El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha valorado como encomiable el objetivo del Gobierno de Colombia para reducir la dependencia del petróleo y del carbón, en línea con su plan “esencial” de diversificar sus exportaciones para avanzar en la estrategia de transición energética.
No obstante, según ha constatado el personal técnico del FMI para la elaboración del Artículo IV, un plan de transición energética y de diversificación de las exportaciones debe ser bien diseñado y ejecutado para garantizar la sostenibilidad y la resiliencia de la economía colombiana en el largo plazo.
La reorientación del gasto hacia la inversión, dentro de un menor techo de gasto, apoyaría la transición energética y aumentaría el potencial de crecimiento. Para el FMI, la reorientación de parte del gasto hacia proyectos de infraestructura y relacionados con el cambio climático apoyaría el objetivo de Colombia de impulsar su potencial de crecimiento y ser un líder mundial en la agenda de transición climática.
Asimismo, el FMI ha pedido mayores esfuerzos económicos a Colombia en algunos aspectos como la productividad, que debe aumentar en el país como herramienta esencial para impulsar el crecimiento potencial en el mediano plazo.
Para revertir la caída en la productividad total de los factores observada en Colombia en las tres últimas décadas será necesario mejorar el clima empresarial, por ejemplo, simplificando la regulación, reduciendo la rigidez del mercado laboral y eliminando los cuellos de botella que evitan el crecimiento de las empresas más pequeñas y las mantienen al margen de la economía registrada.
En consonancia con estas reformas, el FMI ha pedido al Gobierno que se actúe con gobernanza y transparencia. “El desarrollo de una estrategia integral de lucha contra la corrupción centrada en las áreas con mayor riesgo de corrupción debe guiar los avances en la agenda de gobernanza”, ha recogido el equipo técnico.
Estabilidad financiera
En lo que se refiere al sistema bancario, el Fondo ha destacado que los bancos siguen siendo resilientes a pesar del aumento en la morosidad, manteniendo su liquidez y estando bien capitalizados.
No obstante, el personal técnico ha explicado que es necesario seguir vigilando atentamente los riesgos para la estabilidad financiera. “A medida que la economía continúe estabilizándose, la morosidad podría seguir aumentando, lo que requiere un seguimiento cuidadoso”, han sostenido.
Finalmente, sobre la política monetaria, el FMI ha apuntado que dados los riesgos al alza para la inflación, incluidos los derivados del fenómeno de El Niño y de la alta indexación, será necesario proceder con cautela en futuras reducciones de los tipos de interés.
A medida que disminuyen la inflación y las expectativas de inflación, ajustar la tasa de interés de política monetaria en función de los datos con el objetivo de situar la inflación firmemente en la meta del 3% a mediados del 2025, permitiría alcanzar un buen equilibrio entre salvaguardar la actividad económica y la credibilidad de la política monetaria.