La convocatoria de un referéndum en julio por parte de las autoridades griegas ha levantado ampollas entre sus socios europeos, que comienzan a estudiar alternativas a la pertenencia de Grecia a la UE.
Esta vez, la salida de Grecia del euro podría estar realmente a la vuelta de la esquina. El Eurogrupo ha hecho oídos sordos este sábado a la petición de Grecia de prorrogar su financiación hasta que se celebre el referéndum del 5 de julio al considerar que el país heleno ya ha rechazado las propuestas de sus acreedores.
“Desafortunadamente, a pesar de los esfuerzos a todos los niveles y pleno apoyo del Eurogrupo, esta propuesta ha sido rechazada por las autoridades griegas, que rompieron las negociaciones del programa unilateralmente el 26 de junio”, indica un comunicado conjunto de todos los miembros del Eurogrupo salvo el heleno.
El Eurogrupo ha decidido celebrar de inmediato una nueva reunión sin el ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, para debatir un “plan B” para Grecia -o cómo gestionar la posible suspensión de pagos y salida de Atenas del euro. En rueda de prensa, el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ha afirmado que la reunión tendrá por objeto “estudiar los siguientes pasos a dar, comprometidos por mantener la fortaleza y credibilidad de la eurozona”.
“Nos sorprendieron negativamente los pasos tomados anoche por el Gobierno griego. Después de nuestro último Eurogrupo dije que la puerta permanecía abierta y que las instituciones estaban preparadas para mirar las últimas propuestas del lado griego y proseguir las conversaciones”, ha afirmado Dijsselbloem. Estas conversaciones continuaban anoche entre las tres instituciones y representantes griegos cuando “estos fueron llamados y tuvieron que abandonar la reunión”, ha explicado.
Más tarde, Dijsselbloem, afirmó que la eurozona está “firmemente determinada” a hacer “todo lo posible” para mantener y preservar la estabilidad del euro. “Todos los miembros de la eurozona tenemos la firme determinación de fortalecer y preservar la unión monetaria”, afirmó Dijsselbloem, al tiempo que subrayó que también todos ellos harán “pleno uso de todos los instrumentos disponibles para preservar la integridad y la estabilidad de la zona euro”.
Asimismo expresó que el Eurogrupo “está preparado para volver a reunirse. La puerta está abierta, no han sido las instituciones las que se han levantado de la mesa de negociaciones”
El martes, 1.600 millones al FMI
El próximo martes, Atenas deberá pagar 1.600 millones de euros al FMI, el mismo día en el que expira su rescate y, con él, las posibilidades de que el país acceda de manera inmediata a financiación por parte de sus socios y acreedores.
Por su parte, el ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varufakis, ha afirmado que el rechazo del Eurogrupo a las peticiones de su país de prorrogar el rescate que acaba el próximo martes, harán un “daño permanente” a la eurozona. Varufakis subrayó en conferencia de prensa que ese rechazo a la prórroga, “de pocos días, de un par de semanas”, va a representar al final “un fracaso para la credibilidad del Eurogrupo”.
En la noche del viernes, tras un nuevo fiasco en Bruselas, el Gobierno heleno anunció la convocatoria de un referéndum a principios de julio para que los griegos puedan decidir si aceptan o no la oferta de la troika, que implica mayor flexibilidad a la hora de reducir el déficit público a costa de subir los impuestos indirectos y rebajar las pensiones.
El anuncio de la consulta ha dividido a la sociedad griega. Los partidarios de Syriza ven en la decisión del Ejecutivo un símbolo de democracia. Otros temen el caos y durante el sábado algunos griegos han hecho cola en los cajeros ante la incertidumbre.
La consulta ha levantado ampollas entre las autoridades financieras del euro. El propio Jeroen Dijsselbloem lo calificó de “triste” y De Guindos aseguraba este sábado que “estamos cada vez más cerca de que el plan B se convierta en plan A”.