Gracioso y polifacético, sus improvisaciones dentro de los recitales del grupo cómico argentino serán inolvidables. Padecía de problemas cardíacos y murió a sus 71 años.
“Nos sentamos a hacer un espectáculo y tratamos de que nos salga lo más lindo posible. Convengamos que no es un humor trillado, es un humor inteligente, por decirlo de alguna manera. Lo que nos interesa es que la gente se muera de risa y sonrisa”, decía Daniel Rabinovich describiendo lo que hizo durante más de 40 años de carrera.
Nacido en Buenos Aires, pero criado en Mendoza (Argentina), Daniel Rabinovich fue uno de los genios del humor más grandes que ha visto nacer el país gaucho. Asegura que no era él quien mejor escribía los libretos dentro del grupo “quizá porque tengo una limitación o una incapacidad para hacerlo”.
En compensación, su aporte más valioso en Les Luthiers eran sus únicas, irreverentes y siempre graciosas improvisaciones, con las que los mismos integrantes del grupo tenían que aguantar la risa en pleno acto.
Palabras y gestos que se le ocurrían en vivo y luego se convertían en libreto. “Ellos son los que más libretos escriben, y Carlitos y yo, no. Somos más bien los payasos. A mí me gusta mucho improvisar sobre lo que ellos escriben, y muchas veces esas improvisaciones quedan como parte del libreto” decía.
Pero a pesar de su modestia, Daniel fue un genio. A parte de su increíble habilidad para hacer reír, fue un excelente músico y actor, pasaba con una notable facilidad del violín a la guitarra mientras se le ocurría la siguiente palabra.
Paralelamente a Les Luthiers, efectuó algunas incursiones actorales en cine y televisión. Trabajó en Espérame mucho, de Juan José Jusid (1983). También participó como actor en las miniseries Los gringos (1984) y La memoria (1985), ambas dirigidas por David Stivel. Y actuó en la telenovela colombiana Leche, dirigida por Víctor Mallarino.
Posteriormente participó en un episodio de la serie televisiva Tiempo final (2002) e hizo el papel de Néstor Craken en la serie La familia potente (2003). En los últimos años incursionó en la escritura. Es autor de los libros «Cuentos en serio» (Ediciones de La Flor, 2003), con prólogo de Joan Manuel Serrat, y «El silencio del final, nuevos cuentos en serio» (Ediciones de La Flor, 2004).
Pero en su vida no había nada como ser un lutier. Aseguraba en cada entrevista que una de las mejores cosas de su vida era hacer parte del grupo. Fue en la universidad cuando conoció a Gerardo Masana y los demás futuros integrantes de Les Luthiers.
Comenzaron a realizar presentaciones en distintos lugares con el nombre artístico I Musicisti. Luego, se separaron y en 1967 los principales miembros ( Rabinovich, Masana, Marcos Mundstock y Jorge Maronna) fundaron el grupo.
Nació el 18 noviembre de 1943. En su familia no aceptaban su destino de artista, y estudio derecho, como su padre. Pero la vocación fue más fuerte. Nunca ejerció, y en cambio encontró el camino en la música y la actuación.
Rabinovich sufría desde hace tiempo de problemas cardíacos. En 2012 había estado internado en Montevideo: durante una gira, sufrió un preinfarto y debieron practicarle un cateterismo.
En marzo de este año, su salud volvió a desmejorar, impidiéndole seguir formando parte de los shows programados de Les Luthiers.
Finalmente Daniel partió en la madrugada de este viernes, a sus 71 años, dejando un gran legado y por supuesto mucha tristeza entre su familia, amigos y aquellos que disfrutaron de un buen recital de Les Luthiers.
A continuación una de sus mejores intervenciones en un show, un monólogo que marcaría historia cuando intentó tomar el lugar de Marcos Murdock, haciendo la introducción de una de las piezas.