¡Cómo se les ocurre a los irresponsables del tal Centro Nacional de Consultoría publicar una encuesta de opinión en la cual sale favorecido el Gustavo Petro de marras, pelafustán, ese alcalde gamberro alzado no solo en armas sino alzadito en general, contumaz, provocador e izquierdista de la línea del cholo Bolívar!
Están poniendo en peligro, gañanes, todo lo que gota a gota y paso a paso hemos logrado en materia de ensuciarle la imagen al costeño ese, para hacer ver todo lo suyo como negativo. Nos van a desbaratar la campaña que con tanta gente decente hemos emprendido y que nos ha costado billete en firmas y demás, una campaña admirable el apoyo de no poca parte de la prensa consciente que ha creado en el imaginario colectivo la noble idea de que Petro es improvisador, mediocre, peligroso, resentido, igualado, inmaduro.
Ahora que lo tenemos prácticamente al borde la canoa no solo en materia de opinión sino enfrentado a nuestras fuerzas revocadoras y destituyentes, ahora que está casi lista la decisión de sacarlo a capirotazos de la alcaldía, por usurpador y envalentonado, vienen estos bárbaros encuestadores a de construir nuestra campaña hecha a punta de mala leche, necesarias mentiras y debida manipulación.
Si la encuesta arrojó esos datos de los cuales me permito dudar y refutar, pues han debido amañarla, cambiarla, torcerla. O simplemente no publicarla. A ese señor Lemoine dueño de ese antro que es el CNC, le deberían quitar la licencia hasta de conducir. ¿Cómo carajos se le ocurre permitir tamaña barrabasada? ¿Con qué derecho publica y le publican esos datos subversivos y sediciosos? ¡Que me censuren esa encuesta ya!
Estamos –la gente-gente- acostumbrados a que las encuestas de otras loables instituciones de sondeos, produzcan información debida, controlada, pensada. En buena parte es así como hemos logrado construir esa opinión pública que es afecta a los procesos inmortales de la extrema derecha sin complejos, que representamos. Gracias a esos “surveys” y al irrestricto e incondicional apoyo de los medios de comunicación que son nuestro actor desarmado en este conflicto contra los comunistas, que amplifican o demeritan las encuestas según nuestras conveniencias, habíamos tenido a Petro en el repudio. Nuestra obra se va ir al traste. ¡Ni una más de esas encuestas que lo favorecen!
Que nuestro gran iniciado el procurador Alejandro 007 le ponga coto a la vaina, y si no tiene argumentos legales, que se invente algo. Voy más lejos aun: necesitamos una reforma constitucional (ojalá una Constituyente 100% uribista) que extienda el poder de veto, censura, persecución y inquisición de la procuraduría hacia todo los ámbitos, incluido el sector privado. Que Monseñor pueda destituir, por ejemplo, a Lemoine, que pueda investigar y procesar a todo ente privado que ose levantar su guerrillera voz contra lo históricamente instituido.
Reitero un principio fundamental de la democracia, que acogemos y exultamos solemnemente fieles a la tradición. La oposición de izquierda hay que tenerla por ahí en salmuera, vegetando, con uno que otro carguito público y uno que otro senador. ¡Pero jamás puede ser poder ni mucho menos gobernar! Eso es para la gente blanca y de postín. La izquierda no debe llegar nunca a mandar y si por alguna razón eso ocurre, que la experiencia adquirida nos permita una vez más utilizar recursos propios de nuestra inquebrantable ética, tales como la autodefensa, la para economía, los “inversionistas” y demás lindas figuras de la contra guerrilla.
Petro nos cogió ventaja agarrándonos divididos en Bogotá, y se nos encaramó en la azotea del edificio Palacio Liévano. No lo hemos debido dejar llegar, pero con toda esa lora de los derechos humanos y demás imposturas, nos atemorizaron. No nos dimos en el momento adecuado la pela y miren las consecuencias. Está haciendo inconvenientes reformas de equidad y justicia social, cambiando las reglas eternas de nuestro poder omnímodo. Ahora va a ser más difícil darlo de baja de la alcaldía, cuando antes hubiera sido cuestión resuelta con un par de ayudas silbantes. El truhán ha tomado vuelo y lo de esa encueta le da viento en sus alas de pajarraco camuflado.
Yo estoy seguro que todos los petristas y la gente beneficiada por sus obras paternalistas sin el necesario esquema neoliberal que permite el libre mercado y el enriquecimiento de los ricos, no descienden del Homo Sapiens, sino que son una rama encaletada de los inferiores neandertales o cromañones, que lograron sobrevivir en estas lomas, escondidos de la espada divina de España. Indiada enchichada y perversa, como la que estaba el otro día en la Plaza de Bolívar vociferando al lado del negro Asprilla (deberían regresarlo a las calas de los barcos provenientes de África) y del Navarro Wolf, pastuso puñalero traidor a su raza aria.
Además, lo que menos necesitamos es que Bogotá sea humana. La preferimos bestial, vegetal o cualquier vaina, menos darle la categoría de seres civilizados, humanos y cristianos a tamaña caterva de impostores, desechables, reciclables y demás escoria progresista, como el Guillermo Alfonso ese, que ha resultado más duro que la piedra de moler con la cual hemos estado pulverizando al petrismo con ayuda, quien lo creyera, del propio Yamid Amat, quien hoy (vaya uno a saber por qué) resulta publicando la cochina encuesta que le da respiro a Petro.
Pero eso sí, no vayan a creer que porque dizque Petro tiene más de la mitad de la gente que lo apoya, vamos a cejar en nuestro empeño de sacarlo a tortazos del cargo que se ha robado. Allí Miguel Gómez Martínez dispuesto a llevar la revocatoria hasta el final, en nombre de Laureano y Uribe, en nombre de Cristo Rey Obdulio, la Virgen Martha Lucía Ramírez y los arcángeles que militan en la pureza infinita de nuestras ideas pre clásicas. Y si no lo expulsamos de su paraíso perdido, pues ahí están las fuerza godas para destituirlo por cualquier causa, cierta o calenturienta.
La encuesta es asquerosamente favorable al engendro ese: El 58% de los bogotanos aprobó la calidad de la recolección de basuras en la ciudad con el nuevo esquema, y el 68% dio buenas calificaciones al sistema de aseo en su barrio. ¡Mentirosos! ¡Bellacos! ¡Métanlos presos por calumnia!
El 52% aprueba la gestión de Petro. ¡Que los recluten! ¡Que los extraditen si es del caso!
Nos están dejando – a mansalva- sin argumentos al Procurador a Miguel y a mí y a esa franja alba que representamos.
El 63% de los consultados aprueba la gestión en educación. ¡Peligrosísimo! Van a querer más colegios y vainas de esas donde se forman en el conocimiento de la subversión.
¡Y lo peor! El 55% de los bogotanos considera que al finalizar Petro su mandato Bogotá será una ciudad mejor para vivir, y el 53% cree que al fin de su mandato constitucional la ciudad será más humana. Justamente por eso es que no hay dejarlo acabar, hay que sacarlo antes de que termine su obra infernal.
Y faltan datos: el 60%, afirma que la administración de Gustavo Petro es honesta y transparente. ¿Y quién ha dicho que eso es bueno? Pésimo para el neoliberalismo y sus facetas marginales.
El 50 por ciento aprueba la gestión que en materia de movilidad y el 48% tiene una percepción positiva de los logros en seguridad. ¡Compren carros para joderlo más! ¡Atraquen, con tal de pararlo!