En el primer trimestre de 2021, el PIB creció 1,0% respecto al mismo período de 2020 y tuvo un significativo incremento, de 2,9%, respecto al trimestre previo (variación intertrimestral).
La dinámica económica fue de menos a más, pues al comienzo del año estuvo afectada por los confinamientos localizados en muchas ciudades del país. Luego, en febrero y marzo, la recuperación se consolidó, principalmente impulsada por actividades de consumo e inversión. Especialmente, en marzo, muchos sectores ya habían recuperado el nivel que tenían antes de la pandemia, un hito que creíamos se lograba un poco más adelante en el año.
La demanda interna (+1,6% interanual y 2,3% intertrimestral) sigue siendo el principal soporte a la recuperación económica, si bien las exportaciones ya muestran un mejor comportamiento en el margen (-8,3% interanual y +13,3% intertrimestral).
El consumo de los hogares tuvo un mejor comportamiento en los bienes (4,0% interanual) que en los servicios (-0,5% interanual), estos últimos todavía afectados por las restricciones a los sectores de interacción social, especialmente al comienzo del año.
En el consumo final también fue importante el crecimiento de 4,6% del consumo público.
La inversión fija siguió su proceso de recuperación. Se mantuvo el dinamismo del componente de maquinaria y equipo, que venía dándose desde el año pasado, y se sumó un mejor desempeño de la construcción, sector que tuvo una fuerte caída en 2020.
Por sectores económicos, ocho de los doce sectores económicos tuvieron una variación interanual positiva. Los que caen son: minas, servicios públicos, construcción y comercio.
El índice mensual de seguimiento económico —ISE— creció en marzo un 11,8% interanual, por primera vez desde el inicio de la pandemia y reflejó el buen comportamiento que tuvieron la mayor parte de los indicadores en ese mes.
En efecto, las ventas minoristas crecieron 20,1%, la producción manufacturera un 20,7% y la causación de obras de edificación un 15,1%.
Los confinamientos debidos a la pandemia que se dieron en abril e inicios de mayo y, mayormente, el efecto económico de las protestas en Colombia pueden hacer retroceder el dinamismo que traía la economía al cierre del primer trimestre. A esto se le une la fuerte caída en la confianza de los consumidores, lo cual puede detener algunas decisiones de gasto de los hogares.
Aunque, sin duda, el segundo trimestre tendrá un crecimiento positivo respecto al mismo período de un año atrás, porque en aquel momento la economía estaba en un confinamiento mucho mayor, su desempeño respecto al primer trimestre puede reflejar una caída inter-trimestral.
Con todo, BBVA Research estima un crecimiento de 5,5% para todo el año 2021, por ahora sin sesgos significativos, pues el fuerte crecimiento del primer trimestre, que lo estimamos con un menor dinamismo, está compensando el efecto negativo de las protestas y los confinamientos del segundo trimestre.
No obstante, el impacto de las protestas lo seguiremos analizando porque de su prolongación e intensidad y su efecto sobre la estructura productiva del país dependerá el efecto final sobre la producción y las expectativas de los agentes económicos.
La inflación en abril tuvo una variación mensual de 0,59%, sorprendiendo las expectativas de BBVA y del mercado (BBVA 0,28% y encuesta Banco de la República 0,34%). Con esto, la inflación en términos anuales se ubica en 1,95%, se acelera 44 pb frente al dato de marzo (1,61%) y alcanza el registro anual más alto desde septiembre de 2020, cuando se ubicó en 1,97%.