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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Paz total

El exministro de Petro, Álvaro Leyva, califica la paz total como «un fracaso»

El excanciller del Gobierno del presidente, Gustavo Petro, Álvaro Leyva Durán, desde su cuenta de X lanzó una fuerte crítica a la Paz Total, a la que tildó como «un fracaso».

Leyva Durán describió la experiencia vivida recientemente en un viaje a la región del Catatumbo donde según el, le pidieron el favor de llevar el mensaje al presidente Gustavo Petro de no seguir enviando «mariposas amarillas» a la población de este territorio.

 

-“Doctor, dígales a las autoridades de la capital, a Petro, a quien seguro usted conoce, que no nos siga mandando mariposas amarillas que acá de eso no se come. A Gabo, eso no le debe estar gustando”-, dice el exministro en su cuenta de X.

Finaliza su trino anunciando de lo que hablará en los próximos días y asegurando que la paz total es un fracaso.

«¿Los héroes del Catatumbo?, los personeros municipales. La semana que viene me referiré con detalle, a lo recientemente por mí vivido en esta sufrida tierra de Colombia y al fracaso de la política de paz del presidente Petro».

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Aureliano y su ministro militar: ¿La Paz Total o el total Macondo?

Macondo está en cuidados intensivos y la seguridad nacional en manos de Aureliano, seudónimo de combate adoptado por el presidente Gustavo Petro en el M-19, quien en el último acto de política colombiana, nos presenta una “jugada maestra”: designar a un militar como Ministro de Defensa. El mismo que, según los puristas del petrismo, representa todo lo que está mal en el mundo: el “poder duro”, la mano dura, la militarización de la política. Pero, claro, cuando la realidad supera la ficción, hasta el más idealista termina abrazando al enemigo.

Resulta que la “Paz Total”, esa joya de la corona del gobierno Petro se convierte en algo inverosímil, mientras el presidente soñaba con desarmar a todos los grupos narcoterroristas con abrazos y diálogos, estos últimos aprovecharon la tregua para fortalecerse. ¿Cómo? Pues con lo de siempre: narcotráfico, minería ilegal y contrabando. Mientras tanto, la fuerza pública, fiel a su compromiso con el cese al fuego, se quedó mirando cómo el país fue tomado por asalto. Y así, de Tumbo en Tumbo (Catatumbo, Cauca-Tumbo, Chocó-Tumbo, Arauca-Tumbo, y próximamente Nariño-Tumbo, Caquetá-Tumbo, Meta-Tumbo, y la lista sigue) llegamos a este punto: más de 50.000 desplazados, atentados terroristas y un paro armado en el Chocó que se puede viralizar por todo el país, lo que quizá provocará múltiples declaratorias de conmoción interior para legislar por decreto y balconear nuevos discursos macondianos pre-electorales.

 

Entonces, ¿qué hace el Sr. presidente? Pues lo que cualquier líder pragmático haría: cambia al ministro de Defensa. Pero no cualquier cambio, no. Petro, en un giro digno de Gabriel García Márquez, decide poner a un militar en el cargo. Sí, el mismo tipo de persona que, según su discurso, encarna todo lo que hay que evitar. El general (r) Pedro Sánchez, de la aviación, llega con una misión clara: limpiar el desorden que dejó la “Paz Total”. Y aquí es donde la ironía alcanza niveles épicos. El gobierno que prometió desmilitarizar la política ahora recurre a un militar para salvar su estrategia de seguridad.

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Aunque no nos debe sorprender, después de todo, este es el mismo presidente que, en su primer consejo de ministros televisado, nos permitió ver a su exministro de Defensa civil admitir que no pudo articular ni siquiera una operación para recuperar El Plateado (Cauca). Y ahora tenemos a un militar al mando, con la triple promesa de fortalecer la inteligencia y contra inteligencia, aumentar recursos tácticos, recuperar el territorio para transitar a economías legales aplicando el “poder duro”. Es decir, todo lo que el petrismo criticaba del uribismo: mano dura y corazón grande.

El exministro de Defensa Rafael Pardo Rueda, quien en 1991 fue el primer civil en la cartera de Defensa, calificó con toda la razón del mundo, que esta designación es un “retroceso” el romper la tradición civilista del cargo, lo que podría politizar a las Fuerzas Militares. Pero claro, en un país donde la realidad supera la ficción ¿qué es un retroceso más o uno menos?. Lo importante es que el nuevo ministro se enfoque en la estrategia y no en los detalles operativos, porque, como bien dice Pardo, militarizar la política sería un error. Aunque, viendo cómo va la cosa, parece que ese barco ya zarpó.

En resumen, la “Paz Total” de Petro se ha convertido en un espejismo, un sueño altruista que chocó con la dura realidad del conflicto colombiano. Y ahora, con un militar al mando del Ministerio de Defensa, el gobierno parece estar enviando un mensaje claro: “Lo intentamos, pero la cosa se nos salió de control”. ¿Ironía? ¿Sarcasmo? No, simplemente política colombiana. Mientras tanto, Macondo sigue en cuidados intensivos, esperando que alguien, militar o civil, le devuelva la cordura. Pero, con Aureliano al mando, no parece que vayamos a terminar esta novela aún o mejor, tendremos que cambiar de lectura y pasar al general en su laberinto.

Luis Fernando Ulloa

Disidencia continuará en la mesa de diálogos aun con la captura de alias ‘Araña’

El comandante de la Coordinadora Nacional Bolivariana, Walter Mendoza, a través de un video divulgado en redes sociales confirmó que el grupo ilegal continuará en la mesa de diálogos con el Gobierno Nacional, a pesar de la captura de Andrés Rojas, alias ‘Araña’.

Las declaraciones se hicieron en el marco de la crisis por la que atraviesan los diálogos de paz con este grupo ilegal, tras la detención y posible extradición de alias Araña, un hecho que califican como «traición» por parte del Gobierno Nacional.

 

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Mendoza pidió al presidente de la república, Gustavo Petro, «respeto» por la confianza en el proceso de diálogos que se realiza con la Coordinadora Nacional Bolivariana, solicitando además al primer mandatario hacer lo necesario para la inmediata liberación de Rojas.

“La mesa de diálogo (…) debe continuar en los territorios y de cara a las comunidades”, enfatizó Mendoza al final del video.

Sigue la polémica por la captura de Alias Araña

No se detiene la controversia por la captura de Giovanny Andrés Rojas, alias Araña, integrante de que ahora se llama Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano del Pueblo, que antes era la Segunda Marquetalia”, en cumplimiento de una circular roja de Interpol.

De acuerdo con la Fiscalía General de la Nación, alias Araña, es requerido por una Corte del Distrito Sur de California (Estados Unidos) por cargos relacionados con tráfico de estupefacientes, incluso estando sentado en la mesa de negociaciones de paz con el Gobierno de Gustavo Petro.

 

El Comisionado de Paz, Otty Patiño no solo mostró su disgusto con la captura, sino que además defendió las actividades ilícitas que ejercía el capturado.

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Fue un ataque premeditado, pensando, con el fin de afectar profundamente el proceso de paz con lo que ahora se llama Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano del Pueblo, que antes era la Segunda Marquetalia”, dijo Patiño en diálogo con Noticias Caracol.

Frente a las actividades ilegales que ejercía Rojas desde la estructura armada ilegal, Patiño expresó lo siguiente: “todas las estructuras armadas viven de la ilegalidad, todas. Viven de negocios ilegales y uno de ellos es el tema del narcotráfico. No estamos ciegos, lo sabemos desde hace rato”.

Advirtió que la suspensión definitiva de asuntos relacionados con el narcotráfico aun no se han tratado en la mesa de negociaciones.

«Si en un acuerdo decimos ‘suspensión total de los negocios ilegales’ y si lo aceptan y no se cumple, esa conversación no vale la pena que se haga. (Pero) a ese punto no hemos llegado”, agregó.

Diálogos con el Clan del Golfo, más retos que certezas

La formalización de los diálogos con el grupo armado ilegal Clan del Golfo, que se hace llamar Ejército Gaitanista de Colombia, representa un pilar importante en la búsqueda de la paz y la estabilidad en Colombia. Este paso, aunque polémico, seguramente se fundamenta en la necesidad de abordar las causas estructurales del conflicto y de reducir la violencia que por décadas ha afectado a comunidades enteras.

Desde su consolidación como una de las organizaciones criminales más poderosas de Colombia, el Clan del Golfo ha sido responsable de múltiples violaciones a los derechos humanos, como asesinatos selectivos, reclutamiento de menores, desplazamiento forzado, confinamiento, extorsión, minería ilegal, trata de personas, narcotráfico. Su impacto en la seguridad nacional ha sido devastador, pues ha logrado infiltrar y construir alianzas con estructuras estatales y de gobierno, llegando a ampliar sus operaciones a nivel internacional. Por ello, cualquier intento de desarticulación de su estructura debe ir más allá de estrategias exclusivamente militares y considerar el diálogo como un mecanismo legítimo.

 

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El establecimiento de estas nuevas negociaciones responde a la urgencia de reducir la violencia en territorios donde el estado es débil o inexistente. En zonas de departamentos como Antioquia, Chocó y Córdoba, este grupo ha impuesto su ley mediante la intimidación y el terror, generando desplazamientos masivos y afectando gravemente la vida de comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas. La formalización del diálogo abre la posibilidad de establecer acuerdos que permitan desescalar el conflicto, proteger a las comunidades y su reinserción a la vida civil.

El diálogo y la negociación con esta organización no solamente debe busca desactivar la confrontación armada, sino también sentar las bases para una transformación de los territorios afectados por su presencia y dominio. Esto incluye la implementación de políticas de desarrollo rural, acceso a oportunidades laborales, programas de sustitución de economías ilícitas, fortalecimiento de la democracia participativa y de la institucionalidad. El Estado Social de Derecho debe emerger y fortalecerse en los territorios afectados, para salirle al paso al surgimiento de nuevas expresiones armadas.

A pesar de los beneficios potenciales, el proceso de diálogo con el Clan del Golfo seguramente enfrentará múltiples retos. Uno de los principales, puede ser el tema de si existe o no unidad de mano en la organización y la existencia o no de facciones internas con intereses divergentes. Asimismo, existen sectores de la sociedad que consideran que negociar con grupos de carácter narcotraficante podría sentar un precedente peligroso y debilitar la lucha contra el crimen organizado.

Sin embargo, la experiencia ha demostrado que la vía exclusivamente militar no ha logrado desmantelar la estructura del Clan del Golfo ni erradicar la violencia en los territorios bajo su influencia. Un enfoque integral, que combine la acción judicial con mecanismos de diálogo directo, la instalación de procesos  de participación que incluya a las comunidades afectadas y un programa ambicioso de implementación de los acuerdos, puede ser más efectivo en la construcción de una paz duradera.

La paz en Colombia no se logrará únicamente con operativos militares, la salida negociada es un elemento imprescindible que debe ir de la mano con soluciones políticas, sociales y económicas que ataquen las raíces del conflicto y permitan construir un país más justo y equitativo.

Luis Emil Sanabria D.

«Ese cuento de la paz total tiene que acabarse»: Héctor Olimpo Espinosa (Podcast)

El exgobernador de Sucre y exviceministro del Interior, Héctor Olimpo Espinosa, en el Podcast ‘La Lupa Confidencial’ confirma su deseo de competir por la Presidencia de la República con el aval del Partido Liberal, y da a conocer lo que sería sus propuestas para llegar al primer cargo del país.

 

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El espejismo de la Paz Total

Un espejismo es una ilusión óptica, una imagen sin verdadera realidad y esa es la mejor forma para describir la Paz Total. Esa política que prometió el gobierno de Gustavo Petro tras llegar a la presidencia de la República, rápidamente se desvaneció en medio de una realidad de violencia que quisieron combatir con discursos bonitos, incluso diciendo que el ELN se acabaría en tres meses.

La “ambiciosa” política con la que supuestamente se resolverían los problemas de orden público en el país, solo logró contribuir al agravamiento de la situación. En el caso concreto del Catatumbo, que padece días dramáticos y desoladores, históricamente, ha sido una zona disputada por diversos actores armados a los cuales en este gobierno se les permitió fortalecerse. La anterior, es la razón por la cual actualmente ese lugar se ha convertido en epicentro de una crisis sin precedentes que deja más de 40 mil desplazados.

 

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Lo cierto es que, mientras Petro ha insistido durante todo su mandato en dialogar con grupos criminales bajo la bandera de una paz negociada, las personas que viven en esta región del oriente del país son las que han tenido que poner el pellejo y sufrir por el incremento de homicidios, desplazamientos forzados y confinamientos impuestos tanto por las disidencias de las FARC, como por el ELN y cuanto grupo residual de la zona.

En lugar de reducir la violencia, los ceses bilaterales ordenados por el gobierno, llevaron a la reconfiguración de estos grupos terroristas, consolidando sus economías ilícitas, llevándolos a tener control territorial en esa zona y expandiendo su influencia incluso a Venezuela, donde existe un régimen corrupto y criminal liderado por Nicolás Maduro y seguido por Diosdado Cabello. Una tiranía, que como sabemos, el petrismo se negó a condenar.

Según informes de las Naciones Unidas, en 2023 el Catatumbo superaba las 54 mil hectáreas de cultivos de hoja de coca, convirtiéndose en uno de los enclaves cocaleros más grandes de Colombia, superando la producción de departamentos como Nariño y Putumayo. En definitiva, Petro cedió a las exigencias de los grupos armados, legitimándolos como interlocutores, mientras estos aprovechaban para fortalecerse y andar a sus anchas.

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Lo anterior, no solo ha desmoralizado a las fuerzas armadas, encargadas de velar y garantizar la seguridad en cada rincón de Colombia, sino que también ha minado la confianza de los ciudadanos en el Estado Social de derecho. Y, aunque Petro vocifere y critique el enfoque de mano dura de gobiernos anteriores, sabe perfectamente que es necesario el despliegue militar en zonas críticas, que hoy en día aumentaron debido a su responsabilidad y por culpa de su complacencia con criminales.

En este contexto, no se puede ignorar que tenemos un presidente que, mientras predica la justicia social, abandona a miles de colombianos en regiones periféricas y prefiere irse a Haití con gran parte de su gabinete para supuestamente estrechar y fortalecer relaciones. En el entretanto, Catatumbo, como tantas otras zonas, sigue siendo un territorio donde el Estado es apenas una sombra y la paz es un lujo distante.

Aquí se necesita justicia, autoridad y un compromiso real con la seguridad de todos los colombianos, pero no es a punta de Paz Total o, mejor dicho, impunidad total. Debemos estar alertas al decreto de conmoción interior emitido en días recientes por Petro. Infortunadamente, en Colombia tenemos un gobierno corrupto y mentiroso, que podría aprovecharse del caos generado por ellos mismos, para sacar réditos e imponer su fracasado modelo.

Andrés Barrios Bernal

Gustavo Petro suspende los diálogos con el ELN, sin cancelarlos

El presidente Gustavo Petro anunció la suspensión de la mesa de diálogos entre el Gobierno Nacional y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) luego de conocer el balance que arrojan la ola de violencia desatada en la región del Catatumbo durante las últimas 48 horas.

«Se suspende el proceso de dialogo con este grupo, el ELN no tiene ninguna voluntad de paz#, escribió el primer mandatario en su cuenta de X.

 

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Los enfrentamientos entre el ELN con otros grupos armados y con la misma Fuerza Pública en el Catatumbo durante las últimas horas ha provocado el desplazamiento masivo de decenas de familias que habitan en la región, y 34 muertos, según los informes de la Gobernación del Santander.

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Los enfrentamientos armados con el ELN se han concentrado especialmente en zona rural de los municipios de Teorama, Convención, Tibú y La Gabarra.

Los paragestores de paz

Puede ser un cabezazo. O derivar en una equivocación. En todo caso, el Presidente Gustavo Petro ha asumido el riesgo en declarar “gestores de paz” a 18 exjefes paramilitares, varios de ellos extraditados a EEUU en el año 2003 por el entonces Presidente Álvaro Uribe Vélez. En la Resolución 453 del 12 de noviembre del 2024, el Gobierno busca con los Exparas cerrar la desmovilización de sus antiguos grupos que quedó en vilo por su extradición, al tiempo que estos “contribuyan con su conocimiento y experiencia al desarrollo de actividades de construcción de paz y garantías de no repetición, estructuración de procesos de paz y estrategias de acercamiento con actores armados ilegales”.

El invento semántico de “gestor de paz” se lo debemos al propio Uribe Vélez y su entonces Comisionado de Paz, el prófugo ternurólogo Luis Carlos Restrepo. Esta figura surgió en el 2009, para hacer creer que existía un interés de paz en el Gobierno Uribe, mientras se desplegaba la estrategia de guerra de “Seguridad Democrática”. Los más conocidos “gestores de paz” de aquel entonces fueron los exguerrilleros de las FARC alias “Karina” y “Ovidio Saldaña”, así como los voceros insurgentes Rodrigo Granda y “Francisco Galán”. Ahora, la figura de “gestor de paz” es uno de los instrumentos que la Ley de Paz Total le entrega al Presidente de la Republica para superar las violencias por la vía de las negociaciones de paz.

 

En esta ocasión resulta audaz y plausible que el Presidente Petro busque cerrar de una vez por todas el fenómeno paramilitar, cerrando una reincorporación interrumpida hace mas de 20 años, pero haciendo honor a los derechos de las victimas de estas bandas a la verdad, la justicia, la reparación y la garantía de no repetición. Recordemos que la extradición de estos jefes paramilitares ordenada por Uribe, priorizó el delito del narcotráfico y la justicia gringa por encima de los graves crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad por los que debían responder en los tribunales de justicia y paz creados como mecanismo de justicia transicional por el Congreso de la República a instancias de las negociaciones entre el Gobierno y las AUC.

Lo que genera muchos interrogantes jurídicos y políticos en esta sui generis decisión de Petro, es que se habilite a estos “paragestores de paz” capacidades para facilitar nuevos escenarios de negociación con expresiones criminales pos paramilitares, a no ser que se reconozca un actual vínculo entre unos y otros. En el caso de Salvatore Mancuso, la Corte Suprema de Justicia acaba de hacer serias advertencias sobre las implicaciones jurídicas de ello, que podría poner en tela de juicio la seguridad jurídica de este propósito de la paz total. Y en todo caso, esta por demostrarse la capacidad de persuasión que sobre bandas criminales remanentes del viejo paramilitarismo puedan tener estos nuevo “paragestores”.

Y la preocupación mas sentida por sectores de sus victimas es la condición de “gestor de paz” otorgada a jefes paramilitares que han preferido la cárcel a contar la verdad y reparar a quienes sufrieron por sus crímenes. Se preguntan por los incentivos que ahora tendrían personajes como “Jorge 40”, “Macaco” o “Hernán Giraldo” para que entreguen verdad y reparación, cuando han sido expulsados de Justicia y Paz o no han sido admitidos en la Jurisdicción Especial para la Paz por su reiterada negativa a ello.

Sortear exitosamente estas dos preocupaciones desde el gobierno garantizan que los “paragestores de paz” sean un audaz cabezazo para la paz de todos.

Antonio Sanguino

“Al ELN no se le ha ofrecido ni se le ha otorgado nada”: Iván Cepeda

El senador del Polo Democrático y negociador del Gobierno en la mesa de diálogos con el ELN dice en entrevista para Confidencial Colombia, que al grupo guerrillero no se le ha ofrecido ni se le ha otorgado nada, más allá de la posibilidad de construir de un diálogo social con los diferentes sectores del país.

Al proceso de paz con el ELN se le ha dado un voto de confianza ¿No cree usted que ya han sido demasiada las oportunidades?

 

Iván Cepeda: El Estado colombiano libra con el Ejército de Liberación Nacional una guerra de más de 60 años y para construir una solución de ese conflicto se requiere ante todo una construcción paciente. Uno entiende que hay un cansancio en el país y una exigencia para que se avance, pero a los que estamos en el papel de negociadores nos corresponde tener la paciencia de la construcción, sin olvidar la urgencia de los resultados.

¿Qué más se le puede ofrecer al ELN?

Iván Cepeda: La pregunta es, ¿qué es lo que se la ofrecido tan desmesuradamente? ¿Qué es lo que se les ha entregado? Absolutamente nada, más allá de la posibilidad de crear un proceso de participación social para que diferentes sectores digan que transformaciones se requieren para superar en los territorios este conflicto armado.

Da la impresión de que una cosa quieren los negociadores y otra los integrantes del ELN que están en los territorios en medio de la guerra

Iván Cepeda: Eso ocurre en toda organización de este tipo. Al interior del ELN también hay discusiones y seguramente también contradicciones fuertes. El comandante de esta guerrilla, Pablo Beltrán, dijo que el Gobierno tenía dos cabezas negociando y la pregunta es: ¿Cuántas cabezas tiene el ELN?

¿Seguirá acompañando la negociación con el ELN?

Iván Cepeda: Por supuesto. Estaré ahí hasta que el presidente así lo decida, y así no estén en la mesa de negociación en el ELN seguiré trabajando por la paz de Colombia las 24 horas.

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Los exparas que aceptaron ser gestores de paz

El grupo de 18 antiguos paramilitares colombianos que fueron designados como gestores de paz por el presidente del país, Gustavo Petro, ha informado este jueves de que han aceptado el nombramiento, sumándose así a la iniciativa del mandatario de implementar una ‘paz total’ con los grupos armados del país.

«Con este acto, nos sumamos a la agenda de paz que usted lidera, señor presidente, y que interpreta mientras el mundo se aboca a un conflicto nuclear, la voluntad mayoritaria del pueblo colombiano de transitar a un Colombia próspera y en paz», ha manifestado los exparamilitares en una misiva dirigida a Petro.

 

El presidente colombiano anunció hace un par de semanas el nombramiento de cerca de una veintena de antiguos líderes paramilitares como gestores de paz por un periodo de seis meses. El Gobierno señaló que esta gestoría se centrará en revisar el acuerdo de los exparamilitares durante el Gobierno de Álvaro Uribe.

Entre las figuras más destacadas se incluyen antiguos líderes de las ya disueltas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) como Rodrigo Tovar Pupo, alias ‘Jorge 40’; Hernán Giraldo, alias ‘El Taladro’; Carlos Mario Jiménez, conocido como ‘Macaco’; o Hevert Veloza, conocido por su alias ‘HH’, entre otros.

Antes de todos ellos, el Gobierno ya había designado en julio de 2023 como gestor de paz al jefe de las AUC, Salvatore Mancuso, quien llegó en febrero de este año a Colombia después de dos años en un centro de detención mientras se resolvía su extradición tras cumplir una condena por delitos de narcotráfico en Estados Unidos.

Mancuso, conocido como ‘Triple Cero’ durante su pasado armado, fue condenado a 40 años de cárcel por la masacre de El Aro –ocurrida en octubre de 1997, cuando fueron asesinadas 15 personas y un número indeterminado tuvo que abandonar sus hogares–, aunque no la llegó a cumplir por sumarse al mecanismo Ley de Justicia y Paz, promovido por el expresidente Uribe para desmovilizar a paramilitares.

ELN y Gobierno retomarán diálogos en enero de 2025

Foto: AFP

La delegación de paz del Gobierno de Colombia ha anunciado anunció que retomará la mesa de negociación con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en enero de 2025, después de la reunión de la semana pasada para reactivar un diálogo que había permanecido congelado varios meses.

 

«Concluimos con la decisión de dar nuevos alcances a esta tarea de la mesa de diálogo», señala el comunicado, en el que no se precisa en que lugar se celebrará este nuevo encuentro.

Sí hace hincapié en que este nuevo encuentro tendrá como objetivos evaluar el desarrollo de los acuerdos, «introducir correctivos», evitar que se repitan acciones que debiliten el proceso, retomar la agenda de México, evaluar y definir un alto el fuego, así como desarrollar la participación de la sociedad.

El comunicado también destaca los cerca de 30 acuerdos que se han alcanzado hasta ahora, «un acumulado nunca antes logrado en la historia de las conversaciones con esta organización armada rebelde».

«Han sido logros en medio de grandes dificultades», ha dicho el Gobierno que, no obstante, ha reprochado al ELN que haya continuado llevando a cabo ataques tras el fin del alto el fuego que ha costado la vida a «jóvenes soldados» y «a integrantes de la guerrilla», además de todos los problemas que genera a las poblaciones locales.

«Somos conscientes del cansancio de la violencia y del clamor que estos diálogos avancen con mayor celeridad y eficacia (…) sin embargo, esa imperiosa necesidad no debe llevarnos a ceder a la tentación de producir resultados a toda costa (…) nuestra voluntad en persistir en construir el acuerdo más completo», ha apuntado.

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El anuncio del Gobierno se produce poco después de un atentado con explosivos contra un destacamento militar en la localidad de Puerto Jordán, en Arauca. A la espera de determinar si el ELN está detrás de estas acciones. La semana pasada, cinco militares murieron en un ataque atribuido a la guerrilla en Antioquia

Un ataque del ELN en septiembre que se saldó con la muerte de dos soldados y dejó una treintena de heridos precisamente motivó al presidente colombiano, Gustavo Petro, a congelar las negociaciones con la guerrilla.

En los últimos días, Petro se ha mostrado dispuesto a retomar un alto el fuego bilateral a fin de poder avanzar en la negociación y evitar así que sigan muriendo «a mansalva más jóvenes con uniforme del Ejército de la Constitución e hijos de trabajadores del país».

Se conforma disidencia de la Segunda Marquetalia

Los Comandos de Frontera y la Coordinadora Guerrillera del Pacífico, dos facciones guerrilleras que hasta ahora han aceptado formar parte de Segunda Marquetalia, han confirmado este miércoles su ruptura con el líder de esta disidencia de las FARC, Luciano Marín Arango, alias ‘Iván Márquez’.

«La decisión unánime y autónoma de quienes hoy suscribimos este comunicado es continuar el tránsito por el camino hacia la paz con dignidad social para todas y todos (…) Nos deslindamos del nombre de la Segunda Marquetalia y, en adelante, no utilizaremos esta sigla», han dicho en un comunicado..

 

Asimismo, han reiterado su compromiso de continuar con el proceso de negociación abierto con el Gobierno del presidente Gustavo Petro, mientras que también han criticado la carta remitida a los países garantes por ‘Márquez’ en la que éste desautorizaba el papel del jefe negociador de la guerrilla José Vicente Lesmes, alias ‘Walter Mendoza’, en las negociaciones de paz.

«De manera unilateral, el comandante Iván Márquez manifiesta que la reunión prevista para el 16 del presente mes con la delegación del Gobierno (…) es un claro rompimiento con el mecanismo de coordinación y unidad que veníamos consolidando en búsqueda de la paz (…) Decisión que respetamos, pero no compartimos», han agregado.

En este sentido, han afirmado que «la paz, los cambios democráticos y la reconciliación de los pueblos no pueden girar alrededor de una persona o personas». El comunicado hace referencia así a la carta de ‘Márquez’ que criticaba el encuentro que se produjo en Puerto Asís, Putumayo, el pasado sábado entre ambas delegaciones negociadoras.

Petro destacó el domingo que las divisiones en los grupos armados, como es el caso del Ejército de Liberación Nacional (ELN) con el frente Comuneros del Sur o el caso del Estado Mayor Central de las FARC con las disidencias de alias ‘Calarcá’, se debe a que hay alas dispuestas a avanzar en los procesos de la «paz total».

«Esas fracturas se dan alrededor de si hacer la paz con este gobierno o profundizar la acción bélica que cada vez más se dirige al traqueteo y contra el pueblo mismo de las regiones del conflicto en Colombia. Esta división en los grupos violentos es un avance en la paz», resaltó.

Gobierno reconoce que diálogos con el ELN podría fallar sino se aplican en 2025

El comisionado para la Paz, Otty Patiño, ha reconocido que si no comienzan a aplicarse los acuerdos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) para 2025 se habrá «fallado», por eso pide a la guerrilla que el resto de demandas puedan negociarse «sin el fusil en las manos».

«El proceso de diálogos puede ser infinito y eso es lo que no quiere este Gobierno, pero por eso hemos dicho que si el proceso de implementación no empieza en 2025 habremos fallado», ha dicho Patiño.

 

En ese sentido, Patiño ha explicado que ante la complejidad del proceso es preciso ponerse en marcha cuanto antes ya que el plan se divide en la transición a la vida civil de los combatientes, la transformación de los territorios y la desescalada del conflicto.

Asimismo, ha señalado que ya el presidente, Gustavo Petro, ha trasladado a la guerrilla que todas sus demandas pueden ser analizadas, pero «sin el fusil en la mano apuntándole a quien sea», de ahí la necesidad de desmovilizar a los combatientes para elevar al grado político las negociaciones.

Este martes arranca una nueva mesa de diálogo en Venezuela, después de que hace dos semanas el Gobierno de Colombia y el ELN acordaron retomar la negociación tras quedar suspendida desde septiembre en respuesta del presidente Petro a un ataque de la guerrilla contra una base militar en Arauca que dejó dos muertos y 20 heridos.

Gestores, pero de guerra

Nunca nos dijeron que la “Paz Total” constituiría un sinnúmero de privilegios para quienes han delinquido en el país y se han caracterizado por infundir terror a sus anchas por las regiones de Colombia.

Esta semana causó indignación la designación de 18 exparamilitares de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia, AUC, como “gestores de paz”, mediante la resolución 453 de 2024. Sus prontuarios recogen homicidios, masacres, abuso sexual de menores de edad, torturas, secuestros, desapariciones forzadas, reclutamiento, narcotráfico y la lista de delitos puede ser interminable.

 

Esta decisión del presidente de la República, Gustavo Petro, pone nuevamente en evidencia que quienes delinquen tienen privilegios y están amparados bajo un gobierno que se autodenomina del cambio. Lo anterior, representa un pésimo mensaje para la sociedad colombiana. Lejos de generar un consenso frente a la búsqueda de soluciones a la violencia enquistada por décadas, revive profundas heridas y muchas dudas sobre la búsqueda de verdad, justicia y reparación.

Todos los mensajes que envía este gobierno son de impunidad, acrecentando la inconformidad ciudadana frente a un jefe de Estado que deja de lado a las víctimas y se hace el de la vista gorda justificando lo injustificable. Petro no puede seguir lavándole la imagen a cuanto delincuente existe en Colombia.

Estos criminales, premiados como regalo anticipado de navidad, han incumplido en el pasado a Justicia y Paz y se han burlado vilmente de las víctimas, por lo tanto, no es posible creer que ahora la historia será diferente, pues ellos solamente han sido gestores, pero de guerra.

Sin embargo, según Petro, no se trata de beneficios jurídicos y quien acepta ser “gestor de paz” está dispuesto a resarcir a las víctimas, una fantasía que solo es posible creer en su imaginario. Aquí lo que hay detrás es una complacencia con los bandidos y una camuflada intención de permitir que cada día ganen más terreno para sus actividades ilícitas. Colombia ya suma la vergonzosa cifra de 253 mil hectáreas de área sembrada de coca, solo por dar un ejemplo.

Petro también se equivoca al creer que nombrando a estos exparamilitares como “gestores de paz”, se sentarán a dialogar de forma transparente. Sumado a esto, no hay claridades para la sociedad colombiana sobre el papel que estos delincuentes desempeñarán. ¿Se tratará de un compromiso de campaña adquirido bajo el llamado Pacto de la Picota?

Entre tanto, el gobierno que cree tener superioridad moral, será cuestionado precisamente por eso. Por un lado, se escandalizan con canciones como +57, que valga la claridad también rechazo, pero no se ruborizan en lo más mínimo con el nombramiento de delincuentes en cargos inventados para su complacencia. Francamente, no se entienden las constantes concesiones hacia violadores de los derechos humanos que tienen procesos judiciales. Lo de Petro, definitivamente, es impresentable.

Andrés Barrios Bernal