La Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral (ACEMI) manifestó que la intención del Gobierno de marchitar las prestadoras de salud, antes que una solución, será la más grave equivocación, pero admitió que hubo culpas de algunas empresas que salpicaron a la gran mayoría.
El presidente de ACEMI, Jaime Arias indicó en Confidencial Colombia que indiscutiblemente el precario comportamiento de algunas EPS lesionaron la imagen del sistema, haciendo que el pecado o las fallas de unas se convirtieran en la satanización de una red sólida y transparente que le dio motivos al ejecutivo para desaparecerlas.
El vocero de las Empresas Prestadoras de Salud (EPS) afirmó que evidentemente hay EPS muy malas y otras muy regulares, pero aclaró que así como hay precariedad, también hay EPS muy buenas, que durante muchos años han hecho una encomiable tarea, matizada esta por la responsabilidad y efectividad. “En este momento se les señala e inculpa a todas para sacarlas del mercado, inclusive a esas calificadas como muy buenas”.
Sobre escándalos como el de Saludcoop, Arias dijo que lamentablemente quienes han cumplido a cabalidad hoy están sometidas a esa pérdida de legitimidad y de confianza por cuenta de quienes no han hecho bien su tarea, aspecto nocivo porque no se puede extender la responsabilidad a todo el conjunto de EPS, sino que debe haber un sitio aparte para las que no realizaron bien sus funciones, pasando por alto hasta los tratados de ética.
Estado de coma de las EPS: ¿Debe preocupar?
El señor Arias anotó que en medio de la preocupación que hay al interior del sistema de salud por la reforma anunciada por el Gobierno a la política del ramo, hay elementos interesantes y no tan traumáticos como aumentar los salarios a los médicos y a los trabajadores del sector salud, situación que optimizaría el servicio y la atención a los pacientes.
Indicó que dentro de lo apremiante está la aceptación en el sentido que el método de beneficios debe ser integral, completo y casi ilimitado, lo cual es una buena noticia para los usuarios, pero un gran lío para las finanzas toda vez que es un plan que crece anualmente a una velocidad impresionante, especialmente por la incorporación de nuevas tecnologías y por la mayor utilización de los servicios. “Esto posiblemente va a llevar a que en pocos años, Colombia incremente el gasto en salud respecto del PIB en 2 ó 3 puntos adicionales”.
Sobre la creación del “Fondo Mi Salud”, Arias precisó que este fondo único estatal, centralizado en Bogotá, con más de 41 millones de afiliados, le quitaría un mercado a las EPS, por cuanto el manejo de usuarios quedaría en su total potestad. Para completar este depósito especial manejaría recursos al año por más de 25 billones de pesos, cifra considerada como muy alta para ser administrada desde un solo sitio. El dirigente gremial dijo que el Fondo atendería la salud de los colombianos, haciéndose responsable de los servicios médicos, reemplazando a las EPS. “Tendría que pagar a las 15.000 Empresas Prestadoras de Salud y a los miles de médicos las cuentas por los servicios prestados, situación que vuelve el sistema todavía más complejo, pues se ve como un Fondo poco efectivo, nada transparente y sin ninguna agilidad”.
Sobre las EPS, aclaró que estas han sido puntuales en el sentido de irse o desaparecer si así lo consideran el Gobierno y el Congreso. Comentó que estas empresas seguirán trabajando mientras sean las entidades articuladoras del sistema, pero en el momento en que se diga que no van más, sencillamente dejarán de operar.
Mal mensaje a la inversión
Para ACEMI el cambio en las reglas de juego, no solo deja una mala impresión en la inversión extranjera y nacional, sino que pone al país en un sitial de poca seriedad, desalentando a cualquier inversionista.
Agregó que en este momento, la mayoría de las EPS, están asumiendo pérdidas porque son aseguradoras y con todo y el problema, le responden a la población en medio muchas contingencias y falta de regulación.
Apuntó que estas empresas se ven golpeadas por los cambios normativos que les quita el rol de aseguradoras para convertirlas en simples auditoras. “La situación es tan delicada que de hecho a Colombia no vienen inversionistas extranjeros a comprar EPS, menos lo hacen los capitalistas nacionales y muchos de los que están detrás de las empresas, quieren salirse de esta actividad sumamente riesgosa e incierta”.
Explicó que no es acertado hablar de una posible desbandada de EPS porque el capital de estas empresas prestadoras de salud es muy poco, y el patrimonio es apenas el básico para funcionar. Aseveró que lo único cierto es que con una posición ambigua o de desventaja para su actividad, algunas firmas si preferirán dejar el país o salir del sector.
Si la reforma pasara hoy, especificó, las EPS seguirían atendiendo el primer nivel, pero para ello tendrían que someterse a un concurso que para este caso debe hacerse por regiones. Desde allí le ayudarán al Gobierno a administrar los otros niveles, es decir a dar las autorizaciones y a hacer cierta auditoría, pero el resto de funciones ya no estarán a cargo de las EPS, sobretodo de la más importante que es la de responder por la salud de los pacientes. De allí en adelante las quejas tendrán que ir directamente al ministerio de Salud.
Con las intenciones del Gobierno, dijo Arias, el sistema irá mucho más atrás del Seguro Social porque esta entidad actuaba como EPS a la par de Caprecom y Cajanal. “Ellas eran un sistema de prestación de salud pública, sin que se llamara EPS en donde se atendían regímenes públicos y privados”.
Al ir más atrás del anterior sistema de salud estatal, el país puede colapsar porque la salud queda en manos de un solo fondo público, manejado por el estado, con un poder absoluto, haciéndolo peligroso por la condición de monopolio, con el agravante que el estado ha demostrado que no maneja bien algunas cosas y que ha dejado ver falencias en temas financieros, operativos e institucionales, que en salud son de alta complejidad. “Yo no veo como ese Fondo en los próximos años pueda llegar a reemplazar con eficiencia, eficacia y calidad el papel que hoy desempeñan las EPS”.
El vocero le pidió al gobierno y al Congreso actuar con suma responsabilidad antes que con antipatía, odios o presiones a la hora de legislar sobre el tema de salud, el cual es muy sensible e importante desde el punto de vista social, situación que invita a la tranquilidad para emanar normas buenas para el país “Si lo hace con criterio puramente político y emocional, nada bueno se puede esperar, advirtiendo que la reforma a la salud está concebida para conseguir muchos votos. En el corto plazo mucha gente aplaudirá con el anuncio de más y mejores servicios, erradicando las EPS, pero más adelante vendrá el costo cuando se deteriore el servicio y se agoten los recursos para la salud”, sentenció Jaime Arias.
Precisó que a la fecha es muy difícil estimar la deuda de las EPS con los centros de asistencia médica porque esa cifra la maneja cada empresa con su red de hospitales. “Para el caso de régimen contributivo algunos sitúan la deuda por el orden de los 2 billones de pesos, que es la misma cifra que el Fondo de Solidaridad y Garantía (Fosyga) no le ha pagado a las EPS del régimen contributivo por cuenta de los recobros No POS”.
Arias señaló como responsable del problema a la Corte Constitucional al darle su bendición al sistema No POS, que no estaba contemplado, que no hacía parte del aseguramiento y que no le correspondía pagar a las EPS.
“Esos pagos anticipados se hicieron, las EPS se pusieron muy contentas, pero cuando fueron a recobrar se dieron cuenta que apenas le pagaban una parte del recobro, es decir le desglosaban el resto, lo que equivale al 40 por ciento, mostrando que las pérdidas de las EPS son muy grande y que los recursos siguen embolatados en el Fosyga”, dijo.
Considera que con el tiempo las personas recordarán con alguna nostalgia la función de las EPS.