La ‘guerra fría’ de la nueva vacuna del Covid-19, mitos y realidades

BioNTech; Sanofi, J&J; AstraZeneca, Novavax, y por supuesto la rusa del Instituto Nicolai Gamaleya… muy pronto esos nombres le serán muy familiares. Las empresas farmacéuticas ya están a un paso de empezar a lanzar al mercado la vacuna contra el Covid-19. Sin duda más esperada de la época moderno. En esta loca carrera por conseguir la vacuna, los primeros en dar el paso ‘oficialmente’ han sido los rusos con el anuncio de hoy, y que en palabras del propio presidente Vladimir Putin, “la Sputnik V ya ha superado con éxito todas las pruebas”, incluso haciendo público que su propia hija ya se ha vacunado.

Las otras grandes potencias como Estados Unidos, China o Reino Unido, como si de una nueva guerra fría se tratara, están midiendo su poder científico (y propagandístico) para erigirse como salvadores de una humanidad ya maltrecha y desconfiada en este punto, aunque con ganas de creer. Con ganas de salir de esta pesadilla del 2020.

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Dudas sobre las primeras vacunas

Así como en los primeros meses de la pandemia, la guerra era por conseguir equipos de protección y respiradores, en este momento, los gobiernos ya se están moviendo en comprar dosis de la próxima vacuna a los distintos laboratorios para tratar de asegurar su abastecimiento de los ciudadanos.

El papel de la ONU

Sin duda, la era postvacuna va a suponer uno de los grandes retos de las Naciones Unidas como entidad. Sin importar cuál finalmente sea la primer vacuna se comience a producir y distribuir fuera del país del descubrimiento. Lograr un reparto justo y universal sin que ninguna región salga especialmente desfavorecida, sin considerar otros elementos geoeconómicos.

La situación de Colombia

Respecto a Colombia, el presidente Iván Duque ha venido adelantando “conversaciones con los laboratorios de más trayectoria”, sin especificar, se entiendo que son los grandes conglomerados estadounidenses. No obstante sobre ese aspecto aún no hay nada en firme. En la misma línea de prudencia se mostró el ministro de Salud, Fernando Ruiz: “Frente al covid-19 tenemos un reto que es vacunar a un número muy grande de personas y para eso nos estamos preparando con un plan que consta de siete componentes, que van desde la estrategia de acceso a la vacuna, que consta de definición de la política pública para determinar criterios, articular actores, y hacer valoraciones técnicas, financieras y jurídicas. Lo siguiente es la planeación operativa (cronograma, contratos, logística), adquisición, distribución (bodegaje, asignación a cada una de las entidades territoriales según sus necesidades, y transporte), aplicación (campañas y adecuación de puntos de vacunación), seguimiento y evaluación permanente de las fases anteriores y apoyo tecnológico en cada una de las fases para seguimiento de pacientes, compras y logística”, afirmó.

El ministro señaló, además, que las personas priorizadas en la vacunación serán trabajadores de la salud que, según se estima, son 813.000 personas, “no solo los médicos, enfermeras sino todos los que están asociados a este sector”. También mayores de 60 años, equivalente a 6,8 millones de colombianos, personas con comorbilidades (6,7 millones) y, finalmente, otro objetivo para la inmunización es la población económicamente activa (23 millones).

La cuatro preguntas clave al experto:

A pesar de la alegría de los avances, desde un punto de vista científico, es importante aterrizar las expectativas sobre las próximas vacunas. Sobre este tema, Richard N. Haass, presidente del centro de estudios Council on Foreign Relations (CFR), afirmó esta semana a la BBC “Los gobiernos se están posicionando y las razones son obvias. Los líderes tienen la presión de proveer las dosis a scous propios ciudadanos y el reto es no dejar a miles de millones de personas en una posición vulnerable”.

¿Qué vacuna podría ser la más eficiente?

Habrá varias vacunas y ninguna de esas vacunas será una solución total. Todas las vacunas tendrán limitaciones, en cuanto a la cantidad de gente que pueden ayudar. No creo que ningún país sea 100 por ciento autosuficiente en la producción de una vacuna porque van a requerir un determinado elemento químico o ingredientes desde el extranjero.

¿La vacuna es un pasaporte de inmunidad absoluto?

No. La historia de las vacunas nos ha enseñado a que ayudará a algunas personas, pero no a todos. Luego ayudará a algunas personas por un determinado período de tiempo.

¿Habrá que seguir con las medidas de bioseguridad después de la vacuna?

Sí, aún vamos a tener que seguir manteniendo la distancia social, usar mascarillas y lavarnos las manos y el resto de las precauciones. La gente exagera las implicaciones que tendrán las vacunas. Una vacuna no nos va a salvar del virus.

¿Cuál es el mayor riesgo si no se logra ningún acuerdo?

El mayor riesgo es el riesgo humanitario. Muchos países pueden fracasar en responder a las demandas económicas y de salud. Y si no compartimos las vacunas de manera inteligente, el virus seguirá activo afectando a una gran cantidad de gente en el mundo, lo cual significa que todos seremos más vulnerables.

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