En una alianza estratégica, entre la Alta Consejería para los Derechos de las Víctimas la Paz y la Reconciliación y el IDARTES, víctimas de desplazamiento forzado como consecuencia del conflicto armado interno en el país, fueron vinculadas en un proceso artístico, cultural y pedagógico, con el fin de rescatar sus capacidades histriónicas y a partir de ellas, sensibilizar a la ciudadanía sobre la situación de esta población vulnerable, a través de la convocatoria “Arte y Memoria”.
La propuesta presentada por la dramaturga, poetisa, actriz y directora de la Corporación Colombiana de Teatro, Patricia Ariza, fue la ganadora de la beca Arte y Memoria, en ella, revela el drama de hombres, mujeres, niños y niñas que arrastran con su memoria paso a paso; “Huellas” llegará al Teatro Jorge Eliécer Gaitán, el viernes 25 de octubre a las 10:00 am en función especial para colegios y Universidades, a las 3:00 p.m para Víctimas del conflicto, organizaciones de víctimas y defensoras de Derechos Humanos y el sábado 26 de octubre a las 8:00 p.m. en función abierta a todo público.
“Huellas, mi cuerpo es mi casa”, es un performance que rinde homenaje a la población desplazada de Colombia, que enfrenta el destierro, cargando con el peso del desarraigo y el miedo al olvido. Una obra conmovedora que cuenta con la participación de 30 personas que son víctimas reales, en situación de desplazamiento y 45 artistas profesionales de teatro, danza, canto y música.
“Huellas”, escrita para evitar que la costumbre nos ciegue ante la realidad que enfrentan miles de familias, se trata de un acontecimiento artístico de integración entre artistas profesionales y personas en situación de desplazamiento forzado, es un dialogo de saberes artísticos e interdisciplinarios, que dará cuenta desde el universo simbólico, de la dimensión cultural del desplazamiento forzado en Colombia.
HUELLAS se realiza a partir de imágenes y textos creados con base en los testimonios de las víctimas del desplazamiento. Es un ejercicio artístico desde la propia voz de víctimas y artistas para evidenciar la importancia de mantener viva la memoria para reconstruir el tejido social a partir del relato.
Es un aporte indiscutible a la PAZ de Colombia desde la voz de las víctimas hecha arte, hecha canto y hecha imagen, más que un evento o un espectáculo es un acontecimiento liberador y transformador en la percepción de los espectadores, para que estos puedan llegar a tener una dimensión real aobre este drama.