El arzobispo católico de San Francisco, Salvatore Cordileone, ha anunciado que la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la demócrata Nancy Pelosi, no debe recibir la Comunión eucarística por manifestarse a favor del derecho al aborto.
Pelosi, que se considera católica, ha criticado duramente el borrador de la decisión de la Corte Suprema del país que revocaría la histórica sentencia Roe v Wade de 1973 que esencialmente legalizó el aborto en todo el país, posicionándose, por tanto, a favor de que las madres puedan asesinar a sus hijos no nacidos, una cuestión que la Iglesia católica condena como un gravísimo pecado.
La presidenta de la cámara baja del Congreso apareció sin ir más lejos la semana pasada en CNN para calificar la composición actual de la corte, de mayoría conservadora, como “peligrosa para las familias y las libertades en nuestro país”. Al contrario de lo que han publicado la mayoría de medios, el arzobispo de San Francisco no ha excomulgado a Nancy Pelosi, le ha prohibido recibir la Comunión, esto es, recibir, según enseña la doctrina católica, el cuerpo de Jesucristo, algo que no se puede hacer si se está en pecado mortal.
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El castigo más severo
La excomunión, por otro lado, es el castigo más severo que puede imponer la Iglesia a un fiel. El efecto mas notable de la excomunión es la exclusión de la recepción o administración de los sacramentos, incluso de la confesión, y la pérdida de la comunión con la Iglesia.
“Como no ha repudiado públicamente su posición sobre el aborto y continúa refiriéndose a su fe católica para justificar su posición y recibir la Sagrada Comunión”, escribió el arzobispo en una carta dirigida a la política demócrata publicada por la archidiócesis, “no debe presentarse para la Sagrada Comunión y, si lo hace, no debe ser admitida a la Sagrada Comunión, hasta el momento en que repudie públicamente su defensa de la legitimidad del aborto y confiese y reciba la absolución de este pecado grave en el sacramento de la Penitencia”.
Cordileone indicó que a finales del año pasado se comunicó con la oficina de Pelosi para solicitar una reunión y le informaron que “no estaba disponible debido a su horario”. “A principios de este año, una vez más pedí una reunión. Mi solicitud fue denegada”, escribió el arzobispo.
Un debate que viene de lejos
La cuestión de negar la comunión a los políticos católicos que defienden y promueven públicamente el aborto ha estado encima de la mesa en las reuniones del episcopado estadounidense en los últimos tiempos. La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca encendió esta controversia, ya que el presidente estadounidense se confiesa católico y, a su vez, promueve el aborto en el país, lo que causa escándalo en muchos fieles católicos.
A finales de marzo de 2021, el presidente de los obispos estadounidenses, el arzobispo de Los Ángeles, José Gómez, informó al Vaticano de que los obispos de Estados Unidos se estaban preparando “para abordar la situación de los católicos en cargos públicos que apoyan la legislación que permite el aborto, la eutanasia u otros males morales”, recogió InfoVaticana.
El Vaticano, a través del prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal español Luis Ladaria, advirtió al presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos que formular una política nacional en ese sentido podría “convertirse en una fuente de discordia en lugar de unidad dentro del episcopado” y abogó por llegar a un consenso.