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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Paz

Delegación de paz pide a Gustavo Petro ser claro con el proceso del ELN

La delegación de paz del Gobierno en la mesa de diálogos con el Ejército Nacional de Liberación pidió claridad sobre el futuro de este proceso.

De manera pública, los integrante del equipo de negociación del Gobierno manifestaron sus dudas sobre la viabilidad de un proceso de paz con un grupo ilegal a nivel nacional y al tiempo realizar uno más con una facción territorial de esta guerrilla.

 

«Solicitamos al presidente, como jefe de Estado, tomar la decisión que considere en torno a continuar desarrollando los trabajos de la Mesa Nacional de diálogos con el ELN, o adelantar una mesa de diálogo con la estructura de Nariño, o determinar que dicha estructura ha dejado de ser parte de la organización con la que se está negociando a nivel nacional para desarrollar con ella un proceso autónomo», expresó la Delegación. 

La delegación espera que se de un pronunciamiento en este sentido, una vez finalice el conclave del presidente de la república y sus ministros.

Cultura para el cuidado de la diversidad de la vida, el territorio y la paz

En el debate de control político del 25 de abril del 2024 al Min de las Culturas, las Artes y los Saberes (MiCasa) en la comisión Sexta de Cámara, quedó claro que esta cartera tiene buen nivel de ejecución y proyección de trabajo en los territorios donde nunca ha llegado la inversión en cultura, que por primera vez en la historia deja de ser la “cenicienta” de los Ministerios con un presupuesto de más de un billón de pesos para ejecutar este año, del cual en el primer trimestre, se ha ejecutado cerca del 20%.

Para descentralizar la función de este ministerio se han realizado Pactos Culturales por la paz en la Costa Pacífica, en Antioquia y en el Caribe. El MiCasa despliega un triángulo para abarcar dicha estrategia y es: el Plan Quinquenal de Cultura, la  reforma a la Ley General de Cultura y fortalecimiento institucional.

 

El MiCasa podría ser el Ministerio de la Paz, si logra vincular el poder transformador de la cultura de paz con las comunidades más afectadas por el conflicto en clave de reconstruir tejido social.  El cambio necesita más que un período de gobierno, quizás una o dos generaciones. Que nuevas sensibilidades estén en el gobierno y se esté gobernando para los territorios excluidos ya es un cambio.

Como firmante de paz reconozco el esfuerzo de este Ministerio para llegar con programas y proyectos a los territorios más apartados, donde casi nunca se invierten dineros públicos para la formación artística y cultural. Este es un momento para hacer de las artes, los saberes y las culturas una herramienta de paz. Celebramos que en el caso de Antioquia se prioriza un 70 % de los recursos para el departamento en el Urabá y Bajo Cauca. Esta inversión con un enfoque étnico y pluricultural: mujeres, población LGTBI, trabajadoras y trabajadores, población NARP, indígena y Room, excluidos del relato nacional.

“Estamos en un cambio de época y una época de cambios”, decía el ministro Juan David Correa. Es un momento para trabajar a nivel país en la Cultura para el cuidado de la diversidad de la vida, el territorio y la paz, como orienta el Plan Nacional de Cultura 2024-2038.

Como anuncios importantes de este Ministerio se resaltan la apertura de una sede para la región Caribe en Cartagena, otra para la Amazonía y otra en Quibdó, también el nuevo énfasis del Plan Nacional de Lectura en la infancia de territorios excluidos, con una inversión de más de 5 mil millones en las bibliotecas comunitarias del territorio nacional (más de 1200 bibliotecas). Así mismo este Ministerio busca proteger a miles de artistas, principalmente músicos, en edad de pensión y sin ninguna garantía en su vejez.

Celebramos de nuevo que sea la cultura el hilo que ayude a tejer las paces que necesita nuestro país tan aporreado por una violencia estructural, persistente y cotidiana.

Pedro Baracutao

Paz incompleta

El fin del conflicto armado de Colombia se da por pedazos, pero tras cada proceso de desarme se avanza. Los esfuerzos realizados con el M-19, EPL, los carteles de Medellín, Cali y Norte del Valle, las Auto-defensas, las FARC y otros ayudan, pero el hecho es que el conflicto persiste. Los espacios territoriales liberados por cada proceso requieren de fortaleza estatal. Se puede lograr el desarme de los grupos al margen de la ley, pero mientras no exista control del territorio, continúen las rentas extraordinarias, y no se avance en la reconciliación, la paz no será definitiva, solo transitoria.

Al analizar las cifras, sorprende el incremento del 11% de hombres en armas, documentado por Mauricio Vargas en su columna. Según su escrito, durante el primer semestre de 2023, el clan del golfo aumentó el pie de fuerza en 23%, las disidencias de Farc en 9%, Segunda Marquetalia en 6% y ELN en 5,3%. Es impactante que, en el momento del inicio del proceso de paz en 2012, según Min Defensa, las FARC no superaba los 6.700 efectivos y el ELN no alcanzaba los 1.500. La falta de control territorial significa que hoy hay 43,6% más miembros de guerrillas que antes del proceso de paz con las Farc. No solo hubo cambio de brazalete sino nuevo reclutamiento.

 

El actual proceso, a pesar de lo ambicioso, no ha progresado mucho. Según inteligencia militar, los efectivos han aumentando: ELN 6.158, disidencias de las FARC 3.860, Segunda Marquetalia 1.761, Clan del Golfo 5.000, Autodefensas Sierra Nevada 500, BACRIM Medellín 12.000 (Oacp), BACRIM Buenaventura 1.700 (Oacp), y BACRIM Choco 500 (Oacp). En total, hay 31.479 miembros de organizaciones criminales en procesos de negociación, 11.779 de guerrillas y 19.700 de diferentes tipos de BACRIM. Este desarme sería un éxito sin antecedentes, pero las negociaciones están crudas.

Se estima que tanto las FARC como AUC, en sus picos, llegaron a superar individualmente los 30 mil efectivos. Lograr de manera pacífica el desarme siempre es valioso, como dice Sun Tzu “la mejor victoria es vencer sin combatir” pero el problema es que la paz nunca es definitiva, hay que cuidarla. Puede ser fácil conseguir una desmovilización sin verdad, ni reparación a las víctimas, sin promesas de no repetición y sin cárcel. El problema es que esto generaría semillas para el próximo conflicto, especialmente si los factores de financiación siguen estando presentes.

Avanzamos con procesos de paz, pero la falta de control de territorio produce una aceleración del reclutamiento, el orden público esta en franco deterioro. Durante 2023 se incrementaron en 6,5% las masacres en el país. Expertos como Daniel Rico estiman que cada 8 hectáreas de coca financian la actividad de un miembro de grupos ilegales. Si bien esta relación temporalmente se suspendió durante el proceso de paz con las Farc, esta volviendo a su tendencia histórica.

En 2022, el aumento de siembra de coca fue del 61%, para llegar a 230 mil hectáreas. Los rumores de extorsión por doquier y sicariato en todo el país, inclusive en las zonas más seguras de Bogotá, van en línea con una esperada siembra de coca que puede llegar a las 300 mil hectáreas. Con otras fuentes como la minería ilegal y la trata de personas financiando el conflicto, creer en la buena voluntad de cabecillas es claramente insuficiente.

Simón Gaviria

No solo de discursos vive la gente

“Hay que seguir en la búsqueda de la Paz con todos los grupos armados, porque de lo contrario, nadie finalmente, va a dejar de echar bala”, “el Gobierno Nacional debe sentarse a negociar con todos los grupos que hay en la zona, o autorizar comisiones de líderes y lideresas sociales, alcaldes y concejales, para que dialoguen con los grupos que aquí hacen presencia”. Propuestas como estas se escucharon en el pre encuentro por la paz, de carácter autónomo, que se realizó el pasado viernes 5 de abril, en el municipio de Morales, convocado por la Mesa de Paz del Sur de Bolívar, en el marco de las actividades que desarrolla el Comité Nacional de Participación, creado por la Mesa de Diálogo del Gobierno Nacional y el ELN.

Cerca de ciento cincuenta personas, provenientes de todos los municipios de la región de los dos ríos, con sus propios recursos y gracias al apoyo logístico del alcalde de Morales, el Sr. Ecequiel Salcedo C, apoyó la iniciativa, participó del evento y alentó la deliberación y el compromiso por la Paz, en una región azotada por la violencia durante decenas de años, y en donde hacen presencia, no solamente le ELN, con quien el Gobierno Nacional mantiene el Cese Al Fuego Bilateral, sino también, las disidencias autodenominadas Estado Mayor Central de las FARC y el recién rebautizado, Ejercito Gaitanista de Colombia  EGC.

 

La presencia de las iglesias cristianas, católica y evangélicas, de concejalas y concejales, secretarios de gobierno de otros municipios, ex alcaldes, lideresas y líderes de todos los sectores sociales, étnicos y comunitarios, llenó el recinto y nutrió la deliberación y las propuestas, que serán entregadas en el Encuentro Regional del Magdalena Medio, a realizarse el fin de mes en Barrancabermeja, dándole cumplimiento al cronograma pactado en la Mesa de Diálogo y que buscará, a finales de mayo del presente año, luego de realizar un encuentro nacional, entregar una propuesta metodológica de participación de la sociedad, y con la cual se espera, desatar una gran movilización participativa, capaz de construir un documento que contenga propuestas de soluciones a las causas estructurales que dieron origen y que alimentan este conflicto armado.

“Estamos cansadas de la violencia”, “queremos que nuestros hijos e hijas, puedan vivir en paz, estudiar y labrarse un futuro mejor”, fueron otras de las frases mas repetidas de las mujeres y hombres de este rincón de Colombia, ubicado en su corazón geográfico, pero excluido de derechos tan fundamentales como la salud y la educación. Una región rica en recursos naturales, que pudiera ser un excelente destino turístico para los amantes de la naturaleza y la biodiversidad, que hace decenas de años, no conoce, ni sabe, lo que es vivir en paz entre los seres humanos, y también con la naturaleza, en especial el Río Magdalena, sus ciénagas, afluentes y la hermosa serranía de San Lucas.

A quienes quieren que los esfuerzos de paz de la sociedad y el gobierno fracasen, y así anotarse unos puntos, en el juego politiquero por el control del país, que todo lo mide por encuestas de opinión ficticias, por votos comprados o por la llamada opinión pública, y que no reconoce ni incorpora en sus análisis, la voluntad de la ciudadanía que se expresa en la realidad local, lamento informarles que los pre encuentros y encuentros territoriales y sectoriales, programados en el marco de este proceso de paz, están siendo respaldados con presencia y propuestas de las organizaciones sociales y los gobiernos locales, a pesar de las dificultades que genera la falta de recursos económicos adecuados y el miedo que imponen otros actores armados. Que a pesar del interés evidente de sectores de la oposición política, por arrebatarle al pueblo esta nueva oportunidad de paz, las comunidades y las organizaciones siguen insistiendo en que, la única salida que tienen, para construir y gozar el territorio, la democracia, la justicia social y la vida, es que se avance con más entusiasmo y decisión, por el camino de las soluciones dialogadas a las múltiples expresiones del conflicto armado.

Lamentablemente, y aquí viene lo incomprensible, el Gobierno Nacional en ninguna de sus instancias, se hizo presente en este evento. Parece que, cuando se habla de fortalecimiento de las organizaciones, de la generación de ciudadanías constituyentes, de movilización y procesos asamblearios, estas fueran responsabilidades, única y exclusivamente, de las organizaciones populares o de algunas organizaciones no gubernamentales, y como ocurría en algunos tiempos pretéritos en donde no se tenía gobierno, “cada uno defiéndase como pueda”. El Gobierno de Gustavo Petro, no logra comprender la necesidad de brindar garantías efectivas a la vida de líderes, lideresas y a la permanencia en el territorio, a la movilización, al fortalecimiento organizativo, y la importancia de reconocer y coordinar con las organizaciones sociales y populares, lo que implica dialogar, concertar, desarrollar consensos y acuerdos, para avanzar hacia la superación de las inequidades, la corrupción y la pobreza.

Mantener, defender y desarrollar un gobierno de carácter popular, ampliar su poder basado en la soberanía popular, los Derechos Humanos, la democracia participativa, y la acción movilizadora para la construcción progresiva de equidad, justica social y paz, requiere de estrategias, planes o programas definidos, con un fuerte componente pedagógico sobre los derechos y los deberes ciudadanos, y sobre los acuerdos construidos con la gente. Elementos estos, que a casi dos años del gobierno del cambio, no se han desarrollado y no se vislumbran en el futuro próximo. No solo de discursos vive la gente, las palabra pronunciadas por el Presidente, que representan, en muchas ocasiones, una idea clara de lo que gran parte de la sociedad, en especial los empobrecidos y excluidos quieren, deben transformarse en acciones coordinadas desde el alto gobierno, para superar las  ejecuciones erráticas y excluyentes en el territorio.

No se trata solo de realizar eventos masivos, que pueden tener un gran impacto propagandístico y de promoción de la unidad de acción. Lo que la gente reclama en el Sur de Bolívar y en casi todas las regiones del país, es que su voz sea escuchada, sus propuestas incorporadas consensuadamente a la acción de gobierno y a la implementación efectiva de las acciones del Plan Nacional de Desarrollo. Lo que el pueblo reclama es la posibilidad de ser parte efectiva de la identificación de soluciones y la ejecución de las mismas. El gobierno no puede seguir ninguniando los liderazgos regionales y nacionales, colectivos e individuales, construidos a través de años de resistencia y persistencia, que sobreviven al exterminio sistemático programado por los actores armados. Es también, con las organizaciones y redes territoriales y nacionales, que se garantizará los cambios progresivos que el país necesita.

No todo se reduce a la acción parlamentaria o a las capacidades de uno u otro ejecutivo. El país, la sociedad, las transformaciones progresivas irrenunciables y necesarias para alcanzar la paz, exigen una verdadera alianza con la ciudadanía que garanticen la continuidad de los cambios, y que vaya más allá de las instrumentalizadas convocatorias a las movilizaciones. No todo se podrá lograr en un gobierno de cuatro años, es necesario priorizar lo verdaderamente posible de realizar, potenciar la democracia directa, la movilización y la organización, para que, sobre los hombros del pueblo repose la dirección de la gobernabilidad y el poder constituyente sea garante de continuidad, de la paz, la convivencia y la reconciliación.

Luis Emil Sanabria D

La paz del EPL, reafirmaciones pertinentes

El primero de marzo pasado, se cumplieron 33 años del proceso de paz entre el Gobierno Nacional y el desaparecido Ejército Popular de Liberación – EPL, dirigido por el clandestino Partido Comunista de Colombia (Marxista-Leninista). Esta organización, que predicaba la lucha armada y de masas para derrocar al Estado capitalista, tenía presencia en casi todo el territorio nacional, con especial énfasis en zonas de desarrollo agrícola, energético, minero y en los centros urbanos más importantes. Era la guerrilla más grande que existía en el país, y que conformó, en la década de los 80 del siglo pasado, junto con otras organizaciones armadas, la llamada Coordinadora Nacional Guerrillera “Simón Bolívar”.

El PCC (m-l), y todos sus frentes políticos y armados, habían propuesto, años antes del acuerdo de paz, la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente que profundizara la democracia, reconociera la soberanía popular y sirviera de preámbulo a la construcción de una sociedad justa y democrática. Estas propuestas y la responsabilidad de coordinar el movimiento guerrillero, desató una ola de asesinatos a sus dirigentes destacados para el proceso de paz y a los responsables de la conducción del EPL, es así como se asesina a Oscar William Calvo, en compañía de Ángela María Trujillo y Alejandro Arcila, en pleno centro de Bogotá y se persigue, captura y asesina, también en Bogotá, al Comandante Ernesto Rojas (Jairo de Jesús Calvo).

 

A pesar de las persecuciones a los líderes y lideresas de su propuesta democrática electoral, llamada Frente Popular y su exterminio en todo el país, tanto el PCC (m-l), el EPL y sus estructuras políticas, tomaron la determinación mayoritaria de avanzar hacia la paz, recogiendo los esfuerzos realizados en el gobierno de Belisario Betancourt, continuando con los esfuerzos en el gobierno de Virgilio Barco y finalmente concretando la firma de paz en el gobierno de Cesar Gaviria, bajo la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente, que promulgaría, en el mismo año de la desmovilización, una nueva carta política para la sociedad colombiana. Lamentablemente, pese a los esfuerzos de quienes firmaron la paz, y a contar con una nueva Constitución, la violencia desatada por quienes se han opuesto al desarrollo del Estado Social de Derecho, produjo una gran ola de violencia que cobró la vida en menos de cinco años, a más de setecientos firmantes del acuerdo de paz del EPL.

Por eso, para la mayoría de los sobrevivientes de este grupo, que acompañaron los esfuerzos del Pacto Histórico, desde diferentes agrupaciones políticas y sociales, no cayeron bien las palabras del Sr. Presidente Gustavo Petro, escritas en un mensaje de la plataforma “X” (Twitter) y reproducidos luego en otras plataformas virtuales, cuando afirmó: “…Los gritos libertarios se apagaron, el movimiento estudiantil fue asesinado, la universidad de Córdoba pasó a manos paramilitares. Los liberales y conservadores se volvieron uribistas y hasta el EPL, antes guerrillero, y ahora desarmado se pasó en gran parte al bando paramilitar”.

Entre Córdoba y Urabá, emergieron los Frente Jesús María Alzáte, Bernardo Franco y Fabio Vázquez Villalba, que aglutinaban más de mil combatientes, todos comprometidos con el proceso de paz, que hicieron dejación de armas frente a los Integrantes de la Veeduría Internacional, con el acompañamiento de la Iglesia Católica, la Prensa Nacional e Internacional, y frente al pueblo que se volcó de forma masiva a presenciar ese hecho inédito para la región y el país. El gobierno estaba representado  por los señores Ricardo Santamaría,  Rafael Pardo, Jesús «Chucho» Bejarano y el ministro del interior Horacio Serpa, frente a los Cuáles se hizo públicamente la dejación de armas desde el primer  Comandante hasta el último combatiente uno a uno hasta terminado el acto ceremonial; una vez  se hizo la dejación  de armas, los nuevos ciudadanos, se trasladaron al casco urbano de Apartadó para cerrar con un acto público presenciado por más de ciento cincuenta mil personas. Actos parecidos se realizaron en diferentes partes del país, en donde se habían concentrado los diferentes frentes, combatientes y los principales líderes y lideresas políticas del PCC (m-l) y el Frente Popular.

Como en todos los procesos de paz adelantados en nuestro país, luego de la dejación de armas, se hicieron evidentes la falta de Garantía a la vida, el incumplimiento del Estado para cumplir los pocos compromisos territoriales pactados y la falta de oportunidades para la reincorporación social, económica y política. Rápidamente, algunos combatientes y mandos medios de estos y otros frentes, se rearmaron, aduciendo falta de claridad en el proceso, bajo el estímulo de las organizaciones que seguían en la lucha armada, como las FARC-Ep y el ELN, quienes en un principio los recibieron y protegieron. Sin embargo, pronto florecieron en Urabá y Córdoba, contradicciones frente al dominio territorial, la influencia política, y las propuestas sociales.

Así surgió y se fortaleció, entre 1991 y 1996, una disidencia, alimentada por dirigentes políticos nacionales del PCC (m-l) que no participaron del proceso de paz, y que, luego de varias acciones guerrilleras y de persecución a los desmovilizados del EPL, en medio de cercos de aniquilamiento desatados por las Farc y la Fuerza Pública, decidieron cambiar de brazalete y pasarse a las fuerzas paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia. Fue así como, a los sobrevivientes de este experimento fracasado de disidencia, los recogieron en varios helicópteros, según los relatos de la población, por los lados del Municipio de Tierralta cerca a la represa de Urrá, para ser transportados hasta la finca Cedro Cosido en el bajo Sinú, y luego vincularse a los paramilitares que comandaba la casa Castaño.

Luego del proceso de paz, el grueso de la organización que abandonó la lucha armada, algunos bajo el nuevo partido legal, llamado Esperanza, Paz y Libertad y/o haciendo parte de la Alianza Democrática-M19, continuaron actuando en la arena política, legal, amplia y transparente, a pesar de que el Estado Colombiano, les arrebatara la personería jurídica meses después de firmado el acuerdo de paz, y que han recuperado hace apenas un año, gracias a una fuerte lucha legal y jurídica, que llevó al reconocimiento con condiciones, por parte del Consejo Nacional Electoral, y que hoy se reconoce como Esperanza Democrática, integrante del Pacto Histórico.

Firmantes de este acuerdo de paz han hecho parte de varias organizaciones y tendencias políticas legales y comprometidas con la democracia, como el PDI, el PDA, UD, Partido Liberal, Colombia Humana, Partido Verde, y en el Pacto Histórico, entre otras. Algunos de sus integrantes han sido o son ediles y edilesas, concejales y concejalas, alcaldes, diputados y diputadas, representantes a la cámara y senadores. Otros han ocupado importantes cargos en gobiernos municipales, departamentales o nacional, incluido el actual gobierno nacional.

Todos los miembros de la dirección nacional del desaparecido PCC (m-l) y de la comandancia del desmovilizado EPL, que firmaron el acuerdo de paz, unos con más entusiasmo que otros, siguen trabajando por la paz, la democracia, la justicia social y la equidad, como fue su compromiso individual y colectivo, en el marco de la Constitución fruto de la Asamblea Nacional Constituyente que promovieron y en la cual participaron. Haciendo honor a los compromisos pactados, centenares de hombres y mujeres “esperanzadas”, durante muchas décadas han encabezado importantes organizaciones sociales, culturales, comunales, étnicas, de mujeres, de población LGBTIQ+, con discapacidad, de víctimas del conflicto, ambientalistas, constructoras de paz y defensoras de Derechos Humanos, han sido reconocidos académicos, investigadores sociales, funcionarios públicos, etc.

Luis Emil Sanabria D

Cómo curarse de odio

En Semana Santa bien vale la pena escribir sobre el odio. En últimas, fue el odio lo que llevó a la crucifixión del Mesías. El problema del odio o la enfermedad del odio, por denominarlo de esa manera, no es de quien es destinatario o receptor de ese sentimiento de aversión o de esa emoción negativa que busca su destrucción, si no de quien realmente lo padece, en otras palabras: El problema del odio es de quien supura odio y destila la hiel de destrucción hacia el sujeto u objeto del odio. Quien odia, no sólo odia lo que está fuera, odia finalmente lo que está afuera porque allí recae su propio reflejo. Es decir, quien odia a otro, se odia a sí mismo porque ve reflejado en el otro lo que tanto detesta y le incita a querer autodestruirse por medio de la destrucción del otro. Este breve artículo sin pretender ser un tratado de ciencia psicológica, porque definitivamente no lo es, sí es una diminuta reflexión personal sobre como curarse de odio, o al menos, intentar tomar conciencia sobre el padecimiento del odio.

El odio es catalogado como un sentimiento de aversión hacía alguien o hacia algo, se dice también que es una emoción negativa que provoca el más profundo rechazo hacia el destinatario de dicha emoción que, muchas veces puede ser la misma persona que la padece. Según algunos diccionarios de psicología definen el odio como una pasión de un sujeto que busca la destrucción de su objetivo, para el psiquiatra de nacionalidad alemana Sigmund Freud (1856-1939) el odio era un hecho clínico esencial que produce serias consecuencias psíquicas y sociales. Para el psiquiatra y psicoanalista francés Jacques Lacan (1901-1981) el odio se manifestaba como el odio celoso y el odio del ser; el primero se dirige hacia aquello que se considera digno de rivalidad, y el segundo, que es más vehemente, es el odio hacía otro por el hecho de saber más o de conocer más o incluso el odio hacía Dios por el hecho de ser Dios, “El odio del ser puede también apuntar al ser de una persona a la que le es supuesto un saber más perfecto y cuyas conductas o proposiciones son entonces execradas”, en términos de Lacan, fueron víctimas de este odio del ser, el astrónomo pisano Galileo Galilei (1564-1642) y el matemático alemán, inventor de la teoría de conjuntos, George Cantor (1845-1918).

 

El que odia lo hace porque le ha dado la capacidad al destinatario de esa aversión para provocarle ese sentimiento de repulsión. Quien odia lo hace porque sufre, es débil, su inteligencia emocional no le permite gestionar adecuadamente las emociones, entendiendo que el dolor provocado puede ser digerido por medio del diálogo y la introspección. Los seres humanos cargamos con dolor, con resentimiento, con desprecio por el que es diferente ya sea por que se ve diferente, porque vive diferente o simplemente porque piensa o ama diferente. ¿A dónde irá a parar el mundo si todos los seres humanos tuviéramos que concebirnos, vivir, pensar o amar de la misma manera?

Curarse de odio no es fácil, ni consiste en una receta mágica que se toma en dosis de comprimidos cada ocho horas, pero en mi experiencia, más como receptor o recibidor de odios fundados e infundados y menos como odiador, lo que creo trance superado, es posible proponer desde una mirada holística algunos ejercicios terapéuticos a saber: Primero, aceptación y amor propio. Segundo, entender que todos los seres humanos somos diferentes y que la tolerancia es un acto de amor. Tercero, el sentido de la consideración moral para con el otro. Cuarto, tener la capacidad de hacer un ejercicio de alteridad desde el lugar del otro, y luego desde un lugar ajeno al otro y al propio para determinar qué es lo que provoca ese sentimiento aversivo. Quinto, meditar con la mirada hacia dentro, introspección para hallar la causa del odio dentro del propio ser y no fuera. Sexto, perdonar lo odiado, sin perdón no es posible sanarse de odio.

El camino del odio viene de afuera hacia dentro, y no al contrario. Dado el caso, pido perdón a quienes me han odiado y a especialmente a quienes me odian, y a quiénes en algún momento he odiado, no ha sido jamás mi deseo despertar tan vil sentimiento. El odio enceguese. Abandonar el odio es retomar la claridad. Que la Semana Santa haya sido tiempo de refrigerio y reflexión.

León Sandoval

Bello se proyecta como distrito cultural de paz

En Bello, Antioquia, realizamos una audiencia pública el pasado 15 de marzo con la presencia del Ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes Juan David Correa. El tema central: la cultura de paz. Una conclusión gruesa es la propuesta de las articulaciones público populares para sacar adelante las propuestas del PND.

Sin movimiento social de artistas presionando por su inclusión no van a haber avances. El compromiso es movilizar las exigencias de cara a las reformas sociales. Este Ministerio tiene la voluntad de reunirse con la organización popular, con o  sin las autoridades locales, como en el Pacto Cultural por Antioquia del 31 de enero de 2024, donde concluyeron 31 municipios para suscribir este Pacto. Es la fuerza social la que transforma las realidades, no los gobernantes. “Necesito ver las organizaciones para contratarlas: JAC, organizaciones constituidas, alcaldías”.

 

En Antioquia se van a invertir 19.513 millones este año, pero en los territorios excluidos, a donde se irá el 70% del presupuesto del MinCultura. Se prioriza Urabá y Bajo Cauca. Esta inversión con un enfoque étnico y pluricultural: mujeres, población LGTBI, trabajadoras y trabajadores, población NARP, indígena y Room, excluidos del relato nacional.

La hoja de ruta es el Plan Quinquenal de Cultura: “cultura para el cuidado de la diversidad, la vida, el territorio y la paz. Que nuevas sensibilidades estén en el gobierno y se esté gobernando desde territorios excluidos ya es un cambio”, dice el Ministro.

También se van a apoyar las organizaciones de las ciudades y de municipios intermedios. Pero “Antioquia no es solamente Medellín y sus ciudades de influencia. Consideremos, por favor, cuando hablemos a veces con cierta soberbia, que cuando uno va a un municipio del Bajo Cauca, o del litoral pacífico, la gente ni siquiera tiene un acueducto. Las diferencias en este país son abismales y a veces a la gente de la cultura, por estar demasiado ocupada en sí misma, se le olvida reconocer a esos otros que no han sido incluidos en el relato nacional. Esos otros que se llaman negros palenquearos, Room, mestizos, indígenas, poblaciones LGTBIQ+, mujeres, trabajadores, sindicalistas y campesinos.

Se están gestionando procesos de formación y cualificación de docentes para desarrollar el enfoque de la cultura de paz. Se realizó una inversión importante en San José de Apartadó como laboratorio de paz. El ministro habló de una inversión para Bello de 290 millones de pesos en procesos de formación enfocados a la construcción de paz a través de organizaciones culturales con personería jurídica. En Antioquia se tienen alianzas con organizaciones como Nuestra Gente, Medellín. el Totumo Encantado en Necoclí, entre otras. Habría que mirar a través de qué organizaciones en Bello se puede canalizar los recursos, buscar fortalecer con las escuelas populares que ya existen y crear conjuntamente un proyecto real que pueda impactar positivamente las comunas más golpeadas por la violencia en Bello.

Es importante reconocer que la fuerza de la cultura en cada municipio es necesaria para la transformación real. Se debe reconocer que el presupuesto de cultura se triplicó en este gobierno. Se han creado enlaces territoriales del Ministerio en Medellín y se busca crear enlaces en Bajo Cauca y en el norte (municipio de Ituango). En Urabá está la alianza con la Red Cepela y el proyecto Selva Adentro.

Ya existen aliados que debemos reconocer: hay redes tejidas y  no solo se pueden reconocer las redes que cada uno teje. Bello es un epicentro de la cultura y las expresiones artísticas en el Valle de Aburrá. Su movimiento social, ambiental, artístico y cultural ha forjado una resistencia alrededor de la defensa del patrimonio artístico y cultural del municipio, así como por la protección de sus bienes ambientales. Por eso realizamos allí esta Audiencia Pública, en este territorio que es cuna de artistas y de procesos de resistencia cultural.

Resaltamos la participación en esta Audiencia de organizaciones de base del Nordeste, firmantes de paz de la Nueva Área de Reincorporación (NAR Medellín), Yolombó, Bajo Cauca, San Pedro de los Milagros, Don Matías, Girardota, Copacabana, Red de Artistas Callejeros, Vigías del Patrimonio Cultural de Barbosa, Fundación Lectores a la Hamaca, de la Comuna 1, la Alianza Social LGBTI Antioquia y la Mesa de Participación Cultural de Antioquia. Una conclusión de este espacio es la importancia de la articulación de los procesos culturales desde abajo, y en esto es clave la reflexión de la Red Cepela:

“Es clave reconocer los procesos organizativos de los territorios, donde aún campea la guerra generando victimización. Se hace necesario pensar la paz simbólica para desactivar los códigos de silenciamiento. Se debe generar un gran Acuerdo Cultural que proyecte acciones a 15 años y donde se reconozcan los procesos culturales, organizativos y políticos de los territorios, donde hace más de 20 años se construyen procesos culturales y procesos políticos organizativos. El Pacífico colombiano y el Urabá chocoano aún están en guerra, se deben pensar estrategias para romper esa mirada del enemigo interno”.

Es decir, la cultura de paz como esa mano visible, anónima y colectiva, capaz de potenciar los procesos organizativos, no solamente el arte por el arte o la cultura como invitada de adorno en todos los espacios. La cultura es el centro de la transformación y de la reconstrucción del tejido social en todos los niveles.

Petro Baracutao

Una historia de mujeres y paz’ llega a Amazon Prime

Las voces, historias, logros y desafíos que han afrontado las mujeres colombianas en medio del conflicto y su invaluable aporte y liderazgo a favor de la verdad, la justicia y la consolidación de la paz en Colombia llegan a la plataforma de streaming de Amazon en el mes de la Mujer, con el largometraje ‘Cuando las aguas se juntan: una historia de mujeres y paz’.

La pieza audiovisual producida por ONU Mujeres, con el apoyo de la Embajada de Suecia en articulación con el legado de la Comisión de la verdad, fue dirigida por Margarita Martínez, producida por Linith Aparicio Blackburn y cuenta con la distribución de CINEPLEX.

 

En 85 minutos la película retrata la lucha de las mujeres colombianas en su diversidad a través de las voces de 45 mujeres de regiones colombianas que van desde el Caribe, hasta el piedemonte Amazónico, de los nevados, hasta los llanos, el suroccidente colombiano, el pacífico, así como con las mujeres que han pensado y repensado estos temas desde las grandes ciudades del país.

Estrenada el pasado 8 de marzo del 2023, ‘Cuando las aguas se juntan: una historia de mujeres y paz’ se ha proyectado en más de 20 países alrededor del mundo, superando 20 mil espectadores en cines, contribuyendo con este documental a la memoria colectiva de Colombia para consolidar un horizonte de paz para todas y todos.

Antes de su llegada a la plataforma de streaming Amazon, el documental ha sido proyectado en festivales de cine como el Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias (FICCI), la Feria Internacional del Libro de Bogotá, el Festival Internacional de Cine y Derechos Humanos de València – HUMANS FEST, Festival de Cine Colombiano Migrante, en la semana de la paz en Ginebra, y en más de 15 festivales en toda Colombia.

Esta es una historia que debe ser contada para no olvidar y no repetir los horrores de las guerras, pero también y sobre todo, para inspirar, desde la capacidad resiliente de las mujeres de cuidar y sostener la vida colectiva, reconstruirse, tender puentes, y, cómo las aguas, cuando se juntan, crecer y avanzar.

Las voces y relatos recogidos aquí son solo una muestra de la inmensa diversidad de mujeres colombianas, de su voz, su fuerza, y de la valiente labor en la búsqueda de la verdad, justicia, reparación y bienestar. Esta película se hizo con ellas, por ellas y para ellas, esperando que su ejemplo inspire a tantas mujeres que ante los acontecimientos del mundo actual viven en guerra, soñando con la paz. Ellas son las heroínas y su importante lucha no debe caer en el olvido.

Clan del Golfo acepta dialogar con Petro

El Clan del Golfo dio a conocer a través de un comunicado divulgado en las redes sociales, su intención de dialogar con el Gobierno Nacional con la idea de establecer una paz duradera.

“Nos permitimos comunicar que aceptamos la invitación hecha por el señor presidente, en el sentido de sentarnos a negociar las condiciones políticas que permitan las transformaciones sociales”, dice el comunicado.

 

En el texto niegan su participación en el tráfico ilegal de personas a través del Tapón del Darién y aseguran además que no son narcotraficante y que, según ellos, «solo participan de esta renta ilícita cobran un impuesto de gramaje».

Audiencia Pública Cultura de Paz: el arte de la participación ciudadana y popular

Este viernes 15 de marzo, en el municipio de Bello (Antioquia) realizaremos una Audiencia Pública para poner en diálogo al sector cultural con las entidades competentes. El objetivo es escuchar y dialogar con las distintas expresiones del movimiento cultural de Antioquia en la perspectiva de generar rutas de articulación que permitan la construcción de la cultura de la paz, reconociendo que el arte y las expresiones culturales son herramientas poderosas para el bienestar, la reconciliación y el reconocimiento intercultural.

En este espacio se espera que el Ministerio de las Artes, los Saberes y las Culturas exponga la oferta institucional y las apuestas territoriales para el sector en el marco del Plan de Desarrollo “Colombia Potencia de la Vida”. La cultura como tejedora de la paz es un eje central en la agenda del gobierno del cambio.

 

El territorio antioqueño es rico en expresiones culturales, pero adolece de políticas que estructuren y descentralicen una oferta cultural que llegue a los lugares más apartados en condicione dignas y de calidad. Históricamente se ha asumido la cultura como un adorno, una ambientación o un espectáculo. Su potencial transformador está siendo desperdiciado: miles de bibliotecas comunitarias sin quien las dinamice y vistas solo como guardadero de libros, perdiendo su potencial creativo e integrador de otras artes y ejercicios de integración comunitaria. Lo mismo sucede con museos en diferentes municipios, con los bienes y  patrimonios arqueológicos descuidados y con las casas de la cultura destartaladas.

Escogimos a Bello porque este territorio es un epicentro de la cultura y las expresiones artísticas en el Valle de Aburrá. Su movimiento social, ambiental, artístico y cultural ha forjado una resistencia alrededor de la defensa del patrimonio artístico y cultural del municipio, así como por la protección de sus bienes ambientales. Por eso estamos convocando allí a este ejercicio de participación ciudadana y popular que es la Audiencia Pública «Cultura de paz» en esta ciudad que tiene todo para ser «potencia de la vida».

La cultura de paz será el verdadero pegamento de la reconciliación y la herramienta para la reconstrucción del tejido social en los territorios. Les esperamos este viernes desde las 8:00 A.M. en el Parque de Artes y Oficios de Bello (Calle 46 # 45-29).

Pedro Baracutao

La Paz dialogada avanzará si todos y todas la rodeamos

El proceso de conversaciones entre el Gobierno Nacional y e E.L.N. sigue su camino, a pesar de las adversidades y de los esfuerzos fallidos de quienes, desde las trincheras políticas y sociales, hacen todos los esfuerzos para que estos diálogos fracasen y nuestra sociedad, en especial los más empobrecidos y excluidos, vean nuevamente truncado sus anhelos de paz territorial y nacional.

El Comité Nacional de Participación- CNP, instancia conformada mediante acuerdo de la mesa de conversaciones, sesionó esta semana en la ciudad de Bogotá. Durante dos días, casi 80 delegados y delegadas de más de 30 sectores sociales y económicos, bajo la coordinación de la comisión de diálogo del Gobierno, encabezada por la Sra. Vera Grabe y el Senador Iván Cepeda, y la gestoría de paz del ELN, dirigida por el Sr. Juan Carlos Cuellar, intercambiamos opiniones e ideas, y asumimos compromisos para elaborar un mecanismo expedito de participación social, que aporte a la transformación de los conflictos y causas que alimentan la confrontación armada.

 

La jornada transcurrió de forma fluida y amena, pero como es apenas previsible, se generaron interrogantes en relación con el hecho de que aún las conversaciones de la Mesa de Diálogo siguen suspendidas, razón por la cual la delegación del ELN no estuvo presente en este evento. También, se escucharon diversas opiniones, frente a los alcances políticos del CNP, y otras consideraciones relacionadas directamente con los compromisos pactados, tales como el cese al fuego bilateral y en relación con la confrontación que el ELN mantiene con otros grupos armados. Tampoco se hicieron esperar las exigencias, tanto a la organización guerrillera como al Gobierno Nacional, sobre las garantías a la vida y a la participación de líderes, lideresas sociales y de las personas que integran el Comité Nacional de Participación.

Dos días de un fructífero intercambio de opiniones y de propuestas, en donde, además de la excelente disposición de las partes que coordinan el Comité, se hizo evidente la determinación y los aportes de las y los delegados de los diferentes sectores, siendo destacado el papel de las mujeres, no solo en cantidad, sino indiscutiblemente, en la calidad de sus aportes. Lamentablemente la delegación de los pueblos indígenas no se hizo presente, lo que privó a la sociedad colombiana y a la deliberación sincera y constructiva que se dio, del punto de vista, la experiencia y las consideraciones del los pueblos ancestrales; ojalá, las organizaciones indígenas valoren este espacio, que seguramente no elaborará una propuesta para ser acogida o sobrepuesta a las tradiciones indígenas, pero  que sí requiere de su palabra y su sabiduría, para construir una ruta que haga posible la reconciliación nacional.

Indiscutiblemente, la sociedad colombiana, el Gobierno Nacional y el ELN, deben valorar positivamente este esfuerzo por avanzar en la construcción de una propuesta, lo suficientemente amplia e incluyente que permita la participación del más copioso torrente de colombianas y colombianos, capaz de hacer posible un acuerdo que beneficie preferiblemente a los más excluidos y violentados, una propuesta tan generosa y atractiva, que se convierta en un laboratorio de experimentación social, de lo que pudiera ser, el embrión de una reforma política que, equilibre el poder y la soberanía del pueblo expresado a través de la democracia directa, con la democracia representativa, haciendo posible, como lo expresa el artículo 3º de la Constitución, el sueño de contar con una verdadera democracia participativa.

El CNP definió los lineamientos que guiarán la propuesta de participación y retomó la construcción de un cronograma de convocatorias a los pre-encuentros ciudadanos zonales, y a los encuentros sectoriales y territoriales, buscando concitar el interés de líderes y lideresas de todas las expresiones sociales, y buscando su participación efectiva. Estos pre-encuentros y encuentros, finalizarán con un gran encuentro nacional a finales de mayo de este año, en donde, se revisará y aprobará el documento central que guiará la convocatoria y la participación social, en todo el país, de todos los sectores, para construir soluciones al conflicto armado, sus causas y consecuencias

La idea es que con una metodología consensuada y construida participativamente, nos sintamos convocados y partícipes, a elaborar las propuestas y a tomar las decisiones que hagan posible, la construcción de un documento en donde se expresen las transformaciones que, a corto, mediano y largo plazo, se deben implementar para superar las causas y consecuencias de la confrontación armada. Las y los colombianos, tendremos la oportunidad, por diferentes medios y en diversos espacios, de proponer soluciones, de intercambiar opiniones y de consensuar los acuerdos que serán entregados a la mesa de diálogo y que deberán convertirse en el eje central alrededor del cual gire el acuerdo de paz que nos lleve al fin de la confrontación armada entre el Estado y esta organización guerrillera.

Un gran reto para el Comité Nacional de Participación, que seguramente sabrá asumir, lo mismo que para el Gobierno, el ELN, y en especial para la sociedad colombiana, pues no se trata solo de lograr un acuerdo entre dos partes antagónicas sentadas en una mesa de diálogo, lo que de por si es bastante complejo e importante, sino especialmente, conquistar el respaldo, el reconocimiento y el apoyo de la mayoría de colombianos y colombianas, quienes finalmente serán las y los beneficiarios de la paz, y los encargados de velar por el cumplimiento de lo acordado, así como de garantizar la verdad, la justicia y la reparación integral de las víctimas, y empeñarse para que, los y las futuras excombatientes, cuenten con las salvaguardias necesarias a la vida, la dignidad, la libre expresión y organización.

Todo este andamiaje de participación, repleto de innovaciones y compromisos, seguramente nos llevará a finales del 2025, a la firma de un acuerdo de paz con esta guerrilla que, desde ya, debe estar pensando en cómo seguir el proceso de desescalamiento de la confrontación armada, cómo aclimatar la paz en las regiones en donde tienen su mayor influencia militar, política y social, y como abocarse a abandonar definitivamente el uso de la violencia armada.

Sin embargo, y pese a los esfuerzos, es claro que la paz de Colombia no solo se logra con un acuerdo entre el Gobierno Nacional y ELN, es también necesario y urgente seguir insistiendo y exigiendo que los demás grupos armados, como las llamadas FARC-Estado Mayor, FARC-Segunda Marquetalia, se mantengan en el proceso de diálogos para la paz, respeten a la población civil, cumplan el compromiso del cese al fuego y suspendan todos los ataques a las comunidades, y que el Clan del Golfo y otros grupos armados herederos del paramilitarismo, se sienten a dialogar con el Gobierno Nacional, sin más dilaciones, para que la Paz y la Reconciliación se logren, con la urgencia y la necesidad que el pueblo lo exige.

Luis Emil Sanabria D.

Analizan la creación del Ministerio No 20

Congresistas del Pacto Histórico analizan la posibilidad de presentar un proyecto para crear el Ministerio de la Paz, entidad que de ser aprobada se encargaría de manejar los recursos destinados a la implementación de los acuerdos de paz y la reconciliación nacional.

Por ahora los senadores y representantes de la bancada del Pacto Histórico realizan audiencias y conversaciones para analizar el tema y explorar las posibilidades que tendría, en el caso de que sea aprobada la iniciativa y cuál sería su papel dentro del Estado.

 

La senadora del Partido Comunes, Sandra Ramírez, expuso que la idea es que los recursos que se destinen para la paz, bien sea los aprobados dentro del presupuesto nacional o que lleguen por la vía de cooperación internacional sean manejados por una sola entidad para de esta manera ejercer un mejor control de los mismos.

Derechos Humanos y Paz Total

El informe del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, presentado el pasado 28 de febrero, evidenció un aumento en el número de municipios afectados en Colombia durante 2023. Según el Índice de Impacto de la Violencia (instrumento utilizado por ONU-Derechos Humanos que incluye variables como homicidios de personas defensoras de derechos humanos, masacres, asesinatos de excombatientes de las FARC-EP, tasa de confinamiento y tasa de desplazamiento), hay 206 municipios en los que persisten estos hechos de violencia contra la población. Mientras que en 2021 se registraron 156 municipios, en 2022 la cifra ascendió a 180. Los departamentos que concentran el mayor número de municipios afectados con carácter “crítico” o “muy alto” en 2023 fueron: Cauca, Chocó, Nariño, Arauca, Putumayo, Caquetá, Valle del Cauca.

Sin embargo, estos datos no indican que se hayan incrementado los hechos victimizantes en el país, lo que señala es que hay más municipios donde se registran estas afectaciones. La situación obedece, principalmente, a dos factores: i) la expansión territorial del accionar de grupos armados no estatales y organizaciones criminales y ii) la profundización de las estrategias violentas de control social contra la población civil, organizaciones étnico-territoriales y organizaciones de base.

 

Una de las conclusiones más interesantes del informe es que los grupos armados al margen de la ley utilizan las vulneraciones a los derechos humanos en las comunidades para incidir violentamente en la “cooptación de organizaciones sociales” y Juntas de Acción Comunal (JAC). Por ejemplo, el asesinato a personas defensoras de derechos humanos se presenta cuando estos alzan su voz o se convierten en un obstáculo de las dinámicas de control social que ejercen los actores armados no estatales. De igual modo sucede con el asesinato de líderes de comunidades indígenas y pueblos afrodescendientes en los que se pretende afectar su autogobierno, su pervivencia física y cultural.

La oficina de la ONU encontró que el control social de los criminales vulnera los derechos humanos de las comunidades y en la gobernabilidad de los territorios. El informe pone el foco en la forma en que los grupos armados no estatales intentan cooptar organizaciones y grupos étnicos. El pueblo Nasa en el Cauca es una de las preocupaciones mas sentidas de la Oficina de Derechos Humanos. Con el asesinato de lideres y lideresas espirituales y guardias indígenas hay una estrategia de destruir liderazgos, desconocer la autoridad indígena en territorio y destruir el tejido social. Lo mismo está sucediendo con comunidades afro en el pacífico, con el pueblo Awa en Nariño.

No es nuevo que los actores armados ilegales intenten cooptar organizaciones sociales y JAC para incrementar su incidencia política local. Lo paradójico es que se esté presentando en el marco de la Paz Total. Y es que en el marco de los procesos de negociación que se están adelantando con el ELN, la Segunda Marquetalia y el Estado Mayor Central, y el avance en el sometimiento de estructuras armadas organizadas de crimen de alto impacto, como el Clan del Golfo, se ha evidenciado un incremento en la disputa por el territorio y la cooptación de organizaciones sociales.

A medida que avanzan las negociaciones y los procesos de sometimiento a la justicia se incrementa el poder territorial de los actores armados. Esta es una evidencia clara que presenta el informe de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU. Los colombianos guardamos la esperanza de que al finalizar este gobierno se haya cumplido con el sometimiento a la justicia y el cumplimiento de los procesos de negociación en el marco de la política de Paz Total, de lo contrario, quedaremos con grupos armados más fortalecidos a nivel territorial, con organizaciones sociales y étnicas cooptadas por la ilegalidad y una vulneración más expandida de los derechos humanos.    

Maylor Caicedo

Condenan a un coronel y tres soldados por el crimen de Dimar Torres

Una juez especializada de Cúcuta (Norte de Santander) condenó al coronel en retiro Pérez Amézquita por el delito de homicidio agravado en persona protegida; y en contra de los soldados Yorman Alexander Buriticá Duarte, Cristian David Casilimas Pulido y William Andrés Alarcón Castrillón, por el asesinato del del firmante del Acuerdo de Paz con las Farc, Dimar Torres Arévalo, ocurrido el 22 de abril de 2019.

Un fiscal de la Unidad Especial de Investigación (UEI) demostró en juicio que el oficial ordenó a unidades militares a su cargo causarle la muerte al firmante porque supuestamente había instalado un campo minado.

 

En cumplimiento de esa instrucción, varios uniformados interceptaron a la víctima mientras se movilizaba en una motocicleta en inmediaciones de la base Sinaí y le propinaron cuatro disparos de fusil. Posteriormente, ocultaron el vehículo de Torres Arévalo y cavaron una fosa donde pretendían ocultar el cuerpo.

Los procesados fueron citados para el próximo 13 de febrero para la imposición de la pena.

Cese al fuego con el ELN irá hasta el 5 de febrero

Foto: Presidencia de la República

El Gobierno Nacional y la guerrilla del ELN acordaron ampliar el cese bilateral al fuego hasta el próximo 5 de febrero, mientras toman decisiones de fondo frente a las condiciones de una prórroga más amplia.

 

“Teniendo en cuenta que el día de hoy, 29 de enero de 2024, expira el CFBNT (cese al fuego bilateral, nacional y temporal), se dará continuidad hasta el día 5 de febrero de 2024 en las condiciones del Acuerdo Nº 10 del 9 de junio de 2023 y de los protocolos que lo han regido hasta ahora”, cita un comunicado emitido hoy por la Mesa de Diálogos reunida en La Habana.

Agrega que “una vez culminada la evaluación del CFBNT y el presente ciclo, se firmará la prórroga del CFBNT que fortalecerá, desarrollará e incluirá los aspectos relacionados con el mismo que están contenidos en los acuerdos 9 al 21, suscritos desde junio del 2023 hasta la fecha”.

Entre estos aspectos está “la suspensión de las retenciones con fines económicos (secuestros extorsivos)” por parte del ELN, así como la reanudación del proceso de participación de la sociedad y la creación de una red nacional de participación.

El ministro de Defensa, Iván Velásquez Gómez, viajó el fin de semana a La Habana, con el fin de participar en la Mesa de Diálogos para tratar asuntos relacionados con la prórroga del cese al fuego.