La embarradota de Petro

Es bastante extraño que una persona como el presidente de la república, Gustavo Petro, que hizo parte del conflicto armado y que participó en un proceso de paz no sepa o no entienda que, en unas conversaciones de paz, especialmente en un proceso de acercamiento con organizaciones al margen de la ley como el Clan del Golfo y las disidencias de las Farc y además, con una guerrilla tan compleja como el ELN, la prudencia es la mejor amistad que se puede tener.

Nada bien quedó el primer mandatario, luego de que se supo que el tal cese al fuego bilateral no existía y que todo correspondió más a los deseos de Petro que a la realidad.

Era de esperarse; una cosa como esa requiere de unos pasos previos, el primero de estos, las conversaciones que permitan establecer un acuerdo en este sentido; la segunda, la expedición de unos protocolos en donde todo quede claro  y luego si, vamos con el anuncio que, por supuesto debe ser de ambas partes y no de una sola y mucho menos, vía Twitter.

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Petro debe saber y ser consciente de que la paz hoy está en sus manos y que debe ser muy cauteloso y medir cada paso que dé; que no puede estar lanzando globos al aire a ver quien los agarra porque quien paga los platos los rotos son las poblaciones y comunidades que habitan en los territorios donde se vive con mayor intensidad el conflicto armado.

También debe saber que en un tema como lo es un cese al fuego bilateral, las Fuerzas Militares y la Policía no pueden ser convidados de piedra y que en este asunto también debe estar la fiscalía general de la Nación y, además, buena parte de los mandatarios locales de los territorios que más se han visto afectados por la presencia de los grupos irregulares.

Esto es un trabajo que se hace en equipo, algo que Petro pocas veces hace pero que si quiere llegar a buen fin, tendrá no solo que entenderlo sino además hacerlo porque de seguir así, lo único que va a lograr es cansar a los miembros de su gabinete que ponen la cara al país cada vez que la embarra.

Un proceso de paz es algo muy serio y delicado como para estar improvisando. Si la Presidencia aun estuviese en manos de Iván Duque, -no sería para nada extraño una situación como la que hoy vive el país por cuenta de esta embarradota-, pero de una persona que conoce el Estado, ha recorrido los territorios e hizo parte de un proceso de paz, sorprende.

 

 

 

 

 

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