Un recital del delantero salteño sentenció la eliminación del Guangzhou de Scolari, y metió al club catalán en la final del Mundial de Clubes, donde se medirá a River Plate de Argentina.
El Barcelona jugará la final del Mundial de Clubes después de derrotar al Guangzhou Evergrande en semifinales (3-0), en un partido en el que Luis Suárez se bastó para sentenciar al equipo chino en ausencia de las dos grandes estrellas de su equipo, Leo Messi y Neymar.
El delantero uruguayo hizo gala de sus virtudes para firmar tres tantos que han metido a su equipo en la gran final. El primero, de cazagoles; el segundo, de hábil delantero; el tercero, de penalti. Y es que el ‘killer’ uruguayo está viviendo una gran temporada, confirmando ante el Guangzhou que tiene galones para comandar al conjunto azulgrana.
La lesión muscular de Neymar y el cólico nefrítico sufrido por Messi suponían graves complicaciones para el ataque del Barcelona, que no podía contar con los dos jugadores más desequiibrantes de su ataque.
Pero Luis Suárez no se arruga y si hay alguien que tenga que tirar del carro cuando faltan las grandes estrellas, ese es él: siempre guerrero, con hambre de gol y con la portería entre ceja y ceja, se convirtió en la gran razón de que su equipo vaya a pelear por el quinto título de 2015. O, lo que es lo mismo, en primer jugador desde Pelé que consigue un ‘hat-trick’ en un Mundial de Clubes (antes Intercontinental).
Durante los primeros compases de partido, el Barcelona se hizo dueño y señor del balón, aunque sin tener ninguna profundidad. El Guangzhou, consciente de su inferioridad técnica, decidió juntar líneas y encerrarse en su campo, para evitar que los azulgranas triangularan.
La ausencia de Messi y Neymar facilitaba la labor al equipo chino, que se protegía a las mil maravillas ante un Barça que no encontraba la manera de superar la maraña defensiva de su rival. Protegidos y bien posicionados, la única intención de los de Scolari era buscar la contra en busca de hacer daño a los culés.
Mucha posesión, pero pocas llegadas del Barcelona empezaban a desesperar a los azulgranas. Sólo un genial pase de Andrés Iniesta a Munir rompió esa dinámica, pero una rápida y buena salida de Li Shuai evitó males mayores.
Con poco más de media hora disputada, llegó la peor noticia del encuentro: un mal apoyo sobre el césped provocó una escalofriante lesión a Zou Zheng, quien gritaba retorciéndose de dolor mientras su tobillo izquierdo estaba completamente girado. Sólo cinco minutos más tarde de esta grave situación, el Barcelona se ponía por delante en el marcador.
Llegó el momento del ‘caníbal’
Corría el minuto 38 cuando un tiro lejando de Rakitic sin excesivo peligro fue mal rechazado por Li Shuai; el balón, muerto en el área, le cayó a Luis Suárez, quien fusilaba al portero chino para poner por delante a su equipo.
El Barça había necesitado cuarenta minutos para derribar el muro asiático… y gracias, pues en los últimos cinco minutos de la primera parte el Guangzhou gozó de un par de ocasiones clarísimas que, de no ser por Claudio Bravo, podrían haber supuesto el empate. En especial, un remate de cabeza de Elkeson, ante el que el meta chileno tuvo que hacer una intervención de mucho mérito.
Pero, para acabar con las dudas, el Barcelona sentenció en la primera que tuvo en la segunda parte. Un fenomenal pase a la espalda de la defensa de Iniesta fue el inicio de una obra de arte, culminada con un control con el pecho y remate de primeras de Luis Suárez, que marcaba el segundo para sentenciar el encuentro.
El control pasó a ser azulgrana por completo y fruto de ese domino iba a llegar el tercer tanto, aunque esta vez como consecuencia de un penalti inexistente sobre Munir: Luis Suárez recogía la responsabilidad y desde los once metros confirmaba su particular ‘hat-trick’.
A partir de ese momento, el Barcelona no quiso hacer más sangre y se dedicó a defender con el balón para evitar sorpresas de última hora para clasificarse a la final del Mundial de Clubes.
Ahora, los azulgranas buscarán el título ante el siempre peligroso River Plate. De momento, en las semifinales, Luis Suárez ha dado un golpe de autoridad: su ‘hat-trick’ lo convierte en el primer jugador desde Pelé que es capaz de firmar un triplete en un partido del Mundial de Clubes o de la Copa Intercontinental. ¿Quién dijo miedo sin Messi ni Neymar? Luis Suárez siempre aparece cuando más lo necesita su equipo.