Imagen de @exercitooficial
El Ejército de Brasil ha prolongado este viernes otros 20 días la investigación interna que está llevando a cabo para dilucidar la participación por acción u omisión de sus funciones de los militares del Batallón de la Guardia Presidencial (BGP) durante los ataques a las instituciones del pasado 8 de diciembre.
Los encargados de la investigación ya solicitaron el pasado día 17 una prorroga ante la necesidad de seguir apurando las investigaciones sobre lo ocurrido y las fallas de seguridad que se produjeron, en este caso concreto, dentro del Palacio del Planalto, sede del Poder Ejecutivo, en Brasilia.
Uno de los principales objetivos de la investigación es el excomandante del BGP, el teniente coronel Paulo Jorge Fernandes da Hora, quien fue cazado por las cámaras de seguridad recriminando a varios agentes de la Policía Militar por intentar expulsar al grupo de vándalos que había irrumpido en la se del Planalto.
Tras la desconfianza que generó tras hacerse públicas esas imágenes, Fernandes, quien ya sabe que será castigado si se demuestra que actuó irregularmente, dejó el cargo antes de que fuera destituido.
La investigación, analiza las imágenes de las cámaras de seguridad del Planalto, las de los vídeos que se grabaron durante el asalto y las comunicaciones entre las fuerzas de seguridad aquel día, es independiente de la que están llevando a cabo otras instituciones, como el Tribunal Supremo y comenzó a primeros de este mes.
El motivo radica en la conducta de un sargento del BGP –cuyo nombre se mantiene en secreto– que se unió a un grupo de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro para cantar el himno momentos antes de que irrumpieran sobre la sede del Ejecutivo, en donde se produjeron destrozos y robos valorados de decenas de millones de euros.
Este sargento ya prestó declaración, alegando que cantó el himno junto a estas personas para ganarse su confianza. Al mismo tiempo, afirmó que no fue el único militar que actuó de tal manera.