Ahora le dicen solidaridad…

Llegó la renombrada, y nunca bien ponderada, reforma tributaria. Llegó después de que el país la conociera como un chisme que se materializó en papel para finalmente ser conocida a profundidad por los parlamentarios que tenemos en nuestras manos el deber de evaluarla, ojalá con la calidad de vida de todos y todas como el norte de la discusión.

Esta reforma llena de apellidos como solidaridad y sostenibilidad, aparece como la solución a una herida autoinfligida. El hueco fiscal que sustenta las barbaridades de Carrasquilla no ha sido fruto exclusivamente de la crisis del COVID como por momentos quieren que parezca.

Desde el Ministerio de hacienda hacen eco de información falsa y confusa, pues afirman que el gasto del país a causa de la crisis ha sido de $117 billones cuando según las cuentas oficiales han sido apenas $44.4 billones los que han atendido el problema.

Al comparar el manejo que se ha dado a la crisis en la región, salta a la vista que el gasto de Colombia en el manejo de la crisis está muy por debajo del gasto de varios países de Latinoamérica. El gasto a causa de la crisis en el país ha sido muy bajo y a decir verdad deja mucho que desear. ¿No será más bien que la plata se pierde en otro lado?

Economistas de diferentes sectores y corrientes políticas así lo reconocen. Según el estudio de Garay y Espitia para 2018 las gabelas tributarias a los grandes capitales llegaban a ser de $27 billones. Salomón Kalmanovitz también lo ha señalado abiertamente, en 2019 la ley de financiamiento regaló el 3.4% del BID en materia de recaudo; y en el mismo sentido el Observatorio fiscal ha señalado que por la misma ley de financiamiento el país dejó de recaudar cerca de $9 billones. Con el ritmo al que este Gobierno regala y derrocha cualquier cosa que manejen se quiebra.

La reforma tributaria que propone el gobierno busca tapar el hueco castigando el bolsillo de los trabajadores del país. De los $25.4 billones que pretende recaudar, $10.5 vendrían del IVA que pagamos absolutamente todos los ciudadanos. Semejante plan desconoce absolutamente la profunda desigualdad tanto en términos de acceso a empleo, como a educación y el reparto de la riqueza presentes en Colombia.

No pretendo desconocer lo urgente que es atender el hueco fiscal que este gobierno irresponsable creó y atender la pobreza que ha generado la crisis, por eso me veo en la obligación de señalar que hay formas mucho mejores de hacerlo.

El Gobierno Nacional propone ampliar el alcance del IVA y al mismo tiempo propone tres días en el que el impuesto no opere. Parece un chiste que el Estado reconoce lo atractivo que resulta no tener que pagar un impuesto abusivo y absurdo. Por ello abiertamente propongo el reajuste del impuesto de IVA y la eliminación de los 3 días no gravados. Con esto se lograría el recaudo de $0.5 billones.

Asimismo, resulta muy urgente que el Estado colombiano se apriete el cinturón y elimina el sin fin de gastos innecesarios en los que incurren muchas entidades y servidores públicos. La mejora del plan de austeridad ahorraría el gasto de $2 billones.

Buenas noticias, existen varias propuestas que no solo permiten solventar el déficit fiscal, de hecho, de manera simultanea se puede impactar positivamente la salud pública del país.

Un impuesto útil para remediar el hueco fiscal es el Impuesto al tabaco. Un alza en los precios del cigarrillo, el tabaco y los diversos productos derivados permitiría el recaudo de cerca de $2 billones y a mediano plazo lograría una reducción en los costos de atención y cuidado de las enfermedades asociadas al tabaquismo.

En ese mismo sentido opera el impuesto a las bebidas azucaradas y los alimentos ultra procesados, con el que se propone un incremento del 20 % en el precio de venta de estos productos, con el fin de desincentivar su consumo e impactar positivamente los hábitos alimenticios de las colombianas y colombianos. Poner en marcha este impuesto lograría el recaudo de $1.5 billones anuales para el país. Se estima que en 25 años se lograría un ahorro de $31 billones.

Siguiendo con la construcción de la una mejor reforma, se debería aplazar en su totalidad la devolución del impuesto de Industria y Comercio (ICA), que para quienes no están familiarizados con el termino, es un tributo obligatorio para todos los agentes industriales del país. Dejar de devolver estos dineros lograría un recaudo de $7 billones.

Por otra parte, se debería suspender la reducción del impuesto de renta a personas jurídicas. En el 2020 el impuesto equivalía al 32% de las ganancias y para el 2021 y 2022 está prevista una reducción de un punto porcentual respectivamente. Aplazar esta reducción lograría el recaudo de $5.4 billones.

Si bien es cierto que estas dos medidas parecen ser demasiado agresivas con el empresariado, han sido ellos mismos, a través de los gremios, quienes han puesta estas dos oportunas medidas sobre la mesa.

Adicionalmente el gobierno debería ampliar la base del impuesto al patrimonio, haciendo que todas las personas naturales que tengan un capital igual o mayor a $1000 millones sean sujeto de este tributo. Se calcula con esta ampliación se podrían recaudar entre $6 y $8 billones más.

Así pues, les presento la cuenta de los que propongo.

Medida Recaudo
Eliminar los 3 días sin IVA $0.5 billones
Plan de austeridad $2 billones
Aplazar beneficio ICA $7 billones
Aplazar beneficio Renta $5.4 billones
Impuesto Patrimonio $7 billones
Impuesto bebidas azucaradas $1.5 billones
Impuesto al tabaco $2 billones
Total: $ 25.4 billones

 

En efecto el país necesita resolver los problemas de cartera con urgencia, pero no es redefiniendo la solidaridad, castigando a la ciudadanía ni ampliando las desigualdades que se salda el hueco fiscal causado por la suma de gobiernos irresponsables.


POSDATA:

No perdamos de vista que, pese a la urgente necesidad de una reforma, en este momento las deudas de la nación no son la única amenaza contra la vida de la ciudadanía. Si para mediados del tercer trimestre no hemos logrado la inmunización de al menos 9 millones de personas, ningún plan de reactivación económica o reajuste fiscal será posible pues la vida de la mayoría de la población seguirá expuesta a un riesgo cada vez más letal y mayores medidas de protección serán necesarias. NECESITAMOS VACUNAS YA.

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