“Tan seguro como los bancos de Inglaterra”, fue el dicho que se volvió tradición en Inglaterra cuando se referían a Gordon Banks -con una metáfora a su apellido-. En una época marcada por su rivalidad contra el ruso Lev Yashin o la “Araña negra”, supo ser referente del único campeonato Mundial que posee Inglaterra, el país donde el fútbol germinó.
Durante la Copa Mundo de 1966, Inglaterra contó con una generación de lujo con Gordon Banks, Bobby Moore, Geoff Hurst y Bobby Charlton, entre otros. El equipo era imbatible gracias a Banks, que durante el certamen únicamente concedió tres goles -uno de penal ante Portugal que pateó Eusebio y los otros 2 en la final contra Alemania-.
El éxito de Banks seguía su ruta directa a ser el portero más importante de la década de los 60. Aunque su nombre retumbó de nuevo en el Mundial de México 70, pues en el enfrentamiento donde cayeron 1-0 ante Brasil, protagonizó la ‘atajada del siglo’ a Pelé, quien es catalogado por muchos como el mejor futbolista de la historia.
Su paso por Colombia
Previo al Mundial de 1970, la Selección de Inglaterra metió Bogotá en su gira de partidos preparatorios de cara al certamen. El país entró en conmoción por recibir a los actuales campeones del mundo y las entradas al Nemesio Camacho El Campín se agotaron muy pronto.
El partido amistoso terminó 4-0 para los europeos, Banks no permitió que su valla fuese vencida. Los goles fueron marcados por Allan Ball, Bobby Carlton y Martin Peters, quien se despachó con un doblete en esa noche ante 36.000 espectadores.
La visita estuvo marcada por un altercado después del compromiso luego de que alguien acusara a Bobby Moore de robar un brazalete de una joyería, por lo que las autoridades se lo llevaron detenido. Al final el altercado no pasó a mayores, ya que dirigentes del Fútbol profesional Colombiano intercedieron por él y la selección inglesa siguió con su gira preparatoria.
Retiro
A sus 35 años, el emblemático portero se vio obligado a retirarse del fútbol tras un accidente de tráfico del que perdió un ojo, lo que hizo que su carrera frenara en ese momento. Él trató de regresar a las canchas, incluso jugó en la segunda división de Estados Unidos con Fort Lauderdale Strikers.
Su regreso a las canchas fue notable pero por su mala forma física, nunca más volvió a ser el arquero que era después del accidente. Sin embargo, ya había hecho lo suficiente para convertirse en una de las leyendas más importantes del fútbol.
Este martes, el portero inglés murió a sus 82 años luego de lidiar con un cáncer de riñón que finalmente acabó con su vida. Hoy el fútbol le dice adiós a otra leyenda y recordado como uno de los mejores guardametas que ha habido en la historia.