Tras una década de viaje, la misión de la NASA alcanza hoy el punto más cercano a Plutón, el componente del Sistema Solar más lejano y desconocido para los astrónomos.
Cuando hablamos de misiones espaciales que recorren millones de kilómetros a veces es difícil comprender plenamente el mérito que tiene llevarlas a cabo.
Por eso la NASA ha publicado una curiosa metáfora para que todos nos hiciésemos una idea de lo complicado que ha sido llevar a la sonda New Horizons hasta Plutón: ha hecho falta la misma precisión que un golfista haciendo un hoyo en uno desde Nueva York hasta Los Ángeles.
En realidad, ha requerido mucha más. La New Horizons partió de la Tierra el 19 de enero de 2006 y lleva casi una década volando en dirección a su objetivo, Plutón (que todavía era un planeta cuando comenzó la misión), a 4.500 millones de kilómetros.
Por el camino, en febrero de 2007, hizo una parada en Júpiter, donde cogió impulso gracias al campo gravitatorio del planeta para seguir su camino.
Desde entonces, se encuentra de camino a Plutón y el cinturón de Kuiper en el que se encuentra. Un larguísimo viaje hacia la frontera del Sistema Sola que vivirá uno de sus momentos cumbre este martes 14 de julio, en que se acercará a la distancia mínima del planeta enano y realizará las fotografías de mayor resolución que hemos obtenido hasta la fecha.
A bordo de la sonda, como homenaje póstumo, viaja parte de las cenizas de Clyde Tombaugh, el granjero aficionado a la astronomía que descubrió Plutón en 1930.
Estudiando Plutón, un planeta enano helado
Se trata de una oportunidad única para aprender sobre Plutón, del que aún no entendemos muchas cosas y el único de nuestro sistema que aún no había sido visitado por misiones terrestres. La simpatía popular que despierta, incomparable a la que sentimos por ningún otro planeta, ha despertado mucha expectación por la misión.
New Horizons nos ha ganado con la idea de aprender más sobre el misterioso pero querido planeta enano, cuya defenestración aún muchos se resisten a perdonar. Pero no se trata solo de celebrar el entusiasmo popular: lo que los científicos descubran en Plutón servirá para entender mejor cómo se formó el Sistema Solar y con ello nuestro planeta y todo lo que hay en él.
La sonda hará fotos y mediciones de Plutón y los enviará a la Tierra, donde los astrónomos tomarán nota e intentarán responder a algunos de los interrogantes que la rodean.
Quieren entender, por ejemplo, cómo encaja Plutón con el resto de los miembros del Sistema Solar, formado por dos grandes grupos de planetas: los rocosos del interior (Mercurio, Venus, Marte y la Tierra) y los gigantes gaseosos del interior (Júpiter, Saturno Urano y Neptuno). Plutón no encaja en ninguno de ellos.
Junto a su satélite más importante, Caronte, Plutón entra en una nueva categoría, llamada enanos helados. Su superficie es sólida, pero gran parte de su masa está congelada (algo normal si tenemos en cuenta que su temperatura media es de 230 grados negativos).
Además de Caronte, a su alrededor orbitan varias lunas más. La observación de todos estos cuerpos puede dar mucha información a los científicos sobre cómo se formó el Sistema Solar y cómo son sus confines, además de aprender más sobre su formación y evolución.
¿De qué tamaño es Plutón?
Pero hay otras preguntas mucho más concretas que la misión ya ha conseguido resolver. Por ejemplo, cuál es el tamaño de Plutón, una cuestión que es objeto de debate desde que fue descubierto en 1930 y cuya respuesta no se ha sabido con certeza hasta este mismo lunes: 2.370 kilómetros de diámetro, aproximadamente, lo que es más de lo que se creía según muchas aproximaciones previas. La cifra se ha determinado gracias a las imágenes que ha tomado la sonda a medida que se acercaba a su objetivo.
Además de ampliar la información sobre el planeta enano, su tamaño sirve para completar otros interrogantes: que Plutón sea más grande de lo que los científicos creían significa que también es menos denso, y que la cantidad de hielo de su composición es más alta.
Además, eso quiere decir también que la capa más baja de su atmósfera, la troposfera, es más fina de lo que se creía.
“Como atravesar una diana cósmica”
El encuentro entre New Horizons y Plutón no está en absoluto exento de dificultad. Como cuenta Daniel Marín en su blog, se trata de una maniobra medida al milímetro porque el acercamiento tiene que producirse de forma muy concreta.
El sistema que forman Platón y sus cinco lunas (Caronte, Nix, Hidra, Cerbero y Estigia) está inclinado 122º respecto al plano de la eclíptica (el plano medio de la órbita de la Tierra en torno al Sol), “así que la New Horizons atravesará su objetivo como si fuese una gran diana cósmica”.
Lo hará por un punto a 12.500 kilómetros de Plutón, y unos 29.000 de Caronte, suficiente para que las cámaras de la sonda capten imágenes a alta resolución pero no tanto como para que salgan borrosas a causa del movimiento.
Por eso el equipo de la NASA responsable de New Horizons, así como la comunidad científica y los aficionados a la astronomía de todo el mundo esperan con impaciencia el acercamiento de la sonda a Plutón de este martes.
La tensión está garantizada, recordando al caso de Rosetta y el módulo Philae aterrizando sobre un cometa por primera vez en la historia, porque habrá un rato de incertidumbre antes de saber si la maniobra se ha realizado con éxito.
Será en horas de la mañana cuando la sonda pase a 12.500 kilómetros de Plutón, pero lo hará hasta la noche no enviará la señal de que ha sobrevivido al encuentro, y hasta la madrugada no llegarán los primeros datos e imágenes del planeta enano (que de hecho no serán las fotografías originales a alta resolución, sino una primera versión comprimida; las grandes no llegarán hasta el otoño de 2016).
Serán por tanto varias horas de nervios y expectación que muchos astrónomos ya están compartiendo por redes sociales, reavivando el interés por la exploración espacial que olvidamos durante décadas y que recuperamos primero con Curiosity, el simpático robot marciano de la NASA, y avivamos con la hazaña de la ESA que fue la misión Rosetta.
En esta ocasión, está en juego la exploración al único planeta del Sistema Solar que no ha recibido aún nuestra visita, un hito del progreso científico y tecnológico que nos ayudará a entender mejor de dónde venimos y por qué estamos aquí.