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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Reforma Tributaria

Petro y los empresarios

A los poderosos no les gusta que el nuevo gobierno amenace con quitarles algunos de los beneficios económicos que se ganaron en los últimos treinta años a punta de lobby y de financiar campañas políticas bajo el sofisma de generar más empleo, competitividad y productividad. Los beneficios que recibieron no derivaron en una economía más competitiva, productiva y transparente, ni en una sociedad avanzada con más y mejor empleo formal, equidad y sostenibilidad.

Treinta años desde que el Estado se dedicó a regular a favor del mercado, para lo cual creó un cuaderno de beneficios que no se han traducido en sostenibilidad económica, social, política, ambiental y jurídica. Gaviria sentó las bases, pero la profundización la hicieron Pastrana, Uribe y Duque.

Petro no dijo en campaña una cosa y como presidente otra. Lo que sucede es que los intocables se dedicaron a apoyar personajes menores, como Fico y el Ingeniero, el cual, sin embargo, ha sido más sensato que el paisa desconfigurado, que no tiene figura de nada menos de presidente de Colombia. Entonces, por andar haciendo travesuras electorales con el uribismo y demás maquinarias de la corrupción, los poderosos no atendieron ni entendieron lo que Petro decía.

Ganó la presidencia y está gobernando. Es un gobierno de cambio, pero de cambios sostenidos, sensatos, necesarios  contundentes y graduales, cuya consolidación se demorará unos cuantos años, ojalá menos que el neoliberalismo en destruir la economía, el sistema político y las instituciones. Nada de lo que a muchos asombra, es nuevo. Lo anunció y está cumpliendo, por supuesto con ajustes y cambios buscando los consensos y precisando el alcance y contenidos de las políticas y de las reformas.

Reforma tributaria: gradualidad condicionada

Las quince reformas tributarias que compró la dirigencia derivó en que no pagan impuestos o eluden más que el resto de América Latina, y en más del cien por ciento que en los países desarrollados. Si se suma corrupción a la evasión y elusión, los recursos públicos son escasos, por eso el 60% de los colombianos están desatendidos: tienen pocas opciones de bienestar y de oportunidades de crecimiento y desarrollo como personas, familias y comunidades.  Los poderosos ahora protestan y amenazan con llevarse la plata.

Gradualidad piden  otros según dicen analistas, columnistas, centros de estudio de su bolsillo y los discursos de sus representantes gremiales. Está bien, pero sin confundir gradualidad con aplazamiento. Esa gradualidad podría pensarla el gobierno, porque se debe dar un espacio para adaptar el modelo de negocios a las nuevas responsabilidades tributarias y su compatibilidad con las orientaciones de las nuevas políticas que debe diseñar e implementar el nuevo gobierno. La gradualidad debe condicionarse a compromisos que deben cumplir los empresarios: generar más y mejor empleo, invertir más en investigación, desarrollo, innovación y diversificación, patentar y exportar más, sustituir importaciones, y desarrollar nuevos sectores o actividades intensivas en tecnología. Para ello, el estado debe transitar del estado regulador parásito, al estado regulador innovador y emprendedor que establezca alianzas estratégicas de gran impacto con las empresas innovadoras.

Los grandes empresarios deben pagar impuestos por la repartición de dividendos. Deben perder beneficios ociosos que nada le dejaron a Colombia las zonas francas. Deben pagar impuestos los grandes propietarios de la tierra que deben volverla más productiva o venderla a privados o al estado para que este se la dé a pequeños productores o las venda a otros empresarios del campo. Deben pagar más impuestos por sus elevados salarios los ejecutivos, empleados públicos y políticos, porque la mayoría de estos últimos se han robado mucha plata del erario público, conformando redes de testaferros con familiares y amigos tal como lo hacen los narcotraficantes – cuando no es en alianza con estos -, así que al menos deben devolver la plata que nos quitaron a todos.

Tributaristas y analistas de su cuerda no pueden continuar con el cuento chimbo de la progresividad y de la equidad tributaria con el fin de poner a la clase media alta – aquella que gana entre diez y veinte millones de pesos mensuales – a pagar los impuestos que ellos no han pagado. Sin embargo, los de diez a veinte millones también deben poner su cuota.

La comida chatarra debe pagar IVA. Parte de la salud preventiva es una buena dieta. Un cálculo rápido muestra que sale igual o más cara la comida chatarra que una sana comida. Además, la comida chatarra termina llevando a las personas convertidas en chatarra a las salas de urgencia de clínicas y hospitales. Aquí el criterio, más que económico es de salud, y de pedagogía para un cambio cultural, como ocurrió cuando las verduras y las frutas se volvieron parte de la comida de todos los días, porque antes la dieta era harinas y más harinas, colesterol y más colesterol, lo cual aún ocurre en ciertas culturas. Debe haber algunas gradualidades mientras el proceso educativo se hace con la ciudadanía. Al final, todos los productos chatarra deben pagar IVA.

Gradualidad sí, nuevos beneficios también, pero no a cambio de nada o de poco. El mercado como concepto supremo y rector de un modelo económico, fue mentira. Colombia está lejos de tener una economía del futuro. Es una economía y una sociedad con mentalidad pequeña y del pasado. Estado – empresa es el esquema correcto. Mercado solo, no. Esto implica cambios en la educación y en la investigación científica y tecnológica, en la planeación del país, en las políticas sociales, y en superar las rigideces del presupuesto general de la nación. En Colombia las políticas son cuadriculadas, estrechas, mal apropiadas, creativas para la trampa negadas para el desarrollo.

La transición energética: una misión de largo plazo

Vuelve y juegan los intereses de unos cuantos poderosos. Colombia se metió y no ha salido de la enfermedad holandesa de los minero-energéticos, sobre todo de petróleo, por eso el dólar es absurdamente caro. Como la desindustrialización y la dependencia alimentaria fue una estrategia deliberada de los gobiernos de los últimos treinta años, entonces, el extractivismo sin industrialización se convirtió en la principal opción para obtener ingresos por exportaciones. De esa manera, se formó un gigantesco negocio de pala, excavadora, volqueta, tubo, barco y tren, que tiene inimaginables beneficios tributarios. Por eso, el impuesto a sus exportaciones tiene razón de ser. Además, las zonas, comunidades, y ciudades de los territorios extractivistas son de los menos desarrollados de Colombia, y algunos de los más violentos.

Fue otra bonanza que quedó en pocas manos y nada en los bolsillos de los millones de colombianos pobres, y pocas empresas e industrias se crearon en las cadenas de producción extractivistas.

De tal manera, que la transición energética implica, según van precisando el presidente y sus ministros, terminar los contratos de exploración de petróleo y gas, pero no incentivar más exploraciones, por eso punto final al fracking.

La autosuficiencia de los fósiles debe tener un periodo: doce a quince años como máximo, mientras se consolida el plan de reestructuración productiva y de nuevas exportaciones. Esto pasa por una estrategia de reindustrialización con base en energías alternativas. Lo he dicho en otras columnas: las nuevas energías no pueden seguir el modelo de que Colombia pone el recurso, y otros la tecnología, la producción y el negocio. Ecopetrol y el Instituto Colombiano del Petróleo, deben reestructurarse. A la actual Junta Directiva y al presidente de Ecopetrol no los veo en esa transición. Y los ministerios de Hacienda, Minas y Energía, Agricultura, Ciencia y Tecnología, Educación, Medio Ambiente, Transporte, y el DNP deben trabajar con productores y bancos la reestructuración y reindustrialización productiva de las nuevas energías y del sistema productivo en general.

P.D.: En una próxima publicación hablaré del caso del accidente que sufrí con una máquina de afeitar. La multinacional responsable ha dilatado y ofrecido compensaciones indignantes.

 

 

 

Mensaje de urgencia al proyecto de reforma tributaria

El Gobierno Nacional acaba envió mensaje de urgencia al proyecto de reforma tributaria radicado en la Cámara de Representantes semanas atrás por el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo.

“Esta reforma tributaria establece un conjunto de medidas dirigidas a fortalecer la tributación de los sujetos con mayor capacidad contributiva, robustecer las fuentes del Estado, introducir instrumentos, o modificar los existentes para reforzar la lucha contra la evasión, el abuso y la elusión tributaria y promover tributos que busquen principalmente el mejoramiento de la salud pública y la protección del medio ambiente, dice la comunicación enviada al presidente del Congreso”, Roy Barreras.

Desde su cuenta de Twitter el senador y presidente del legislativo, Roy Barreras, agradeció al Gobierno Nacional por escuchar la solicitud de darle al proyecto mensaje de urgencia.

Así las cosas, el proyecto de reforma tributaria tendrá discusiones paralelas en las plenarias de Senado y Cámara y debate en las comisiones económicas de ambas corporaciones de manera conjunta.

¿Tenemos una Biblia socialista?: Katherine Miranda a María Fernanda Cabal

La senadora María Fernanda Cabal respondió a los comentarios de la representante Katherine Miranda, quien está de acuerdo con que se cobre un impuesto a las iglesias que, según ella, “se han convertido en empresas electorales”.

Hoy son empresas electorales que se lucran de incautos. En la reforma tributaria nos vemos.”, escribió la congresista Miranda en sus redes sociales.

De inmediato la senadora del Centro Democrático, María Fernanda Cabal, escribió en su cuenta de Twitter:

“La iglesia es perseguida en los regímenes socialistas y empiezan difamando su función, para justificarlo. “Empresas electorales que se lucran de incautos”, ¿también van a prohibir la libertad de culto?”.

La representante volvió a contestar con la siguiente frase: “Ay señora, recójase. Bien dice Mateo 22:21: ‘Pues dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios’. Entonces tenemos una Biblia socialista”.

La polémica surgió a partir de la solicitud de la congresista Miranda, al ministro de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Ocampo, incluir en el proyecto de reforma tributaria un gravamen a las iglesias.

 

Los “intocables” y la reforma tributaria

El problema: el mercado.

Lo que dijo el presidente Petro en la campaña presidencial está en la reforma tributaria que se tramita en el Congreso de la República. Incluso, la reforma es más moderada porque para el primer año pide la mitad de los cincuenta billones anuales a que aspira llegar en su último año de gobierno.

Entonces, no es entendible la quejadera de los empresarios y de sus emisarios antes de presentar propuestas alternativas que sustituyan unos impuestos por otros con el fin de lograr los 25 billones que necesita el gobierno para financiar la agenda social y la reestructuración productiva, porque el desarrollo de la producción es la que permite que el recaudo cumpla con los objetivos sociales y económicos de las políticas.

Es claro que otorgar beneficios no soluciona problemas estructurales como ha ocurrido con las políticas de competitividad y de transformación productiva de los últimos treinta años puesto que no han tenido propósitos definidos y metas cuantificables centradas en crear una economía del conocimiento de alta productividad con sectores industriales y de servicios avanzados.

El fracaso de las zonas francas como instrumento para dinamizar las exportaciones se traduce en que la canasta exportadora no ha cambiado por eso las cuentas internacionales son negativas dado que exportamos menos de lo que importamos, además, exportamos materias primas e importamos tecnología.  Es un descuadre estructural que tiene efectos en los agregados sociales de pobreza, inequidad, violencia, informalidad, evasión y baja tasa de tributación, es decir, una suma de supuestos equivocados. El mercado lo tuvo todo, fracasó y el país perdió la posibilidad de construir un proyecto nacional de desarrollo duradero y sostenible.

Esta realidad plantea un problema que no es menor, por el contrario, es de gran dificultad, el cual, si ahora no se asume, la reforma tributaria tendrá problemas para cumplir los objetivos que pretende, pues no estaría amparando la reestructuración para abatir la dependencia del petróleo y del carbón por la vía de nuevas especializaciones que conduzcan a desarrollar el sistema agroalimentario, las energías alternativas, nuevas industrias y nuevos servicios con el fin de construir una oferta exportadora robusta en valor tecnológico y en valor económico, que genere oportunidades duraderas y superiores a técnicos, profesionales, investigadores, emprendedores, campesinos y empresarios, y más ingresos frescos y abundantes al Estado porque el sistema productivo crecería en calidad, cantidad, cobertura y sostenibilidad.

La razón por la cual Colombia ha tenido más de quince reformas tributarias en treinta años, se debe a que las políticas de competitividad y de desarrollo productivo han sido una mentira puesto que el propósito era la desindustrialización y acabar la soberanía alimentaria con las importaciones, de lo contrario no se explican las malas políticas internas y todas las ventajas para la competencia internacional a través de las importaciones. Ya vimos como en la reforma no se puede poner IVA a las importaciones de Estados Unidos por razones del TLC. De esa manera ¿cómo puede Colombia desarrollar industrias avanzadas si entran con desventaja a construir capacidades? No olviden que Colombia sólo invierte el 0.30% del PIB en CyT y la OCDE el 2% en promedio. Adicionalmente, cuando las empresas colombianas no pagan aranceles para ingresar al mercado de Estados Unidos, poco hacen ellas y el estado colombiano para elevar la productividad y el cambio estructural y tecnológico con el fin de aumentar la factura y la oferta con nuevos bienes innovadores. Al final, la balanza comercial con los TLC es negativa, y la brecha en desarrollo es cada vez más amplia frente a esas economías.

Como el objetivo no era desarrollar la producción para desarrollar la economía y la sociedad, las reformas tributarias han sido para cubrir las necesidades inmediatas de caja de los gobiernos.

Treinta años de mentiras, treinta años engañando al país y deformando la educación, la investigación, mal formando instituciones, y preservando los equilibrios macroeconómicos castigando decisiones contra cíclicas que sirven para suscitar cambios estructurales.

Desarrollar la producción superando la cota de la regla fiscal, no es déficit, es superávit, porque los retornos son inmensos sin sacrificios sin retornos como lo exige el FMI. Es irresponsable que ciertos economistas ortodoxos, exministros y gremios digan que no se necesita la reforma tributaria. Es igualmente irresponsable que lloren los milmillonarios y los que tienen salarios superiores a los veinte millones, por pagar más impuestos para beneficio de las mayorías olvidadas, cuyo bienestar sería más ventas para las empresas y más riqueza para ellos porque sus salarios aún podrían ser mejores con una economía más avanzada. La inequidad, la injusticia social, son enfermedades sociales cognitivas, bañadas de estupidez y mezquindad.

La solución: más estado más empresariado para más economía de la innovación.

Ahora bien, el nuevo presidente, sus ministros y el Director del Departamento Nacional de Planeación, han dado las primeras señales para iniciar un proceso de reestructuración productiva. Sin embargo, todo lo que se pretende en agricultura, energías alternativas, fortalecimiento industrial, nuevas industrias digitales, industrias de salud, otras industrias estratégicas, en turismo y otros servicios, no cuenta aún con una política de reestructuración productiva. Los lineamientos disponibles no dicen todavía de estrategias, programas, con cuánta plata, a qué tiempo, y con qué agenda se piensa iniciar un proceso de reestructuración de largo plazo, jalonado por el estado y las empresas, pues se carece de un marco de política acompasada con la reforma tributaria.

Sabemos que Petro lo quiere hacer y lo va a intentar, pero tiene que hacerlo junto a la reforma tributaria, de lo contrario, no puede proponer ninguna discrecionalidad según grandes agrupaciones sectoriales (agenda vertical de la política), porque no se trata de generar incentivos a todos los sectores por igual, ni sector por sector, porque nada se logra. Solo derivaría en beneficios para unos empresarios en detrimento de otros, con escasos o negativos retornos para la economía y para el Estado porque no se gana en competitividad ni en productividad con políticas que no discriminan sectores, puesto que en las políticas existentes todos los sectores son iguales.  Es un enfoque torpe, perezoso,  irresponsable y teóricamente irracional.

La reestructuración productiva implica acciones productivas sectoriales diferenciadas, acciones de ciencia y tecnología relacionadas con la reestructuración productiva, acciones de educación para formar el recurso humano necesario, y medidas macroeconómicas complementarias. En concreto, implica la articulación entre los ministerios de hacienda, de comercio industria turismo, de ciencia tecnología innovación, y planeación nacional, e inmediatamente incluir los ministerios de agricultura, minas y energía, salud, transporte por aquello de industrias del sistema de movilidad, educación y medio ambiente. De esa manera se lograría armonizar la productividad, la innovación, la movilidad física en todas sus expresiones y la movilidad social para personas calificadas, y todo lo anterior le daría sostenibilidad de largo alcance al nuevo modelo.

Se tiene ministro de hacienda desde hace dos largos meses, de comercio desde hace ocho días, de educación desde hace un mes, y ayer nombró ministro de ciencia tecnología e innovación. De esta manera, aún no puede haber política de reestructuración. Entonces, los ministerios sectoriales clave para el presidente Petro, como: agricultura, minas y energía, salud, caminan por su carril, se miran, pero aún no conversan. En estas condiciones, todavía es imposible establecer mesas de negociación y de acuerdos entre el estado y los empresarios para reestructurar el sistema productivo nacional.

El presidente debe armonizar de inmediato acciones, priorizar la política de reestructuración productiva o política industrial como la denominó en el congreso de la Andi. Es un trabajo complejo, sistémico y sincronizado con la reforma tributaria. Como recién empieza la construcción del plan de desarrollo hay tiempo para diseñar en detalle la reestructuración, acogiendo la idea de misiones de Mazzucato, donde, a manera de ilustración, la soberanía alimentaria sería una misión con sus componentes de producción, investigación, formación, salud, comunicaciones.

El presidente debe convocar a los ministros de comercio e industria, de salud, de ciencia y tecnología, al Invima, a los investigadores y empresarios que participaron en 2020 en la Cienciatón para dar respuestas tecnológicas que permitieran enfrentar el covid. Con base en la práctica se sacarían conclusiones de aprendizaje con el propósito de impulsar la innovación y la creación de nuevos productos y empresas de alta tecnología. Se lograron desarrollos muy buenos, pero el gobierno, el Invima, los empresarios y los investigadores cometieron errores, comenzando por el presidente, los ministros de salud y de comercio, y el Invima, solo hizo la tarea la ministra de ciencia y tecnología de entonces.  Si se aprende de esa experiencia, Colombia podrá desde su propia experiencia  reestructurar su economía, y entender como desde sus capacidades puede transformar la especialización de su sistema productivo .

En consecuencia, no es aconsejable pedirle al Congreso que actúe con urgencia en el trámite de la reforma. Faltan cosas por pensar e integrar a gran velocidad antes de pedirle velocidad al Congreso.

Un problema debe atenderse, no es menor, es gigante, alude a que los empresarios no están muy interesados en ponerse a pensar en una reestructuración productiva. Están cómodos con los espacios ganados en treinta años, tienen lavado el cerebro, por eso están dedicados a llorar y no a crear. Basta ver a Bruce y a los Cabal anunciando catástrofes, cuando la catástrofe son ellos.

El ABC de la nueva reforma tributaria

La reforma tributaria es una de las grandes apuestas del nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien se posesionó el pasado domingo, 7 de agosto. Esta generará varios cambios en la tributación tanto de personas naturales como de personas jurídicas.

Uno de los objetivos de la reforma tributaria es obtener ingresos para impulsar iniciativas de la nueva administración. “Con esta reforma se esperan recaudar COP $25 billones en 2023. Si bien en el pasado se habló de cifras más altas, el proyecto finalmente presentado menciona que el mayor recaudo podría llegar a COP $50 billones a mediano plazo, impulsado por la gestión y la lucha contra la evasión por parte de la DIAN”, señaló Luis Orlando Sánchez, Socio Impuestos Internacionales y Transacciones, EY Colombia.

De acuerdo con lo anterior, estos son algunos de los puntos clave sobre la reforma tributaria del nuevo gobierno:

  1. Personas naturales:
  • Incrementos en la tributación: habría incrementos para quienes tengan ingresos superiores a COP $10 millones mensuales. Esto se lograría, por ejemplo, reduciendo el límite a las rentas exentas y deducciones aplicable a la cédula general que sería de COP $46 millones anuales (1.210 UVTs), hoy es de COP $191 millones anuales.
  • Pensionados: pagarían impuesto las personas que reciban pensiones superiores a COP $10 millones mensuales.
  • Impuesto al patrimonio: este impuesto se establecería de manera permanente sobre patrimonios superiores a COP $3.000 millones.
  1. Ganancias ocasionales y dividendos:
  • Ganancias ocasionales: las ganancias ocasionales (hoy sujetas por lo general al 10%), serían gravadas bajo la tarifa progresiva en el caso de las personas naturales residentes (hasta 39%). Para las personas naturales no residentes y las sociedades (tanto residentes como no residentes), la tarifa se incrementaría al 30%. Esto aplica para la venta de activos fijos poseídos por 2 años o más, herencias y donaciones, entre otros.
  • Impuesto a los dividendos: Los dividendos (hoy sujetos al 10%) estarían gravados para las personas naturales residentes bajo las tarifas progresivas generales (que pueden llegar hasta el 39%), y para los no residentes (tanto personas naturales como sociedades) aplicaría una retención del 20%.
  1. Personas jurídicas:
  • Tarifas aplicables: Se eliminarían varias tarifas preferenciales, entre estas, las aplicables a ciertos hoteles, parques temáticos, proyectos de ecoturismo o agroturismo; a rendimientos generados por la reserva de estabilización de los fondos de pensiones y cesantías, y al servicio de transporte marítimo internacional.

La sobretasa para instituciones financieras del 3% sería permanente (actualmente se encuentra prevista hasta 2025). Esta genera una tarifa total del 38%, al sumarla a la tarifa general del 35%.

  • Zonas francas: De manera general, para mantener la tarifa del 20% tendrán que obtener un plan de internacionalización, buscando ciertos montos de exportaciones. Las zonas francas unipersonales estarían gravadas con la tarifa general (35%).
  • Límite global a beneficios: El valor total de ciertos ingresos no constitutivos de renta, deducciones especiales, rentas exentas y descuentos tributarios no podría exceder del 3% anual de la renta líquida ordinaria del contribuyente, antes de los ítems sujetos a la limitación.
  • Deducciones: Se elimina la posibilidad de tomar como descuento el 50% del impuesto de industria y comercio (con la reforma solo sería deducible). También se establece que las regalías pagadas al Estado por la explotación de recursos no renovables no serán deducibles, así como tampoco serían deducibles los pagos por afiliaciones a clubes y otros pagos, como apoyos a los empleados para vivienda.
  • Economía Digital: Se buscaría gravar como sucursales en Colombia a ciertas entidades no residentes y sin presencia física en el país, pero que tienen cierto nivel relevante de ingresos o de clientes en Colombia, o usan un website con dominio colombiano (.co).
  • Eliminación de tratamientos especiales: Varios tratamientos especiales desaparecerían, entre estos: los ingresos no gravados por ciertas ventas de acciones en bolsa y ciertas capitalizaciones; algunos costos y gastos presuntos relacionados con cultivos de café; las exenciones de economía naranja, de desarrollo del campo, algunas rentas exentas asociadas a la vivienda de interés social y prioritario, la renta exenta por transporte fluvial, y la renta exenta para plantaciones forestales; el régimen de megainversiones; los beneficios de Zese (incluidos los recientemente aprobados para Buenaventura y Barrancabermeja); los CERT por el incremento de inversiones en hidrocarburos y minería; y ciertos beneficios relacionados con la industria cinematográfica.

En todo caso, se señala que para quienes hayan cumplido con los requisitos de ley se les respetarán los beneficios durante el tiempo que estaban previstos.

Otros impuestos:

Se establecería un nuevo impuesto a las exportaciones de petróleo crudo, carbón y oro que aplicaría cuando dichos productos se exporten por encima de ciertos valores de referencia. La tarifa sería del 10% sobre la proporción del valor de las exportaciones derivada de un precio internacional superior al umbral.

La nueva reforma propone nuevos tributos para las bebidas azucaradas, los alimentos ultra-procesados, y los plásticos de un solo uso para envasar, embalar o empacar bienes. Por otro lado, plantea gravar al carbón térmico y mineral con el impuesto al carbono.

Aspectos adicionales:

La reforma tributaria también busca establecer medidas para combatir la evasión de impuestos, eliminaría los tres días sin IVA y no generaría cambios en la tarifa actual de 0% de la renta presuntiva.

Santiago Torres Acevedo

Account executive

EY

Para el cambio estructural en Colombia, una ambiciosa Reforma Tributaria

Desde la campaña Presidencial de 2022, varios candidatos con sus respectivos equipos coincidían en algo, se debía tramitar otra reforma tributaria. No en vano, el gobierno saliente nos deja un déficit fiscal de 83 billones de pesos aproximadamente, es decir, el 7.1% del PIB (cifras a 2021, veremos cómo termina el 2022), comparado con el déficit que dejó santos de unos 30 billones aproximadamente, según datos del ministerio de hacienda. Sumemos la inflación, el desempleo vigente y la amenaza de recesión mundial, panorama complejo.

Claro, uno podría pensar que fueron años tormentosos los de este gobierno, la pandemia, entre otros factores, talvez incentivaron tanto gasto público, se gasta más de lo que talvez se debería, pero el hecho es que el déficit es muy alto y el país necesita recursos, más aún para cubrir los ambiciosos planes del nuevo gobierno que a la fecha, parece seguir muy concentrado en la estructuración de soluciones de peso para hacer una transformación hacia una Colombia competitiva, bajo un marco de la dignidad y potencia de vida, como han mencionado desde la campaña que logró atraer los votos suficientes para ganar la Presidencia, y con gran astucia, este Pacto Histórico, también logra mayorías en el congreso.

Desde este contexto, para los cambios estructurales propuestos, el nuevo gobierno propone una gran reforma tributaria progresiva. Proponen lograr unos $50 billones de pesos anuales en recaudo, por lo menos para el 2023, el nuevo ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, ya habla de una meta mínima de $25.9 billones a través de múltiples estrategias entre las que se encuentran el aumento de la renta en personas naturales con ingresos desde los $10 millones de pesos mensuales, así como la tributación a empresas de hidrocarburos, minería y grandes patrimonios superiores a los $3.000 millones de pesos, aumento de la tarifa efectiva de dividendos y ganancias ocasionales, entre otras propuestas como gravar bebidas azucaradas, snacks, y otros que han causado revuelo en redes sociales.

Varios puntos a tener en cuenta, en cuanto a lo propuesto con los gravámenes a personas naturales, no cubre ni al 2% de la población colombiana según el DANE. No se tocará el IVA donde cubriría a prácticamente todos los colombianos, temas que sí estaban en la pasada reforma de Carrasquilla en su momento. Otro punto a resaltar es que proponen en esta reforma cortar todos esos privilegios fiscales que de una u otra forma habían venido ganando muchos sectores productivos del país, tantos, que se revisarán para eliminar los que vean convenientes. Por ejemplo, las Zonas Francas que no exportan y solo existen para ganar beneficios tributarios y venden en el país, pues más que lógico eliminar las que no exporten. Y así entre varias estrategias con un solo objetivo: recaudar para lograr los cambios que necesita el país en este ambicioso gobierno en términos de eficiencia, comenzando ordenando la casa.

Ahora bien, no la tendrá fácil el nuevo director de la DIAN, Luis Carlos Reyes, quien también tiene claro algo y nos lo recuerda, en el país en promedio se evaden $50 billones de pesos anuales en impuestos y además, según la contraloría, en corrupción se van anualmente en promedio otros $50 billones. Bajo este escenario, son conscientes en el nuevo gobierno, que allí existe una gran oportunidad para ajustar cuentas, en teoría ni sería necesaria dicha reforma, pero igual van por todo, lo cual es sensato.

Pero como dicen, del dicho al hecho, hay mucho trecho, por lo tanto, las intenciones son muy buenas, esta reforma busca establecer un equilibrio, jamás estaremos de acuerdo al 100% todos los colombianos a la hora de recibir más impuestos, pero se evidencia una propuesta con una carga más justa en niveles de tributación, así mismo se espera que se inviertan y gasten bien dichos recaudos, tema importantísimo. Claro, existen oportunidades de mejora que se discutirán donde corresponde, en el congreso, y el ministro de Hacienda está más que dispuesto a escuchar, según afirma, lo cual es positivo. Entre estas oportunidades por ejemplo pienso hay una afectación a las producciones cinematográficas, se debe revisar el tema de la gasolina, ¿por qué no impuesto a las iglesias?

Hay que escuchar a todos los sectores y llegar a un consenso, pero lo que sí es claro es que se debe ejecutar y cumplir, para lograr un verdadero cambio, millones de colombianos pusieron sus esperanzas y votos allí. Esta semana el nuevo gobierno anuncia comenzar a recortar las famosas “nóminas paralelas”, que todos conocemos y parece no había voluntad política para hacerlo, así mismo, el nuevo Director de Planeación Nacional, Cesar Ferrari, a mi parecer, acertado nombramiento, ya habla de llevar a Colombia al pleno empleo, productividad, el equilibrio. La asistencia social no reemplaza el empleo, tema que deja más que claro el verdadero objetivo de este gobierno, y razón por la cual sí es necesaria una responsable y estructural reforma tributaria. ¿Cumplirán? Veremos, pero si les va bien, nos va bien a todos.

@jack80x

«La Reforma Tributaria encarecerá el transporte y los alimentos»: Carlos Ardila

El representante a la Cámara por el departamento del Putumayo, Carlos Ardila, expresó su preocupación frente a algunos puntos de la nueva Reforma Tributaria que radicó recientemente el Gobierno Nacional ante el Congreso de la República.

El congresista liberal advierte sobre las consecuencias de eliminar el régimen especial de fronteras para los combustibles, como se plantea en el texto inicial.

«Se encarecería el transporte, los alimentos y materias primas, se dispararía el contrabando y lo peor se perderían subsidios y beneficios tributarios para los departamentos fronterizos», anotó.

Ardila, convocó al nuevo Ministro de Hacienda, José Antonio Campo, a trabajar conjuntamente y revisar varios puntos de la nueva Reforma Tributaria, específicamente en lo que tiene que ver con las propuestas que afectarían a los municipios y departamentos fronterizos, que hoy tienen beneficios tributarios gracias a la Ley de Fronteras, recientemente reformada.

«Revisamos el texto inicial de la Reforma Tributaria. Encontramos aciertos, pero también vemos con preocupación algunos puntos, especialmente los que afectan al Putumayo y regiones apartadas del país», puntualizó el Representante liberal.

Reforma Tributaria golpearía industria del cine

Este lunes se hizo pública la Reforma Tributaria presentada por José Antonio Ocampo, nuevo ministro de Hacienda de Gustavo Petro. Una de las tantas quejas viene del sector cinematográfico porque lo afecta fuertemente.

El borrador de Reforma Tributaria deroga fragmentos importantes de dos leyes cruciales de la industria audiovisual del país: la 814 de  2003 o Ley del Cine y la 1556 de 2012, importante para el rodaje de obras cinematográficas en suelo colombiano.

Lo que eliminaría la Reforma Tributaria son los «beneficios tributarios a la donación o inversión en producción cinematográfica». Esto permitiría que personas que donen al sector del cine reciban incentivos en la renta.

Para la Reforma Tributaria presentada por Alberto Carrasquilla en el gobierno de Iván Duque también se señaló una queja similar y dicha derogatoria fue eliminada de la que presentó José Manuel Restrepo, anterior ministro de Hacienda.

José Manuel Ocampo fue cuestionado por esta fragmento que está en las 130 páginas de la Reforma Tributaria y señaló estar abierto a correcciones. «Si hay algún error estamos dispuestos a discutirlo. No queremos afectar el cine colombiano», dijo en la entrevista.

Por el momento las agremiaciones del mundo cinematográfico no se han pronunciado al respecto.

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*Imagen de referencia de la Alcaldía de Medellín

Reforma tributaria de Petro confirma la eliminación del Día Sin Iva

El gobierno del presidente, Gustavo Petro, en cabeza de su ministro de Hacienda José Antonio Ocampo, radicó en la Secretaría de la Cámara de Representantes el proyecto de ley que autorizaría una reforma tributaria.

Con esta iniciativa el Gobierno Nacional busca un recaudo de 25 millones de pesos en el primer año.

Los puntos que prometen ser los más polémicos se encuentran en el impuesto al patrimonio desde los $3.000 millones y contribución especial del sector petróleo, carbón y oro.

Según el jefe de las finanzas públicas, el impacto de esta reforma permitiría reducir la pobreza en cuatro puntos porcentuales.

En la iniciativa se propone un cambio en el recaudo al impuesto al patrimonio, que hoy se cobra desde los 5.000 millones. Si el cambio es aprobado se haría desde los 3.000 millones de pesos.

Un mayor impuesto a las personas naturales que devengan desde 10 millones de pesos al mes, limitando los beneficios tributarios que tienen hoy en día esos sectores.

En cuanto a las empresas, se limitarán varios beneficios tributarios, aunque la tasa se mantiene igual.

Si una persona gana menos de 10 millones de pesos no tiene que preocuparse y si gana más tendrá más impuestos y menos beneficios.

Por ejemplo, una persona que gana 11 millones de pesos al mes pasaría de pagar 500.000 a 700.000 pesos de impuesto por mes, pero alguien que gana 140 millones al mes pasa de pagar 22,7 millones a 35,5 millones.

Impuesto a exportaciones de carbón, oro y petróleo

Se propone además un impuesto a las exportaciones de petróleo, carbón y oro, con el fin de» lograr una redistribución de las ganancias extraordinarias que percibe el sector minero-energético, en épocas de precios altos hacia las familias colombianas más vulnerables, a través de mayor gasto social». Se propone también mantener la sobre tasa al sector bancario y las empresas no tendrán un impuesto adicional al que ya tienen

Adiós a los Días sin IVA

El ministro Ocampo reiteró que los días sin IVA no van más.

 

¿Cómo es la economía que recibe Gustavo Petro?

Foto: Cortesía

En entrevista para Confidencial Colombia, el decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad América, Esteban Durán Becerra, considera que el presidente electo, Gustavo Petro, tiene un enorme en reto en lo que tiene que ver con la superación de la pobreza en el país, no solo por los problemas sociales que históricamente se han enfrentado sino además por la crisis que la pandemia del Covid19 dejó en la economía.

Duran Becerra dice que cualquier cambio que se haga en los próximos cuatro años se debe ejecutar de manera prudente para no sus efectos no generen pánico y por supuesto no desemboque en una fuga de capitales.

En lo que tiene que ver con una posible reforma tributaria que presente el gobierno Petro a consideración del legislativo, debe tener en cuenta que no puede gravar con más impuestos a la clase media porque estaría afectando a miles de trabajadores.

Reviva la entrevista:

“No le tenemos miedo al debate de la reforma tributaria”: David Racero

El representante a la cámara por Pacto Histórico, David Racero, en entrevista para Confidencial Colombia dice que previo al debate de la reforma tributaria, se harán encuentros regionales para explicar a las comunidades los alcances sociales que esta tendrá una vez sea aprobada.

Fue precisamente una reforma tributaria la que provocó el estallido social, ¿cómo entender que ahora el Pacto Histórico propone otra?

David Racero: Tenemos que hacer una reforma tributaria justa, progresiva, equitativa.  El problema de la reforma tributaria de Duque es que era una reforma tributaria del hambre, gravaba los impuestos a los alimentos, es decir, empobrecía más a los sectores populares y a los trabajadores. La idea nuestra es diferente.

¿Por qué es diferente?

David Racero: Porque buscar el que tiene más aporte un poco más, no para empobrecer al rico sino para enriquecer al pobre. Esa es nuestra agenda política y social, con solidaridad como dice la Constitución y con un ejercicio técnico podemos adelantar unas medidas que nos permita recaudar mayor presupuesto, y con ello hacer una inversión en gasto social mucho más amplio.

¿Sí tuvieron la oportunidad de socializar este proyecto con los sectores sociales que los acompañaron?

David Racero: El proyecto está en construcción. Nosotros ganamos hace una semana, nos concentramos en ganar. El presidente electo, Gustavo habló que haremos encuentros regionales para consultar a las comunidades y explicarlo.

¿Ayudará en esta gestión?

David Racero: Estoy planteando la idea de construir un Plan de Desarrollo de manera participativa, porque un pacto de reconciliación, de unidad del país, implica incluir al que antes no hablaba.

¿Cuándo se estaría presentando el proyecto teniendo en cuenta esa etapa previa de diálogo social?

David Racero: La reforma tributaria se presentará después de agosto. El proyecto como tal se presentará luego de la posesión de Gustavo Petro  como presidente de la república. Esto para que pueda surtir el trámite amplio y democrático, con una gran discusión, no como han sido otros proyectos tributarios que se han aprobado entre dos o tres días. tenemos hasta diciembre para lograr una reforma tributaria, tal vez no la ideal, pero si la mejor.

¿Temen que esto pueda generar molestias en los sectores sociales  que los acompañaron desde las regiones?

David Racero: No, no tendría por qué haber ese tipo de escozor. Insisto esto hasta ahora está en borrador, y lo que vamos a mostrar es una reforma tributaria más bien con una apuesta justa que indudablemente va a impactar de manera positiva la desigualdad que hay en este momento.

¿Se dará la pela acá en el Congreso para que no le metan goles a la propuesta?

Claro porque una cosa es lo que entra aquí al Congreso y otra cosa lo que sale. Por eso queremos que se dé una deliberación democrática. No le tememos al debate.

 

¿Duque regresará de Europa con nueva reforma tributaria?

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) contradijo al Presdente Iván Duque y le recomendó al país incrementar los tipos de interés para controlar la inflación, al tiempo que aconsejó al mandatario a impulsar la recaudación tributaria, aunque reconoció la complejidad tras las protestas sociales de 2021.

En concreto, la OCDE le recomendó Colombia incrementar de forma gradual los tipos de interés si la inflación se intensifica, ya que no se conoce hasta qué punto las presiones responden a factores temporales.

El punto de vista del organismo contradice la opinión del primer mandatario colombiano, quien hace unos días indicó que el Banco de la República no debería aumentar lasas de manera «brusca», ya que buena parte de las presiones en los precios eran consecuencia de factores temporales.

«Claro que hay que controlar la inflación, pero mi humilde reflexión, y respetando la independencia del Banco de la República, es que los aumentos de tasas no se pueden hacer ni de manera brusca ni de manera súbita, mucho más cuando se trata de un fenómeno externo», señaló Duque tras la última reunión de política monetaria del banco, cuando la institución incrementó los tipos en 100 puntos básicos, hasta el 4%.

En este contexto, la OCDE ha indicado en un informe sobre el país andino que la inflación se ha intensificado «y no está claro hasta qué punto estas presiones inflacionistas serán temporales», por lo que aconseja un aumento gradual de los tipos si las presiones se intensifican.

El Índice de Precios al Consumidor de Colombia cerró 2021 con un nivel del 5,62%, la cifra más alta en los últimos cinco años y por encima del rango objetivo definido por el Banco Central (3%). Algunas categorías como alimentos y bebidas (17,23%) y los hoteles (8,83%) experimentaron fuertes subidas en la variación interanual.

Por otro lado, el organismo recomienda al Gobierno colombiano reducir de forma gradual su posición fiscal expansiva durante este año, con la mira puesta en la reconstrucción de colchones fiscales. No obstante, también aconseja mantener las ayudas excepcionales a los ingresos hasta que se recupere el mercado laboral, que cerró el año con una tasa de desempleo del 12,6%, la tercera más alta de los países de la OCDE solo por detrás de Turquía (11,2%) y España (13%).

Falta de implementación en la Reforma Tributaria

La OCDE también ha dedicado un apartado específico para hablar sobre la reciente reforma tributaria impulsada por el Ejecutivo y aprobada por el COngreso. El proyecto fue remodelado por la Administración después de que se produjeran fuertes protestas sociales contra el borrador inicial que provocaron la dimisión del entonces ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla.

El organismo avala que la nueva reforma, que busca incrementar la recaudación tributaria hasta los 14 billones de pesos colombiano, allanará el camino para llevar a cabo un ajuste fiscal gradual, pero ha advertido que una parte del ajuste previsto para los próximos dos años aún no se ha implementado.

Según los planes actuales, se prevé que la deuda se estabilice en torno al 59% del PIB durante los próximos diez años, 8,5 puntos porcentuales por encima de los niveles anteriores a la pandemia. Esta evolución, según la OCDE, implica un descenso de los colchones fiscales y deja menos margen para reaccionar ante posibles acontecimientos adversos que se produzcan en el futuro.

«Los ingresos fiscales, que se sitúan tan solo en el 20% del PIB, no son suficientes para satisfacer las crecientes demandas sociales y preservar la necesaria inversión pública en infraestructura, educación y salud», ha sentenciado el organismo, que puntualiza que tan solo el 5% de los colombianos paga el impuesto a la renta de las personas, lo que explica la baja recaudación tributaria, además de la evasión fiscal y los gastos tributarios.

En contraposición, la OCDE alerta sobre unos «elevados impuestos» a las sociedades en el país latinoamericano, lo que reduce los incentivos a la inversión, ya que buena parte del ajuste fiscal previsto será asumido por el sector empresarial.

Sin embargo, la institución reconoce la complejidad de la economía política tras las protestas de mayo, cuando la población se opuso ampliamente e incluso de forma violenta a incrementos en impuestos sobre la renta o el consumo.

Cabe señalar que ante el llamado del organismo el jefe de Estado indicó que la reforma aprobada el año pasado posee los mecanismos para mantener las ayudas sociales que necesitan los colombianos en condición de vulnerabilidad en medio de la pandemia.

“Hay que tener mucho cuidado con muchas propuestas que se han presentado en el entorno electoral, que quieren reversar muchas de esas medidas y lo que lograrían es volver a incrementar el nivel de tributación de las empresas y, si eso ocurre, afectaría la generación de empleo y, por lo tanto, detonaría más informalidad”, advirtió Duque.

Combatir la desigualdad

La pobreza, la desigualdad y la alta informalidad del país han sido otro asunto tratado por la OCDE en su informe, ámbitos en los que Colombia mantiene algunos de los indicadores «más elevados de América Latina».

Si bien reconoce que el Gobierno respondió de forma contundente a la pandemia y proyecta uno de los crecimientos más sólidos en la región para este año (5,5%), las prestaciones sociales «apenas contribuyen a paliar las desigualdades, y la mayor parte del gasto social no se destina a los más desfavorecidos, sobre todo en el caso de las pensiones».

Más del 60% de los trabajadores del país tienen empleos informales, por lo que no tienen acceso a prestaciones de la Seguridad Social, con excepción de la atención sanitaria.