Hoy se celebra el Día Mundial de la libertad expresión, algo que en muchos países no es permitida y que en otros está limitada debido a la presencia de grupos armados que amenazan con acabar con la vida de todos aquellos que quieran informar, o por los gobiernos que ven como un delito el derecho fundamental a la información.
En el 2012 fueron asesinados 90 reporteros. Según la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF), Eritrea, Corea del Norte, Turkmenistán y Siria ocupan los últimos puestos del ranking de la libertad de prensa y son los peores países para ejercer el periodismo.
Asimismo, hay alrededor de 300 periodistas y blogueros encarcelados, de los cuales 174 han sido puestos tras las rejas este año, y según RSF, “no les dejan ver a sus familias ni tener contacto alguno con el exterior. En algunos casos, viven largos periodos en celdas de aislamiento o son torturados” incluso sin haber sido sometidos a juicio.
En cuanto a los que escriben solamente en Internet, 9 blogueros alrededor del mundo han sido asesinados por el contenido de sus textos o investigaciones, y otros cuantos han sido amenazados.
Un caso que le dio la vuelta al mundo fue el de ‘Valor por Tamaulipas’, un blog que se convirtió en la única fuente de información de los habitantes de un pueblo de México para enterarse de las balaceras o los muertos en la zona azotada por narcotraficantes, que al darse cuenta de lo que sucedía, ofrecieron 35 mil euros por la cabeza del administrador.
Los ciberataques son constantes. A través de las redes sociales, varios usuarios han sido víctimas de amenazas de toda índole. Un caso para recordar es el de Nicolás Castro, quien estuvo preso en la cárcel La Picota por amenazar a uno de los hijos del expresidente Álvaro Uribe Vélez a través de Facebook.
Una amenaza reciente la recibió el periodista y columnista de Confidencial Colombia, Antonio Morales, a quién Harold José Villareal , identificado en Twitter como @petolete , le escribió: “callate la puta boca, mira lo q le paso a jaime Garzon, borja y otros x hablar más de la cuenta.. Payaso”. El hecho desató un sinnúmero de reacciones por parte de colegas y tuiteros quienes se solidarizaron con el escritor. Luego Villareal se disculpó.
Así, los medios de expresión digital tampoco tienen nada que celebrar cuando coartar la libertad de expresión está a un ‘tuit’ de distancia y aparentemente la información no se puede compartir libremente sin temor a un ataque.