Los ministros de la ingeniería

Hay 4 sectores que son mayoritariamente basados en ingeniería como Transporte, Minas y Energía, Vivienda, Ciudad y Territorio, y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, 2 en donde el componente de ingeniería es muy fuerte como Ambiente y Desarrollo Sostenible y Ciencia, Tecnología e Innovación, y otros 2 en los cuales especialidades de ingeniería son muy representativas como en Agricultura y Desarrollo Rural y, Comercio, Industria y Turismo.

El 45% de los ministerios están fuertemente relacionados con la ingeniería pero en esas 8 carteras solo hay 1 ingeniero (en Comercio, con maestría en economía); aunque en todos los demás sectores, sin excepción, hay componentes vitales de ingeniería que son transversales: de procesos, infotecnología, logística y suministros y de su propia infraestructura (como mínimo). No cuentan el ministro de Educación y el director del DNP porque, aunque ingenieros originalmente, son más economistas de tiempo atrás.

De difícil recibo sería que el ministro de Hacienda no fuera economista, pero a nadie le preocupa que el ministro de Transporte (dedicado a hacer y operar la infraestructura de transporte del país) no sea ingeniero. No era así en el pasado: en la presidencia de la República hubo varios ingenieros y muchos ministros. Llama la atención. Claro, el componente político (más partidista que del sentido noble de la política) es una determinante para ello y sin embargo hay casos de ingenieros que participan directamente en política y esporádicamente llegan a altas posiciones en la dirección del país; claramente no es una tendencia. En algunos de los casos actuales han sido extraídos de la academia, asunto que no es ni mucho menos ajeno a la ingeniería ya que hay cientos de candidatos para todo cargo que requiera el país trabajando en universidades de gran reconocimiento. Tampoco brinda esto una explicación.

Una característica de cualquier trabajo en ingeniería es que su alcance se refiere a ciclos completos de planificación, diseño, construcción, operación y mantenimiento, lo que se presenta desde en una carretera o en un proceso industrial hasta en una aplicación informática o en un desarrollo agrosilvopastoril productivo y sostenible. Específicamente, la planeación en ingeniería es un proceso sistémico que luego de estudiar a fondo y buscar las causas de problemas de la vida real y formular alternativas de solución, priorizar dentro de las posibilidades de recursos y de tecnología, trazar un proyecto o un conjunto de ellos que busque alcanzar objetivos para mejorar el problema, acompañado de las debidas estrategias dentro de un marco de políticas existentes, termina desarrollando planes y procedimientos para lograrlos. En nada tiene que ver con todo esto la improvisación, o la especulación, o subjetividades, o indeterminaciones o las interferencias inapropiadas.

Al mismo tiempo, la otra protuberante característica en los sectores de la ingeniería es que se mueven unas enormes cifras de inversión y operación, compitiendo por las más grandes en el Estado. Hay mucho dinero en sus contrataciones, mucho. Esto lógicamente atrae a los corruptos. Los escándalos actuales, cada vez más grandes y con montos inimaginables, son el producto de una tendencia permanentemente creciente desde hace décadas. La cada vez más refinada corrupción ha ido anulando la planeación para que no haya mucho análisis y pululen políticas y programas improvisados, sin priorización y lleno de indeterminaciones en donde quepa fácilmente la corrupción.

De esta forma es que llegan a no importar los proyectos ni su buena formulación sino los contratos jugosos para llenar los bolsillos de los corruptos, así los proyectos no sirvan para mejorar algo, no fueran los más urgentes, no se terminen, se conviertan en enredos judiciales para la nación o se demoren mucho más tiempo y en todo caso, al final, nadie responda por nada de este desastre. De esta forma también, por consecuencia, es que muchas firmas de ingeniería ya no se basan en ingeniería.

Cuando se perdió la búsqueda de la solución de los problemas, la planeación y la priorización, se debió haber perdido también la ingeniería en la dirección del Estado, dejando el paso a la profundización de la corrupción. También hay ingenieros corruptos, lamentablemente, como en todos los sectores en nuestra nación. Pero no es la ingeniería la corrupta.

Esta atrasada esa ingeniería nacional en reflexionar y retarse sobre esto. Es preciso avanzar en retomar su influencia y manejo en los asuntos de política, sobre todo en políticas públicas, en planificación y priorización. Es necesario que no se siga malogrando el desarrollo, la reducción de la pobreza y el mayor bienestar a punta de ejecuciones fallidas, defectuosas y corruptas en estos sectores de ingeniería que tienen tanto por aportar.

Es necesario revisar desde los pensum de las universidades hasta los programas de educación superior y continuada dirigida a los ingenieros para lograr la integralidad de sus conocimientos con economía, derecho, estrategia y geopolítica, ciencia política y, cómo y dónde se conciben las políticas públicas, sin descuidar la omnipresencia de lo ético, con miras a que esos ingenieros vuelvan a ser dirigentes del país. Pero no del mismo país, sino de uno de profesionales íntegros, comprometidos con el mejor bienestar de todos los colombianos.

 

* @refonsecaz