Luego de la desaparición del Brigadier General Rubén Darío Alzate, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Titán, el cabo primero Jorge Rodríguez Contreras y la abogada Gloria Urrego en el caserío Las Mercedes en el departamento del Chocó, son varias las dudas que salen a flote dadas las circunstancias y versiones que existen en torno a los hechos.
La desaparición del Brigadier General Rubén Darío Alzate, del el cabo primero del S2 Biama Jorge Rodríguez y de la abogada Gloria Urrego ha generado todo tipo de reacciones por cuenta de lo que ha sido considerado un secuestro reprochable. Sin embargo, las varias versiones sobre el asunto y el contraste de las mismas arroja una serie de interrogantes acerca de lo que realmente sucedió en el corregimiento de Las Mercedes el pasado 17 de noviembre.
Según el reporte oficial, el día de ayer, a las 3 y 30 de la tarde el General pidió un bote oficial al comandante de Infantería que opera en la zona para desplazarse con el cabo primero del S2 Biama Jorge Rodríguez y la abogada Gloria Urrego, coordinadora de proyectos especiales del Ejército para el Chocó, por el rio Atrato al punto conocido como Las Mercedes, distante 10 km de Quibdó por vía fluvial.
El de Rodríguez es el papel de oficial S2 es un oficial encargado de operaciones de planificación e inteligencia. Por su parte el de la abogada Urrego es el de coordinar la implementación de proyectos de asistencia a la población civil. El primer interrogante que surge es el más obvio, ¿a qué fue el general a ese caserío?. Además, cabe preguntarse ¿qué ánimo tenía su desplazamiento acompañado de un suboficial de un batallón S2 y la abogada encargada de los programas especiales del ejército en la región?
El trayecto del general, que vestía de civil no estuvo acompañado por esquema alguno de seguridad ni hubo patrullajes de unidades de la armada por el río en ese momento. Al llegar a la población, según la versión oficial, fueron sorprendidos por hombres armados y vestidos de civil, presuntamente guerrilleros del frente 34 de las Farc, allí procedieron a retenerlos y requisarlos. Según esta versión, fueron tres hombres armados que estaban escondidos en algunas casas de Las Mercedes.
Sin embargo, el periódico El Colombiano publicó una versión del presidente del Consejo Comunitario de Las Mercedes, Presentación Palomeque. En esta el General llegó con sus dos acompañantes hasta el atrio de la iglesia de Las Mercedes. Allí esperaron hasta que hicieron su aparición tres hombres que llegaron en una lancha; arribaron desarmados y caminaron hasta la iglesia en donde hablaron con los dos militares y la abogada. Acto seguido caminaron rumbo a la selva sin que mediara forcejeo alguno. Estas dos versiones por sí solas arrojan demasiados interrogantes, como ¿quiénes eran los tres hombres con los que se encontró el general? ¿si eran miembros de las Farc y se trató de un secuestro porque no iban armados y no medió gesto violento alguno?, ¿hacia dónde se dirigieron las seis personas que en este momento tienen en vilo el proceso de paz de La Habana, por cuenta de la suspensión de las negociaciones anunciadas por Santos debido a estos hechos ?
Además, de las interrogantes que arrojan estos hechos, el revuelo y las reacciones alrededor de este caso arrojan mucha más. La desaparición del alto oficial ocurrió entre las 3 y media y las 4 y media de la tarde del pasado domingo. El expresidente Álvaro Uribe Vélez publicó en su cuenta de Twitter los hechos, tal como están relacionados en la versión del Ministerio de Defensa, a las 4 y media de la tarde. Sin embargo, está no se hizo oficial hasta las 10 de la noche. Es decir que la versión que el senador y exmandatario publicó con lujo de detalles no fue aceptada oficialmente por el Gobierno Nacional sino 6 horas después de ser conocida.
Además, antes de que el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, se dirigiera a los colombianos en vivo dando el parte oficial de la situación el presidente Juan Manuel Santos publicó en su cuenta de Twitter: “Mindefensa y Cdte gral. Quiero que me expliquen por qué BG Alzate rompió todos los protocolos de seguridad y estaba de civil en zona roja”. Esto quiere decir que la incertidumbre sobre lo qué estaría haciendo en la zona y las circuntancias del hecho ni siquiera eran del todo claras y conocidas por el alto mando nacional. Algo que contrasta con la celeridad y “precisión” con las que Uribe informó del caso.
La zona en la que ocurrieron los hechos tiene fuerte presencia militar así como una gran actividad del frente 34 de las Farc, que se dedica sino a actividades de narcotráfico, sobre todo en las rutas de salida de la coca en compañía de la banda criminal, ‘clan Úsuga’.
Por lo pronto estas tres personas se encuentran desaparecidas y no se conoce su condición actual, algo que preocupa a todas las instancias por cuenta de la posibilidad de que esto termine de enturbiar un proceso de paz que ha avanzado bastante pero que también ha sido criticado desde varios sectores que tendrían en el secuestro de un alto oficial del ejército muchos más motivos para presionar el fin de la mesa de diálogos.