En el marco de la visita a Bolivia del presidente de la FIFA Gianni Infantino, dirigentes y exfutbolistas internacionales jugaron un partido amistoso en la ciudad de Cochabamba.
El partido, que se jugó en la cancha del club Aurora, terminó sin goles, por lo que se decidió que cada equipo patearía un tiro penal. Los encargados de ejecutar la pena máxima fueron Infantino y Morales. El tItular de la FIFA convirtió sin inconvenientes. En el segundo cobro, el portero uruguayo Jorge Seré, atajó al gobernante boliviano.
La plantilla de Infantino estuvo reforzada por exfutbolistas como el brasileño Cafú, el español Fernando Hierro, el colombiano Faustino Asprilla y los argentinos Martín Palermo, Pablo Aimar y Roberto Ayala, además del boliviano Julio César Baldivieso, actual entrenador de la Verde. Entretanto, el equipo de Morales estuvo compuesto por sus escoltas policiales y por exjugadores de la selección boliviana que logró la clasificación al Mundial de Estados Unidos 1994, entre ellos, Marco Antonio ‘El Diablo’ Etcheverry y el mítico capitán de la Verde Carlos Borja.
Antes del encuentro, Infantino ofreció una rueda de prensa en la que ratificó su compromiso por lograr un cambio en el fútbol mundial junto a los nuevos dirigentes, incluidos los sudamericanos. “Con hechos concretos vamos a demostrar que estamos aquí no por nosotros o por nuestros intereses, sino por el interés exclusivo del fútbol”, sostuvo.
Agradeció las gestiones realizadas por el presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), Rolando López, y el de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), el paraguayo Alejandro Domínguez, para concretar su visita a Bolivia y a los otros países incluidos en su gira por Sudamérica.
“Los tres que estamos aquí somos trabajadores, tres personas nuevas en estos cargos, pero con muchas ganas de hacer y no de hablar, de hablar con hechos y no con palabras”, afirmó. Por su parte, Domínguez resaltó que “ha empezado una nueva era en el fútbol mundial, en el fútbol sudamericano”, con una “nueva Conmebol comprometida y enfocada en el fútbol”.
Infantino llegó a Bolivia dentro de una gira por Sudamérica que ya le llevó a Paraguay y Uruguay y que concluirá en Colombia. El suizo recibió sendos homenajes de las autoridades nacionales y locales, incluida la máxima distinción que otorga Bolivia, el Cóndor de los Andes, por su compromiso para “mejorar” el fútbol.
El presidente boliviano resaltó que el presidente de la FIFA “representa a la nueva generación de dirigentes internacionales del fútbol”, por lo que consideró que “carga mucha responsabilidad para dignificar” a ese deporte. También expresó su respaldo a la iniciativa de Uruguay y Argentina para que el Mundial de 2030 se celebre en ambos países y pidió que se realice en Bolivia algún torneo internacional en 2025, como “regalo” por los 200 años de su fundación.