Foto: Colprensa (Camila Díaz)
La inseguridad, el mal manejo de basuras y material reciclable, junto con la abundante presencia de vendedores ambulantes, han convertido al sector de San Victorino, en Bogotá, en un lugar de difícil control por parte de la Administración Distrital.
Ahora que se aproximan las fiestas de Navidad —época en la que este sector de la capital es bastante visitado por bogotanos de todos los estratos que acuden para comprar, así como por quienes llegan con el ánimo de vender sus productos—, se genera una gran aglomeración de personas, lo que convierte la zona en un lugar caótico.
Por esta razón, fueron citadas a debate en el Concejo de Bogotá varias entidades del Distrito, por iniciativa de la concejal del Partido Liberal, Clara Lucía Sandoval, quien manifestó su preocupación por la crisis que vive el sector debido a la invasión del espacio público y a la creciente inseguridad.
Sandoval identificó el hurto a personas, las riñas personales, la extorsión y el hurto a comerciantes como los delitos más comunes en San Victorino. Señaló también la presencia de estructuras criminales que, desde hace tiempo, se han apropiado del espacio público, obligando a los vendedores ambulantes a pagar cuotas para poder ejercer su actividad comercial.
“Las dinámicas de las ventas informales han venido empeorando porque hay una escasa capacidad del Distrito para ejercer control”, advirtió.
En San Victorino, de acuerdo con la concejal Clara Lucía Sandoval, la venta de sustancias psicoactivas es un hecho innegable, visible a plena luz del día.
La cabildante preguntó a la Alcaldía de Bogotá por los planes concretos para frenar el caos que se vive en esta zona, especialmente ahora que se intensificarán las intervenciones por la ejecución de las obras de la Primera Línea del Metro.
Reclamó, además, por los planes de seguridad que la Alcaldía de Carlos Fernando Galán había prometido para el sector, entre los que se incluían: el envío de 310 policías adicionales, 200 gestores sociales, 1 helicóptero patrullando constantemente la zona, 1 CAI móvil y vigilancia permanente por parte del GAULA, la SIJIN y Tránsito.
Por su parte, Yansen Estupiñán, gerente del Centro Comercial NEOS, considera que los problemas del sector se solucionarán cuando se deje de hacer politiquería y la administración tome con seriedad la recuperación del espacio público.
“No somos enemigos de los vendedores informales, porque ellos tienen derechos, pero también los tienen los demás ciudadanos, quienes quieren andenes limpios, vendedores organizados, buena movilidad… eso haría que la gente regresara al centro de la ciudad”, afirmó.
Estupiñán agregó que los vendedores informales también deben poner de su parte y acatar la autoridad del Distrito en materia de espacio público.
Leydi Betancourt, directora ejecutiva de Asosanvictorino, reiteró que la indebida ocupación del espacio público es la “madre de todos los males” que hoy padece el sector:
“Detrás de esto se camufla la delincuencia, las bandas criminales, la extorsión, y todo aquel que quiere hacer su diciembre de manera incorrecta”.
El concejal Juan David Quintero expresó su preocupación por el mal manejo de basuras en San Victorino, donde, según él, no se ven acciones concretas de las entidades responsables frente a la alta presencia de habitantes de calle y recicladores que rompen las bolsas y dejan los desechos regados en los andenes.
“La Secretaría de Seguridad debería saber que, a raíz de estas problemáticas, se están creando ollas. La Secretaría de Cultura debería tener una gran campaña ciudadana contra el mal manejo de las basuras… y no se ve nada de esto”, afirmó.
Quintero también preguntó por el número de comparendos impuestos hasta la fecha por parte de las alcaldías locales a quienes incumplen las normas sobre el manejo de basuras y material reciclable.
¿Qué responde la Alcaldía de Bogotá?
Frente a estas inquietudes, el director del Instituto para la Economía Social (IPES), Wilfredo Grajales, explicó que ha sido necesario retomar el proceso de caracterización de los vendedores informales, con nuevos elementos que parten del análisis del entorno y de los lugares donde se encuentran instalados.
Según el funcionario, actualmente hay alrededor de 3.100 vendedores informales en esta zona, pero es necesario identificarlos, ya que muchos no están allí de forma permanente.
De acuerdo con datos del IPES:
- 54 % vende prendas de vestir
- 7 % confitería
- 6 % artículos usados
- 5 % calzado
- 5 % alimentos preparados
- 5 % bebidas calientes
- 4 % ropa usada
- 4 % bebidas envasadas
- 4 % accesorios
Lucía Bastidas, directora de la Dirección de Espacio Público, comentó que en los últimos meses han llegado a San Victorino personas desplazadas del Catatumbo, del Cauca y también extranjeros que buscan ejercer actividades económicas de manera informal.
“Aquí, la coordinación entre el sector privado, el sector público y los vendedores informales es lo que permitirá mejorar la situación en San Victorino”, afirmó.
La funcionaria reiteró que hay puntos donde no pueden instalarse ventas informales, especialmente aquellos donde se utilizan pipetas de gas, y señaló que también se está revisando la venta de alimentos en la vía pública, los cuales deben cumplir con normas mínimas de salubridad y seguridad.
Se acerca diciembre
La gran pregunta ahora es cómo se coordinarán las entidades del Distrito —especialmente las responsables de seguridad, tránsito, desarrollo económico, espacio público y gobierno— para garantizar que San Victorino pueda ejercer su tradicional actividad comercial durante el mes de diciembre, sin caer nuevamente en el caos que, durante años, ha sido ignorado por las administraciones de turno.
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