Esta semana se conoció que el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, firmó el decreto para disolver la Asamblea Nacional en base a la llamada “muerte cruzada”, una figura que se utiliza por primera vez y que fue recogida en la Constitución de 2008, promulgada durante el mandato del expresidente Correa, y amparada en la Ley Orgánica de la Función Legislativa.
La decisión que fue catalogada por el mandatario como “la mejor decisión para darle una salida constitucional a la crisis política y conmoción interna que soporta el Ecuador” se da justamente en medio del juicio político que afrontaba el mandatario en la Asamblea Nacional y que podría haber derivado en su destitución.
Pero revisemos los hechos: la Asamblea Nacional que el presidente Lasso disolvió, era en su mayoría oposición, liderada por el partido Unión por la Esperanza UNES del expresidente Rafael Correa y el juicio que cursaba era por malversación de fondos lo que había derivado en graves perjuicios para las arcas estatales, según la información recopilada y expuesta por los asambleístas que lideraban el juicio.
El presidente Lasso considera que las nuevas elecciones son la forma para “devolverle al pueblo ecuatoriano el poder de decidir su futuro en las próximas elecciones” pero vale la pena recordar que Ecuador viene de elecciones locales y que las dos ciudades principales quedaron también en manos del partido del expresidente Correa.
Además, en temas de popularidad el presidente Lasso es catalogado como el peor presidente de la historia e incluso fue derrotado en febrero de este año en una consulta popular que él mismo convocó, y, aun así, invocó la figura de “muerte cruzada” para llamar a elecciones y elegir una nueva Asamblea Nacional.
Si bien Lasso se está jugando una carta importante para quedarse en el poder, acaba de abrir al pueblo ecuatoriano una opción de justicia y equidad, pero además también acaba de abrir la posibilidad para que el mapa político se aclare para las próximas elecciones presidenciales y que la oposición, probablemente, gane terreno.
Todo mi respaldo al pueblo ecuatoriano para que se movilicen libre y democráticamente a las urnas y con total transparencia la ciudadanía pueda elegir en los comicios extras convocados por el presidente Lasso.