Usain Bolt no podrá correr el relevo 4×400

Usain Bolt, que llegó a coquetear con la posibilidad de correr la final olímpica de relevos 4×400 metros, no podrá hacerlo por la lesión de uno de sus compañeros de equipo.

Gonzales se rompió cuando sólo había dado media vuelta a la pista y, de rodillas, dio rienda suelta a su frustración golpeando el testigo contra el suelo. La actuación del relevo largo de Jamaica, medallista de bronce en los Mundiales de Daegu, había terminado en los Juegos de Londres.

Bolt, que disputa esta misma noche la final individual de 200 metros después de haber ganado la de 100, había insinuado el pasado miércoles la posibilidad de participar en la final de 4×400, además de hacerlo también, como estaba previsto, en la de 4×100.

En una mañana de frustraciones en el estadio Olímpico, el sudafricano Óscar Pistorius, primer atleta amputado que participa en unos Juegos Olímpicos, esperó inútilmente a que llegara su compañero Ofentse Mogawane para entregarle el testigo después de cubrir la segunda posta.

Mogawane chocó en la última curva con el keniano Mumo Kilu y se precipitó al suelo, retorciéndose de dolor, con el hombro izquierdo magullado. A cien metros de allí, sobre la línea de meta, Pistorius le animaba, brazo en alto, a que llegara hasta él, pero no hubo forma. Su compañero estaba realmente lastimado y hubo de abandonar la pista con la ayuda de los jueces.

Pistorius no pudo, por tanto, correr por primera vez una posta distinta a la primera, mezclado con los demás en calle libre, tras recibir la autorización de la Federación Internacional para hacerlo.

“Recordaré estos Juegos durante el resto de mi vida. Ha sido algo absolutamente fenomenal, pero hubiera estado bien haber corrido hoy otra vez. Ha sido duro. Lo siento también por mis compañeros”, se lamentaba el sudafricano.

El año pasado, en los Mundiales de Daegu, la IAAF le obligó a partir en el primer relevo, en el que los atletas corren cada uno por su calle, a fin de proteger a sus adversarios de sus cuchillas a partir del momento en que acceden a calle libre.

La ronda de calificación de altura femenina frustró las esperanzas de la alemana Ariane Friedrich, campeona mundial en 2009, que resultó eliminada después de intentar, sin éxito, que el juez de competición admitiera en la final a las catorce atletas que habían saltado 1,93, tres centímetros por debajo de la marca oficial requerida.

Pero el árbitro se mantuvo en sus trece. Había que seguir compitiendo hasta seleccionar a las doce mejores. Cuando la uzbeka Svetlana Radzivil saltó 1,96 y Friedrich fracasó en la misma altura, ahora sí, la competición se detuvo porque la selección de doce ya estaba hecha.

En decatlón, el estadounidense Ashton Eaton, plusmarquista mundial, comenzó el segundo día con 220 puntos de ventaja sobre su compatriota Trey Hardee.

En 110 metros vallas, Hardee, dos centésimas más rápido con 13.54, redujo en tres puntos la diferencia, y en disco, la disciplina más floja de Eaton, el recorte alcanzó los 118 puntos. Hardee lanzó 48,26 metros, frente a los 42,53 del líder. Por delante quedan la pértiga, la jabalina y los 1.500 metros.