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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: simón gaviria

India emergente

Es normal que, en la turbulencia nacional, se pierdan mega tendencias internacionales. Y aun en este nuevo mundo multipolar, donde ya cinco de nueve países en Sur América tienen a China como su principal socio comercial, se vuelve imposible desconocer el crecimiento India, promediando mas de 6% anual este siglo. Este país ya es la quinta economía mundial en términos nominales y la tercera si se ajusta por poder adquisitivo. Anclarnos a los motores de crecimiento asiáticos garantiza nuestra futura prosperidad. Ahora que con esta Casa de Nariño nos estamos deslindando del mundo occidental, una apuesta por estrechar vínculos comerciales con India, por lo menos debería ser posible.

Intimidado por ataques políticos en contra de la libertad económica, el gobierno pasado declino la invitación para ser parte del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP). Este tratado, además de haber significado la consolidación de la Alianza del Pacífico, hubiera facilitado el comercio y la inversión entre Colombia y los países en la cuenca Pacífica. Con miembros que representan el 13% del PIB global como Australia, Canadá, Japón, Singapur, en total 11 países, el acuerdo simplificaba trámites, aranceles y protección a la inversión. Sobra decir que Perú, Chile y México astutamente dijeron que sí.

 

Muchos industriales lamentan cierres como Colmotores. Otros gremios se frustran al ver que las empresas que están dejando a China, no vienen a Colombia. En parte, se debe a la decisión de no hacer parte del TPP, pero en general por estar por fuera de las cadenas de valor global. Mientras tanto, México acaba de superar el año pasado a China como el principal exportador a EEUU. No podemos seguir repitiendo esos errores con India, tenemos una nueva oportunidad de acertar. Así como China se familiarizó con América Latina desde su ingreso al final de los 90s a la OMC, India hará lo mismo durante esta década.

Lectores de esta columna, pueden haber visto que en abril de 2023 India sobrepasó a China en población, que en agosto del mismo año se convirtió en el cuarto país en llegar a la luna, que los nuevos mandatarios del Reino Unido, Portugal e Irlanda son de ancestros de la India como lo es gran parte de la dirigencia de Silicón Valley, así como muchos colaboradores de la Casa Blanca. Según S&P, antes de finalizar esta década, India pasará a Japón, para ser la tercera economía del mundo en términos nominales.

A pesar de ser tan solo US$1.590 millones, las exportaciones de Colombia a India han crecido 15.5%, en promedio anual, durante las últimas tres décadas. Eso sí, hay que diversificar la canasta exportadora, el petróleo representa 72% de las exportaciones, seguido por el carbón y el oro. India, más que todo, exporta farmacéuticos, carros, motos y químicos, para lograr US$3,960 millones de balanza comercial. ¿Por qué no pensar en un tratado de libre comercio con India, suscribir otro tratado de protección a la inversión o ser el primer destino de empresas del subcontinente cuando abran operaciones en América Latina?

Dado que no participamos del crecimiento con China, ni de la cuenca del Pacífico, ni vamos a hacer TLC con Japón, ni con Vietnam, una buena apuesta podría ser India. Lo otro es seguir en lo mismo de los últimos 10 años que no es gran cosa.

Simón Gaviria

Helicópteros rusos

Para observadores de la relación bilateral, la decisión colombiana de declinar la oferta de vender 20 helicópteros rusos, Mi-17, por US$300 millones a EEUU, es por lo menos perpleja. Parecería puntualizar el hecho que Colombia ya no es el mejor aliado de EEUU en América Latina. Una nueva postura de neutralidad frente a Rusia, Irán, Venezuela, entre muchos, afecta nuestra relación con nuestro principal social comercial. La postura estadunidense de “no perder a Colombia” y creer en las buenas intenciones de Maduro parece estar cerrándose. Aun con el prospecto de reelección de Biden mejorando, Trump sigue llevando la delantera. Al habernos apartado de nuestra tradición bipartidista, la estrategia de solo hablar con los Demócratas puede salir cara.

EEUU venía de hacer un ejercicio similar con Ecuador, donde le entregó helicópteros nuevos gringos a cambio de viejos rusos, posteriormente estos acabaron colaborando en la defensa de Ucrania. Esta realidad incomodó a nuestro gobierno, al querer mantener su neutralidad entre Rusia y Ucrania. Los helicópteros parqueados en Colombia tienen 27 años de uso, con serias restricciones operacionales. Expertos consultados creen que aun con cuentas alegres sería difícil que su valor comercial pueda superar los US$45 millones. Por eso, la sorpresa de declinar tan generosa oferta como fue reportado en InfoDefensa. Demasiado amor por Rusia, dejar tanta plata en la mesa. La mayoría de la flota no es operacional por falta de repuestos.

 

Este episodio es uno de muchos que nos distancian más aun del mundo occidental. Si bien este esfuerzo es liderado por EEUU, los principales dolientes son nuestros aliados europeos. Amigos tradicionales como Francia, Inglaterra, Alemania, entre muchos, no solo han tenido que incrementar sustancialmente su gasto militar sino inclusive hacer planes para defenderse de una agresión rusa. Preocupante el silencio de Colombia frente a la violación de derechos humanos de Hamas que sigue reusándose a liberar los secuestrados. Entendiendo el matiz ideológico del gobierno de coyuntura, no son claros los beneficios de pasarnos de aliados de occidente para ser neutros. No hay mucho que Rusia, Hamas, o Irán puedan hacer por Colombia.

Las sanciones sobre Venezuela marcan el fin de un capitulo en la política exterior de EEUU frente a América Latina. El masivo flujo de fentanilo y inmigración de Venezuela está impactando la política doméstica de EEUU. Es probable que la armonía de principios compartidos de la última década transite hacia la exigencia de resultados en estas áreas. Es muy diferente la sofisticación del Departamento de Estado a la exigencia del votante que no comprende cómo su país está lleno de narcóticos y los migrantes aumentaron anualmente en un 366% durante 2023. Los titulares de prensa no ayudan.

Aunque la actual Casa de Nariño encuentre mayor simpatía con el ala de izquierda del partido Demócrata, se debe seguir conversando con los Republicanos. Nuestro éxito se ha basado en poder trabajar con todo tipo de administraciones. Aunque Biden se reelija en noviembre, la situación de América Latina frente a EEUU va a ser más exigente. Por ahora, demos por muertos los negocios entre Ecopetrol y PDVSA. Si gana Trump en noviembre, el cambio sería tan radical que eso da para toda otra columna. 

Simón Gaviria

Paz incompleta

El fin del conflicto armado de Colombia se da por pedazos, pero tras cada proceso de desarme se avanza. Los esfuerzos realizados con el M-19, EPL, los carteles de Medellín, Cali y Norte del Valle, las Auto-defensas, las FARC y otros ayudan, pero el hecho es que el conflicto persiste. Los espacios territoriales liberados por cada proceso requieren de fortaleza estatal. Se puede lograr el desarme de los grupos al margen de la ley, pero mientras no exista control del territorio, continúen las rentas extraordinarias, y no se avance en la reconciliación, la paz no será definitiva, solo transitoria.

Al analizar las cifras, sorprende el incremento del 11% de hombres en armas, documentado por Mauricio Vargas en su columna. Según su escrito, durante el primer semestre de 2023, el clan del golfo aumentó el pie de fuerza en 23%, las disidencias de Farc en 9%, Segunda Marquetalia en 6% y ELN en 5,3%. Es impactante que, en el momento del inicio del proceso de paz en 2012, según Min Defensa, las FARC no superaba los 6.700 efectivos y el ELN no alcanzaba los 1.500. La falta de control territorial significa que hoy hay 43,6% más miembros de guerrillas que antes del proceso de paz con las Farc. No solo hubo cambio de brazalete sino nuevo reclutamiento.

 

El actual proceso, a pesar de lo ambicioso, no ha progresado mucho. Según inteligencia militar, los efectivos han aumentando: ELN 6.158, disidencias de las FARC 3.860, Segunda Marquetalia 1.761, Clan del Golfo 5.000, Autodefensas Sierra Nevada 500, BACRIM Medellín 12.000 (Oacp), BACRIM Buenaventura 1.700 (Oacp), y BACRIM Choco 500 (Oacp). En total, hay 31.479 miembros de organizaciones criminales en procesos de negociación, 11.779 de guerrillas y 19.700 de diferentes tipos de BACRIM. Este desarme sería un éxito sin antecedentes, pero las negociaciones están crudas.

Se estima que tanto las FARC como AUC, en sus picos, llegaron a superar individualmente los 30 mil efectivos. Lograr de manera pacífica el desarme siempre es valioso, como dice Sun Tzu “la mejor victoria es vencer sin combatir” pero el problema es que la paz nunca es definitiva, hay que cuidarla. Puede ser fácil conseguir una desmovilización sin verdad, ni reparación a las víctimas, sin promesas de no repetición y sin cárcel. El problema es que esto generaría semillas para el próximo conflicto, especialmente si los factores de financiación siguen estando presentes.

Avanzamos con procesos de paz, pero la falta de control de territorio produce una aceleración del reclutamiento, el orden público esta en franco deterioro. Durante 2023 se incrementaron en 6,5% las masacres en el país. Expertos como Daniel Rico estiman que cada 8 hectáreas de coca financian la actividad de un miembro de grupos ilegales. Si bien esta relación temporalmente se suspendió durante el proceso de paz con las Farc, esta volviendo a su tendencia histórica.

En 2022, el aumento de siembra de coca fue del 61%, para llegar a 230 mil hectáreas. Los rumores de extorsión por doquier y sicariato en todo el país, inclusive en las zonas más seguras de Bogotá, van en línea con una esperada siembra de coca que puede llegar a las 300 mil hectáreas. Con otras fuentes como la minería ilegal y la trata de personas financiando el conflicto, creer en la buena voluntad de cabecillas es claramente insuficiente.

Simón Gaviria

Cuenta en dólares

 Dada la irresponsable política monetaria, Javier Milei está planteando dolarizar la economía argentina. Aunque ya el mismo les bajó el tono a las expectativas de corto plazo, mientras logra un ajuste fiscal, su espíritu reformador se siente en todo el país. Para Ecuador, tras años de desaciertos monetarios, la dolarización salvó la economía frenando la inflación. En Panamá, el uso de la divisa verde facilitó el comercio y permitió el desarrollo de su sector financiero. Tras décadas de populismo económico, es razonable que, en Argentina, la dolarización se piense como alternativa. Para Colombia no es el caso, el Banco de la República ha sido exitoso logrando la estabilidad de precios. Lo que si puede ser útil es permitir que se abran cuentas en dólares y otras monedas en el sistema financiero colombiano, el país tiene que seguir avanzando en libertad económica.

Dado el éxito de la independencia del Banco de la República y una tasa cambiaria flotante, en Colombia no tiene sentido abandonar el peso, se pierde más de lo que se gana. Poniendo a un lado las reflexiones sobre soberanía, la economía colombiana, a pesar de que EEUU es su principal socio comercial, no tiene sincronicidad con la economía americana. El precio del petróleo, el café y la minería tienen un impacto desbordado en la tasa de cambio. Los riesgos de encarecer el país, pero especialmente perder la posibilidad de fijar la tasa de interés acorde con la necesidad de la economía, es más dañino. Eso sí, habilitar la cohabitación cambiaria, específicamente permitiendo cuentas en monedas extranjeras, podría disminuir el costo del crédito, facilitar las coberturas cambiarias y frenar el éxodo de capital.

 

A pesar de los retos políticos del Perú en épocas recientes, la estabilidad económica es un pilar de nuestros vecinos. El sol es la moneda más estable de América Latina de los últimos 25 años, valiendo casi lo mismo que cuando fue introducida en 1999. Lo que diferencia a Perú es que su sistema bancario permite tener cuentas en dólares y que la moneda circule libremente. Dada la hiperinflación de los 80s, la economía peruana estaba de facto dolarizada, así como la Argentina. Al permitir el refugio del dólar al interior del país, se estabilizó la moneda y los precios sin un éxodo masivo de capital. Hoy tan solo el 34% de los depósitos bancarios son en dólares, pero el hecho que exista la posibilidad genera protección.

Con temores sobre la institucionalidad y problemas estructurales de crecimiento, muchos colombianos están optado por la solidez del dólar frente a un peso incierto. Si se pudiera abrir cuentas en dólares en Colombia, muchos de esos recursos se quedarían en el país en vez de irse a Panamá o Miami. Durante 2023 la inversión colombiana en el exterior creció 64%. Adicionalmente, el sector exportador podría tener créditos en dólares eliminando su riesgo cambiario que hoy puede costar 8% de ventas en coberturas. Tocaría hacer ajustes en materia de depósitos y provisiones, pero nada que no esté inventado. Los grandes beneficiarios serían los colombianos que reciben remesas que podrían obviar costos cambiarios. Es más, lo bueno que lo malo, la innovación en temas bancarios beneficia a todos.

Simón Gaviria

0,6% de Crecimiento

Las tesis de decrecimiento de Irene Vélez se acabaron imponiendo al interior del gobierno Petro, el desarrollo económico no es enemigo, pero no es prioridad. La ideología es más relevante que el resultado, o como diría el saliente director del DNP es un tema de la facticidad contra la validez. No es una coincidencia que la desaceleración económica de 2023 coincida con la menor ejecución presupuestal en 15 años. Tampoco, que un incremento del 64% en la inversión colombiana en el exterior en el 2023 coincida con la tasa de inversión como porcentaje del PIB más baja en 18 años. El freno impuesto sobre la economía tiene componentes ideológicos, así como de falta de experiencia en el sector público. En la Colombia de 2024, solo los gatos blancos pueden cazar ratones.

No debería existir temor a la tecnocracia, ni preocupaciones sobre una gran conspiración neoliberal. El grueso de la tecnocracia colombiana, más que de una ideología u otra, son personas que creen en políticas públicas basadas en evidencia, no son partidos políticos. Por ejemplo, la habilitación de inversión privada en infraestructura pública no existe para enriquecer privados, es un esfuerzo de reconocer que lo importante es el resultado. Las cosas que el sector privado hace mejor que el público, las debe hacer el privado. Adicionalmente, si alguna actividad es rentable y el presupuesto estatal está en su límite, puede permitirse para aliviar la carga.

 

En materia de autopistas, la aversión del actual gobierno a la inversión privada, resulta en que no hay autopistas nuevas previstas, la ANI podría tomar un descanso hasta 2026. Todo lo que se construye es lo que viene de atrás, lo demás son obras de menor alcance. La construcción con juntas de acción comunal suena bien, pero está circunscrito a vías veredales. Esta realidad se agrava si en el nombre de la conservación, ninguna licencia ambiental, incluyendo las de renovables, sale a tiempo.

El gobierno debería nombrar los comisionados de la CREG en propiedad, seis vienen en interinidad desde hace más de un año. Con tal de no nombrar comisionados, los cuales solo pueden estar encargados 3 meses, vienen rotando los encargados tres meses en cada vacancia. Entendiendo la alta exigencia de requisitos, seguro podrían encontrar gente afín a la tesis de transición energética. Estabilidad regulatoria permitiría mayor inversión, sostenibilidad ambiental y más empleo. Este es uno de muchos ejemplos regulatorios que son de forma y no de fondo, pero que ayudaría a fomentar el crecimiento.

Con crecimiento poblacional del 1% previsto por el DANE para 2023, si la economía crece solo al 0,6%, por definición, el colombiano promedio se empobreció durante este año. Esto no es un fenómeno regional, según la CEPAL, el promedio de crecimiento económico de América Latina en 2023 fue de 2,1%, Colombia ocupó el lugar 16 de 20. Estamos mal aún dentro de una región que no crece mucho.

Entidades como Corficolombiana prevén crecimiento del 1% para 2024, antes del mal dato de crecimiento de 2023. Esperemos que el gobierno, por lo menos, entienda que hay un problema. Sí es común hacer campaña política con poesía, pero desafortunadamente se gobierna en prosa. Después de una floja introducción, estaremos pendientes del nuevo capítulo.

Simón Gaviria

Retiro forzoso

No es urgente, pero si es importante, entender el acelerado envejecimiento que vive el país. Se estima un pico poblacional global en 2064 de 9.630 millones. En Colombia, esto ocurrirá antes, en 2060 tendremos 55,4 millones de habitantes. El bono demográfico donde la proporción de la fuerza laboral productiva supera la de menores de 18 años y mayores de 65, que empezó en 2002 se prevé acabe en 2047, según Naciones Unidas. Si se dice que los colombianos se vuelven dependientes cinco años antes, a los 60 años, se recorta el bono 20 años, a 2027, según USAID. Hay que aprovecharlo, de ahí en adelante es nadar contra la corriente, obligar a la gente a retirarse antes de que quiera hacerlo, no tiene sentido. 

Con el ingreso de la mujer a la fuerza laboral, la tasa bruta de natalidad bajó de 46,35 entre 1950 y1955 a 15,03 entre 2015 y 2020, según investigadores de la U. de Antioquia. Con este colapso de natalidad, de acuerdo con el DANE, en 2023 los adultos mayores de 60 años fueron 7.4 millones y sobrepasaron el 14,4% de la población. Más gente laborando hace más fácil el progreso económico, la lucha contra la pobreza y la prestación de servicios sociales. Si tomamos la decisión de decir que una persona se vuelve dependiente a los 60 años, el problema se vuelve urgente porque al bono demográfico le quedarían solo tres años. Debe haber un incentivo económico para que se siga trabajando, son personas que tienen mucho que contribuir a la sociedad para desecharlos.

 

Cuando el presidente Carlos Lleras fijó la edad de retiro forzoso en 65 años, en 1968, la expectativa de vida en Colombia era 60.87 años. Pero las mejoras en salud, hacen que los 70s de hoy sean hasta más saludables que los 60s de la época. Aún con un ajuste en 2016 que subió la edad de retiro a 70 años, dada la expectativa de vida publicada por el DANE en 2024 de 74 años, el ajuste es insuficiente. Tendría más sentido, si fuéramos consistentes con la lógica de Lleras, un retiro forzoso a los 75 u 80 años para garantizar que se mantenga por encima de la expectativa de vida.

Nuestro sistema pensional causa una mayor desigualdad en el país, donde después de pagar pensiones, somos más desiguales. El quintil más próspero en Colpensiones recibe el 50,8% de los subsidios, mientras el quintil más pobre solo logra el 4,3%. La reforma pensional que cursa en el Congreso, busca corregir esta injusticia con un sistema de pilares donde los subsidios cubran un mínimo vital para que después los cotizantes pasen a los fondos de pensiones. Entre más bajo sea el mínimo vital, de manera más positiva, la reforma va a impactar la equidad. El Congreso debe reflexionar en cómo la reforma pensional impacta las decisiones laborales, el trabajo voluntario es algo para incentivar.

El envejecimiento de la sociedad es un hecho cultural, así como económico. Si en los últimos 55 años los colombianos tienen una esperanza de vida de 14 años más, solo ese logro habla de una sociedad más próspera, más justa y menos violenta. Si aquellos nacidos en la década de los 60s siguen contribuyendo al país, será un largo periodo de creciente riqueza, si no les damos su importancia, el bono demográfico se nos acabará pronto. Los que queden produciendo serán menos que los que tienen que sostener.   

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La nueva tributaria

Ya vamos 15 reformas tributarias en los últimos 25 años, con la gravedad que la tributaritis se ha acelerado: Santos en ocho años hizo cuatro, Duque en cuatro años hizo tres, y, Petro en menos de dos años, ya va para su segunda. La mayoría empezaron con la promesa de ser estructurales, como esta, prometieron subir la renta de personas naturales para disminuir la exagerada renta corporativa. Según German Vargas más de 70,000 colombianos emigraron del país para no ser cobijados por el código tributario. En vez de pensar como apretar tuercas a los asalariados, no hay mucho que hacerles, se debería pensar en el tema de fondo: acabar el concepto de ingreso global de renta para los colombianos. En otras palabras, hacer el ajuste, pero limitarlo a los ingresos derivados en el país, para lograr atraer talento y reconstruir base tributaria. 

Tan innovadores como sean los asesores de Min Hacienda, por mucho tiempo mentes brillantes vienen asfixiando a grandes contribuyentes desde la DIAN para después ir a asesorarlos. Si bien el concepto de renta global existe desde 1974, en las últimas ocho tributarias una multiplicidad de multas, aumentos de impuestos, reglamentaciones anti-técnicas, y amenazas penales, hicieron a Colombia quedar 38 de 38 en el Índice de Competitividad Tributaria de la OECD. Tan “exitosos” fueron, que es probable que ningún gran contribuyente de persona natural todavía viva en el país o no haya pasado sus bienes a una sociedad en el exterior. Este proceso se aceleró cuando un falso temor de expropiación a la Venezuela del existente gobierno, llevó a muchos a empezar estas maniobras no solo por razones tributarias sino en defensa de su patrimonio.

 

Cuando un país solo tiene 12 convenios activos de doble tributación, donde ni si quiera está su principal socio comercial EEUU, el cual no comparte información tributaria, residir en Colombia obliga a un empresario globalizado a pagar impuesto dos veces. Una inversión en la Florida paga impuesto en EEUU y después en Colombia por la misma utilidad. Para aquellos colombianos cuyos impuestos genuinamente mueven la aguja fiscal, vivir en Colombia cuesta mucho. Los que se rehúsan a irse, muchas veces pasan sus activos a empresas en el exterior. No es que la nueva reforma tributaria nos vaya a empujar al precipicio, es que ya estamos en caída libre y no hay paracaídas.

Sin meterse en la complejidad de deducciones, ingresos declarados por personas naturales de rentas internacionales son $159 mil millones, la medida en el mejor de los casos recauda $55.500 millones. Puede que suene mucho, pero es ínfima en un presupuesto de $502 billones. Pagar solo por ingresos nacionales en persona natural haría al país más atractivo. Para nuestra diáspora, el ingreso global les hace prohibitivo regresar a Colombia, aún ya pensionados. Sobra decir, no somos competitivos contra destinos de segundas viviendas como Panamá o Republica Dominicana.

Ser competitivos no solo frenaría el desangre migratorio, inclusive si es bien diseñado, podría atraer personas de otras jurisdicciones. Atraer los colombianos de los más altos ingresos no solo mejoraría impuestos al pagar otros tributos sino mejoraría el emprendimiento. El beneficio tributario es mínimo para una medida que expulsa talento obviamente hay mucho consultor que depende de ella.

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Prohibicionismo ambiental

El retroceso de 10 puestos del 29 al 39 en el ranking del Foro Económico Mundial de Índice de Transición Energética ratifica que la estrategia de prohibicionismo ambiental por si sola, no garantiza resultados ambientales. Con mucho orgullo el gobierno sistemáticamente viene negando licencias ambientales de cobre, oro, concesiones de puertos, autopistas, inclusive de los proyectos de energías renovables. El colapso de inversión al nivel mas bajo como porcentaje del PIB desde el 2005 tiene varias consecuencias, pero desaprovechar el interés nacional e internacional de invertir en sostenibilidad claramente hace daño al medio ambiente. Las grandilocuentes exigencias en foros internacionales pierden fuerza si localmente no hay resultados en construir un economía mas sostenible. Negar los proyectos de desarrollo por “razones ambientales” tendrá un aplauso momentario, pero nos atrapa en la irremediable posición de quedarnos en mas de lo mismo. No hay iniciativa, no hay cambio.

Es razonable que el antiguo Fondo de Adaptación que imperfectamente venia haciendo la tarea que impone el cambio climático pase de Min Hacienda a Min Ambiente. Para empezar ese fondo debe alinear los variados proyectos de inversión a nivel territorial con las diferentes Corporaciones Autónomas. En vez de hacer tanto micro proyecto se debe hacer grandes iniciativas con una gran bolsa: solucionar la erosión costera del Caribe, resolver problemas de la mojana, prevenir deforestación en el Amazonas, etc.

 

Esperemos que a pesar del fracasado esfuerzo de fin de ano de elegir aliados de la Vice-Presidenta en estos cargos, se pueda dialogar con los directores, aunque no sea de la cuerda política del gobierno o sean apolíticos. Inclusive, a pesar de la desconfianza de la inversión privada del gobierno, la clave seria utilizar recursos públicos para jalonar inversión privada. Desafortunadamente el afán fiscal del gobierno debilito la posibilidad del pago impuestos con conservación en la ultima tributaria. Pensar en mecanismo de mercado para lograr la transición energética podría facilitar inversión extranjera.

Ahora que va a ser anfitrión de la COP 16 de Biodiversidad en el 2024 tiene muchas lecciones del mercado de créditos de carbono para promover bonos para financiar la protección de la biodiversidad. Si bien Colombia no es un gran emisor ni actual ni histórico de dióxido de carbono y tiene una capacidad intermedia de remediación, si es una potencia global en biodiversidad. El segundo país mas biodiverso del mundo en términos absolutos después de Brasil, el cambio climático esta arrasando con nuestra biodiversidad. Con la meta de proteger 30% de la biodiversidad global en la ultima reunión en Montreal, se debe construir la infraestructura institucional para que estos fondos se materialicen. Se debe validar proyectos, fijar prioridades de biodiversidad, tener mecanismos de verificación, vincular comunidades, y priorizar soluciones naturales. En materia de biodiversidad los recursos pueden ser sustanciales, pero hay que crear un mercado.

A la fecha no esta clara la estrategia de transición energética del gobierno. Ni si quiera a campanas que promocionen mejores hábitos de consumo en el hogar. Esperemos que estos recursos para el medio ambiente que históricamente tienen bajos niveles de ejecución por la falta de proyectos, no acaben nuevamente en manos de consultores ambientales. El gobierno encontrara que plan ambicioso de transformación hacia la sostenibilidad tiene mas aliados que su coalición de gobierno.

Penn, Harvard y MIT

El conflicto de Israel contra Hamas se está extendiendo mucho más allá del Medio Oriente, siendo su más reciente víctima la presidenta de la Universidad de Pennsylvania, Liz Magill. Es una conversación que genera pasiones y malentendidos. En este caso, las tres presidentas de Penn, Harvard y MIT, en sus declaraciones frente al congreso de EEUU, argumentaron que por sí solo un genocidio de judíos no violaba el código de conducta de estas universidades. La indignación fue de tal magnitud que, tras lograr la renuncia en Penn, varios activistas están apuntando a las otras presidentas.  El incidente creó un debate sobre doble estándar en la academia.

Lo increíble es lo sorprendidas que están las presidentes con la indignación. Su argumentación se basa en las sentencias de la corte suprema de EEUU donde opiniones por sí solas, aunque sean ofensivas, no pueden ser sancionadas. Una cosa es el estándar de comportamiento para consecuencias legales y otra cosa es el deber universitario de guiar al estudiante. Argumentar a favor del genocidio de judíos, armenios, musulmanes, católicos o cualquier raza o religión, no es aceptable bajo ningún contexto. No debe estar presente en ninguna universidad. Sobra decir que, dada la historia reciente del holocausto y sinnúmero de actos anti-semitas, estas amenazas tienen credibilidad.

 

En algunas de estas instituciones, las teorías del presentismo, donde se ve la historia con los estándares morales de hoy, está construyendo una nueva moralidad. Es la lógica que lleva a condenar a Abraham Lincoln como racista y que durante el paro llevó a tumbar estatuas de los “colonizadores” de Colombia. Bajo sus nombres en inglés, estos “woke” reconstruyen la sociedad en función de “opresor” y “oprimidos”. Es un mecanismo de justificación de cualquier acto del oprimido para derrotar al opresor. De aquí, muchas voces lamentan que Hamas haya violado abuelas y asesinado niños, para después entrar a justificarlo. De la deshumanización de los israelís es que salen los llamados de genocidio contra los judíos. Es una nueva moralidad que es equivocada.  

Especialmente sorprendente es lo que sí viola los estatutos de conducta de estas universidades. En los casos de sexualidad, se le da preferencia a la “verdad emocional” por encima de la ciencia. Si una persona se declara no binaria y alguien decide no utilizar los pronombres preferidos de esa persona, se constituye un acto violento y amerita suspensión. Carole Hooven, exitosa profesora de Harvard, que reconoce la fluidez en las preferencias sexuales, no estaba dispuesta a retractarse de la idea que la sexualidad biológica es binaria, fue tan agredida que le tocó dejar la universidad de Harvard. Hay tolerancia para unas ideas, pero para otras no, es claramente anti-liberal.

De la caricaturización del árabe como terrorista, sale la indolencia por sus víctimas, un fenómeno que también se debe combatir. Todos podemos ser más incluyentes en temas raciales, religiosos y preferencias sexuales. Esto se logra en la búsqueda de la verdad que puede ser incomoda y lastimar sentimientos. Si bien el contexto histórico es importante, robarle a una persona su individualidad al reducirlo meramente a la sumatoria de su perfil demográfico, puede ser el acto más discriminatorio posible.

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Desastre en salud

Por: Simón Gaviria

En la historia reciente del país no hay antecedentes de gobiernos con menos éxito legislativo. A estas alturas del partido, el único logro sustancial es una tributaria que se despedaza en cada sentencia judicial. El quijótico esfuerzo de la reforma a la salud solo ha hecho daño, el gobierno aun ganando, pierde. Todas las voces moderadas socialdemócratas salieron, para depender de un equipo de izquierda con limitada experiencia. A pesar de este sacrificio, nunca hubo un vocero que explicara a los colombianos como se benefician de la reforma. Lo más absurdo es que el proceso ha sido tan accidentado que probablemente se caiga la totalidad de la iniciativa por vicios de trámite.

 

Se perdió una oportunidad para tener una conversación sobre temas fundamentales de la salud. No se está discutiendo la integración vertical, no se fortalece el control de precios de medicamentos, no se creó un control de precios de procedimientos, no se diferencian esquemas en el territorio, ni se implementan estándares de calidad. El giro directo, que creamos en 2014, se fortalece, pero podían lograrse sin el caos que se esta creando. Lo sustancial no se aborda o queda sujeto a reglamentación.

Entendiendo que la puesta en escena del sector salud es difícil de entender para los que no siguen el sector, ningún vocero explicó qué quiere Min Salud. Solo parece un afán de acabar con el aseguramiento para dar un paso hacia la estatización del sector, llamar la salud “paramilitar” destruye el debate. Nadie entiende para qué destruir la meritocracia en el sector. Es probable que desde que empezó la conversación, el gobierno no haya sumado un aliado ni en el congreso ni en la opinión publica.

Desde la sentencia T-760 que declara la salud como un derecho fundamental, las reformas estructurales del sector deben ir por la comisión primera, pero la falta de votos hizo que la reforma fuera por la séptima. Tampoco se presentaron razones de fondo para acumular todos los proyectos de ley de salud. En varias ocasiones durante su trámite, se interrumpieron irregularmente votaciones, violando la Ley 5. De la misma manera, se han hecho anuncios extemporáneos una vez levantadas las sesiones. Además, las diferentes facultades extraordinarias y artículos estatutarios, se han votado sin las mayorías requeridas. Si la Corte Constitucional sigue con su jurisprudencia de vicios de trámites, el proyecto ya está muerto.

Mucho esperó la izquierda colombiana para llegar al poder, la agenda de reformas es pobre. Revivir las ideas económicas de los años 70s les gustará a algunos, pero no es la respuesta para resolver los problemas del siglo XXI. Después de la troika de reformas pensionales, laborales y salud esperamos que finalmente venga algo innovador. Al perseguir con tanta intensidad legislativa y administrativa los privados en salud, es probable que el gobierno logre quebrarlos, pero nadie les va a otorgar eso como una justificación para reformar el sistema. Más bien deberían resolver el “peaje” del Invima que tiene a Colombia con escasez de medicamentos y sin la capacidad de ampliar la producción nacional.

Las primeras legislaturas son las más fáciles, lástima que de esta no está quedando nada, lo que viene es mucho más duro. Aunque gane un pulso político, el gobierno ya perdió.

PDVSA Y Ecopetrol

Antes de descartar esta alianza, se necesitan más detalles. Naturalmente hablar de una fusión, de cualquier naturaleza, no tiene ningún sentido. Toca salir antes de ser novios y de ahí al matrimonio hay mucho camino. El actual gobierno corporativo de PDVSA no es garantía frente al riesgo de intromisión estatal en las decisiones de inversión o selección de proveedores. Hay otros mecanismos de asociación que podrían ser beneficiosos para ambas partes. Los actuales proyectos de gas propuestos parecen no ser viables, en el corto plazo, el deterioro de la infraestructura, no permite avanzar. Aun así, las posibilidades de cooperación son evidentes en varios aspectos de la cadena de valor. Lo clave radica en precisar son los detalles.

Aunque la actual producción de petróleo de Colombia es 30% mayor a la de Venezuela, ellos son un Goliat a nuestro David. Venezuela no solo es un miembro fundador y actor fundamental de OPEC, sino que la naturaleza de su crudo definió la política de refinación de EEUU desde los 70s hasta los 00s. Con 77.500 millones de barriles probados de petróleo convencional y 235.000 millones de barriles no convencionales, Venezuela ostenta las mayores reservas petroleras del mundo. Las reservas de Colombia raspando pasan los 2.000 millones de barriles. Sin sanciones, Venezuela podría aumentar su actual producción de 500 miles barriles diarios hasta seis veces ese valor. Ayudar en el renacer del sector de hidrocarburos venezolano, no solo le prestaríamos un favor a un país hermano, sino que el dividendo económico para Colombia sería transformacional, yendo más allá del petróleo.

 

Además de sus vastas reservas, hay pozos disponibles que podrían recuperarse rápidamente. PDVSA podría facilitarlos para que Ecopetrol realice las inversiones y operaciones necesarias. Esto podría garantizar una regalía para PDVSA, permitiéndonos trabajar juntos, pero no revueltos. Nuestra exposición puntual sería el entorno venezolano y la incertidumbre geológica, riegos medidos con una compensación sustancial. Esto, bajo el supuesto de que EEUU levante sus restricciones sino seria muy riesgoso.

Las conversaciones entre la oposición y el gobierno venezolano avanzan, pero fácilmente se pueden descarrilar. La decisión de anular la consulta de la oposición no es alentadora, y la demora en liberar presos estadunidenses tampoco ayuda. Aunque el levantamiento de sanciones anunciado por EEUU abarca al sector de hidrocarburos, el hecho de no levantarse para varios líderes venezolanos, mantiene la parálisis funcional. Si los avances en garantías democráticas persisten, sería excelente que Ecopetrol estuviera de primero en la fila. El contraste de Colombia frente a Venezuela, hace de nuestro país una opción óptima para manejar operaciones binacionales.

No solo tiene el 18% de las reservas mundiales de petróleo, Venezuela también es próspera en gas, oro y otros metales. Si Venezuela recupera su ritmo económico, sería un gran alivio para el sector industrial colombiano. Ante la ausencia de demanda interna en Colombia, la posibilidad de volver a vender productos básicos a Venezuela sería un alivio para los industriales y agricultores colombianos.  Esto, más un marcado aumento en los dividendos de Ecopetrol, hacen que evaluar la posibilidad valga la pena.

Simón Gaviria

Nubarrones económicos

El año 2023 luce menos dinámico que 2022 en términos de crecimiento económico, y lo más preocupante es que 2024 no pinta nada bien. En el primer trimestre de 2023 la economía se desaceleró a 3.0% y en el segundo trimestre el crecimiento fue solo un 0.3%. Esto obedece a la disminución de demanda interna, la inversión como porcentaje del PIB colapso a 16.9% en el primer semestre, el nivel más bajo desde 2005 (excluyendo anomalías de pandemia). Ya muchos países nos están tomando ventaja, por ejemplo, EEUU con tasa de renta corporativa de 21%. Si no se dan pasos para facilitar la inversión, el panorama económico se puede deteriorar materialmente en 2024. No se está sembrando para cosechar si hay hambre, el gobierno está avisado.

Existe un ciclo económico observado donde los salientes mandatarios locales tienen su máximo nivel de ejecución su último año, después hay un freno cuando llegan los nuevos gobernantes, quienes empiezan a diseñar su plan de desarrollo. Se espera que en 2023 este fenómeno sea menos pronunciado, ya que el gobierno nacional optará por frenar esquemas de cofinanciación con regiones que no gobierna la izquierda, la gran mayoría. Para 2024 el gobierno debe pasar la página, trabajar con todas las regiones del país, la venganza no da resultados.

 

Los actuales motores de crecimiento, remesas e inversión minero-petrolera, se deben a factores externos. Si se mantiene el actual ritmo, es probable que ambos factores logren estar cerca de los $50 billones para 2023. Buenos precios del petróleo atraen inversión, no importa la hostilidad regulatoria, igualmente robustos mercados laborales en EEUU y España tienen un impacto en remesas. El deterioro de la demanda interna debería ser algo a lo que el equipo económico le haga seguimiento.

Una actitud de “yo no me opongo a la inversión privada” no es suficiente, se deber pensar en cómo promoverla. El fenómeno de El Nino no es culpa del gobierno, pero el hecho que, según XM a octubre soló haya entrado el 16% de la capacidad de generación eléctrica prevista, por lo menos debe hacer reflexionar al gobierno. Esos 5.546MW ausentes en el peor de los casos nos salvarían de un apagón, pero como mínimo su ausencia hará más cara la energía para la industria y los hogares en el primer semestre de 2024.

Con proyecciones de crecimiento entre el 0.8% y – 1.5% para 2023 y cifras de desempleo del 9.3%, hay una de dos opciones: o las mediciones de mercado laboral del DANE están equivocadas o hay una caída sustancial de productividad. Puede que haya un fenómeno de medición de mayor emigración de colombianos, el regreso de venezolanos y un aumento de tele-trabajo. Si confiamos en las cifras del gobierno, el aumento del empleo con bajo crecimiento, por mera matemática significa baja productividad. El impacto se verá en una disminución en el incremento del salario mínimo.

James Carville decía que, si pudiera reencarnar en algo, le gustaría ser el mercado de deuda para hacer intimidar a todo el mundo. Déficits masivos durante la pandemia salvaron a la economía colombiana, pero nos dejaron sin mucho margen en este momento. El crecimiento del futuro, si viene, necesita inversión privada. Si empieza un deterioro en las cifras sociales, el margen de maniobra del gobierno será cada vez más estrecho.  

Simón Gaviria Muñoz

Elecciones territoriales

Se tiene que conocer mucha filigrana de política regional para desglosar los resultados de quién ganó y quién perdió en el marasmo de coaliciones políticas. Difícil entender cómo les fue a los partidos detrás de coaliciones como Quinchía Avanza o Compromiso por Belén, dado que hay dinámicas únicas en cada municipio. Lo que sí quedó claro, es una insatisfacción profunda sobre la actual dirección del país. Los esfuerzos de la maquinaria estatal de desviar candidaturas contrarias al gobierno, fracasó. Sería útil para el gobierno nacional, actualmente compuesto solo de dirigentes de izquierda, trabajar constructivamente con los nuevos mandatarios. Por lo menos, muchos de ellos serían capaces de ejecutar los billones de pesos de presupuesto durmiendo en cuentas bancarias.

Al limpiar los resultados electorales territoriales con las votaciones puras de las corporaciones públicas, ya es más claro el panorama de los partidos.  En lo regional la mayor votación fue Liberal (2,430,000 a concejo), seguida de la Conservadora (1,900,000 a concejo) un resultado similar arroja las cifras de asamblea. Esto sin tener en cuenta que muchos de los congresistas de estos partidos, avalan gente de otros movimientos porque no caben en sus listas.

 

Esta situación también ocurre en elecciones unipersonales, donde muchas veces más de un liberal o conservador aspira, pero al existir solo un aval y una lista, muchos optan por inscribirse por otra colectividad. El alto costo de las consultas hace casi inviable la democracia interna y, de lograrse esta, los medios de comunicación crucifican a los candidatos que participan. El resultado acaba siendo el camuflaje en otras personerías, para después votar al Congreso por estos congresistas. Un fenómeno facilitada por recientes fallos, los cuales duplicaron el número de partidos. 

Esta realidad debería conducir a una reforma política que reconozca los matices ideológicos al interior de los partidos. Nadie debería tener que irse de su partido simplemente por mecánica electoral. Los partidos deberían poder conformar varias listas para las elecciones, incluyendo las unipersonales. En el caso Liberal podría haber una “social-democrática” pero al mismo tiempo una “libertaria.” En el Conservador una del “social conservatismo” y otra de “Salvación Nacional.” En la izquierda un esfuerzo como este se hizo con éxito para el congreso en el Pacto Histórico, pero las reglas electorales lo destruyeron en regionales. Hay un valor inmenso de voces independientes, pero cuando el coctel de apoyos es tan diverso que los candidatos son todo a la vez, pierde la democracia. Mayor claridad ideológica crea más responsabilidad política para los candidatos con sus electores.

Tanta incertidumbre que se vive en la conversación nacional, llevó a que muchos votaran por certezas en lo local, personas que ya habían ejercido el cargo o tenían múltiples aspiraciones. Le haría mucho bien al gobierno no enfrascarse en luchas conceptuales, si busca tener resultados en lo social. El mensaje del gobierno de sectarismo de primero reunirse con los que votaron con Pacto Histórico no es positivo. Al siguiente día del resultado, el peso se revaluó, ojalá alguien en el gobierno hable con la gran mayoría del país, aunque esta opine diferente.

Simón Gaviria

COP 28

El sistema de conferencias de las partes del cambio climático ocurre anualmente para evaluar y proponer avances. En su versión 28, prevista en Dubái a finales de noviembre, resultó polémica la designación de Sultán Al Jaber a presidir la reunión. El es Ministro de Industria y Tecnología Avanzada, pero también es presidente de la petrolera estatal. Varios activistas argumentan que existe conflicto de intereses, considerando que EAU no solo es miembro de OPEC, sino que es uno de los principales exportadores de petróleo.  Sin embargo, dado el sustancial esfuerzo diplomático, es posible que se abra un debate interesante: ¿Puede la industria de petróleo ser carbono neutro? Todo indica que sí.

Se celebró inmensamente el esfuerzo de la COP 21 en París, por ser el primer evento donde se alcanzaron metas concretas frente a la disminución de emisiones de gases efecto invernadero (GEI). El logro no es una camisa de fuerza, cada país, con la regulación que escoja, puede definir lo que va a lograr en reducción. De esta manera, es la presión de la ciudadanía y la comunidad internacional la que conduce a lograr la meta colectiva. Lo que falta es regulación para los sectores más contaminantes globalmente, incluyendo el petróleo, ya que las responsabilidades nacionales no permiten acuerdos. Nadie quiere de manera individual ser el único que asume costos, perdiendo competitividad.

 

Así como era necesario un feroz anti-comunista como Nixon para que EEUU hiciera la paz con China, puede que sea el presidente de una petrolera estatal el que nos genere los primeros estándares comúnmente aceptados para los sectores más contaminantes. Tras conversaciones con más de 50 presidentes de petroleras, se está generando un protocolo para lograr el deseado petróleo verde antes de 2050. No solo eso, también se lograría un entendimiento sobre acero, aluminio y cemento. El propósito puntual antes de 2030 sería ser emisores neutros de metano avances que se pensaban hasta poco impensables.

Sí existen voces de ONGs buscando la eliminación gradual de hidrocarburos, pero puede que estemos lejos de esta meta. En la última COP en Glasgow, se estuvo cerca de un lenguaje que gradualmente eliminara el uso de carbón térmico. El énfasis de esta COP estará más enfocado en modernización que en prohibición. EEUU con EAU están pujando duro al sector de hidrocarburos a desarrollar el mercado de hidrógeno, fomentar las tecnologías de captura de carbono, eliminar el metano e incrementar de manera exponencial las energías renovables. Toda esta agenda debería estar replicándose en Colombia, pero se ve poco de este esfuerzo en la política pública.

Razonablemente, Min Minas está enfocando en la eminente crisis de El Niño, pero Min Ambiente, Hacienda, DNP, ANH y Ecopetrol podrían ser mayores protagonistas. En todos los sectores de modernidad, el potencial de Colombia es masivo, se podría generar la posibilidad de que en país también ocurra la innovación. Sabiendo que rogar para intercambiar deuda por conservación tiene poco futuro, Colombia debería liderar la integración de mercados globales de carbono, pero ni si quiera se ha creado el mercado nacional. En lo diplomático, lo perfecto es enemigo de lo bueno, si somos inteligentes entenderíamos que los vientos globales soplan a nuestro favor.

Freno del consumo

Una manera de entender el bienestar es ver los productos que compra el ciudadano. El dato recién publicado en julio evidencia una contracción del 8.2%, siendo la segunda mayor caída de 2023. Los vientos de impulso al consumo que nos dejó la pandemia, se están agotando. No hay motor de crecimiento local, el estímulo son las remesas, las cuales presentaron un incremento en septiembre del 12%, a un récord de US$8,187 millones, y el sector minero-energético con inversiones de US$8.009 millones es el único segmento de inversión extranjera directa que aumenta con un 38,8%. Aunque los datos de desempleo mejoraron en casi 1.0% frente a junio, el PIB del segundo semestre registró una caída del 3.9%. El gobierno debería pensar en un plan anti-cíclico que impacte la demanda pero que, con señales regulatorias, incentive la inversión privada nacional.

Naturalmente, el incremento de tasas de interés frenó los ritmos de crecimiento del crédito al consumo, se pasó del 20% a tan solo el 3.7% nominal en julio. Según RADDAR marco un decrecimiento del 5.2% de consumo per cápita real en Colombia. Solo en cinco categorías hay incrementos en consumo, según el DANE: bebidas no alcohólicas (14.2%), licores y cigarrillos (10.0%), aseo personal (5.0%), artículos de uso doméstico (4.0%), y libros, periódicos y útiles (3.0). Lo demás, todo cae con varias categorías en dos dígitos. El fenómeno cobija los cinco principales departamentos más Bogotá existe decrecimiento continuo de las ventas minoristas desde noviembre de 2022. Sin motor de crecimiento interno, el colombiano está dejando de comprar.

 

En un contexto donde se dan señales hostiles regulatorias contra el capital privado y se presenta un deterioro en la seguridad, el país es más vulnerable a los vaivenes internacionales. Inclusive, a pesar de señales de mercado de expansión, muchos industriales se mantienen al margen, dados los altos niveles de incertidumbre. Las remesas reflejan la salud de los mercados laborales de Europa y EEUU que benefician la diáspora colombiana, mientras el auge minero-energético del gobierno Petro más que, inducido, es un síntoma de altos precios. Las promesas de auges turísticos, agrícolas o industriales no se están materializando en las cifras. Una desaceleración del contexto internacional podría tener una repercusión desmedida en lo local.

Varias iniciativas del gobierno podrían traducirse en un programa de reactivación económica: transición energética, vivienda rural, reorganización programa de subsidios, reindustrialización, etc. A la fecha estas ideas no cuentan con un CONPES que las aterrice ni un respaldo presupuestal que las magnifique. Aunque antes de iniciar nuevo gasto, es necesario enfocarse en ejecutar lo ya comprometido, considerando que al final de julio el gobierno solo había comprometido el 32.5% de su presupuesto asignado.

Si el segundo semestre sale igual que el primero, hay que tener un programa listo para el próximo año. Los nuevos alcaldes y gobernadores son lentos en ejecución mientras aprueban sus planes de desarrollo, y esto sumado al Niño, cada vez más intenso, el año 2024 no pinta para nada bien. El descenso en consumo de los hogares colombianos debería ser una alarma para generar acción. Entendiendo la coyuntura, la omisión puede ser un pecado.