin olvidar la urgencia de los resultados.

¿Qué más se le puede ofrecer al ELN?

Iván Cepeda: La pregunta es, ¿qué es lo que se la ofrecido tan desmesuradamente? ¿Qué es lo que se les ha entregado? Absolutamente nada, más allá de la posibilidad de crear un proceso de participación social para que diferentes sectores digan que transformaciones se requieren para superar en los territorios este conflicto armado.

Da la impresión de que una cosa quieren los negociadores y otra los integrantes del ELN que están en los territorios en medio de la guerra

Iván Cepeda: Eso ocurre en toda organización de este tipo. Al interior del ELN también hay discusiones y seguramente también contradicciones fuertes. El comandante de esta guerrilla, Pablo Beltrán, dijo que el Gobierno tenía dos cabezas negociando y la pregunta es: ¿Cuántas cabezas tiene el ELN?

¿Seguirá acompañando la negociación con el ELN?

Iván Cepeda: Por supuesto. Estaré ahí hasta que el presidente así lo decida, y así no estén en la mesa de negociación en el ELN seguiré trabajando por la paz de Colombia las 24 horas.

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