Para el tercer trimestre de 2014, los nuevos indicadores de actividad económica sugieren un crecimiento del PIB algo menor que el registrado en el primer semestre del presente año.
El comportamiento de las ventas al por menor, del crédito de consumo, del índice de confianza del consumidor y del mercado laboral, indican que el consumo mantendría una fuerte dinámica.
El aumento de las compras externas de maquinaria y equipo de transporte, y la tendencia registrada por las obras civiles, prevén un buen desempeño de la inversión, aunque a tasas menores a las observadas en la primera mitad del año. Los indicadores de comercio exterior sugieren que las exportaciones netas tendrían un aporte negativo al crecimiento.
Para 2014 el equipo técnico calcula un crecimiento económico entre 4,5% y 5,5%, con 5%, como cifra más probable. Por su parte, las estimaciones sugieren que al finalizar el año la inflación podría situarse en la mitad superior del rango meta.
Hacia el 2015, los riesgos en materia de crecimiento se originan principalmente en el sector externo. En particular, existe incertidumbre por los efectos de la caída del precio del petróleo y por el desempeño de la economía europea. Adicionalmente, la normalización de la política monetaria en los Estados Unidos genera inquietud en los mercados. En estas condiciones, la confianza de los consumidores e inversionistas podría verse afectada.
No obstante, la recuperación de los Estados Unidos será un factor positivo en el futuro, por ser nuestro principal socio comercial. A su vez, la tasa de cambio empieza a jugar un importante papel como amortiguador de los choques externos. Finalmente, la credibilidad en la meta de inflación ofrece un amplio margen de maniobra a la política monetaria.
Entre junio de 2013 y el mismo mes de 2014, la economía colombiana tuvo un buen desempeño. En dicho periodo el producto creció 5,5%, cifra superior al 3,2% observado en los cuatro trimestres anteriores.
Este comportamiento contrasta con el bajo crecimiento registrado por las economías más grandes de la región y por otros países emergentes.
Varios factores explican el buen desempeño que ha tenido la economía colombiana. En primer lugar, el estímulo de la política monetaria al reducir la tasa de interés de 5,25% a 3,25%, entre julio de 2012 y marzo de 2013.
Lo anterior en un entorno en el cual la inflación y sus expectativas permanecieron en niveles bajos y con excesos de capacidad instalada de la economía. De esta forma, las bajas tasas reales de interés junto con unos altos niveles de confianza estimularon el consumo y la inversión.
En segundo lugar, el fuerte crecimiento de las obras civiles y de la construcción en edificaciones, así como los aumentos en el gasto público, impulsaron la demanda interna, en un contexto de debilidad de la demanda externa y de deterioro de los términos de intercambio.
Por último, en el segundo y tercer trimestre aumentaron de manera significativa los flujos externos de portafolio. Los precios internacionales del petróleo descendieron, pero a un menor ritmo que el registrado en otros productos básicos que exportan otras economías emergentes. Adicionalmente, las cotizaciones del café se mantuvieron en niveles altos.
Desde inicios de 2014, la inflación comenzó a presentar una convergencia hacia la meta de largo plazo (3%), desde el bajo nivel registrado a finales de 2013. Las diferentes medidas de inflación básica y las expectativas de incrementos de precios también presentaron similar comportamiento. Al tiempo, la economía continuó mostrando síntomas de fortalecimiento, agotando los excesos de capacidad.
En las circunstancias descritas, la Junta consideró apropiado moverse hacia una postura de política monetaria menos expansiva. Así, entre abril y agosto de 2014, incrementó la tasa de interés de referencia en 125 puntos básicos hasta situarla en 4,5%.
En las reuniones de septiembre y octubre, la Junta la mantuvo estable, en un entorno de deterioro de los términos de intercambio y de creciente incertidumbre sobre la recuperación de la actividad económica mundial y el costo del financiamiento externo. Estos últimos factores pueden incidir en la demanda agregada y en la tasa de cambio.
En general, la tarea de la política económica será mantener la confianza en la economía colombiana en un contexto de incertidumbre.