Para celebrar el Día Internacional de la Paz, este 21 de septiembre, MinCultura presentó en la Plaza de Bolívar ‘Tejiendo la paz’, espectáculo en el que 120 artistas convocaron a los colombianos a reflexionar sobre el instante que vive el país.
Con el Capitolio Nacional como telón de fondo, a las 6:10 p.m., se dio inicio a la puesta escénica en medio de efectos sonoros y videos que creaban una atmósfera de ambiente marino, para luego dar paso a los acordes de Zadok the priest, la obra de George Frideric Handel, a cargo de la OSNC y del Coro de la Ópera, quienes estaban ubicados detrás de las imponentes columnas de la edificación, mientras en los muros laterales se podían ver diversas proyecciones multimedia con imágenes alusivas a la obra.
En la parte frontal del Capitolio 17 actores encabezados por las actrices Alejandra Borrero y Carmenza Gómez, daban inicio a la lectura dramática de Tejiendo la Paz, una libre adaptación de la tragedia ‘El cerco de Numancia’, de Miguel de Cervantes, una metáfora sobre el absurdo de la guerra, que narra el maquiavélico comportamiento bélico que somete a un pueblo entero a un encierro, privándole de los Derechos Humanos, para ahogarle de hambre.
El elenco estuvo complementado por los actores César Badillo, Luis Fernando Hoyos, Ramsés Ramos, Jacques Toukhmanian, Leonor González Mina, Daniel Díaza, Kepa Amuchastegui, Fabián Mendoza, Manuel José Chávez, Karoll Márquez, Rodrigo Candamil, Carolina Cuervo, Liliana Escobar, Maia Landaburu y Matías Ramírez, quienes pusieron a prueba todo su talento en esta obra.
A lo largo de una hora y quince minutos, el montaje producido por el Teatro Colón, con la dirección artística de Natalia Menéndez y dramaturgia Elena María Sánchez, los actores fueron desgranando fragmentos de textos de autores tan diversos como Eurípides, Gabriel García Márquez, Carlos Castro Saavedra, María Zambrano, Jotamario Arbeláez, Alfredo Vanín o Hugo Jamioy Juagibioy, con conmovedores mensajes sobre el horror de la violencia: “Guerra tan extraña y larga, /y que tantos de los nuestros ha costado, /¿quién no estará ansioso de acabarla,/o quién no temerá de renovarla?”, interrogó al público asistente uno de los personajes en un instante de la obra.
En otro momento el poema Recuerdo, de Carlos Castro Saavedra, evocado por los personajes de la obra recibió el cerrado aplauso de los asistentes al concluir sus últimos versos: “Cuando la paz recobre su paloma y acudan los vecinos a mirarla. /Cuando el amor sacuda las cadenas y le nazca dos alas en la espalda. / Solo en aquella hora / podrá el hombre decir que tiene patria”.
Los espectadores que asistieron a la Plaza de Bolívar también vivieron instantes llenos de magia, como la irrupción de la voz de la mezzosoprano colombiana Mónica Danilov, quien interpretó, con el respaldo de la OSNC el aria ‘Pensieri, voi mi tormentate’ o el emotivo canto ‘a capella’ de la cumbia ‘Violencia’, de José Barros, a cargo de Leonor Gonzáles Mina, ‘La Negra Grande de Colombia’, quien recibió la ovación de los espectadores que permanecieron en la plaza a pesar del frío de la noche capitalina.
Al final de Tejiendo la Paz, el laboratorio Victus, integrado por víctimas del conflicto armado tales como civiles, militares en retiro, desmovilizados de la guerrilla y desmovilizados de las autodefensas, realizaron un ‘performance’ con el que quisieron simbolizar el anhelo de paz que mueve a los colombianos. Tras irrumpir desde el escenario, sus integrantes caminaron por todo el centro de la plaza a través de una larga pasarela, desde donde comenzaron a desprender una serie de cintas elásticas blancas que fueron extendidas con el apoyo de personal de la Policía, a todos los extremos de la plaza, para conformar un gran tejido sobre las cabezas de los asistentes, en señal de la importancia de la unión y la fraternidad para alcanzar una paz social.
Todo aquello sucedía en medio de emotivos aplausos de admiración de los presentes. Freddy Herrera, asistente al evento señaló que la obra le dio un bonito mensaje. “Fue un llamado a la paz no solo desde la oratoria, sino también desde la sensibilidad. Lo que vi esta noche fue una mezcla entre arte y realidad, como la que vivimos en este momento. Esta obra nos trajo la idea de la necesidad de alcanzar la paz, a través de una historia que nos habla de una ciudad que lucha por su libertad”.
Finalmente, los integrantes del laboratorio se reunieron al pie de la estatua del Libertador, Simón Bolívar, para formar un gran árbol humano, al tiempo que las campanas de la Catedral Primada comenzaron a escucharse en medio de los aplausos de los asistentes y del fuego de luces pirotécnicas lanzadas desde lo alto del Capitolio Nacional. “Me pareció muy emocionante esta presentación, fue algo muy diciente expresado a través del arte y la cultura. Fue muy conmovedor cuando salieron los integrantes de Victus y la gente los aplaudió, reconociéndoles la valentía que tuvieron al desmovilizarse y lograr salir del círculo de violencia en que estaban”, dijo visiblemente emocionada Natalia Bonilla, otra espectadora.
Cuando se apagaron las luces del espectáculo, la directora artística de Tejiendo la Paz, Natalia Menéndez, dijo ante los medios lo que fue esta experiencia. “El proceso de montaje de esta obra significó un trabajo de mucho cuidado en los detalles con los actores, la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, el Coro de la Ópera y el Laboratorio Víctus. El Ministerio de Cultura y el Teatro Colón, me brindaron la oportunidad de hacer una profunda reflexión acerca de la paz, de tener una actitud pacífica y qué mejor que en el Día Internacional de la Paz; creo que en la vida es una actitud que merece la pena, que conmueve y que nos lleva a un camino de esperanza y de luz”, concluyó.
De este modo el Ministerio de Cultura y el Teatro Colón se unieron a las voces del mundo que celebraron este 21 de septiembre el Día Internacional de la Paz proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 36/67 en el que se invita a todos sus países miembros a “conmemorar y fortalecer los ideales de paz en cada Nación y cada pueblo entre ellos”.