Colombia afronta grandes retos en términos de seguridad. Ante el desafío de disminuir el número de incidencias delictivas, crece la importancia de emplear recursos para implementar esquemas de seguridad integral.
La seguridad canina es una de las soluciones que ayuda a potenciar la protección de lugares por su capacidad en el resguardo de espacios públicos como centros comerciales, estacionamientos, aeropuertos, hoteles, fábricas y depósitos, así como la detección de objetos peligrosos y de alto riesgo como por ejemplo explosivos o sustancias ilegales.
El empleo de unidades caninas para la detección de narcóticos es considerado uno de los más eficaces y se utiliza en Colombia desde hace más de un siglo en los cuerpos de seguridad. Un reconocido caso de éxito se produjo en 2015, cuando un perro perteneciente al cuerpo de policías participó en una de las incautaciones de cocaína más grandes en el país tras descubrir dos toneladas de cocaína que serían transportadas desde Bogotá hasta Sinaloa en México. El cargamento se encontraba camuflado en bolsas de tinta para cartuchos de impresora.
“Los agudos sentidos del canino, como la visión, el olfato y el oído, mejoran los sistemas de seguridad de cualquier perímetro determinado, debido a que el perro permanece siempre alerta. El entrenamiento del canino lo condiciona para que en poco tiempo se sienta dueño del espacio y lo proteja con vigor”, explica un vocero de Prosegur, empresa líder en innovación y tecnología, y referente en el mercado de soluciones en seguridad.
La compañía brinda el servicio de unidades caninas en las modalidades de detección de explosivos y narcóticos, defensa controlada, búsqueda y rescate con el objetivo de maximizar la seguridad y protección de cualquier espacio con el apoyo de un servicio de guías entrenados y acreditados por la Superintendencia de Vigilancia y Seguridad Privada.
Tradicionalmente se ha utilizado la seguridad canina como método de protección para espacios públicos. La más reciente innovación en la modalidad de seguridad canina es el entrenamiento especializado, que mejora las capacidades de detección, velocidad y defensa que brindan las unidades caninas.
El adiestramiento consiste en un período riguroso de preparación para entrenar a los caninos en la búsqueda de diferentes componentes químicos y explosivos, e inclusive en la búsqueda y rescate de personas. Al finalizar el entrenamiento, el perro será capaz de demostrar un alto nivel de obediencia, seguir instrucciones y ejecutar tareas con sólo recibir el comando de voz de su manejador.
Las razas de perros que incorporan al servicio de seguridad canina son: Labrador Retriever, Golden Retriever, Boxer, Belga Milinois y Pastor Alemán. A cada ejemplar de estas razas se le aplica una evaluación clínica, de temperamento, y comportamiento para garantizar su salud y buen desempeño.
“Está comprobado que el servicio de seguridad provisto por la dupla hombre-perro es la mejor herramienta de seguridad preventiva, ya que se trata de un factor altamente disuasivo para los delincuentes, quienes prefieren abstenerse de cometer cualquier acto vandálico antes de tener que enfrentarse a un canino entrenado”, aseguró un vocero de Prosegur.
El entrenamiento de localización para las diferentes modalidades requiere un proceso de adiestramiento y efectividad en la ubicación de sustancias explosivas y sus derivados. Las más conocidas son: nitrato de amonio, RDX, pent, TNT, pólvora negra, pólvora fumífuga, nitroglicerina, entre otros.
Los caninos localizadores pasan por diferentes etapas de adiestramiento, como son ejercicios de obediencia básica, desarrollo de los instintos denominados caza, cobro y presa, y asociación de olores con sustancias explosivas.
Las unidades caninas de Prosegur llegan a combinar a la perfección la obediencia básica y la especialidad en búsqueda de explosivos y narcóticos, defensa controlada, búsqueda y rescate; los caninos se vuelven más veloces en su tiempo de registro, más ordenados en el método de detección, y más efectivos.