¿El principio del fin de Marcha Patriótica?

Este lunes 20 de enero se llevó a cabo una rueda de prensa en la que la exsenadora liberal y defensora de derechos humanos, Piedad Córdoba, dio a conocer varias situaciones que tienen preocupados a los miembros de la Marcha Patriótica. La disolución de ese movimiento político es una posibilidad que se empezó a ventilar debido a las amenazas denunciadas por varios de sus integrantes.

Desde que se creara en 2010, conmemorando el bicentenario de la independencia de Colombia. Marcha Patriótica ha recorrido un largo camino, sobre todo en el ámbito regional, para consolidarse en una opción política que recoja expresiones que no tienen cabida en otros movimientos o partidos.

La presentación en sociedad coincidió con la tradicional marcha del 20 de julio en la que se presentaron los logos y lemas del movimiento. “Hacia la segunda y definitiva independencia” fue la consigna con la que se empezó a conocer un movimiento que hace dos años hizo su lanzamiento oficial y el de la Junta Patriótica, órgano de coordinación e interlocución.

Desde esos dos momentos, sumamente relevantes, para el naciente movimiento ha pasado mucho tiempo y se han presentado bastantes situaciones. Los señalamientos de ser el nuevo brazo político de las Farc han sido constantes y han sido desmentidos por sus integrantes quienes siempre han hecho énfasis en el carácter pacífico y civilista del movimiento y en la necesidad de llevar a feliz término el proceso de paz con el gobierno y han hecho reiterados llamados al cese de hostilidades.

Esos intereses han generado malestar entre quienes sostienen la tesis del aniquilamiento de los miembros de la insurgencia. Es de esa manera que desde un primer momento varios de sus miembros se han visto amenazados de muerte, como sucedió con Andrés Gil, miembro de la Junta Patriótica y miembro de la Asociación Campesina del Valle del Río Cimitarra.

Tanto ha sido el acoso que este lunes 20 de enero, la exsenadora Piedad Córdoba, vocera de la Marcha Patriótica, en rueda de prensa dio a conocer que 29 de los miembros del movimiento han sido asesinados. Varios de ellos por sicarios y otros, según lo denunciado, por miembros de la fuerza pública. Además, denunciaron, lo que consideran, es una persecución contra un líder del movimiento: Francisco Toloza.

Desde persecución ideológica hasta manipulación de las audiencias y del material probatorio, fueron las estrategias denunciadas por la exsenadora. Los señalamientos de ser un miembro de las Farc, también se hicieron contra el líder sindical Huber Ballesteros quien se encuentra detenido por acusaciones hechas por la Fiscalía General de la Nación. Ambos detenidos se han convertido en los últimos meses en una de las pruebas que esgrime Marcha Patriótica para sustentar la denuncia de persecución al movimiento.

En la rueda de prensa, Córdoba, también dejó en el aire el mensaje de que si la persecución continúa de esa manera en contra de Marcha Patriótica, la disolución del movimiento sería una opción real para garantizar la seguridad de sus miembros.

De llegar a prosperar esa iniciativa, que buscaría evitar un genocidio como el que diezmó a la Unión Patriótica, sus militantes quedarían a la deriva ya que la Marcha Patriótica recoge diferentes sectores de la izquierda que no se identifican con el Polo Democrático Alternativo y que de ninguna manera adherirían a la Unidad Nacional, a la que hacen oposición.

Un posible escenario para la Marcha Patriótica, de llegar a disolverse, sería ser acogida y absorbida por la Unión Patriótica. Según fuentes cercanas a Confidencial Colombia, ese es el escenario más prometedor para los miembros del movimiento ya que la UP al recuperar su personería jurídica y tener una candidata presidencial, Aida Avella, tienen bastante del trecho organizativo y logístico adelantado. “Sería una asociación en la que ambos saldrían ganado ya que la marcha ha ido adelantando una trabajo titánico en organización regional, además muchos de los sobrevivientes de la UP militan actualmente en Marcha”, aseguró la fuente consultada.

El otro escenario, aunque menos claro, es el de ser parte integrante del movimiento progresista que encabeza el alcalde mayor de Bogotá, Gustavo Petro. Desde que fuera anunciada su destitución e inhabilidad por parte de la Procuraduría General de la Nación, muchos miembros de Marcha Patriótica se han hecho presentes en las movilizaciones capitalinas lideradas por Petro. Incluso el movimiento indignado que ha ido cualificándose alrededor del alcalde cuenta con el beneplácito y apoyo de gran parte de los miembros de la Junta Patriótica y de la misma exsenadora Córdoba.

Así las cosas, Marcha Patriótica ha puesto al presidente Santos en un apuro al hacer unas denuncias bastante serias que no solo incluyen el listado de las víctimas sino estrategias para desprestigiar a sus militantes. Además, con la amenaza de disolución estaría enviándose un mensaje nocivo para la mesa de diálogos de La Habana que ha considerado a la Marcha Patriótica como un espacio propicio para que hagan política todos aquellos que sean acogidos por la legalidad después de la firma definitiva de la paz.

La disolución o no del movimiento recae sobre los miembros de la Junta Patriótica que deberán decidir el futuro de esta colectividad política de cara a una Colombia que le apuesta al posconflicto como una realidad mediata.