En días pasados al tomar un taxi y dialogar con el conductor, por supuesto de los acontecimientos relacionados con la época electoral que vive el país, me aseguró que se encontraba bien económicamente, pero que en esta ocasión su voto será por el candidato del Pacto Histórico, Gustavo Petro, porque considera que el país necesita un cambio en la manera en cómo se conduce el Estado.
Y si, muchos de los colombianos piensan de esa manera, pero valga decir que la culpa no es de Petro a quien pretenden desdibujar con el cuento del castro chavismo y porque supuestamente se dedicará a expropiar. Seamos sinceros, la culpa es de una derecha que no ha sabido conectarse con las necesidades y anhelos del colombiano del común.
Lo anterior, sumado a la mala gestión del presidente Iván Duque que se pasó cuatro años tratando de conocer el país sin mayor éxito y que para colmo pretende ahora ayudar a la campaña de Federico Gutiérrez, descalificando todo cuando diga Gustavo Petro, no le está ayudando ni cinco a candidatura de la derecha porque los colombianos no le creen.
Todo cuanto diga Iván Duque para favorecer a la campaña de la derecha, será utilizado en su contra pero él parece no darse cuenta y continúa en su menosprecio por la Constitución, al punto en que le permite al Comandante del Ejército, opinar sobre temas políticos cuando le está rotundamente prohibido.
Pero esto a Duque y a la derecha poco le importa porque para eso cuenta con amigos en los órganos de control que le harán el favorcito de taparle todo lo que se haga mal dentro de su gobierno.
Un cambio en la forma como se conduce al país es lo que desea el pueblo colombiano, mientras a la derecha le preocupa ese cambio porque muy posiblemente sus negocios e intereses se verán perjudicados y, además, corren el riesgo de ser expulsados de los puestos del Estado que se han dedicado a cuidar durante décadas enteras porque son incapaces de vivir sin los dineros públicos.
Oscar Sevillano en su columna del diario El Espectador, “German Vargas Lleras, el falso guerrero”, describe muy bien a la elite colombiana, que vive cómodamente de dar órdenes mientras otros hacen el trabajo por el cual ellos sacan pecho.
No dudo que muchos de los colombianos que esa élite de la derecha les desconocen, tienen mejores capacidades para desarrollar una labor que permita a los diferentes mercados económicos, ir más allá y ser más competitivos a nivel internacional.
No le tengamos miedo a Petro, porque si algo hizo en su alcaldía, con errores posibles como todo, fue quitar un monopolio en el servicio de aseo y darle una mejor calidad de vida a muchos que hoy le agradecen como “las escobitas, el reciclador, el operario y todos los que hacen parte de un área operativa desagradecida por aquellos privados” escudados en la generación de empleo con el mínimo vital.