Samuel Hoyos lo tiene claro, medio en broma nos confiesa que lo primero que quiere hacer si es elegido alcalde de Bogotá es limpiar su nombre. “No puede ser que el referente político en el mismo cargo con mi nombre sea Samuel Moreno, el que nos robó la plata de la 26 con los Nule. Eso representa al pasado, yo vengo a limpiar la ciudad de corrupción, a ejecutar obras, a hacer de Bogotá una de las ciudades más competitivas del continente. Donde la seguridad sea lo cotidiano. Cambiar esa idea de algunos bogotanos de querer irse a vivir por fuera porque ya no se aguantan la (in)movilidad de la ciudad, quiero una Bogotá que integre y que construyamos entre todos”, asegura mientras se toma una Coca-cola. Le preguntamos por los temas más calientes de la actualidad bogotana y nacional y, de una manera clara, directa y firme nos responde sin complejos, como son la mayoría de los políticos de esta generación.
¿Se considera el nuevo delfín de Uribe?
Más allá del uribismo, quiero ser el candidato de todos los bogotanos. Pido a los cientos de miles de bogotanos a que me ayuden a reconstruir la ciudad que soñamos.
¿Por qué se sintió atraído por la política?
Desde joven siempre sentí atracción por público y lo social. Me encantó siempre la política. Tuve la bendición de poder estudiar lo que quería y esa oportunidad creo que conlleva una obligación de intentar devolver a la sociedad todo lo que uno puede.
Enuméreme tres virtudes suyas…
Carácter, nobleza-transparencia y capacidad de trabajo.
¿De qué se siente más orgulloso de lo realizado en política?
Ser presidente de la Comisión 1° del Congreso. Además, presentamos varios proyectos de Ley de los que me siento muy feliz: la congelación del impuesto predial en Bogotá, la ley que determine una segunda vuelta para la elección de alcaldes, o la ley de choques simples. Piense que esos más de 500 accidentes leves (sin heridos) que hay todos los días en Bogotá, generan miles de millones de pérdidas para la ciudad y miles de horas perdidas al año para las personas. Esta ley garantizará que después de cada accidente, los carros no pueden pasar más de 15 minutos detenidos trancando la vía.
¿En el congreso era el azote del proceso de paz?
No creo eso. Todos queremos la paz. No soy belicista. En mi vida he tocado un arma, no me gusta la guerra, pero con concesiones al terrorismo no se logra la paz. En el Congreso intenté defender la justicia, la democracia liberal, la República y las víctimas. Uno no puede sacrificar la justicia o los principios fundamentales del estado de derecho para alcanzar la paz. Y tal es así que el ‘No’ ganó el plebiscito. La mayoría de la gente no se tragó el cuento de Santos.
¿Y en qué quedará el proceso de paz?
En este punto hay que echar para adelante con algunos ajustes, como que aquellas personas que tengan a sus espaldas crímenes de lesa humanidad no puedan estar en el Congreso.
Alguna vez le oí decir que Santos es el peor presidente de la historia del país…
De los que a mí me ha tocado sin duda alguna. Hizo demasiadas concesiones al terrorismo. Dio oxígeno a la izquierda radical, populista y corrupta. Dedicó sus últimos cuatro años a satisfacer su propio ego y se olvidó del país. El narcotráfico le está ganando la guerra al estado y eso es culpa en buena medida de Santos y su pésima gestión.
Entrando en precampaña ¿Por qué deben votarle los bogotanos?
Aunque soy joven, he demostrado tener la capacidad de hacer cosas por la sociedad. En el Congreso lideré importantes proyectos en representación de los bogotanos y fui capaz de construir consensos con otros congresistas que no pensaban como yo.
¿Debería haber segunda vuelta también para las alcaldías?
Sin duda, eso daría legitimidad a los gobiernos. Un alcalde que no tiene el respaldo de la mayoría no tiene legitimidad y no puede gobernar. Es lo que le pasó a Petro hace 7 años, que con el 27% de los votos hizo lo que le dio la gana.
¿Y esa Ley para cuándo quedaría?
Ya se aprobó en primera vuelta y depende de la celeridad del Congreso para aprobarlo antes de octubre. Yo lo veo factible porque lo quieren todos los partidos salvo la izquierda.
Reconózcame una cosa, su animadversión a Petro es algo personal…
No es personal. Fui el gerente de la campaña de la revocatoria de su mandato y recogimos 600.000 firmas para acabar con su gobierno populista, inepto y corrupto. Los bogotanos ya padecimos a esta izquierda que solo ha traído cosas malas a la ciudad. Lo combato por convicción.
¿Cómo vería una alianza de partidos contra la izquierda? ¿A quién tiende la mano?
La ciudadanía sensata está reclamando una coalición para presentar un candidato único frente al petrismo. Tiendo la mano a Miguel Uribe o a David Luna y en general a todos los que nos oponemos al populismo. Eso debe quedar todo decidido antes del 26 de mayo como ha afirmado el Consejo Nacional Electoral. Por supuesto quiero liderar esa coalición.
Haga soñar a los ‘sufridores’ bogotanos ¿Cómo sería la Bogotá de Samuel Hoyos?
Una ciudad ordenada. Una ciudad que garantice unos servicios públicos para todos los ciudadanos. Eficiente, con energías limpias. Una ciudad con un mejor transporte público y, por supuesto una ciudad más segura. Ahora en Bogotá asesinan tres personas de media al día y se roba un celular cada minuto. Eso es inaceptable.
¿Cómo mejorará la seguridad?
Esta es una materia sensible y hay que ser muy responsable. Es necesario aumentar el pie de fuerza policial y también en la justicia, esto son jueces y fiscales. Comprometer a los ciudadanos en la seguridad: taxistas, comerciantes… Facilitarles las herramientas mediante aplicaciones digitales para que las denuncias y las alertas de seguridad sean más rápidas. La autoridad es de la policía, pero la cooperación ciudadana es clave para combatir el crimen. Todo esto unido a un espacio público que se respete: limpio e iluminado, no puede ser que las calles estén llenas de basura.
Son todo medidas restrictivas….
Noooo, continúo con más (risas). Todo lo anterior tiene que ir acompañado de medidas de integración. Hay que darles opciones a los jóvenes. Cuando los chicos no tienen nada que perder está el riesgo de caer en pandillas. Eso no puede ser. Mire este dato, el 93% de la población carcelaria de Bogotá en la actualidad nunca tuvo acceso a educación. Fíjese si es importante la educación y la integración para vivir más seguros.
Todo esto suena muy bonito, pero cuesta plata. ¿Va a subir los impuestos?
Al contrario, voy a bajar o congelar impuestos, como el predial. La seguridad cuesta plata, sí, pero cuesta mucho más la inseguridad. El delito, el asesinato. Por un lado, necesitamos implicar más al ciudadano. Eso no cuesta. Y punto 2, necesitamos alianzas público-privadas para dejar de sangrar a los bogotanos, que ya estamos mamados de pagar tantos impuestos.
¿Piensa que cuantos menos impuestos más competitividad?
Sí claro, así es. No es una opción seguir metiendo la mano al bolsillo de los bogotanos, los estamos asfixiando. Mucha gente no puede tener acceso a vivienda, muchas empresas se han tenido que marchar de la ciudad y más del 30% de las nuevas sociedades que se crean en Bogotá desaparecen antes de los 12 meses. Eso hace que Bogotá no sea competitiva, cuando sin duda debemos ser una de las tres principales ciudades de Latinoamérica. El ejemplo exitoso del Movistar Arena debe ser uno de otros muchos proyectos que realizaremos para crear una ciudad.
Hábleme de su política social en una ciudad tan desigual
No creo en la política social de regalar mercados, repartir subsidios. Eso es populismo, asistencialismo. La mejor política social es crear empleo, y eso solo se genera con inversión. Así es como se saca a la gente de la pobreza. Es como se ha hecho en todo el mundo.
A su juicio como ha sido la alcaldía de Peñalosa
Creo que va a salir mejor de lo está ahora. Ha sido un buen urbanista y administrador, pero ha fallado en que está gobernando sin escuchar a la gente. Desde un escritorio no se puede dirigir una ciudad como Bogotá. Hay que gobernar en la calle.
¿Qué se le viene a la cabeza cuando le nombran a Petro?
Chavismo y corrupción. Él me tiene demandado por esto, pero lo sostengo. Petro no está en la cárcel, pero sí sus principales colaboradores de gobierno como el gerente de vigilancia y seguridad, el gerente de metrovivienda… el escándalo de TGI, en el que los bogotanos perdimos en tres años 1,5 billones de pesos en la recompra de las acciones al fondo de inversión de Luxemburgo al que vendió Samuel Moreno. Las bolsas de plástico con dinero, la compra de las motos eléctricas para la policía, son muchos casos de corrupción.
¿Y el Metro? Por encima, por debajo, o como todos los alcaldes anteriores: sin metro
Le Corbusier vino a Bogotá hace 70 a proponer un plan de urbanismo integral. Posteriormente, los japoneses se ofrecieron a hacer el metro con una concesión a 20 años. No podemos seguir así. Es una vergüenza. No más carreta, hay que ejecutar. Si soy alcalde garantizo que se empezará a construir la primera línea de metro con los estudios actuales, que ya están avalados por el banco mundial y hay financiamiento para ello.