El papa Francisco aprobó una reforma del código penal del Vaticano que refuerza las sanciones contra la pederastia y fortalece las medidas represivas en caso de corrupción y lavado de dinero.
El Vaticano dio a conocer el pasada jueves una serie de cambios en su legislación. De esta manera, el abuso sexual o psicológico contra niños se convierte un delito específico.
Los actos ya eran crímenes bajo la ley de la Iglesia, pero ahora están específicamente prohibidos en la ciudad-Estado, que es hogar de cientos de personas.
La legislación también abarca prostitución infantil y la creación o posesión de pornografía infantil.
Mediante la emisión de un “Motu Proprio”, un decreto por iniciativa propia, el Papa Francisco también dijo que quería renovar el compromiso de la Santa Sede con las convenciones internacionales contra delitos como el lavado de dinero y el terrorismo.