Casi 15 mil personas que asistieron al estadio Santiago de las Atalayas de Yopal a presenciar el concierto de la Orquesta Filarmónica de Bogotá y el Cholo Valderrama, vibraron en una tarde donde se alinearon de manera mágica todos los elementos de una noche mágica.
El éxito del primer concierto de la Orquesta Filarmónica de Bogotá requirió que no lloviera, pues la región atravesaba por la temporada de despedida del invierno y las posibilidades de lluvia sobre Yopal, eran altas. Sin embargo, así sucedió y la gente pudo llenar el Estadio Santiago de las Atalayas.
El maestro Eduardo Carrizosa anunció la primera interpretación de los 97 músicos quienes bajo su batuta, abrieron con una pieza musical de John Williams, Star Wars, que fue la banda sonora de la película, la Guerra de las Galaxias, acompañada de un video de la producción cinematográfica, lo que facilitó que los miles de asistentes, con o sin cultura musical, se metieran de lleno con la velada que apenas comenzaba.
Como si se tratara de una jornada pedagógica, para iniciados en la música, el director de la orquesta llamó la atención de quienes en su época vivieron las aventuras cinematográficas del Llanero Solitario y su fiel amigo Toro, con la interpretación de una obra de Gioachino Rossini, Guillermo Tell o Caballería, que identificó durante muchos años la serie de películas que identificó a los Rangers de Texas y que tuvo su versión criolla con el Das Rural de Casanare.
A esta altura, el público estaba metido de corazón en el concierto, entonces era tiempo de ir a una partitura más clásica, pero que tuviera arraigo entre los asistentes. A la orden del director, del fondo del escenario comenzó a oírse una pieza de Johann Strauss, Danubio Azul, la misma que acompañó las fiestas de 15 años y muchos matrimonios en todo el País.
Para cerrar el segmento de música clásica e iniciar un recorrido por la escala musical de Colombia, la orquesta filarmónica interpretó la Sinfonía No.5. (1er movimiento) de Ludwig van Beethoven.
En adelante, la noche se volvió eminentemente colombiana con piezas musicales de Rafael Godoy, Fulgencio García, Petronio Álvarez, José Barros, Lucho Bermúdez, Miguel Ángel Martín, Luis Ariel Rey y Arnulfo Briceño que le llegaron al alma de los asistentes que provenientes de diferentes regiones de la geografía nacional, resolvieron volverse llaneros casanareños y levantar en esta tierra a su familia.
Habían pasado más de 2 horas de concierto y el público se encontraba, estático, embrujado, absorto, como se le quiera calificar; del fondo del escenario apareció la figura criolla, Orlando El Cholo Valderrama, quien con el acompañamiento de la filarmónica irrumpió con un grito sabanero para cantar Aquí mismito y El Llanerazo para terminar con dos de los clásicos populares, Llanero soy Mi Casanare que colmó definitivamente las expectativas, de un pueblo que esperó toda la vida para estar presente en el concierto fantástico de la Filarmónica de Bogotá.
Los aplausos cerrados para el gobernador Marco Tulio Ruíz, no se hicieron esperar, como tampoco se hizo esperar el reconocimiento a la industria petrolera como Pacific Rubiales, Equión, Perenco, Ecopetrol, Parex, Geopark, Petróleos Sudamericanos, Tabasco Oil Company y Canacol que hicieron posible un concierto Fantástico, sencillamente Extraordinario.