El tráfico de especies silvestres tiene amenazados a muchos ejemplares de fauna y flora del país. El Bioparque Los Ocarros, ubicado en Villavicencio, es un santuario de fauna de la región que busca concientizar a la población sobre el peligro que enfrentan ese tipo de animales.
Colombia es uno de los países con mayor biodiversidad en el mundo. Su riqueza es en especies animales y vegetales, desafortunadamente ese hecho es razón suficiente para que el tráfico de animales sea una práctica extendida.
Este tráfico es el tercer negocio ilegal con mayor rentabilidad después del tráfico de armas y el de drogas. Las ganancias que deja traficar con especies silvestres son cercanas a los 17 mil millones de dólares anuales a nivel mundial.
Luchando en contra de esa situación, el Bioparque Los Ocarros, en Villavicencio se ha convertido en un bastión de la fauna silvestre de la región llanera. En este bioparque se alojan varias especies que han sido confiscadas a individuos que buscaban comerciar con ellas.
El bioparque abarca unas 6.5 hectáreas y tiene una sección que hace parte de la Reserva Vanguardia. Allí se pueden encontrar 653 individuos pertenecientes a 250 especies animales. La mayor parte de ellos están en peligro de extinción, en mayor o menor medida según los estándares internacionales.
Visitar el Bioparque Los Ocarros puede generar un acercamiento con las especies que allí habitan y puede ser una oportunidad para ver de cerca animales que no se pueden observar normalmente por sus hábitos y por los lugares donde habitan y para observar especies que tal vez nunca más se puedan volver a ver si llegan a desaparecer.
La llegada al Bioparque no reviste mayor problema. Se accede a través de una carretera pavimentada en la vía Restrepo Cumaral-Villavicencio. El transporte se puede tomar en el parque del Hacha en pleno centro de Villavicencio.