Las autoridades de emergencias han elevado a 204 la cifra total de fallecidos a cuenta de las lluvias torrenciales que han azotado el país a lo largo del año, las más fuertes en las últimas cuatro décadas.
Según la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), junto a los más de 200 muertos se suman un total de 37 desaparecidos y otros 281 heridos’.
Hasta la fecha, las precipitaciones han dejado más de 488.500 personas damnificadas en más de la mitad de los municipios del país, 772 de las 1.103 localidades que conforman la nación sudamericana. En torno a 5.840 viviendas han sido destruidas y otras 77.045 han resultado seriamente dañadas.
A nivel de infraestructura civil, más de 2.200 carreteras, más de 380 puentes y acueductos, 19 centros de salud y casi 250 escuelas se han visto también afectadas por la inclemencias meteorológicas a lo largo del año.
Como respuesta a estas emergencias, el Gobierno ha destinado un total de 2,1 billones de pesos colombianos (cerca de 424 millones de euros) para atender las necesidades básicas de la ciudadanía, especialmente en materia de alimentación, salud y vivienda.
La situación es tal que el presidente del país, Gustavo Petro, declaró la semana pasada la situación de “desastre” a nivel nacional, un mecanismo que permite a las autoridades destinar recursos presupuestados por el anterior Ejecutivo y que no llegaron a ser ejecutados.
