La salida de Ángela María Robledo del movimiento político Colombia Humana, liderado por el senador Gustavo Petro, desde mi punto de vista era un hecho que más que sorpresivo, estaba demorado.
Tuve serias dudas de los motivos que expuso Gustavo Petro para invitarla a ser su fórmula vicepresidencial en la campaña de 2018. Estoy totalmente segura de que más que quererla a su lado, el congresista la utilizó con la intención de dividir al Partido Verde del que Ángela María era miembro en ese entonces.
En todo este tiempo no lo he visto defenderla ni apoyarla como debió hacer, luego de que Robledo se pusiera la camiseta para acompañar sus aspiraciones presidenciales y si más bien la dejó sola y no le dio la razón en el momento en que ella reclamó coherencia en el actuar de la Colombia Humana, quien decidió respaldar la candidatura a la Alcaldía de Bogotá de Hollman Morris, investigado por supuesto maltrato a su esposa. Se supone que una de las consignas de este movimiento político es el luchar porque al sexo femenino se le dé un trato digno y se respeten sus derechos.
Dice Ángela María que su voz no era tenida en cuenta en las reuniones y decisiones políticas, ¿valía la pena entonces continuar al interior del movimiento Colombia Humana?; ¿tenía sentido hacer parte de un grupo que dice luchar contra el clientelismo y la politiquería pero acepta recibir a un personaje como Armando Benedetti?
Me alegra saber que la representante a la cámara está dispuesta a quedarse en un lugar donde será escuchada, sus opiniones serán tenidas en cuenta y podrá continuar con sus apuestas para que la sociedad reconozca el papel de la mujer en la política y en los demás roles de la sociedad.
Tener líderes en Colombia como Ángela María Robledo es fundamental porque ha logrado ganarse un espacio clave para luchar por unas apuestas claras, que gustan y merecen tener un espacio en la política y es por esto que aplaudo su decisión de no continuar al interior de un movimiento que dice luchar por la mujer pero que opaca su voz imponiendo nombres masculinos, obstaculizando el deseo de que las voces femeninas resuenen y se multipliquen por miles.
En Colombia las mujeres no la tenemos fácil, razón por la que debemos unirnos y defender a líderes que dan todo para que se abran mayores y mejores espacios de participación. Adelante Ángela María y cuenta con una amiga más que acompaña tus propósitos.