China implanta la política de la vacuna, la PCR… o la cárcel

China   El presidente Xi Jinping lo ha dejado muy claro: “estoy comprometido en luchar contra cualquier palabra y acto que distorsione, dude o niegue las políticas de prevención de epidemias y la estrategia de Covid cero de nuestro país”. Justo cuando son miles de denuncias de ciudadanos principales de Shanghai que ya están desesperados del encierro. Escasean los alimentos, se suspende la libertad de movimientos y, adicionalmente, las autoridades sanitarias pueden llevarse a las personas unilateralmente para aislarlas en granjas especiales, aunque hayan dado negativo en las pruebas Covid.

El confinamiento comienza a afectar los nervios de la población de Shanghái tras 40 días de restricciones. La ciudad es escenario de hechos poco comunes, como enfrentamientos en plena calle o la huida de obreros de las fábricas, donde llevan meses encerrados sin poder salir. La ciudad más poblada de China confinó a sus 25 millones de habitantes a principios de abril con la esperanza de frenar la peor oleada de Covid-19 desde la primera de inicios de 2020.

Shanghái ha registrado oficialmente más de 500 muertos en algunas semanas, una hecatombe para China, donde el saldo total informado por las autoridades supera apenas los 5.000 decesos desde el inicio de la pandemia. En reacción, la población se exaspera y ya no duda en enfrentarse con las fuerzas de seguridad en un país en el que, sin embargo, las protestas no son toleradas.

Revueltas en las calles de China

En los últimos días está pasando lo que no pasaba desde los sucesos de la Plaza de Tiananmen de 1989, habitantes descontentos de su abastecimiento alimentario chocaron con empleados públicos vestidos con trajes de protección integral, según videos difundidos en redes sociales. “Agitadores” incitaron a los vecinos a traspasar los límites de su residencia aislada y a otros a lanzar objetos desde sus ventanas, acusaron las autoridades locales en un comunicado.

La alcaldía asegura que la capital económica china está ganando la batalla contra el coronavirus, con un número de contagios diarios que cayó a menos de 4.000 el lunes, tras haber superado los 25.000 a finales de abril.

Estos son los efectos y la duración de la nueva variante del Covid-19

La ciudad afirma que millones de personas pudieron recuperar parte de la libertad en las últimas semanas. Algunas pueden por fin salir de su apartamento, aunque no aún de sus edificios. Está prohibido salir de casa durante varios días salvo para someterse a una prueba de detección. Y ya no es posible pedir el envío de comida. Las familias temen ser llevadas a centros de cuarentena, incluso si sus tests son negativos, por el simple hecho de tener un caso positivo en el vecindario.

“Nos previnieron que sería necesario dejar nuestras llaves para que puedan venir a desinfectar el apartamento”, contó a la agencia francesa de noticias AFP una británica instalada en Shanghái.

Colapso económico

Estas duras medidas amenazan con causar graves daños a la economía del país, la segunda del mundo, y afectar a las cadenas de suministro globales. El índice de compras en abril registró una caída a 36,2%, el segundo nivel más bajo desde que empezaron a compilarse estos datos en 2005 (el primero, 26,5 puntos, se alcanzó en febrero de 2020, en las peores semanas de la pandemia). Cualquier nivel por debajo de los 50 puntos representa una contracción.

Las empresas europeas instaladas en China comienzan a sentir el impacto en su cuenta de resultados. Un sondeo de la Cámara de Comercio Europea en China encontraba que casi un 60% de las compañías que respondieron anticipan una caída en sus ingresos en este país para 2022. Un 77% consideraba que China se está convirtiendo en un destino menos atractivo para invertir.

 

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