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Confidencial Noticias 2025

Etiqueta: Vías terciarias

Corte Constitucional tumba decreto que permite a las Juntas de Acción Comunal construir vías terciarias

La Corte Constitucional dejó sin efecto el Decreto Ley 1961 de 2023, que creó creó el INVIR para de esta manera desarrollar proyectos de infraestructura vial regional, habilitando la contratación directa con diversas organizaciones sociales, étnicas y comunitarias, sin requerir procesos de licitación pública.

Para Corte estas disposiciones vulneran el artículo 150, N 10 de la Constitución, «porque el presidente de la República excedió las facultades extraordinarias otorgadas por el Congreso en la Ley 2294 de 2023».

 

Para la Corte, el presidente de la república no tiene las facultades para firmar tal decreto y de paso modificar las condiciones establecidas en el régimen de contratación estatal porque con esto se pueden afectar los principios de transparencia, la igualdad y la selección objetiva en los procesos contractuales.

Por último, determina que el INVIR deberá someterse al al régimen general de la administración pública.

Sobre las vías 4G en Antioquia

En el debate de control político por las obras 4G realizado el pasado 10 de abril en Plenaria de Cámara, manifesté la necesidad de superar la polarización frente a este tema, porque pierden son las poblaciones[1]. Y en un mensaje de paz, como firmante del Acuerdo, manifesté la necesidad de avanzar en la reconciliación y en la justicia social en el departamento.

En ese sentido es clave  la conexión de Mutatá con Quindó  (120 km), para cerrar esa brecha de conectividad con Vigía, Murindó, Bojayá y Carmen de Atrato. Se necesita conectar Urabá con Unguía y Acandí, conectando mucho más Chocó con Antioquia y el acceso a los mares.

 

Antioquia cuenta con 28 mil  km de vías: de ellas 21 mil km son terciarias y 5 mil secundarias, de las cuales solo dos mil están pavimentadas. En los 20 municipios PDET de las subregiones de Antioquia hay 396 vías terciarias de las cuales las comunidades manifiestan constantemente quejas por el mal estado de estas vías, por falta de mantenimientos y reconstrucción de infraestructuras vitales para el uso de las mismas. Teniendo en cuenta que  existen los rubros para terminar las 4G en el departamento, se le podría invitar a la gobernación a destinar los dineros de la “vaca” para la ejecución, construcción, rehabilitación y mantenimientos de vías terciarias y secundarias de suma importancia para el comercio y el turismo del departamento.

Sin duda alguna el mejoramiento de las vías terciarias impactaría positivamente en la economía del país, tal y como lo contempla el Plan Nacional de Vías Terciarias planteado por el Acuerdo Final de Paz en el marco de la Reforma Rural Integral. Este plan tiene el propósito de lograr la integración regional, el acceso a los servicios sociales y a los mercados, incidir favorablemente sobre el precio de los alimentos como garantía del derecho a la alimentación y mejorar los ingresos económicos de la población campesina.

Frente a las 4G en Antioquia los recursos del Presupuesto sí estarán asegurados, y para la manzana de la discordia del Túnel del Toyo, se destinó  un presupuesto para su finalización, pero con la claridad de que se irá examinando qué tanto se están ejecutando los proyectos para ver las prioridades. “Es un ejercicio de priorización que nos pidió el Presidente para ver en qué van cada una de las obras y que comencemos a ver qué hacemos porque necesitamos el recurso para otros proyectos de gran impacto social. Esto implica renegociar las vigencias futuras viendo el grado de avance de cada una de ellas” (El Tiempo, 2024).  

El Gobierno quiere renegociar las vigencias futuras de los proyectos de infraestructura actuales, teniendo en cuenta que se busca satisfacer necesidades de la población en otro tipo de ámbitos, en ningún momento se ha mencionado que no se girarán los recursos ya comprometidos para estas obras de gran importancia para el país.

El departamento de Antioquia cuenta con siete iniciativas en el INVÍAS y ocho en la Agencia Nacional de Infraestructura, que en total suman $3,7 billones de pesos, la Gobernación de Antioquia recientemente precisó que se trata de 2,5 billones de pesos el recurso faltante para la terminación de las obras viales.

El Túnel Guillermo Gaviria Echeverri (Túnel del Toyo) es la obra principal de la vía que conectará a Medellín y Urabá en menos de 4.5 horas. Dicha obra consta de 2 tramos. El tramo 1 (Giraldo – Cañasgordas), está a cargo de la Gobernación de Antioquia e incluye el Túnel del Toyo (9.84 km). Este tramo se encuentra en un 90% completado tras aproximadamente 8 años de ejecución, lo que ha costado a la Nación alrededor de 1.7 billones de pesos.

El tramo 2 (Giraldo – Santa Fe de Antioquia), está a cargo del Instituto Nacional de Vías (INVIAS), y consta de 11 túneles, 13 puentes, 13.29 km de vías. Está en ejecución hace 2 años y 6 meses; se encuentra en un 79% completado y ha costado 1.34 billones de pesos. El costo total de la obra hasta el momento ha sido de 2.64 billones de pesos y los recursos comprometidos por la Nación han sido puestos a disposición sin falta en cada vigencia.

Adicional a lo anterior el ministerio de hacienda en reiteradas ocasiones ha manifestado que para resolver los recursos adicionales a este macroproyecto se deben a los retrasos en la entrega de las obras, plantea que existen múltiples estrategias como valorización, concesionar parte de la obra, el aporte de recursos por parte del departamento, y la concurrencia de diversas fuentes de financiación que quedó contemplada desde el PND. En consecuencia, no puede afirmarse que es una orden del presidente Petro desfinanciar los proyectos viales de impacto nacional que pasan por el departamento de Antioquia.

Finalmente, que el presidente diga que es prioridad el acueducto para más de 600 mil familias del Urabá no significa de ningún modo que el gobierno esté desconociendo la importancia de esta obra estratégica, ni mucho menos que vaya a dejar de aportar los recursos comprometidos.

Pedro Baracutao


[1] https://www.instagram.com/reel/C5trlCQPTpK/?igsh=MTNraG9nZ3VoOWxleA==

Caminos comunitarios para la paz

A los ancianos del campo y a los jóvenes de la ciudad los separan cientos de kilómetros de malas carreteras y siglos de desarrollo.

Eric Hobsbawm, Historia del Siglo XX

 

El pasado 3 de abril en sesión ordinaria de la Comisión Sexta se citóa Debate de Control Político al director de Invías y al ministro de Transporte para presentar un informe detallado sobre el avance del programa caminos para la paz total. Desde nuestra curul ayudamos a postular tramos identificados las JAC en municipios de Chocó y Antioquia. La mayor dificultad para los organismos comunales es tener al día su papelería legal. En la idea de poder ayudar en esta gestión hemos desarrollado espacios de capacitación y de socialización de la Ley 2166 de organismos comunales (https://pedrobaracutao.com/cartilla-jac/).

Este programa aunque va lento es una apuesta decidida por implementar el punto 1 del Acuerdo Final (Reforma Rural Integral) y el Plan Nacional de Vías Terciarias que contiene este Acuerdo. En este sentido el PND construyó el programa “Caminos comunitarios para la paz total”, a través del cual se busca el mejoramiento de las vías terciarias de la Colombia rural con el apoyo de las JAC. Hace un año se realizaron las convocatorias para que las JAC identificaran las vías: hay 23 mil tramos identificados y seleccionados para la ejecución. En el 2023 se ejecutaron 234 mil millones de pesos y ya hay firmados 1035 convenios (2 ya se terminaron, hay 9 en proceso de cierre para redondear 11 tramos).

Es una ejecución todavía muy incipiente, pero es comprensible en un modelo que por primera vez vincula decididamente a las JAC. Al momento hay 6100 tramos pendientes de documentación. Este año se van a suscribir 450 convenios más, para un total de 1485 convenios suscritos con las JAC, algo histórico en un país lleno de carteles de contratación y viciado de centralismo. Una dificultad ha aflorado en todo este proceso y es que las JAC carecen de capacitación en temas legales y de gestión, para esto se han realizado 400 reuniones de capacitación a las JAC.

En el caso de Antioquia, el municipio de Frontino ya cuenta con un convenio firmado para intervenir tramos críticos de vías terciarias. Se interviene con placa huella dichos tramos, a los tramos intermedios o en mejor estado se les hace un arreglo superficial y también se intervienen las alcantarillas que permiten drenar este tipo de vías. Sabemos de las dificultades que ha tenido este gobierno en temas de ejecución presupuestal, pero no es por falta de voluntad política sino por trabas al interior del mismo Estado cooptado durante más de 200 años de vida republicana por élites reaccionarias al cambio, fundada justamente en “una de las divisiones agrarias más desiguales del mundo. A comienzos del siglo XXI, el uno por ciento de los terratenientes posee más de la mitad de la tierra cultivable del país” (https://insightcrime.org/es/investigaciones/elites-crimen-organizado-colombia-introduccion/).

Sin embargo, trabajamos diariamente para que el gobierno del cambio llegue a los territorios más olvidados, por eso hemos realizado más de 18 Audiencias Públicas en el territorio nacional, este año 2 en el Urabá antioqueño que busca por fin superar la violencia y la desigualdad estructural que ha padecido, y donde el presidente en el marco del “gobierno con el pueblo” anunció la implementación de una “reforma agraria femenina”. Y es que allí el liderazgo de las mujeres rurales, étnicas y campesinas, es una realidad en el marco del posacuerdo y la esperanza del Urabá como remanso de paz.

El Ministerio de Transporte se comprometió a entregar un informe mensual sobre la ejecución de los convenios para las vías terciarias, tramo a tramo. Por ahora no se abren convocatorias para postular más tramos, sino que se van a generar estrategias de apoyo a las JAC que ya se postularon. Es un desafío intervenir los 23 mil tramos postulados, pero con un ejercicio de gestión, organización y voluntad política se podrá sacar adelante esta apuesta de transformación en la ruralidad, lo cual está consignado también en el Pacto Bicentenario y los Pactos Territoriales que representan la ruta de trabajo conjunta y articulada entre Nación y territorio para los próximos cuatro años en Colombia.

Pedro Baracutao

Fondo Colombia en Paz pone la primera piedra en obras de vías terciarias en Caquetá

Con la presencia del director ejecutivo del Fondo Colombia en Paz, Wilmer Leal Pérez, hoy puso la primera piedra para el inicio de las obras de construcción de once tramos de vías terciarias en los municipios de Morelia, Valparaíso y San José del Fragua en el departamento del Caquetá que están cobijados por el Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial, PDET.

La iniciativa tiene una inversión total de $53.000 millones de pesos y es ejecutada por el Fondo Colombia en Paz en alianza con la Agencia de Renovación del Territorio, GOPA Infra y cuenta con la financiación de la cooperación alemana a través del Banco de Desarrollo KfW.

 

“Un agradecimiento especial a los alcaldes y al Gobernador que han apoyado la ejecución del programa, a los alcaldes entrantes también les manifiesto mi intención de seguir trabajando por el departamento, el sueño de la paz sin lugar a duda requiere de un trabajo mancomunado”, agregó Leal.

Por parte de la Embajada de Alemania en Colombia estuvieron presentes la consejera jefa de cooperación, Kathleen Beckmann, y el director de KfW Colombia, Álvaro Berriel, además de representantes del Gobierno Nacional.
La construcción de los corredores viales terciarios impactará de manera positiva a más de 23.000 habitantes de estos municipios y permitirá la intervención en puntos críticos que afectan la calidad del transporte. La obra, incluye: placa huellas, alcantarilla, box coulvert y muros de contención.

“El Fondo Colombia en Paz es un instrumento para que las comunidades tengan lo que les corresponde, la justicia social como base del desarrollo”, puntualizó el director.

El objetivo principal del programa piloto, que cuenta con una inversión total de 14 millones de euros, es el mejoramiento de la conectividad de estos territorios para traer beneficios a las comunidades en términos de desarrollo social y económico.

Ingeniería y no politiquería para las vías terciarias

Hace un mes la pequeña ingeniería estaba en alerta máxima porque según los anuncios del Gobierno Nacional, el programa de Vías Comunitarias para la Paz Total se iba a hacer con las Juntas de Acción Comunal -JAC- dejando por fuera a los profesionales del gremio (ver artículo Alerta máxima para la pequeña ingeniería). Después de hacer los cuestionamientos y escuchar a los directivos del INVÍAS en sus explicaciones detalladas sobre el programa, ha desaparecido la alerta y ahora hay que ponerse a planear cómo apoyar y participar en el muy importante programa y vigilar que se cumpla lo planeado y expresado por ellos.

Atendiendo la solicitud que les hiciera la Sociedad Colombiana de Ingenieros -SCI-, los ingenieros Juan Alfonso Latorre y Edgar Jesús Rojas, director y director técnico del INVÍAS, explicaron en detalle el programa y respondieron las preguntas de los miembros del gremio, después de lo cual no queda duda que todas las obras se harán con el concurso pleno de la ingeniería en todas sus actividades.

 

El programa tiene la ambiciosa meta de intervenir en este gobierno 5,000 kilómetros de vías terciarias y secundarias, del orden de 200 kilómetros por departamento, con una inversión estimada de 8 billones de pesos. Hay que aplaudir esta meta que tanto estaba haciendo falta, pese a que sea una cantidad mínima en comparación de las necesidades del país si se compara con los cerca de 300,000 kilómetros estimados que hay en todo el territorio nacional, pero que está completamente limitada por la disponibilidad de recursos monetarios de inversión.

El objetivo del programa es la transitabilidad de corredores de alto impacto, que obedezcan a las necesidades más sentidas en las regiones que permitan desarrollar sus actividades económicas y sociales de forma fluida.

El inventario de las vías a intervenir se logró mediante de un trabajo de planeación en la dirección del INVÍAS con base en la convocatoria a las JAC que la atendieron con postulaciones de vías en las que participaron del orden de 29,000 y culminaron el proceso 23,000 en todo el país. Y su priorización obedece a la habilitación de los corredores que respondan a las necesidades de la producción de las regiones, y ha coincidido con priorizaciones existentes como la de Planeación Nacional según los funcionarios. Otro criterio de priorización es la facilidad de la intervención y así lograr el mayor número posible de vías mejoradas.

El director del INVÍAS hizo énfasis en que el proceso ha sido técnico y no político, y para despejar toda duda sobre la vulnerabilidad a la politización del programa comentó que aunque en este tipo de convenios con las comunidades no aplica la Ley de Garantías (desde julio por el próximo proceso electoral) él, personalmente, no firmará ningún convenio después de junio.

El programa tiene dos estrategias: Transitabilidad y Mejoramiento.

De los 8 billones de pesos, 2 billones se asignarán a la estrategia de Transitabilidad y será llevada a cabo mediante Convenios Solidarios con Juntas de Acción Comunal cuyo valor unitario será del orden de 150 millones de pesos, en los cuales la ingeniería estará a cargo de los ingenieros de las 26 Direcciones Territoriales del INVÍAS que están siendo reforzadas con más ingenieros dedicados a trabajar directamente en el territorio, viabilizando las solicitudes de las comunidades, diseñando, acompañando y supervisando los tramos de vías que se estén interviniendo.

Otros 5 billones de pesos se invertirán a través de la estrategia de Mejoramiento contratada por obra pública con Pequeñas y Medianas Empresas -PYMES- de ingeniería, en la que ojalá se puedan privilegiar aquellas que sean de las mismas regiones, y tendrán montos superiores a 1,000 millones de pesos en cada contrato. Los diseños para la contratación y la supervisión de las construcciones también serán llevados a cabo por los ingenieros del INVÍAS.

Y para las zonas de conflicto en donde no se lograría de otra forma, los Batallones de Ingenieros del Ejército Nacional ejecutarán del orden del 10% del programa.

Con base en las explicaciones de los dos funcionarios se puede afirmar que el programa sí está concebido para ser realizado con el concurso necesario de profesionales de la ingeniería en todas sus actividades como lo establece la Ley 842 de 2003 para este tipo de trabajos. Como debe ser.

Dos aspectos finales para destacar. Todo el programa está siendo llevado a cabo sin papeles; desde las postulaciones de vías por las JAC, su ubicación georreferenciada, la Viabilización por parte de los ingenieros del INVÍAS, los diseños, los reportes de supervisión, los pagos a las JAC y a las PYMES, todo el proceso sistematizado en la plataforma de la Entidad. Magnífico ejemplo para las demás entidades. Y el segundo es muy importante: el uso de nuevas tecnologías para el diseño y construcción de las vías de acuerdo con las realidades y posibilidades de cada territorio, y no solo la construcción de “placa huella” que son costosas y no necesarias en muchos casos: veremos soluciones de estabilización de las superficies que ofrecen reducciones de costos que permiten hacer más kilómetros con la misma inversión. Una demostración de ingenierías aplicadas a los trabajos de las vías.

Como lo hemos dicho desde esta columna en múltiples oportunidades, nada tan multi-objetivo como las vías terciarias: apuntan a reducir los cultivos ilícitos al hacer competitivas las tierras para producir y transportar productos diferentes a la coca (que no necesita vías para ser transportada), y por ende, apuntan a la paz en los territorios y al desarrollo y bienestar de las comunidades campesinas que los habitan, además de la posibilidad de soñar en producir para la seguridad alimentaria nacional y la exportación de productos agrícolas generando negocios interesantes para el campo y divisas para el país. Objetivos todos de carácter superior.

 

Rafael Fonseca Zárate
@refonsecaz

Alerta máxima para la pequeña ingeniería

La insistencia del Gobierno en no contar con la ingeniería en los caminos comunitarios para la paz total le pasará una cuenta de cobro muy dura a la pequeña ingeniería. Y no se trata de que las Juntas de Acción Comunal -JAC- no trabajen y no participen de su desarrollo local. Al revés, se trata de que ese desarrollo local quede bien hecho con el concurso de la ingeniería, como debe ser.

Desafortunadamente se han manejado imprecisiones por el presidente Petro para empujar esta iniciativa. La primera tiene que ver con que los caminos comunitarios los hacen los grandes contratistas, y la segunda, que las comunidades cuidarán y rendirán la platica. Lo cierto es que los caminos comunitarios los ha hecho la pequeña ingeniería, a punta de órdenes de trabajo como se les decía antes, o pequeños contratos. Y lo segundo niega nuestra realidad, cada vez más aplastante, en la que los políticos en el ejecutivo o en el legislativo se les olvida que la corrupción es rampante y no se puede tener la ingenuidad de planear programas o políticas contando con la honorabilidad de la gente. Menos cuando se sabe que hay una probabilidad importante que las JAC sean presa fácil de politiquería y corrupción. No menor es la preocupación de que el INVÍAS vaya a manejar una inversión de 8 billones de pesos a través de las JAC por todo el país, a toda velocidad y sin estudios mínimos.

 

Pero el problema va más allá, y no solo se puede dejar como un clamor de la pequeña ingeniería, que de paso, también tiene derecho a su trabajo. Es un un problema legal: en la Ley 842 de 2003, reglamentación del ejercicio de la ingeniería, dice con toda claridad que

“ARTÍCULO 2o. EJERCICIO DE LA INGENIERÍA. Para los efectos de la presente ley, se entiende como ejercicio de la ingeniería, el desempeño de actividades tales como:

  1. a) Los estudios, la planeación, el diseño, el cálculo, la programación, la asesoría, la consultoría, la interventoría, la construcción, el mantenimiento y la administración de construcciones de edificios y viviendas de toda índole, de puentes, presas, muelles, canales, puertos, carreteras, vías urbanas y rurales, aeropuertos, ferrocarriles, teleféricos, acueductos, alcantarillados, riesgos, drenajes y pavimentos; oleoductos, gasoductos, poliductos y en general líneas de conducción y transporte de hidrocarburos; líneas de transmisión eléctrica y en general todas aquellas obras de infraestructura para el servicio de la comunidad” (subrayado por fuera del texto original).

Así las cosas, el programa del Gobierno, impulsado velozmente por el INVÍAS, no se puede hacer sin quebrantar esa ley. El programa nacería con vulnerabilidad jurídica entonces. Se ha mencionado que el ingeniero del municipio pondrá la ingeniería necesaria, lo cual a su vez es poco factible dado que en la mayoría de los municipios no se cuenta con un ingeniero idóneo para asumir toda esa responsabilidad.

Y es que una pequeña obra veredal, como lo es un camino en las montañas, suele enfrentar problemas geotécnicos que de no estudiarse y diseñarse bien podrían generar posteriormente fuertes problemas ambientales (erosión, remociones en masa o derrumbes como se les conoce coloquialmente) que tengan impactos desde pérdida de vidas hasta taponamientos que impidan el flujo de la economía de sus habitantes. No es como dice el INVÍAS, que obritas como un box-culvert (alcantarilla rectangular de dimensiones importantes y que hace las veces de un puente), alcantarillas, pavimento (la famosa y no siempre buena “placa-huella”) e increíblemente la aplicación de nuevas tecnologías (!!) se podían construir sin un ingeniero responsable que sepa, no solo interpretar planos y especificaciones, controlar la calidad de los materiales y la construcción, sino interpretar las condiciones cambiantes del terreno y de la realidad en la obra que impliquen tomar decisiones apartándose del diseño original o pedir ayuda calificada.

La mejor forma de armar un desastre es subestimar los riesgos que implica todo trabajo de ingeniería, y más, haciendo carreteras en la difíciles geografía y geología de nuestras húmedas montañas. Así sean pequeñas carreteras comunitarias ¿no es lo deseable para todos, las mismas comunidades y el país en general, que queden bien? No es, como se ve, solo un tema de contratación. Pero en ese frente jurídico se pueden provocar verdaderas avalanchas, que no le convienen ni al Gobierno ni a las comunidades porque ponen en riesgo la ejecución del programa.

En la misma Ley se puede advertir que los funcionarios tendrían implicaciones legales por infringir los siguientes artículos: artículo 14 “El servidor público que en el ejercicio de su cargo, autorice, facilite, patrocine, encubra o permita el ejercicio ilegal de la ingeniería…”, artículo 33, literal h: “Proteger la vida y salud de los miembros de la comunidad, evitando riesgos innecesarios en la ejecución de los trabajos…”; artículo 34, literal a: “Ofrecer o aceptar trabajos en contra de las disposiciones legales vigentes…”; artículo 35, literal b: “Respetar y hacer respetar todas las disposiciones legales y reglamentarias…”; artículo 39, literal d: “…ser guardianes de los intereses de sus clientes…” es decir, las comunidades atendidas.

Y también allí se especifica que el Consejo Nacional de Ingeniería -COPNIA- tendría que actuar por oficio, artículo 60, numeral 3. Revisando las responsabilidades del COPNIA que aplicarían a este caso específico, se encuentran: artículo 26, literal e: “Denunciar ante las autoridades competentes las violaciones al ejercicio legal de la ingeniería…”; literal f: “Denunciar ante las autoridades competentes los delitos y contravenciones de que tenga conocimiento…”; el difícil literal m: “Con el apoyo de las demás autoridades administrativas y de policía, inspeccionar, vigilar y controlar el ejercicio profesional…”; y el literal p: “Velar por el cumplimiento de la presente ley y de las demás normas que la reglamenten y complementen…”. Lo ideal sería, que como órgano consultivo del Gobierno, le recomiende lo antes posible que no vaya a cometer esta infracción enorme y busque la forma de involucrar la ingeniería requerida.

Si queremos ayudar a la gente del campo a cosechar todos los impactos positivos de los caminos comunitarios que hemos aplaudido en varios artículos anteriores, hay que hacer las cosas bien. Y por supuesto, legalmente. Este es un llamado al Gobierno y sus funcionarios para que repiensen en conjunto con los ingenieros como mejorar el programa de caminos comunitarios para la paz total para que salga bien, en todo sentido, en paz.

Rafael Fonseca Zárate
@refonsecaz

Vías terciarias, Juntas de Acción Comunal: el camino a la solución o al desastre.

Los anuncios de la campaña sobre las vías terciarias van haciéndose realidad en el Gobierno. Gran noticia para el país por su carácter multipropósito: redención del campo por facilitar su competitividad e impactar positivamente en la seguridad alimentaria y en la exportación de productos del campo cuyos mercados mundiales estarán permanentemente en ascenso, una fuerte herramienta de paz y de integración y una dura talanquera contra el narcotráfico y la guerra que genera.

Este “qué” tiene que ser un propósito nacional; solo la miopía o intereses oscuros de los Gobiernos anteriores no le dieron la prioridad que requería. Ahora que el Gobierno tiene la buena intención de buscar la solución tenemos que estar cuidando el “cómo” lograr todos esos beneficios para los actores directos y para todo el país: el solo hecho de tener cómo sacar una cosecha de yuca y que pueda competir dentro de la economía campesina contra la coca (que no necesita la misma logística: se puede transportar un kilo de pasta de coca sin vías regionales, aún a pie. Ver referencias (1) y (5)), representaría un cambio de proporciones enormes para la historia nacional. Pero tenemos un riesgo que nos podría llevar a un desastre, mucho peor de lo actual.

 

La fórmula para mejorar y ampliar el inventario de vías terciarias, veredales, vecinales o regionales, como se les quiera identificar, está ya muy desarrollada en nuestra propia Colombia y nada menos que en departamento del Cauca, quizás el de mayor conflicto. Y lo más paradójico es que hoy en día se exporta permanentemente esa experiencia a través de los organismos multilaterales que sí han sabido aprovecharla y la llevan a otros países en donde han avanzado lo que nosotros no hemos podido. Es increíble esto. Ver referencias (1), (3) y (4). Hay experiencias en el Invías, incluso con Cooperativas de Trabajo Asociado, que al parecer van funcionando bien desde tiempo atrás. Faltan implementar mejores soluciones de pavimento que la llamada “placa-huella” que resulta muy costosa frente a las más de 240 patentes de productos y tecnologías que existen en EE. UU (sin contar las que haya en otros lugares del mundo). Esto es importantísimo porque el atraso que tenemos es monumental y así mismo la inversión requerida. Tendríamos del orden de 325,000 kilómetros de vías en el campo colombiano. Solo unos 15,000 kilómetros estarían en buen estado. Ver referencias (3) y (4).

Los anuncios sobre la idea de que las Juntas de Acción Comunal -JAcs- puedan ser contratistas del Estado, causan preocupación porque de ser verdad muy posiblemente se enturbiaría el resultado, tanto desde el lo técnico como desde lo político.

Desde lo técnico es inconcebible que se vaya a preparar el camino para que las vías terciarias no tengan ingeniería; esto asegura, de una vez, que en el mediano plazo obtendremos un fracaso, tanto funcional en las mismas vías como ambiental. Si los profesionales de las disciplinas que deben intervenir, ingenieros civiles, de vías y transporte, ambiental y de proyectos, realizando labores de diseño, dirección técnica, construcción en los casos de vías nuevas, interventoría, control, enseñanza y capacitación entre otras, no van a ser parte del desarrollo de esta infraestructura, deberíamos entonces preguntarnos ¿por qué en el mundo sí se necesitan y en nuestro país no? Algo no cuadra. Desde luego, como en la mayéutica socrática, sabemos la respuesta: el resultado no sería bueno, pronto esas carreteras tendrán una disponibilidad bajísima por derrumbes y destrucción por agua lluvia principalmente además de causar unas heridas irremediables al medio ambiente por deforestación y erosión, sin contar que seguramente serán mucho más caras porque serán pensadas para pasar por las fincas de los más influyentes en las localidades y no siguiendo el bien general, y no contarán con formas nuevas de pavimentar mejores y menos caras. Sería un error absurdo.

Desde lo político no es menor el impacto negativo posible. Las JACs deberían ser en su esencia organismos participativos buscando el bien común local. Pero en nuestro medio pueden ser presa fácil de las ambiciones personales y eso se conecta automáticamente con los políticos que ofrecen facilitar las adjudicaciones de partidas para los caminos que se propongan a cambio de votos y de corrupción. Y los políticos saben perfectamente cómo hacerlo: de hecho, las vías han sido la caja preferida con la que los políticos se llevan los recursos públicos a sus bolsillos y al de los electores inescrupulosos que les venden su voto, y así logran reelegirse una y otra vez. Un verdadero atentado contra la democracia pero que lamentablemente vivimos cada vez que hay elecciones.

Los políticos siempre piensan en reelegirse una y otra vez: ¿por qué no lo harían los de este Gobierno? El resultado sería pocas y malas vías terciarias, echando al traste todos los beneficios citados y generando una enorme corrupción llevada hasta las entrañas mismas de nuestra ruralidad. Esa, en la que se quejan de que no les llega el Estado. Con este funesto resultado, sí les habría llegado y con su característica más pronunciada: la corrupción generalizada.

Para escribir estas líneas conté con un valioso panel de ingenieros expertos con quienes discutimos detalladamente la integralidad del tema después de lo cual logré obtener estas conclusiones.  Estuvo Otoniel Fernández, el mencionado experto internacional aprovechado en otros países de la mano del BID, la CAF y el Banco Mundial, pero desperdiciado aquí, donde más lo necesitamos porque es en Colombia donde tenemos el problema asfixiante del narcotráfico; sus aportes en el conocimiento exacto de lo que pueden o no pueden hacer las JACs y cómo tener éxito involucrando plenamente a las comunidades campesinas en su desarrollo: todo está ya inventado, todo está ya probado, todo ha sido exitoso. Conté también con el conocimiento en contratación de los ingenieros Rodrigo Fernandez, muy conocido por sus trinos en contra de corrupción en las licitaciones, Jorge Enrique Montoya e Ivan Rodriguez, quienes adicionalmente llevan años estudiando las vías terciarias.

Gran parte de la paz total pasa por las vías campesinas. El Gobierno Petro tiene una enorme oportunidad de pasar a la historia por dejar un gran legado o por generar un desastre. Hay que lograr mantener las vías actuales y hacer muchísimas más. Implica un esfuerzo descomunal pero también así de grande sería el éxito. Hagamos la contratación correctamente, con la técnica necesaria y una gran participación campesina. Que todos ganemos en el país. Y ese gran legado le propiciaría más éxitos dentro de una creciente democracia. El camino contrario sería un desastre para el país, para la democracia y una herida profunda en la Colombia profunda. Cuidado.

 

Artículos antecedentes que ayudan a comprender todo el tema tratado:

(1) A pico y pala las vías terciarias para la paz, la prosperidad y ahora para la post pandemia, ConfidencialColombia, 2020

(2) La pequeña y mediana ingeniería está muriendo por la endemia de la corrupción en la contratación estatal, ConfidencialColombia, 2021

(3) Los caminos de la vereda campesina, de la paz y la prosperidad, a pico y pala (1/2), ConfidencialColombia, 2022

(4) Los caminos de la vereda campesina, de la paz y la prosperidad, a pico y pala, ConfidencialColombia, 2022

(5) Agricultores pequeños: productividad similar, pero no así su competitividad, ConfidencialColombia, 2022

 

 

 

Los caminos de la vereda campesina, de la paz y la prosperidad, a pico y pala

Con base en lo expuesto en el artículo anterior, ahora es el momento de reseñar la buena experiencia en la contratación de vías terciarias con las JAC, de reclamar que las vías terciarias no pueden seguir siendo la caja de los congresistas, de hablar sobre el esquema institucional requerido, y de declarar que las vías terciarias son un objetivo estratégico nacional. Todo a continuación.

Buena experiencia en la contratación de vías terciarias con las JAC pero falta la mayor parte

 

Actualmente el INVÍAS maneja alrededor de 250 contratos con Juntas de Acción Comunal -JAC– ocupando 2625 trabajadores para atender el mantenimiento rutinario de 8,840 kilómetros de vías terciarias. En los años 80 se crearon precooperativas de trabajo asociado para mantener entre 30 y 50 kilómetros cada una, que para la segunda parte de los años 90 llegó a tener 500 de estas cooperativas. Frente a los 325,000 kilómetros (estimados) de vías terciarias este cubrimiento es poco, y aún cuando se le sume toda la gestión de los entes territoriales la realidad que enfrentamos es que en este frente nos hace falta la mayor parte del trabajo. Es un tema en el cual existe buena experiencia y múltiples beneficios pero que inexplicablemente no le han parado bolas los gobiernos.

En una presentación reciente (Congreso Nacional de Ingeniería) el Invías explicó la situación actual: el año anterior invirtieron en construcción y mejoramiento, y en mantenimiento de la red terciaria 5.6 billones de pesos para atender 14,828 kilómetros (379 millones por kilómetro en promedio) de los cuales 5,037 en construcción y mejoramiento y 9,791 en mantenimiento. Dos realidades se muestran aquí: (1) que la intervención resulta muy poca respecto al total, pese al esfuerzo que haga el Gobierno y el Instituto (con recursos del Presupuesto General de la Nación PGN, Regalías, Obras por impuestos y Cooperación internacional), y (2) las intervenciones unitarias salen muy costosas por lo que es preciso encontrar alternativas a lo actual con otras tecnologías y formas de contratación.

Por ejemplo, la famosa “placa-huella” que tiene un costo actual de entre 1,000 a 1,250 millones de pesos por kilómetro, debe dejarse exclusivamente para pendientes altas en zonas lluviosas, mientras que para lo demás pueden encontrarse alternativas como: el uso de asfaltita que representa una buena solución de pavimento ya que dado el bajo tráfico de la vía puede incluso manejarse “a mano”, y es ampliamente disponible en el territorio nacional; o simplemente, el mantenimiento de la rasante se puede hacer manualmente siempre y cuando sea frecuente. Aquí es donde las JAC campesinas pueden jugar un papel muy importante para disminuir los costos de mantenimiento, y en combinación de otros actores, los de construcción y mejoramiento.

Lo anterior significa que el potencial es enorme. Para atender alrededor de 325,000 kilómetros se necesitarían unos 150,000 trabajadores permanentes; una persona puede atender entre 2 a 5 kilómetros de labores de limpieza y conformación de cunetas, rocería, limpieza de alcantarillas, limpieza y recolección de basuras, tapar baches, limpiar cauces en el cruce de puentes, sembrar vegetación para control erosión y demás requeridas para el mantenimiento de la vía.

Y con todos los beneficios asociados al programa, estamos hablando de un impacto superlativo para una gran parte de los 11 millones de personas de la Colombia rural.

Las vías terciarias no pueden seguir siendo la caja de los congresistas

Pero hay recomendaciones de fondo que hacer para cuidar desde su inicio un programa tan valioso para el país. De las múltiples discusiones al respecto en el seno de la Sociedad Colombiana de Ingenieros desde años atrás, he decantado algunas sugerencias para el nuevo Gobierno, con la esperanza que susciten reflexión y cuidado, y una mayor discusión para asegurar un planeamiento adecuado.

El primer problema en la inversión pública en el país está en la falta de priorización. Es normal ver grandes contratos de aceras en poblaciones que no tienen agua potable, hospital o colegios bien dotados. Este y otros defectos de planeación, como mala estructuración y falta de maduración, se producen por la injerencia nociva de la politiquería priorizando negocios personales corruptos de los dirigentes de turno. Contra ello, principalmente, es que hay que proteger esta iniciativa.

El esquema de fondos que maneja el Gobierno central a los cuales pueden acceder los municipios y departamentos es el camino perfecto para que los parlamentarios y el Ministerio del Interior establezcan “negociaciones” para intercambiar apoyo a las iniciativas gubernamentales por asignaciones de inversiones a alcaldes “amigos” de esos parlamentarios. Lo que se ha demostrado recientemente es que todos sacan tajada de esas “relaciones” evaporando la inversión pública (parques Sacúdete, las regalías para la paz, etcétera).

Por lo que es necesario que los dineros para las vías terciarias no tengan esa ruta y el nuevo gobierno gestione unos recursos de destinación específica en el Presupuesto General de la Nación, cuyo trámite lo puedan hacer los alcaldes sin intermediación de ningún político: sin requisitos adicionales en el caso de mantenimiento (conservación de las vías) para que sirvan para remunerar a las JAC campesinas, y para inversión en nuevas vías después de su aprobación de la autoridad ambiental (hay que revisar su impacto directo e indirecto: hay que tener un especial cuidado en que la penetración a regiones selváticas no se convierta en mayor deforestación).

El esquema institucional requerido

El esquema institucional para el mantenimiento podría ser el siguiente: los municipios y departamentos declaran sus vías terciarias en el Invías, en una oficina que se dedique a la gestión de esos recursos en el Presupuesto General de la Nación -PGN- con base en índices (kilómetros que puede atender una persona dependiendo del tipo de topografía e hidrología) que conocen ya en el Cauca (experiencia del ingeniero Fernández), en los Comités de Cafeteros y los petroleros. Los recursos se trasladan a municipios y departamentos a las Asociaciones Municipales de JACs para su gestión de contratación y pagos a las JAC, con dedicación específica al mantenimiento de un camino veredal (vía terciaria) y cuya interventoría le corresponderá a la secretaría de infraestructura de cada municipio o departamento en cabeza de ingenieros civiles que hagan un rol más integral, de verdaderos gestores, y sean los maestros que enseñan sobre toda la técnica y la tecnología a aplicar a todos los demás actores.

Para las nuevas vías o mejoramientos grandes es necesario conservar una función central que permita intercambiar las buenas experiencias entre las diversas regiones, departamentos y municipios. El Invías no solo está listo sino que tiene la experiencia, las normas, manuales de diseño, de interventoría y últimamente ha estado activo en tecnologías de construcción. Y tiene oficinas en las regiones a través de las cuales puede capacitar a los actores, recomendar tecnologías, verificar el desempeño de lo recomendado y así irrigar ese conocimiento al resto del país. Para participar en esto el instituto no tiene que ser el super contratador; en últimas terminaría siendo el firmador de convenios interadministrativos (como en parte lo es hoy) que contienen la ruta corrupta que expuse arriba, haciéndose los de la vista gorda para que municipios y departamentos contraten amañadamente.

Las licitaciones de diseño y construcción deben estar basadas en el municipio o en el departamento (según sea la propiedad de la vía), sin intermediarios ni para-entidades (asociaciones de municipios, entidades y “fondos” mixtos, entidades pro-desarrollo, etcétera) cuyo único objetivo es evitar los controles para la correcta inversión de los recursos públicos (saltarse la poco usada Ley 80 de contratación estatal). El municipio promedio nacional, que es débil en estos procesos, lo mismo que algunos departamentos, podrán apoyarse en la metodología que compilará el Invías para este fin, en conjunto con el gremio de la ingeniería nacional -SCI- que es órgano consultivo del Gobierno Nacional (Ley 46 de 1904) y que también tiene regionales en todo el país. Cada proyecto de una nueva vía debe ser bien madurado para pasar a la instancia de aprobación medioambiental, las CAR, para que la mayoría del trabajo y las aprobaciones se gestionen regionalmente. Lo ideal es que toda la contratación sea muy local o regional, como sería obligatorio en el caso de las JAC campesinas, de la propia vereda.

Las vías terciarias son un objetivo estratégico nacional

Por la importancia de los múltiples beneficios que emergen en torno a las vías terciarias, hay que declararlas proyectos multipropósito y en su conjunto un objetivo estratégico nacional.

Hasta hoy a alcaldes y gobernadores les ha tocado mendigar (cabildear) los recursos para las vías terciarias a congresistas que son los que mueven a los funcionarios del Ministerio del Interior en la trama de corrupción extensa que ya se conoce (ver caso ilustrativo de senador Castaño). Por el contrario, al ser un objetivo estratégico nacional, las vías terciarias deben tener sus recursos asignados, de destinación específica, desde el Presupuesto General de la Nación.

Y al ser contratadas en gran parte con las JAC campesinas, por fin el Estado tendrá una forma masiva de estar vinculado al campo, haciendo presencia y llevando valor a su gente.

 

* @refonsecaz

Fotografía: una minga campesina e indígena haciendo mejoramiento en una vía terciaria en el departamento del Cauca, 2014.