La administración de Francisco Barbosa al mando de la Fiscalía General de la Nación se aproxima a su cierre. Se definió como “una de las personas más preparadas de su generación” y considerándose a sí mismo “la segunda autoridad más importante del país”. Palabras por lo menos paradójicas frente a su actuar como Fiscal. Barbosa ha liderado la oposición al Presidente Petro, no ha combatido la impunidad y ha ejercido investigaciones de manera sesgada. Muchos han visto su “politiquería” por la Fiscalía como un trampolín a su futura candidatura presidencial y no como ejercicio para que la justicia opere.
En sus últimos días, Barbosa mandó a hacer placas conmemorativas con su nombre y en letra de estilo y se gastó 180 millones de pesos para la impresión de libros de su autoría, entretanto amenaza con imputar penalmente a personas cercanas al presidente Gustavo Petro, como al presidente de Ecopetrol Ricardo Roa; allana a medios de comunicación alternativos como La revista Raya y allana también las instalaciones del sindicato de maestros Fecode. Sin embargo, se ha hecho el de la vista gorda en la financiación de las campañas de los excandidatos presidenciales Rodolfo Hernández y de Federico Gutiérrez o con los involucrados en el detrimento patrimonial de 4,3 billones de pesos en el caso de Hidroituango. La Investigacion de los dineros de “ñeñe” Hernández, reconocido narcotraficante, a la campaña de Iván Duque quedó en la impunidad.
Francisco Barbosa, como sus antecesores, será recordado como un fiscal más del país que abusó del poder y que legitimó fiscales mentirosas y presuntamente criminales.
La Corte Suprema puede mostrar altura democrática y probidad ejemplar. Seguir aplazando la elección de la Fiscal es inaudito. Ha pasado antes, con Barbosa no fue así, pero en este caso la dilación implica que llegue la Vice fiscal Mancera. Mujer mentirosa, ya comprobado y con presuntas relaciones con fuerzas ilegales y con prácticas delictivas como el narcotráfico y el tráfico de armas.
El fiscal se va, no puede quedar él en cuerpo ajeno y mucho menos en una persona con todos estos cuestionamientos.