En medio de un acto de entrega a campesinos víctimas del conflicto de 8.430 hectáreas de tierras, dentro de las cuales hay 7.916 pertenecieron a los entonces jefes paramilitares alias ‘Macaco’, alias ‘Nico’ y alias ‘Cuco Vanoy’, el presidente Gustavo Petro propuso la reactivación de la mesa de paz con los exjefes paramilitares.
“Porque el proceso no ha terminado, dado que no se han entregado los bienes que ustedes les entregaron a la justicia, a las víctimas de la violencia”, dijo el primer mandatario.
Añadió que “esos mismos que los aplaudieron los pusieron en un avión encadenados, esposados, y se los llevaron a una justicia extranjera. Los traicionaron y la paz no se hace con traiciones”, y recalcó: “La paz se hace con la palabra puesta sobre la mesa”.
Consideró que “usaron el proceso con los paramilitares para que la tierra pasara de dueño, no en manos de las víctimas, sino de unos cuantos politiqueros y politiqueras. El señor fiscal (Francisco) Barbosa se negó a dar la lista de los bienes de extinción de dominio de narcotraficantes, porque han pasado a manos de políticos, de familiares de los políticos y de familiares de los dueños del Estado”.
Es por eso –dijo– que existen dificultades “hoy para encontrar los caminos de la verdad. De nuevo se quiere repetir la historia del despojo como si el pueblo colombiano no estuviera cansado ya del despojo”.
A los exjefes paramilitares, manifestó, “los aplaudían, considerándolos los héroes, los senadores, los representantes a la Cámara, los grandes propietarios de la tierra en Colombia, los grandes empresarios del país, los cacaos y ciertos medios. Los aplaudían como héroes, como salvadores, porque ustedes eran capaces de demostrar que a partir de la sangre podían extirpar la rebeldía”.
En el acto estuvo presente el exlider paramilitar, Salvatore Mancuso, quien reiteró su disposición para trabajar en pro de la paz y la reconciliación.