El juicio político del presidente Donald Trump comienza este martes en el Senado de Estados Unidos, después de que fuera acusado formalmente por la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, el 18 de diciembre, de “delitos graves o faltas”.
El presidente republicano, que previsiblemente será absuelto por un Senado controlado por los republicanos, dice que es inocente de los cargos.
A continuación repasamos los argumentos de los Demócratas para destituir a Trump de su cargo, y la contraargumentación de los republicanos.
Los cargos
En sus artículos de destitución, los demócratas acusan a Trump de haber abusado de su poder como presidente al presionar al Gobierno de Ucrania para que le ayudara a ganar la reelección. Acusan al presidente de poner en peligro la Constitución de Estados Unidos, de poner en peligro la seguridad nacional y de socavar la integridad de las elecciones de 2020.
También acusan a Trump de obstruir el Congreso por negarse a entregar los documentos que solicitaron como parte de la investigación de destitución iniciada en septiembre y de ordenar a miembros de su Administración a que no testificaran.
Los demócratas dicen que Trump debe ser destituido de su cargo para proteger la seguridad nacional y preservar el sistema de Gobierno del país.
Las pruebas
En el centro del caso de destitución se encuentra la transcripción de una llamada telefónica del 25 de julio en la que Trump presionó al nuevo presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskiy, para que trabajara con el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, y el abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, para iniciar una investigación sobre presunta corrupción del exvicepresidente Joe Biden, uno de los principales contendientes a la nominación presidencial demócrata en 2020.
Trump también le pidió a Zelenskiy que investigara una teoría desacreditada de que Ucrania, y no Rusia, interfirió en las elecciones presidenciales de 2016.
Las acusaciones de los aliados de Trump contra Biden según los cuales usó su posición para forzar la destitución de un fiscal ucraniano con el fin de detener una investigación de una compañía energética de la que su hijo Hunter era director han sido desacreditadas. Ni Trump ni sus aliados han aportado pruebas que sustenten dichas acusaciones, y Biden las ha negado.
Altos cargos actuales y anteriores del Gobierno de Estados Unidos afirmaron en sus testimonios durante la investigación que Trump les ordenó trabajar con Giuliani, a pesar de que el exalcalde de Nueva York no tenía ningún cargo oficial en la Administración.
Algunos testigos dijeron que creían que Trump retuvo casi 400 millones de dólares en ayudas para seguridad, así como la perspectiva de una reunión de alto nivel en la Casa Blanca, con el fin de presionar a Zelenskiy para que anunciara las investigaciones. El jefe de gabinete interino de Trump, Mick Mulvaney, también dijo a los periodistas que la Casa Blanca retuvo el dinero.
El embajador de Estados Unidos ante la Unión Europea, Gordon Sondland, ofreció algunos de los testimonios más perjudiciales ante la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes. Dijo que habló directamente con Trump sobre el esfuerzo para presionar a Ucrania y dijo que otros altos cargos de la Administración estaban involucrados. Declaró que los representantes ucranianos entendieron que tendrían que anunciar las investigaciones para recibir la ayuda de seguridad que había sido retenida.
Trump finalmente liberó el dinero después de que la noticia del retraso se hiciera pública. Todavía no ha invitado a Zelenskiy a la Casa Blanca.
Otras pruebas
Han surgido Otras pruebas desde que los demócratas de la Cámara de Representantes concluyeran su investigación y votaran a favor de impugnar a Trump en diciembre.
Las comunicaciones internas de la Administración, publicadas por medio de solicitudes de registros abiertos, muestran que los altos cargos de la Casa Blanca le dijeron al Pentágono que Trump les había ordenado retener la ayuda a Ucrania.
La Oficina de Responsabilidad del Gobierno, un organismo de control del Congreso no partidista, dijo que Trump violó la ley al negarse a gastar dinero que había sido aprobado por el Congreso.
Uno de los antiguos socios de Giuliani, el empresario de Florida Lev Parnas, proporcionó la semana pasada mensajes telefónicos y otras pruebas al Comité de Inteligencia que detallaban sus esfuerzos y los de Giuliani para presionar a Kiev.
Los Republicanos
Trump dice que no ha hecho nada malo, y sus aliados republicanos en la Cámara están de acuerdo con él; ni uno solo votó a favor de ninguno de los dos artículos de la impugnación.
El equipo jurídico de Trump argumenta que ninguno de los cargos equivale a una ofensa impugnable, ni a un delito, porque el presidente tiene el derecho de decidir cómo llevar a cabo la política exterior y qué materiales compartir con el Congreso.
Los republicanos argumentan que Trump estaba en su derecho de pedirle a Zelenskiy que investigara a los Biden como parte de una amplia campaña anticorrupción.
También dicen que Trump tiene el derecho de resistirse a las demandas de información del Congreso.
Los legisladores republicanos dicen que el argumentario de los demócratas para el juicio político equivale a un testimonio “de oídas” porque se basa principalmente en el testimonio de representantes de nivel medio que no trataron directamente con Trump.
Dicen que los demócratas deberían haber acudido a los tribunales para forzar el testimonio de altos cargos que estaban directamente involucrados en el asunto después de que Trump les ordenara no cooperar, un proceso que podría haber llevado meses.
Un oficial que podría proporcionar un relato de un testigo ocular, el exasesor de seguridad nacional John Bolton, se negó a participar en la investigación de la Cámara de Representantes, pero dijo que está dispuesto a testificar en el juicio del Senado. No está claro si los republicanos, que controlan la cámara, estarán de acuerdo en permitírselo.
Los republicanos también dicen que no hubo un verdadero intercambio de favores porque Zelenskiy finalmente recibió la ayuda que había sido retrasada así como una reunión con Trump, aunque esta se produjo en el marco de la Asamblea General de las Naciones Unidas y no en la Casa Blanca sin aceptar las investigaciones que Trump quería.
Argumentan que los demócratas están subvirtiendo la voluntad de los votantes que eligieron a Trump como presidente en 2016 porque no les gusta él o sus políticas, y están convirtiendo el proceso de destitución en una herramienta partidista.