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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Sandra Forero

Herida de muerte

Colombia enfrenta una de las crisis de vivienda más profundas de su historia reciente. Tras nueve trimestres consecutivos de caída y una contracción de 8,3% solo en el tercer trimestre de 2025, el sector se encuentra en un punto crítico. A este panorama se suma un hecho tan grave como sorpresivo: el Gobierno Nacional incluyó en su reforma tributaria un IVA del 19% para la venta de vivienda en el país.

No es una medida menor. Es un cambio que, de aprobarse, heriría de muerte el acceso a la vivienda formal en Colombia: encarecería su valor, expulsaría a miles de familias del mercado y agravaría la crisis que hoy golpea a la clase media y a los hogares más vulnerables. Gravar la vivienda no solo es inoportuno: es regresivo y profundamente desconectado de la realidad de millones de colombianos.

 

Este medida, camuflado dentro del capítulo de Vigencias y Derogatorias del proyecto de ley, elimina la exención vigente y traslada a los hogares un costo que, en muchos casos, termina por cerrar definitivamente la puerta a su sueño de comprar vivienda. Cada punto porcentual de aumento por encima del ingreso medio promedio se reduce la demanda potencial en un 4%. Con un IVA del 19%, el golpe sería devastador.

El impacto no se queda ahí. Las ventas, la inversión y el empleo caerían aún más, profundizando un deterioro que ya le costó al país $60 billones en inversión durante los últimos tres años. El programa Mi Casa Ya, que llegó a beneficiar a más de 67.000 hogares en 2021 y 2022, apenas alcanzó a llegar a menos de 800 familias en 2026. Sin subsidios, sin oferta y ahora con un impuesto que encarece todo el sistema, ¿qué futuro le espera a la vivienda formal en Colombia?

Como si fuera poco, el deterioro fiscal amenaza con elevar las tasas hipotecarias y reducir aún más la capacidad de compra de los hogares. Y mientras esto ocurre, las ciudades enfrentan la presión demográfica más importante del siglo: en sólo diez años se formarán 3,7 millones de nuevos hogares. Para 2050, el 80% de los colombianos vivirá en entornos urbanos. ¿Cómo vamos a responder a esa demanda si seguimos desmontando los instrumentos que permiten desarrollar vivienda, generar empleo y ordenar el crecimiento urbano?

Nota recomendada: Programa ‘Mi Casa Ya’ no va más

La consecuencia es clara: más informalidad, arriendos más costosos, menos renovación urbana y mayor deterioro ambiental. Frenar la construcción formal es frenar el progreso del país.

El Gobierno no puede seguir ignorando las cifras, las alertas y los riesgos. Ponerle IVA del 19% a la vivienda no es una reforma: es un retroceso que pagarán las familias colombianas.

Defender la vivienda formal no es un capricho. Es proteger a la clase media, a los jóvenes, a las mujeres cabeza de hogar, a los trabajadores que ven en la vivienda su patrimonio y su estabilidad. Es cuidar el tejido urbano, la seguridad y la movilidad futura de nuestras ciudades.

Colombia necesita una política de vivienda seria, técnica y responsable. No un impuesto que profundiza la crisis. No un golpe que cierra puertas. No una decisión que sacrifica el futuro urbano del país.

Sandra Forero

Sandra Forero considera que se ha abusado del espacio público en Bogotá

El espacio público Este es un tema por el que, en múltiples ocasiones, se cuestionó a las alcaldías de Samuel Moreno Rojas, Gustavo Petro, la segunda administración de Enrique Peñalosa y la de Claudia López, quienes permitieron que el problema de invasión y falta de consciencia ciudadana en su uso, creciera y hoy parece inmanejable.

Al respecto, la concejal Sandra Forero considera que la ciudadanía ha abusado de las diferentes sentencias de la Corte Constitucional que protegen el derecho de las familias vulnerables a buscar su sustento diario en el espacio público.

 

“Todas las sentencias dicen que al vendedor informal se le debe dar opciones, y en esa medida hay algunos que abusan, porque hay falta de control y porque existen mafias que se toman el derecho de cobrar por el uso del espacio público”, afirmó.

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Para la concejal Forero, en Bogotá se ha perdido la proporcionalidad en la intervención. Además, considera que la Administración del alcalde Carlos Fernando Galán se ha tardado en presentar al Concejo de Bogotá el proyecto que crea el Comité Estratégico de Gobernanza y Gestión del Espacio Público.

“Ya pasó año y medio de gobierno y no se actúa. Y cuando se actúa, se hace tarde. Esto requiere de una política distrital para el manejo del espacio público”, puntualizó.

En cuanto a los vehículos mal parqueados, Forero agregó que los políticos deben dar ejemplo, dejando de invadir andenes y calles con sus camionetas de alta gama.

Al respecto, la directora del Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público señaló que desde la Alcaldía comparten la misma preocupación por lo que está ocurriendo en la ciudad en esta materia.

“Hoy estamos buscando soluciones para la ciudad en este tema, de acuerdo con su situación actual y sus necesidades”, afirmó.

Bastidas reconoció que Bogotá está en deuda con el espacio público, y reiteró que, por esta razón, los operativos de recuperación se ejecutan de manera interinstitucional, ya que una sola entidad del Distrito no puede actuar por sí sola.

La funcionaria fue enfática al asegurar que, para poner en marcha los operativos de recuperación del espacio público, se requiere maquinaria y bodegas para guardar todo lo que se decomisa.

Pidió además a la Fiscalía General de la Nación que agilice los procesos judiciales relacionados con el espacio público en Bogotá, los cuales llevan mucho tiempo engavetados.

Se espera entonces que la Alcaldía de Carlos Fernando Galán presente, ante el Concejo de Bogotá, un proyecto de acuerdo que genere las condiciones necesarias para que el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público pueda actuar con la autoridad suficiente, sin depender de otras entidades, para ejercer el control que se requiere y poner orden en un espacio público que hoy parece tierra de nadie.

Crónica de una muerte anunciada: Mi Casa Ya

Las alertas siempre estuvieron. El gobierno de Gustavo Petro desde siempre quiso acabar con Mi Casa Ya, un programa que ayudó a que desde 2015 más de 350.000 familias de los más bajos ingresos, lograran cumplir con su sueño de tener vivienda propia en un entorno de calidad. La primera señal de alarma:  su exclusión del programa de gobierno del ahora presidente.

Durante los primeros seis meses de gobierno, el Ministerio de Vivienda insistió en que Mi Casa Ya era fundamental para la política habitacional y social. Incluso lo reconoció como un programa que había ganado la confianza de las familias por su eficiencia. Sin embargo, los mensajes de tranquilidad estaban escritos en letra pequeña, venían acompañados de advertencias sobre “ajustes” que terminarían debilitando sus cimientos. Al mismo tiempo, crecía la incertidumbre entre los hogares que, estando a punto de adquirir su vivienda, corrían el riesgo de quedarse sin subsidio. El Ministerio intentó mitigar la situación, a la que llamó “percance”, con un procedimiento extraordinario de asignación bajo ciertas condiciones. Fue el primer reconocimiento tácito de que el programa no tenía asegurada su continuidad plena.

 

El año 2023 marcó el punto de inflexión definitivo en el desmonte de Mi Casa Ya. Comenzó con un retraso de casi dos meses en la asignación de subsidios, que el Gobierno atribuyó a la administración anterior. Paralelamente, se intensificaron los anuncios de reforma del programa bajo el argumento de mejorar la focalización, lo que solo aumentó la incertidumbre. En abril, el Decreto 490 oficializó los cambios, e introdujo el Sisbén IV como nuevo criterio de elegibilidad. Esta decisión dejó por fuera a casi el 40 % de los hogares, impidiéndoles acceder al subsidio y, obligando a muchos a desistir de su compra. El impacto fue devastador: los desistimientos de vivienda social superaron las 32.000 unidades al año, el registro más alto en la historia reciente.

Desde su creación, Mi Casa Ya había demostrado ser una política pública eficiente, con cobertura creciente y una sólida relación de confianza con los hogares y el sector privado. Solo en 2021 y 2022 se otorgaron más de 66.000 subsidios anuales. Sin embargo, a mediados de 2023, la ministra de vivienda anunció que el programa tendría una meta anual de 50.000 subsidios, rompiendo con la tendencia de crecimiento y debilitando el compromiso institucional con el acceso a vivienda formal. La credibilidad del programa sufrió otro golpe cuando el Ministerio afirmó que, en 2023 se entregarían 75.000 subsidios. Poco después se descubrió que más de 20.000 correspondían en realidad a asignaciones realizadas en 2022, evidenciando una grave distorsión en las cifras oficiales. Esta maniobra confirmó el giro hacia la opacidad institucional y agudizó la incertidumbre sobre el futuro del programa.

En 2024, el Ministerio mantuvo en el discurso la promesa de asignar 50.000 subsidios anuales, y aunque fue el último año en que se cumplió esa meta, lo hizo a cuenta gotas, bajo una estrategia de dosificación que profundizó la incertidumbre. A mediados del año, el relevo ministerial en vivienda agravó aún más la situación: en su discurso de posesión, la nueva ministra ni siquiera mencionó a Mi Casa Ya entre sus prioridades, y sus declaraciones posteriores evidenciaron una intención más clara de desmontarlo.

La suspensión formal del programa llegó como el peor regalo de Navidad, acompañada de dos justificaciones oficiales. La primera: que las tasas de interés habían bajado lo suficiente como para facilitar el crédito hipotecario, lo cual contradice la realidad, pues sin subsidio, solo 1 de cada 10 familias de menores ingresos puede comprar vivienda. La segunda explicación apuntó al hundimiento de la Ley de Financiamiento como causa de la falta de recursos. Sin embargo, más que una verdadera restricción presupuestal, la decisión dejó un fuerte sabor a revanchismo político, el resultado: más de 45.000 familias que habían cumplido todos los requisitos quedaron sin subsidio, y la única alternativa ofrecida fue buscar otras fuentes de financiación.

Para 2025, Mi Casa Ya es apenas la sombra de lo que fue: solo 10.919 subsidios programados y apenas 752 para 2026, la mayoría ya preasignados. Muy lejos de la promesa de 50.000 subsidios anuales, es decir, 200.000 en el cuatrienio. Aún con el programa suspendido, el Gobierno insistió en maquillar las cifras. En junio, tras acusar al sector constructor de no reconocer el “esfuerzo” del Gobierno en materia de vivienda nueva, la ministra aseguró haber entregado más de 200.000 de estos subsidios, pero podo después, salió a la luz que buena parte de ese número provenía de las cajas de compensación, más no del presupuesto nacional. Luego, cambiaron la orientación del programa para incluir la compra de vivienda usada. Una medida que, lejos de impulsar la economía o el empleo, diluye el impacto social y económico que tiene la adquisición de vivienda nueva. Hace unos días, el Gobierno finalmente admitió lo que venía negando: Mi Casa Ya no va más. Dentro de las razones, la ministra, dijo que la meta del Plan de Desarrollo en materia de subsidios de adquisición ya se había cumplido, pero también reconoció —a regañadientes— que más de la mitad de esos subsidios fueron financiados por las cajas. Incluso la ministra dijo que la habían criticado por “jugar” con el indicador, y no es para menos: cambiaron su medición para inflar los resultados. La otra razón que dio fue que iban a priorizar líneas de agua y mejoramiento de vivienda, esta última, con una meta de 400.000 intervenciones. Sin embargo, a un año de terminar el gobierno, anticipa que no la cumplirán.

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Esta crónica de una muerte anunciada deja un impacto devastador. Mi Casa Ya fue mucho más que un programa de subsidios: logró sobrevivir a tres gobiernos y se consolidó como un verdadero activo de los colombianos. Para más de 350.000 familias beneficiarias, representó una oportunidad real de salir de la pobreza, mejorar sus ingresos y transformar su calidad de vida: redujeron sus tiempos de traslado a parques y centros urbanos, ampliaron su conexión a servicios como internet y alcantarillado, y alcanzaron condiciones de habitabilidad que impactaron especialmente a las mujeres y sus hijos,  al contar con mayor privacidad y seguridad en el hogar, muchas se sintieron más protegidas frente al acoso físico o verbal, y pudieron acceder a bienes como lavadoras, fundamentales para aliviar la carga del trabajo de cuidado.  

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Por eso, los colombianos merecen que en 2026 se reconstruya todo lo que este gobierno destruyó. La tarea es grande, recuperar la confianza de las familias y del sector, y eso se logra garantizando que la vivienda social se construya de manera formal y asegurando los apoyos necesarios para que las familias puedan acceder a ella. Colombia es un país de vivienda social. Se estima que más de 7,5 millones de hogares no propietarios tienen ingresos de hasta cuatro salarios mínimos, y casi 6 millones no superan los dos. Renunciar a esta vivienda sería inadmisible, especialmente cuando se proyecta que en la próxima década se formarán más de 3,7 millones de hogares urbanos. El país queda con una deuda enorme. En 2024, Colombia destinó apenas el 0,12 % del PIB a subsidios de vivienda, por debajo del promedio de la OCDE (0,16 %) y muy lejos de países de la región como Chile (0,55 %) o Costa Rica (0,35 %). Esa es la deuda que el próximo gobierno está obligado a saldar, si quiere reconstruir no solo un programa, sino el futuro de millones de familias.

Sandra Forero

Bogotá no puede seguir siendo una ciudad sin control urbanístico

Desde mi labor control político en el Concejo de Bogotá he tenido la oportunidad de alertar por la crisis en el sistema de control urbanístico en la ciudad. Esto lo he realizado a través de seis hallazgos, en los que evidencio las fallas en el proceso, lo que impide respuesta eficientes y oportunas frente a construcciones que no cumplen con los requisitos legalmente establecidos.

En Bogotá, construir legalmente exige más de 120 requisitos, que se pueden demorar hasta 5 años, mientras que existen infracciones urbanísticas en algunos casos, de edificaciones de hasta cinco pisos sin licencia, sin supervisión y lo peor sin consecuencias.

 

El modelo actual favorece la informalidad, castiga al constructor legal y empuja a miles de familias a habitar viviendas que no les garantizan condiciones mínimas de seguridad física, al no cumplir requisitos técnicos. Además, estas familias están expuestas a una inseguridad en la tenencia, que les impide consolidar su patrimonio”.

Los seis hallazgos son los siguientes:

  1. Las alcaldías locales aplican un procedimiento derogado: El procedimiento interno se basa en la aplicación del Decreto 01 de 1984, que fue derogado por el CPACA.
  2. Un sistema colapsado:  los procesos tardan en promedio 830 días en resolverse. Pero es aún más grave: en localidades como Barrios Unidos tiene en promedio 1109 días, Ciudad Bolívar asciende a 1.024 días, en Chapinero a 1.020 días, y en Usaquén a 935 días.
  3. Déficit de inspectores de policía y funcionarios: Solo hay 81 inspectores de Policía para más de 8 millones de habitantes, y un 20% de ellos trabaja desde casa, a pesar de tener funciones territoriales. Esto significa que tenemos un inspector por cada 98.766 ciudadanos.
  4. Descoordinación institucional: Las entidades usan plataformas diferentes y no integradas, lo que impide una gestión articulada de los casos de urbanismo ilegal.
  5. Muchos expedientes sin respuesta efectiva: En los últimos cinco años, la Secretaría de Gobierno ha recibido 55.417 querellas por infracciones urbanísticas. De estas, 39.164 siguen abiertas y solo 16.253 han sido cerradas.

 El análisis de los casos cerrados revela una gestión ineficaz:

  • En el 61% no se impuso ninguna medida.
  • En el 37% no se tomó una decisión.
  • En total, el 98% de los casos cerrados no resultaron en ninguna acción efectiva.
  • Congestión en localidades vulnerables: En zonas como Ciudad Bolívar o Bosa hay miles de expedientes y muy pocos funcionarios asignados, con cargas de hasta 13.000 hogares por inspector.

 El Top 6 de la Congestión en las Localidades:

● Ciudad Bolívar: Con 3 inspectores asignados y 6.125 expedientes abiertos. De estos 5.337 en reparto.

● Suba: Con 7 inspectores y 4.993 expedientes abiertos (De estos 3390 en reparto)

● Bosa: Con 4 Inspectores y 3.642 expedientes abiertos (1222 para reanudar audiencia y 947 en reparto)

● Usme: Con 4 inspectores y 3.269 expedientes abiertos (1997 en reparto)

● Kennedy: Con 7 inspectores y 2.546 expedientes abiertos (1308 en reparto)

● Usaquén: Con 5 inspectores y 2.414 expedientes abiertos (982 en reparto)

Hago un llamado al Distrito a tomar medidas urgentes para hacer un ajuste estructural a un problema estructural.

El control urbanístico está colapsado. Bogotá necesita procesos eficientes y eficaces, tiempos razonables y funcionarios capaces para dar oportuna respuesta a los bogotanos que acuden para la protección de sus derechos”.

Sandra Forero

Con Miguel Uribe demandamos los impuestos a las bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados

Con el senador y precandidato presidencial del Centro Democrático, Miguel Uribe, radicamos ante la Corte Constitucional una demanda de inconstitucionalidad contra el artículo 54 de la Ley 2277 de 2022, el cual creó los impuestos a las bebidas azucaradas (IBUA) y a los alimentos ultraprocesados (ICUI), ahora incorporados en los artículos 513-1 al 513-13 del Estatuto Tributario.

En la demanda exponemos que estos impuestos, presentados por el gobierno Petro como una medida de salud pública, en realidad violan los principios de equidad tributaria y capacidad contributiva, afectando de manera desproporcionada a pequeños productores, tenderos y consumidores colombianos.

 

En el documento advertimos que estos tributos se aplican en cadena, es decir, se cobran en cada etapa del proceso productivo si participan varios actores, generando un efecto acumulativo que encarece el producto final. De esta forma, una pequeña empresa que produce empaca y distribuye un producto paga el impuesto en cada etapa, mientras que las grandes compañías integradas solo pagan una vez.

Esto rompe el principio de equidad horizontal, castigando a los pequeños y favoreciendo a los grandes. Es una fórmula perversa que atenta contra la Constitución y contra los más vulnerables.

Las cifras de impacto son contundentes. Según FENALCO, el 80% de las bebidas azucaradas en Colombia se venden a través de tenderos, quienes ya han reportado una caída en sus ventas debido a los nuevos impuestos. Por su parte, Fenaltiendas reveló que el 60% de los tenderos ha visto afectadas sus ventas por estos tributos, y el 59% no ha encontrado alternativas para sustituir los productos gravados, lo que ha incrementado el costo de la canasta familiar.

“En lugar de proteger a los tenderos y pequeños comerciantes, el gobierno Petro los está asfixiando con cargas tributarias desproporcionadas. ¿Cómo se puede hablar de equidad cuando quienes menos tienen son los que más pagan.

Otro punto crítico de la demanda es que el impuesto también se cobra en situaciones donde no existe una manifestación real de riqueza, como en donaciones, fusiones o aportes a sociedades. “Se está cobrando por donar o por hacer una fusión, sin que exista ganancia alguna. Esto no solo es irracional, es una violación flagrante al principio constitucional de capacidad contributiva.

Pedimos a la Corte Constitucional declarar inexequibles los artículos 513-1 al 513-13 del Estatuto Tributario, argumentando que el Congreso debe replantear la política tributaria para que no sacrifique a los pequeños productores ni castigue a los tenderos y a los consumidores más vulnerables.

Sandra Forero

¿Ventas informales amenazan con ser la piedra en el zapato para la remodelación del Campín?

En días pasados tuvo lugar un debate en el Concejo de Bogotá convocado por el concejal del Pacto Histórico, José Cuesta, para tratar asuntos relacionados con la Alianza Público-Privada (APP) para la construcción y remodelación del estadio Nemesio Camacho El Campin.

El concejal alertó sobre el contrato de la APP IDRD-SENCIA CTO-2772-2024, que otorga a un consorcio privado el control del estadio durante 29 años, con una inversión de 2,4 billones de pesos. Criticó que el Distrito solo recibirá el 1% de las ganancias generadas por el proyecto, una cifra que considera irrisoria dadas las dimensiones de la inversión.

 

Además, destacó los impactos negativos que desde su punto de vista, podría traer la remodelación sobre los espacios públicos y la infraestructura urbana circundante. La APP, según el cabildante, «destruiría el Estadio Campincito y otros espacios deportivos históricos utilizados por la comunidad, para dar paso a negocios privados como restaurantes, zonas comerciales y un centro de e-sports. Esta transformación afectaría directamente a más de 5.000 predios en el área circundante, exacerbando los problemas de movilidad y calidad de vida de los vecinos».

Además, subrayó la exclusión de los vendedores tradicionales que se ubican en el estadio para ofrecer diferentes productos a los ciudadanos. Criticó la decisión de excluir a más de 200 familias, como las trabajadoras de la tercera edad y mujeres cabeza de hogar, y denunció que esto no solo vulnera sus derechos laborales, sino que también representa un despojo cultural y social. La privatización del espacio, según el edil, «permite que el lucro privado se anteponga a los derechos fundamentales de los ciudadanos».

Al respecto, la concejal del Centro Democrático, Sandra Forero, considera que se debe tener en cuenta que el espacio público es de todos y que los espacios privados tienen una función social y ecológica que no implica que todos puedan hacer uso sin algunas garantías en temas de retorno.

Nota recomendada: Graves problemas en la política de vivienda social por parte de la Caja de Vivienda Popular

«Lo que se está planteando es un proyecto que va a transformar una zona de la ciudad, que garantiza ingresos; que coloca a la Bogotá en el mismo standard de los grandes capitales del mundo», afirmó.

Forero considera que es importante que el IPES tenga algunas consideraciones para incluir a los vendedores informales, pero teniendo en cuenta que a esta población hay que llevarla a la formalidad de lo contrario Bogotá no tendrá un espacio público garantizado para todos.

«Aquí hay un derecho al trabajo, pero también tiene que equilibrarse para que el espacio público sea para todos», puntualizó.

Por su parte la concejal, Quena Ribadeneira, estima que en ningún momento se quiere obstaculizar el proyecto, más no por esto se debe dejar por fuera a los vendedores informarles.

La cabildante del Pacto Histórico le pide a instituciones como el IDRD y el IPES, hacer parte de las mesas de diálogo con la APP para que incluya a esta población en el proyecto.

«La idea no es solo dejarlos vender sino vincularlos al modelo de renovación porque es claro que ellos no pueden acceder a los espacios internos del nuevo estadio El Campín», afirmó.

En octubre de 2024 la Alcaldía de Bogotá, a través del Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD) y el Concesionario Sencia, firmaron el acta de inicio de la Asociación Pública-Privada de iniciativa privada sin desembolso de recursos públicos, que permitirá que el Concesionario Sencia, empresa encargada del proyecto, invierta 2.4 billones de pesos para transformar el ecosistema de deportes, cultura y entretenimiento más importante del país, y cuyo eje será la construcción de un nuevo estadio.

Graves problemas en la política de vivienda social por parte de la Caja de Vivienda Popular

Lanzó un fuerte llamado de atención al Distrito por la crítica situación de la vivienda prioritaria en la capital. En una intervención ante el Concejo de Bogotá expuse tres denuncias que evidencian una preocupante combinación de mala gestión, promesas incumplidas y uso ineficiente de recursos públicos por parte de la Caja de Vivienda Popular (CVP).

Existe una alarmante realidad de más de 860 mil personas que viven en condiciones precarias y 988 mil hogares sin vivienda propia y con ingresos inferiores a dos salarios mínimos, que tan solo tienen una oferta formal de 2.672 viviendas de interés prioritario (VIP).

 

Sobre el presupuesto de la Caja de Vivienda Popular para el 2025 se aprobaron $116 mil millones y solo $44 mil millones están destinados para vivienda, mientras que los $72 mil millones restantes, están destinados para mejoramiento de espacio público, fachadas, titulación, burocracia y articulación entre entidades. Es decir, solo $3,8 de cada $10 pesos se destinan realmente a vivienda (mejoramiento, reasentamiento e iniciación de VIP).

Tres evidencias soportan mi denuncia. Primero, el fracaso del emblemático Plan Terrazas política de Cláudia López, que prometía mejorar 1.250 viviendas, por medio de la Caja de Vivienda Popular, y terminó con más de $68 mil millones gastados, solo 114 viviendas terminadas en malas condiciones y 135 viviendas destruidas y abandonadas, dejando a estas familias sin donde vivir y las casi 1.000 restante sin saber qué va pasar con ellas.

Segundo, Proyecto Santa Teresita: iniciado hace más de una década, debía entregar 1.302 viviendas para reasentar familias de zonas de alto riesgo. A hoy, solo 394 han sido entregadas; muchas sin cumplir requisitos técnicos como el RETIE, y otras están incompletas, abandonadas o presentan graves fallas estructurales. En este se han gastado más de 64 mil millones y nadie responde a las familias.

En cuanto a proyectos nuevos, de seis lotes propuestos por la CVP para desarrollar vivienda para poblaciones de bajos recursos, cinco fueron descartados por falta de viabilidad. En el único adjudicado, que es el predio La María, donde se planea construir 658 viviendas (180 VIP), hay un contrato firmado en octubre de 2024, pero a abril de 2025 aún no inicia. Tampoco se evidencia cronograma ni transferencia del predio. A pesar de la necesidad urgente de vivienda VIP, la CVP no administra con responsabilidad el suelo público, ni garantiza procesos de adjudicación eficaces.

Mi advertencia también se hace por el uso de los recursos del Fondo de Compensación VIS/VIP, que por ley deben destinarse exclusivamente a vivienda formal, no a gastos operativos ni intervenciones inconexas.

Sandra Forero

Gobierno estaría promoviendo proceso de «expropiación indirecta» asegura Sandra Forero

La concejal de Bogotá, Sandra Forero, alertó sobre lo que ella considera como una «expropiación indirecta» que el Gobierno Nacional, a través del Ministerio de Agricultura parecería promover bajo un modelo de «soberanía alimentaria».

Forero explicó que el proceso podría culminar en la extinción del derecho a la propiedad de quienes no acaten los lineamientos establecidos.

 

«Es fundamental que los ciudadanos comprendan dos conceptos clave en este contexto: las Zonas de Protección para la Producción Alimentaria (ZPPA) y las Áreas de Protección para la Producción Alimentaria (APPA)», explicó la concejal. Las ZPPA son áreas preliminares, no vinculantes, identificadas para la producción sostenible de alimentos, mientras que las APPA son zonas formalmente delimitadas y respaldadas por normativas que las designan para uso agropecuario prioritario.

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La concejal nombró dos resoluciones que afectan a Cundinamarca y a Antioquia e hizo énfasis en dos conceptos, clave para entender esta problemática: En diciembre de 2023, el Ministerio de Agricultura emitió la Resolución 507, que afecta a 11 municipios de la Sabana Centro de Cundinamarca, mientras que, en diciembre de 2024, se emitió otra resolución 0377 que delimita las ZPPA en el suroeste de Antioquia.

Sin embargo, la concejal señaló que estas resoluciones fueron publicadas sin un proceso adecuado de consulta y participación, lo que pone en riesgo varios derechos fundamentales como participar y acceder a la información sobre las decisiones que afectan a sus tierras; autonomía de los entes territoriales para definir el uso del suelo de acuerdo con las realidades locales; derecho de los propietarios a disponer libremente de sus tierras, lo que podría verse limitado si no se cumplen los lineamientos impuestos por el gobierno; derecho colectivo de los campesinos al uso, goce y disposición de la propiedad privada.

Sandra Forero aseguró que estas decisiones afectan además procesos que se vienen trabajando desde la Gobernación de Antioquia.

Sondeo de Manolito Salazar califica a Daniel Briceño y Sandra Forero como los concejales revelaciones

El sondeo anual que realiza el periodista Manolito Salazar en donde entre sus colegas que cubren Bogotá evidencia califica a los concejales del Centro Democrático, Daniel Briceño y Sandra Forero como los más destacados de la Corporación del año 2024.

Forero y Briceño por su ejercicio de control político, de acuerdo con los periodistas que respondieron el sondeo son los concejales revelación del año 2024 y repiten en la respuesta a la pregunta de ¿cuál es el concejal más destacado?, acompañado esta vez, por Rolando González del partido Cambio Radical.

 

El sondeo revela que la funcionaria más destacada del gabinete del alcalde, Carlos Fernando Galán, es la directora del Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público, Lucía Bastidas. La oficina de prensa mejor calificada fue la de TransMilenio.

Aquí el sondeo:

Sondeo de Medios Bogotá 202… by Confidencial Colombia

Sandra Forero prende las alarmas por un posible debilitamiento de la Línea 123

Una vez más la concejal de Bogotá, Sandra Forero, prendió las alertas por la manera en cómo se está realizando la contratación de la tecnología con la que debe funcionar la Línea 123.

De acuerdo con la cabildante, la Secretaría de Seguridad de Bogotá no ha tenido en cuenta aspectos importante para que este sistema funcione de manera robusta como la geolocalización, videos y chat silenciosos, que son herramientas con las que venía funcionando y que de no incluirlas se debilitaría.

 

«¡La Línea 123 no es cualquier cosa! Según los datos de la Secretaría de Seguridad, tan solo en el primer semestre del 2024, el sistema recibió más de 1.3 millones llamadas procedentes, de estas, en la vigencia del anterior contrato, que prestaba los servicios de geolocalización, chat silencioso y video», afirmó.

Según el secretario de Seguridad, los estudios de mercado arrojaron que existían más de 800 proveedores con la capacidad de brindar estos servicios técnicos. Sin embargo, para el nuevo contrato, elige la modalidad de selección abreviada por
Subasta Inversa (escoger al oferente del precio más bajo).

A pesar de lo anterior, tan solo 5 empresas presentaron observaciones al proyecto de pliego y 4 de estas al pliego definitivo. Estas Observaciones, no fueron tenidas en cuenta por la Administración y fueron rechazadas.

Finalmente, la concejal hizo un llamado contundente al alcalde Carlos Fernando Galán, pidiéndole que se suspenda este proceso contractual que tiene vicios e irregularidades y que ponga como prioridad la tan importante seguridad de la ciudad,
garantizando las herramientas tecnológicas de la Línea 123.

Sandra Forero revela el inventario de las obras que Claudia López dejó con retrasos

La concejal por el Centro Democrático, Sandra Forero Ramírez, denunció que la alcaldía de Claudia López mintió a los bogotanos durante su entrega de gestión y empalme con la nueva administración, pues afirmó en su momento que el déficit para los proyectos de infraestructura vial, se ubicaba entre $500.000 y $600.000 Millones, cuando la realidad apunta a que el déficit es de 2.2 billones de pesos, representados en 72 de los 76 proyectos en curso.

De igual forma, Forero hizo un recorrido por las obras que presentan atraso real, tras evidenciar cómo la exalcaldesa habría jugado con la información que entregaba, cambiando las fechas reales de los contratos, por las fechas contractuales.
La fecha real se refiere a la fecha en la que se adjudicó el contrato, la contractual es producto de las diferentes prorrogas y adiciones que se hicieron.

 

Bogotá tiene en construcción 150 kms. de malla vial y 300.000 mts2 de espacio público que tienen bloqueada la movilidad y han afectado la calidad de vida de 8 millones de habitantes.

En 4 años de Claudia López no hubo gerencia adecuada en las obras, se evidenció desarticulación entre entidades y poca comunicación con los contratistas, eso desencadenó en un atraso promedio real de 42% con el que López entregó a Galán.
La administración Galán afirma que los 2 billones de sobrecosto se deben a 3 razones:

Compra de predios que no se han adquirido y las obras ya están en ejecución, debido a que la valorización anual de los suelos y edificaciones suben sus precios.

Ajuste de precios por el atraso al cambiar de vigencia se suben los precios de los materiales. Eso en muchos casos no es culpa del contratista sino por la no articulación del IDU con el acueducto, con movilidad o con otras empresas de servicios públicos.

Que los contratos quedaron mal suscritos y toca volver a hacer las licitaciones.

La cabildante afirmó: “Esta denuncia la hago porque es importante que los bogotanos conozcan la realidad de los problemas de infraestructura que los afectan en el día a día y además conozcan la mala gestión de Claudia López, pero sobre todo, ahora que es precandidata a la presidencia, es pertinente que los colombianos vean que si no pudo y mintió de frente con las obras de Bogotá ¿Qué podemos esperar para El País?”

ANEXO: 72 obras con retraso, déficit o desfinanciadas

Obras reportadas con atraso, déficit o desfinanciadas: 72
71 obras contratadas en el periodo 2017-2023, y una con un contrato sin suscribir
Retrasadas: 59 de 72 obras
Desfinanciadas o en déficit: 68 de 72 obras
Valor del déficit: 2.2 billones

6 obras que entregó CL con retrasos de más del 90%

Valorización Grupo 4 Zonas industriales Montevideo y Puente retraso del 100%
Puente peatonal Calle 80 con av. Boyacá – costado sur retraso del 99,52%
Valorización Grupo 2 Zonas Industriales Montevideo y Puente retraso del 99,18%
Calles comerciales a cielo abierto – Bosa – Diseño y construcción retraso del 98,43%
Valorización Grupo 1 Zonas Industriales Montevideo y Puente Aranda retraso del 98,06%
Espacio Público Carrera 15 desde la Cl 100 hasta la Cl 122 (cicloruta) retraso del 92,08%

12 obras que entregó CL con retrasos entre el 50% y el 90%
Ciclo alameda medio milenio tramos 1 y 2 retraso del 83,43%
Puentes peatonales estaciones y obras geométricas complementarias Auto norte TM retraso del 74,98%
Transmilenio Avenida Cali Grupo 4 retraso del 70,50%
Ciclo parqueadero del Portal de Suba – TM retraso del 66,43%
Av. Carrera 68 Grupo 6 retraso del 60,85%
Refuerzo puentes vehiculares Grupo 1 retraso del 59,90%
Ampliación estaciones Grupo 4 retraso del 57,76%
Avenida La Sirena (Cl 153) entre autopista y avenida Boyacá retraso del 56,81%
Puente vehicular calle 153 por Autonorte retraso del 55,77%
Refuerzo puentes vehiculares Grupo 2 retraso del 52,92%
Avenida Boyacá (Ak 72) entre calle 170 hasta Calle 183 retraso del 52,23%
Transmilenio Avenida Cali Grupo 2 retraso del 52,22%

Obras con más de 4 años de retraso

Av. Mutis entre carrera 114 a 122 retraso de 5 años y 6 meses
Puentes peatonales estaciones y obras geométricas complementarias Auto norte TM retraso de 4 años y 6 meses
Avenida El Rincón desde Av. Boyacá hasta Cra. 91 e intersección: Calle 127 Av. Boyacá retraso de 4 años y 2 meses
Puente Vehicular Juan Amarillo retraso de 4 años y 6 meses
Avenida El Tintal Grupo 2 retraso de 4 años y 7 meses

Obras con retraso entre 10% y 50%

Transmilenio Avenida Cali Grupo 3
Andenes y Ciclorutas autonorte costado oriental desde Cl 80 hasta la Cl 128 B
() Av. Carrera 68 Grupo 9 (*) Av. Mutis entre carrera 114 a 122
Av. Carrera 68 Grupo 4
Puente San Agustín Localidad Rafael Uribe Uribe
Refuerzo puentes Vehiculares Grupo 3
Puente peatonal atirantado – Calle 174 por Av. Paseo de los Libertadores
Av. Carrera 68 Grupo 2
Avenida El Rincón desde Av. Boyacá hasta Cra. 91 e intersección: Calle 127 Av. Boyacá
Av. Carrera 68 Grupo 1
Troncal Caracas Sur Tramo 1
Av. Carrera 68 Grupo 3
Av. Carrera 68 Grupo 8
Transmilenio Avenida Cali Grupo 1
Centro Fundacional Usaquén
Av. Laureano entre calles 170 a 193
Troncal Transmilenio Calle 13 tramo 2
Av. Carrera 68 Grupo 5
Refuerzo puente vehicular Av. Medellín ( Calle 80) por Av. NQS (Cra. 30)
Puente vehicular sobre la quebrada La Hoya del Ramo, Sector Cuatro Caminos Usme
Av. Carrera 68 Grupo 7
Av. Santa Bárbara y Av. Contador
Nuevo puente peatonal sobre la autopista norte con acceso al portal norte de transmilenio
Calles comerciales Engativá Carrera 112A entre la Calle 78 y Calle 80
Puente Vehicular Juan Amarillo
Malla vial Localidad de Usme
Avenida Alsacia Grupo 3
Avenida El Tintal Grupo 2
Red Venecia
Intersección a desnivel de la Autopista Sur con Avenida Bosa
Valorización Grupo 3 Zonas industriales montivideo y Puente Aranda
El Patio la Reforma
Reforzamiento estructural puente atirantado Ciudad Salitre (Av. Calle 24 por Av. Cra 68
Clable aéreo San Cristóbal
Corredor Carrera 7 de Cl, 99 a Cl, 127 – Construcción 3-1
Corredor Carrera 7 de Cl, 127 a Cl, 183 – Construcción 3-2
Corredor Carrera 7 de Cl, 183 a Cl, 200 – Construcción 3-3 Inlcuye el patio
Patio zonal Gaco
Carrera 40 (Av. Pedro León Trabuchy)
Operación Estratégica María Paz Corabastos
Ampliación estaciones Grupo 5
Cable aéreo Potosí
Valorización Acuerdo 724: Conexiones Transversales
Valorización Acuerdo 25 1995: Avenida Francisco Miranda (Calle 45) Desde la Cra 5 hasta la Cra 7
Ciclo Puente Av. Boyacá por Canal Salitre
Valorización Grupo 5 Zonas Industriales Montevideo y Puente Aranda
Estabilización de sitios inestables Grupo A
Estabilización de sitios inestables Grupo B
Estabilización de sitios inestables Grupo C
Estabilización de sitios inestables Grupo D
Terminación de la construcción de las calles comerciales a cielo abierto – Barrios Unidos y Engativá
Av. Jorge Uribe Botero
Paseos comerciales localidad de Kennedy

Sandra Forero hace nuevas denuncias por la contratación en alcaldías locales de Bogotá

Foto: Alcaldía local de Fontibón

La concejal de Bogotá por el Centro Democrático, Sandra Forero, asegura destapó durante la administración de Claudia López presuntamente, se direccionó la contratación en las alcaldías locales, para entregar más de $200 mil millones en proyectos de infraestructura de transporte, amañando los pliegos tipo adoptados por Colombia Compra Eficiente, para escoger a dedo a los contratistas.

 

La concejal afirma que, esta modalidad se llevaría presentado desde el año 2021, en la administración de Claudia López. En la que se ha evidenciado por medio de una investigación que, algunas alcaldías locales al parecer, estarían direccionando los contratos que se están otorgando.

De acuerdo con la cabildante, «se ha pasado de un promedio, de 63 oferentes en el año 2020, a 17 en el año 2023, mostrando una disminución del -73% de la participación. En cuanto a los habilitados en el sobre económico, se pasó en promedio de 47 en el 2020, a solo 9 propuestas habilitadas, es decir una disminución del -81%».

Explicó que las diferencias y diversidad de las mediciones de las entidades que contratan, Colombia Compra Eficiente, hizo un ajuste en los Pliego Tipo. Es por esto, que se expidió la versión 3 de los documentos tipo de licitación de obra pública, con una modificación del Formulario 1 de Propuesta económica, con lo que, se pretendía darle mayor libertad a las entidades para que pudieran realizar los análisis comparativos de la oferta económica, en atención a las necesidades de las diferentes entidades.

Sin embargo, este ajuste que, aplica solo para la propuesta económica, presuntamente, fue usado en las alcaldías locales, de manera ineducada, para direccionar los contratos a un solo oferente y no a la mejor propuesta.

Lo hacen compartiendo la fórmula que maneja un funcionario, quien presuntamente, se la comparte a un oferente para que su propuesta económica se ajuste exactamente a la oferta. Automáticamente, los oferentes que se pasan o se por un peso o los que su propuesta es inferior al monto de la oferta, quedan por fuera de la selección.

Dice Forero que no se entrega el contrato a la mejor propuesta o a la que más favorezca a la ciudad, «sino al oferente que presenta la propuesta con el presupuesto exacto».

Esta práctica se estaría repitiendo en las localidades de Usaquén, Usme y Fontibón las cuales presuntamente entregaron más de $20 mil millones cada una con estas artimañas restrictivas; y Ciudad Bolívar.

La concejal Sandra Forero dio aviso a los organismos de control para que coloquen atención a la manera como se viene contratando en las alcaldías locales de Bogotá.

Sandra Forero se une a las alertas por un posible apagón en Bogotá

La concejal de Bogotá por el Centro Democrático, Sandra Forero, se unió a las alertas que ha dado el alcalde, Carlos Fernando Galán, por un eventual racionamiento eléctrico en Bogotá por demoras en los trámites de sustracción de reserva forestal a los que no se ha dado respuesta por parte del Ministerio de Ambiente, lo que ha impedido que se construyan 313 torres de energía de los proyectos Chivor y Sogamoso citó a un debate de control político.

La cabildante asegura además que por falta de agilización en trámites en La CAR y en la Secretaria de Ambiente, no se han podido construir 6 subestaciones y dos líneas de trasmisión eléctrica de alta tensión importantes para garantizar el suministro de energía en la ciudad y la Región.

 

«El ‘fanatismo ambiental del Gobierno’, se ha dedicado a frenar proyectos sostenibles para la generación de energía en Bogotá y algunos municipios de regiones, lo que tiene a la capital en un retroceso continuo, que puede traer consigo una crisis energética con impactos negativos en diferentes campos», afirmó la concejal Forero

La concejal agrega que grandes obras de infraestructura y zonas importantes para la inversión y el empleo están en riesgo: “Uno de los 3 puntos de conexión de la Primera Línea del Metro está condicionado a la puesta en servicio de la subestación Porvenir y el Regiotram de Occidente, está condicionado a la puesta en servicio de las subestaciones Tren Occidente y Montevideo, las cuales están frenadas y dependen del otorgamiento de permisos y licencias”, puntualizó.

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Sandra Forero entra en la recta final por el premio que reconoce a los mejores líderes en el sector vivienda

La concejal de Bogotá por el Centro Democrático, Sandra Forero, fue escogida como finalista en los premios internacionales de GRI AWARDS Andean 2024 premios internacionales que reconocen a quienes se destacan en la expansión inmobiliaria en los países andinos; se evidencia dentro la categoría: ‘líderes en el sector vivienda.

Forero ha trabajado más de 35 años por el sector desde el ámbito privado, gremial y público. Se desempeñó durante 3 años como Gerente de Camacol Bogotá y Cundinamarca; después fungió como presidente de Camacol Colombia durante 15 años.

 

Fue la primera mujer en ser presidente del Consejo Gremial Nacional, quien, además, ha lidereado mesas de Desarrollo Urbano y Vivienda, de la Federación Interamericana de la Industria de la Construcción (FIIC) y de la Confederación Internacional de Asociaciones de constructores (CICA por sus silgas en inglés), compite en esta categoría con importantes personajes como: Eduardo Pérez Marchant (Parque Arauco), Francisco Rencoret (Territoria), Javier Salazar Flores (Besco Perú) y Roberto Moreno (Amarilo Panamá).

Los premios se llevarán a cabo en Colombia, en la ciudad de Bogotá el día 4 de septiembre en hotel JW Marriot.

Lea también: “Ya no es necesario pagar el concepto de Bomberos en Bogotá”, explica Sandra Forero